viernes, agosto 25, 2006

Actuar las aspiraciones del Plan Nacional de Educación 2001-2006

Autora: Ma. Alejandra Díaz Rosales
Publicación: Síntesis, 25 agosto, 2006.

Aunque es de esperarse como en todo momento de transición democrática que se desahucien algunos proyectos para generar nuevos, sugiero que además de considerar el balance del Plan Nacional de Educación (PNE) definido para el sexenio que está por culminar, que se reanimen las pretensiones de operación de algunos de sus planteamientos, mismos que han establecido un horizonte prospectivo a veinte años.

Son algunos de estos planteamientos los que me interesa citar, a propósito de una reflexión surgida con estudiantes de la Licenciatura en Procesos Educativos que se preguntaban por lo que aún debemos esperar para abrazar la tan deseada transformación de la educación en nuestro país.

Además de seguir confiando que los porcentajes de deserción, repetición, eficiencia terminal se reduzcan o eliminen (¿existiría esta posibilidad?), este PNE ha suspirado por un modelo educativo innovador, de calidad y para todos.

Nuestro PNE ha cifrado la vanguardia y la mejora en la igualdad de oportunidades de ingreso, logro y permanencia y en una educación que llegue a todas las personas, (aquellas de los sitios más olvidados y que han padecido la orfandad de un sistema con visos de paternalismo). Pero particularmente ha especulado en el cambio vislumbrando hacia el 2025 a profesores con perfiles idóneos, aprendizajes efectivos en los estudiantes, acciones de inclusión cultural regional, étnica y lingüística del país, atención pertinente a la pluralidad de circunstancias de los educandos, formación científica y técnica con sentido humanista, sólida formación valoral y dominio de habilidades del pensamiento; plasmó además una imagen de un Sistema Educativo que en veinte años se ufanará de contar con una estructura flexible que corresponda a un auténtico federalismo, bien articulada en todos sus tipos, modalidades y niveles y con órganos de consulta efectivos donde la participación ciudadana se hará palpable al igual que la equidad.

Todas aspiraciones genuinas con las que muchos coincidimos, desafíos al fin que siguen en fase de cocimiento y cuyos logros deseamos saborear algún día. Pero el presente nos distrae de los sueños con urgencias que todavía no se resuelven como las condiciones salariales de los profesores, las luchas sindicales que politizan los ambientes educativos, el abismo entre el acceso escolar de niños y adolescentes de zonas urbanas comparado con el de zonas rurales que sigue siendo terriblemente desigual; la inversión en capacitación del personal académico para favorecer procesos de enseñanza consistentes, dinámicos y centrados en el aprendizaje del alumno; la atención a las condiciones nutricionales, psicopedagógicas y emotivas de los estudiantes para garantizar aprendizajes funcionales así como la disposición de las aulas en espacios de encuentro humano solidario, lúdico y de alteridad.

¿Cuál es el balance a seis años de este Proyecto?; ¿cómo nos hemos acercado a este futuro deseable que exige nuevas condiciones en los centros educativos y en las instituciones así como en la vida comunitaria que sostiene su dinámica de desarrollo?. Un ejercicio interesante al interior de colegios, escuelas y universidades sería la contrastación de su propio proyecto educativo con el de la nación y la evaluación/valoración de los alcances de este escenario prospectivo.


Considero que la posibilidad de movilización de las utopías educativas puede confiarse todavía a la buena voluntad de los individuos asociados espontáneamente, no de las comisiones pre-establecidas que se convierten en micro-sistemas o sub-instancias de apoyo que burocratizan las iniciativas (como el caso de múltiples figuras de supervisión y control creadas al interior de la Secretaría de Educación Pública). Me parece que el modelo de gestión comunitaria que podemos apreciar en algunas localidades rurales son un buen ejemplo de asociación voluntaria que sin el carácter de obligatoriedad intentan transformaciones en los centros escolares. Tal vez el simple principio de hacer lo que a cada uno le toca, de la mejor manera, representa la posibilidad de actuar los ideales con mayor compromiso. ¿Cuál responsabilidad me obliga –humana, civil y socialmente- en este proyecto educativo que araña el progreso?.

¿Cómo se hará evidente para los casi 441, 524 estudiantes de nivel básico a superior que han recomenzado actividades escolares en este periodo, las pinceladas luminosas del Plan Nacional de Educación con fecha conclusiva en este año?

Cierto es que desde la trinchera personal, particularmente para aquellos que bregamos en las aulas y en los ámbitos educativos formales, la opción por la transformación educativa se constata en algo más que las palabras y las razones pronunciadas. Ojalá que no archivemos tan pronto un Plan de Prospectiva Educativa que abre oportunidades amplias de reflexión y articulación de indicadores para aplicar acertados criterios.

miércoles, agosto 23, 2006

El proyecto de transformación educativa de Felipe Calderón

Autor: Guillermo Hinojosa Rivero
Publicación: e-consulta.com.mx 23 agosto de 2006.

Aunque los proyectos de un candidato a gobernante difícilmente son algo más que buenas intenciones y deseos, conviene empezar a examinarlos y criticarlos antes de que, llegado el caso, en candidato tenga que empezar a cumplir.
El proyecto educativo de Felipe Calderón se puede encontrar en tres documentos disponibles en la página www.felipe.org.mx . La parte medular de la propuesta se resume en 10 puntos más algunas ampliaciones sobre la educación superior. Los documentos son: ‘Educación final.pdf’, ‘Resumen 10 propuestas educación.doc’ y la sección dedicada a educación y salud del documento ‘100 acciones prioritarias de gobierno Felipe Calderón’.

Los 10 puntos son:
Promover la creación de un fondo de financiamiento educativo para la educación básica, con recursos de la federación, estados, municipios y participación social.
Actualizar y mejorar los contenidos curriculares y métodos de enseñanza, enfocándolos al aprendizaje continuo y la aplicación práctica de los conocimientos adquiridos.
Garantizar la formación continua de los maestros y la realización de evaluaciones constantes y confiables del sistema educativo, estableciendo estímulos económicos y técnicos a las mejores escuelas y maestros.
Otorgar mayor autonomía a las escuelas, promover la rendición de cuentas y fomentar la participación de los padres de familia.
Promover la igualdad de oportunidades educativas entre grupos vulnerables de la población.
Invertir en infraestructura y material educativo de vanguardia para que nuestros niños, niñas y jóvenes puedan integrarse a la “Sociedad del Conocimiento”.
Ampliar la cobertura en los niveles preescolar y secundaria.
Impartir una educación con formación integral, que impulse valores democráticos, cívicos, de cuidado al medio ambiente, deportivos, artísticos y el gusto por la lectura.
Establecer la opción de escuelas de educación básica con horario extendido.
Garantizar escuelas seguras, sin drogas y sin violencia.

Las propuestas 3 y 4 implican cambios mayores en el sistema educativo mexicano, por lo que vale la pena comentarlas con más detalle.

De la propuesta 3 la parte más novedosa es la segunda, la que habla de realizar evaluaciones constantes y confiables del sistema educativo. En la explicación de esta propuesta señala:
“Establecer un sistema anual, permanente y público de evaluación en cada ciclo escolar en colaboración con los estados para que, con indicadores transparentes y verificables, se puedan comparar entidades, niveles, ciclos y escuelas, generando así incentivos a la competencia por el mejoramiento de la calidad en la educación.
Utilizar las evaluaciones para tener un diagnóstico preciso de la evolución de las políticas públicas implementadas en el sistema educativo de nuestro país, una correcta rendición de cuentas y una mejora continua del servicio educativo.”(Educación final, p. 7)

Establecer un sistema de evaluación de nuestro sistema educativo es indispensable; en buena medida, el atraso que padecemos en esta materia es por falta de evaluación. Ni la SEP ni el SNTE han aceptado nunca que sus resultados son deplorables. Más aún, cuando la OCDE evaluó a nuestros estudiantes, el entonces secretario de educación, Miguel Limón, trató de ocultar los resultados alegando que desanimarían a nuestros docentes.
El Sindicato, por su parte, no acepta responsabilidad alguna en los resultados y se limita a pedir más recursos para aceptar cualquier cosa que implique cambiar. La primera parte de la propuesta 3 ofrece ‘estímulos’ para garantizar la formación continua de los maestros. Está por verse si no es tirar dinero bueno al malo.
La propuesta 4 -otorgar autonomía a las escuelas, promover la rendición de cuentas y fomentar la participación de los padres de familia- es una magnifica intención pero implica una nueva ley federal de educación. Hasta ahora el poder de decisión de los padres de familia se limita a escoger de cuál sabor le dan el agua fresca al inspector que viene a presidir una junta.
Ni los maestros, ni los directivos, ni la SEP misma están dispuestos a ceder un milímetro en su poder de decisión sobre lo que pasa en las escuelas. Fueron los mismos maestros los que se opusieron ferozmente a ‘la modernización educativa’ que promovió Salinas de Gortari.

¿Qué falta en la propuesta?
Falta que la evaluación propuesta de nuestro sistema educativo, además de constante y confiable sea independiente de la SEP y del SNTE. Si el sistema de evaluación es realizado por alguna dependencia de la SEP, no servirá.
Falta profundizar en la descentralización educativa para aumentar la responsabilidad de los estados, de los municipios y aun de las juntas vecinales. Pero esto implica el desmembramiento del SNTE, por lo que parece casi imposible.
La buena amistad, y alianza de facto, entre Felipe Calderón y ‘la maestra’ Elba Esther, ahora más poderosa de lo que se atrevió a soñar Jongitud, hacen pensar que Calderón no intentará hacer reformas sin la bendición de la maestra; ella no aceptará nada que disminuya su influencia.

viernes, agosto 18, 2006

SIGUIENDO POR LOS MISMOS CAMINOS...

Autor: Gerado Tapia Hervert
Publicación: la jornada de oriente, 18 de agosto de 2006.

Hace algunos meses la frase favorita de Vicente Fox era “Si seguimos por este camino…” con franca alusión a promover la candidatura del candidato del PAN, desde ese momento y hasta la fecha ya con el sabido resultado de las elecciones tanto legislativas como de presidencia de la república. Lo más significativo, es que salvo los estados de Baja California Sur, Nayarit y Zacatecas, el norte de México se pinto de azul, mientras que para el caso de sur – sureste salvo Puebla y Yucatán, los demás se pintaron de amarillo, si 16 estados para uno y 16 para el otro. Ante esto me surge una reflexión al seguir los caminos del norte y del sur en viajes que hice por carretera en este periodo uno a San Cristóbal de las Casas, Chiapas y el otro a Cd. Victoria, Tamaulipas.

Las diferencias son enormes, tanto en diversidad cultural y biológica, en la parte sur de México es más grande y variada desde la biogeográfica en donde la región neotropical se ubica a partir del eje neovolcánico (Nevado de Toluca, Izta-Popo y Pico de Orizaba) hasta la frontera con Belice y Guatemala, los estados de esa región coinciden como los primeros en especies biológicas y también en diversidad cultural, simplemente en la región se han llegado a encontrar más de 20 lenguas derivadas del Maya. Los niveles de pobreza también son contrastantes. En la parte norte salvo Chihuahua los demás estados se encuentran en entre los de mejor ingreso per capita, en el sur-sureste por el contrario con excepción de Tabasco y el D.F, son las entidades con menores ingresos del país, es claro que en el caso de los anteriores el factor PEMEX en el primero da un sesgo y en el otro caso ser la capital del país.

Pero hablando de los caminos, las diferencias son notables, ante esta circunstancia de los ingresos resulta inexplicable que el costo de viajar al sureste por carreteras de regular calidad sea 5 o 6 veces más caros que al norte. Si usted quiere viajar desde la ciudad de México hasta Villahermosa (768 km.) en peajes estará usted gastando $695.00 pesos mientras que si se dirige a Cd. Victoria, Tamaulipas (721 km.) con carreteras realmente excelentes sólo paga $120.00 pesos. En el mismo camino es notorio al menos en el estado de Tamaulipas que en la señalización carretera los ejidos son claramente identificados, hecho que en Veracruz y Tabasco no existe y en cambio se mencionan los nombres de los ranchos. La sociedad es tratada diferente, los beneficios hacia la comunidad son altamente marcados. Los poderes de caciques so terribles todavía hace unos 25 años en la sierra norte de Puebla, se les compraba a los indígenas el café a $2.00 pesos kilo mientras que la azúcar se les vendía a $20.00 pesos.

Parece que con esas diferencias, existe una cierta lógica desde búsqueda de la justicia, el alcance de las políticas públicas y los aspectos de equidad con respecto a todos los miembros de la sociedad, pareciera explicar también el comportamiento del voto con partidos de alta representación en las distintas zonas del país.

Sin hablar de candidatos y partidos. ¿Cuál es la respuesta ante tantas diferencias? Definitivamente es No Seguir por el Mismo Camino.

jueves, agosto 17, 2006

Tiempos para la generosidad y prudencia políticas

Autora: María Isabel Royo Sorrosal
Publicación: http://www.e-consulta.com.mx/ 17 agosto 2006
Vivimos momentos de incertidumbre mundial, cuando Oriente Medio derrama sangre y miedo, mientras los riesgos se hacen más presentes en todos los países de cualquier continente sin distinción del nivel de desarrollo. En México llevamos mes y medio de debates y acciones tras la votación para elegir al Presidente de la República.
Son momentos de crisis, momentos para decidir (significado etimológico de la palabra); son tiempos de oportunidad que todavía podemos usar bien, si logramos reducir la temperatura ambiente introduciendo racionalidad y buena voluntad (de la auténtica). Hemos de aprovechar esta oportunidad histórica, madurar y aprender como país, superando la inercia de lo irracional, evitando la mirada miope del corto plazo y liberándonos de la esclavitud egocéntrica de los intereses de nuestros pequeños círculos.
La manipulación, el autoritarismo y falta de transparencia a que nos tienen acostumbrados la clase política, son grandísimos escollos para visualizar el camino hacia la construcción de un proyecto común de nación más allá de la polarización que se está alimentando. Los políticos, los estudiosos y la sociedad entera tenemos en nuestras manos la posibilidad, y en nuestra conciencia el deber, de prevenir, superar y restaurar estas escisiones de la ciudadanía, estas confrontaciones nacionales internas que nos alejan cada vez más de la común tarea de construir el país, de elevar la cultura política, económica y humana de todos sus habitantes.En estos momentos requerimos más voces y posiciones de estudiosos, universidades, intelectuales que propongan y aboguen por salidas dignas y otros puentes políticos para construir juntos una nueva convivencia.
Más que nunca necesitamos generosidad y prudencia responsables y verdaderamente comprometidas a fin de lograr condiciones de vida digna para todos, priorizando a quienes están en la indigencia. También en la política la generosidad y la prudencia nos dignifican porque nos exigen un esfuerzo nuevo: ceder, cambiar, entregar “aquello” que no hemos estado dispuestos a dar hasta hoy.
Todos los ciudadanos tenemos la oportunidad de crecer en dignidad, y de pedir a nuestros políticos esa misma calidad. Se trata de entrar en un estado de ser y existir diferentes, que dé sus frutos en el corto, mediano y largo plazo; que nos libere de rupturas e imposiciones ilegales e indignas; que permita tejer la convivencia desde los diferentes partidos, posiciones, iglesias,… sabedores de que el camino de la visceralidad y egocentrismo sólo nos puede llevar al retroceso como país. La política es negociación y avances; es diálogo para construir; es buscar salidas nuevas y evitar brechas que nos lleven a la ruptura.
Necesitamos una alianza para construir algo mejor, que incluya a todos los que nos ha tocado convivir en esta tierra y en estos tiempos.

La Educación como asignatura pendiente.

Autor: Martín López Calva.
Publicación: Sintesis, 17 de agosto de 2006.
En el momento que escribo este artículo no se sabe aún el resultado de las elecciones presidenciales del 2 de julio. La jornada ha sido ejemplar en cuanto a nivel de participación y comportamiento cívico de la ciudadanía, y hasta este momento - salvo algunos exabruptos lamentables de los tres partidos más importantes- de las instituciones de la joven democracia mexicana.
Sin embargo, cualquiera que sea electo presidente de México para el próximo sexenio, es indudable que tiene por delante un reto importante en el ámbito educativo. En primer lugar, por la creciente importancia que está adquiriendo la educación como promotora de desarrollo en esta sociedad del conocimiento y en segundo lugar, por los nada alentadores resultados que en las evaluaciones internacionales ha estado obteniendo nuestro país de manera consistente de unos años a la fecha.

Examen:

“Partes del insecto: Son tres: in-sec-to.
Capacidad pulmonar: Es de unos cinco mil litros.
¿Derivados de la leche? La vaca.
Barroco: Estilo de casas hechas de barro.
Polígono: Hombre con muchas mujeres.”

Las anteriores respuestas son parte de un mensaje de correo electrónico que circuló hace tiempo por la red y que indica que son respuestas reales de estudiantes de bachillerato recogidas por un profesor. Pero independientemente de qué tan falsas puedan ser, una mirada a nuestro sistema educativo nacional, sobre todo en la parte de mayor importancia, es decir, en el aprovechamiento de nuestros niños, adolescentes y jóvenes y en el nivel comparativo de este aprovechamiento que los estudiantes mexicanos muestran a nivel internacional, nos indica claramente que falta muchísimo trabajo por hacer y que hay cosas que no están sucediendo en las aulas de nuestro país, a pesar de los millones de pesos que se invierten cada año y de todo el esfuerzo hecho en materia de diseño de planes y programas de estudio, formación de profesores, elaboración de libros de texto, actualización metodológica, instrumentación de tecnologías de información y comunicación en las escuelas y de la buena intención y vocación comprometida de muchos miles de profesores, supervisores, funcionarios y diseñadores curriculares.
¿Qué es lo que está faltando?
Aparentemente los esfuerzos particulares están siendo enormes y los programas institucionales están siendo también muy grandes. Sin embargo, si sometemos a examen a nuestro sistema educativo, es casi evidente que el resultado sería bastante negativo.
La educación sigue siendo una asignatura pendiente porque no se han logrado articular suficientemente los tres niveles que incidirían en el mejoramiento de la calidad educativa: el nivel de las prácticas educativas concretas, el nivel de las estructuras e instituciones educativas y el nivel de nuestra cultura sobre lo educativo.
Un esfuerzo serio en esta articulación deberá ser el motor de la gran –y ojalá definitiva al menos por un buen tiempo- revolución educativa que necesita nuestro país. Para lograrla habría que partir del nivel estructural para, a partir de su reforma profunda, incidir en las prácticas educativas particulares y aportar elementos de transformación de la cultura educativa nacional.
Gane quien gane las elecciones, sea quien sea el próximo presidente de México, será necesario enfrentar esta asignatura pendiente tratando de incidir en la reforma profunda de las estructuras institucionales que por falta de sinergia y de adecuación al cambio de época que vivimos mantienen como suspendida en el espacio toda dinámica de actualización de nuestra educación. Estas grandes estructuras son: La Secretaría de Educación Pública y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
La renovación institucional de nuestro sistema educativo pasa necesariamente por la reforma profunda de estas dos estructuras y tiene que ver con algunos elementos que parecen sencillos pero que implican un esfuerzo continuo y muy complejo: transparencia, rendición de cuentas, profesionalización y aunque suene neoliberal y genere resistencias: eficiencia.

jueves, agosto 10, 2006

Aprender a convivir: el reto inaplazable

Autora: Celine Armenta
Publicación: La jornada de oriente 10 de agosto de 2006
¿Cómo saber si mis certezas son algo más que soberbia ciega? ¿Quién me asegura que lo que yo creo es mejor que lo que cree el de enfrente?, son cuestionamientos necesarios y casi heroicos que debemos plantearnos para que nuestra democracia recién estrenada, salga fortalecida de la crisis electoral. Sin estos cuestionamientos no tendremos la tolerancia e inclusión, que son raíz y fruto de la democracia; simplemente no tendremos democracia.
El ejercicio es heroico porque nos obliga a reconocer la ingenuidad ridícula de seguir creyendo que poseemos la verdad y los demás están equivocados.
Este cuestionamiento no es una condena al relativismo. ¿Son honestas nuestras intenciones? ¿Nuestro voto buscaba el bien del país entero y el futuro de todos? ¿Asumimos la responsabilidad de ser voz de quienes no la tienen? Entonces podemos confiar en que tenemos la razón, y nuestra postura es mejor que todas. Pero también debemos asumir que nuestra confianza no se apoya en evidencias de que nuestros juicios se identifiquen con una verdad ideal preexistente. Lo que creemos es bueno, y verdadero por ser fruto genuino de nuestras conciencias informadas, de nuestra generosidad, de nuestros valores, y a ello le debemos fidelidad, congruencia y pasión.
Lo interesante de esta postura es que nos fuerza a mirar un panorama con multitud de verdades y propuestas mejores que la de enfrente, lo cual justifica la democracia electoral. Como no es realista consensuar los caminos y metas nacionales de quienes honestamente sustentamos verdades irreconciliables, optamos por un mecanismo casi arbitrario: el voto universal y directo.
La votación no pretende dirimir las bondades de una propuesta por encima de las demás, ni sus posibilidades de servir mejor a todos. En el modelo mexicano ni siquiera busca lo que quiere la mayoría. Nos gobernará quien tenga unos cuantos votos por encima de los demás; por ello cada voto es importante, y el fraude, o las sospechas de fraude, deben eliminarse.
Al final habrá un partido en el poder y tendremos que empezar a construir en serio la convivencia democrática. Todos tenemos la responsabilidad irrenunciable de luchar porque nuestra visión tenga cabida en México, y todos tenemos la obligación de asegurar ese mismo derecho para quienes honesta y generosamente desean otros horizontes.
Quien gobierne debe hacerlo para todos; asumir que incluso quienes no votaron por él lo eligieron al aceptar el método electoral, sus órganos y tribunales. Quienes votaron por la fórmula ganadora deben saber que son una minoría más. Quienes disienten del partido en el poder deberán aprender del fracaso electoral y no claudicar. Y todos, sin excepción, debemos vivir los próximos seis años en la prosecución de nuestras metas, nuestros ideales, nuestros valores, sin malgastar la vida en luchar los unos contra los otros, sino por el contrario, celebrando la diversidad; orgullosos de tener la verdad y de convivir con otros que también la tienen; aunque no coincidamos con ellos.
Demasiados años de analfabetismo democrático nos heredaron una intolerancia flagrante y una impúdica discriminación. Urge aprender a convivir en la pluralidad; el futuro tiene prisa ¿estaremos listos cuando llegue?

La Importancia de No ser Presidente

Autor: Rodrigo Saldaña Guerrero
Publicado: www.e-consulta.com.mx , 10 agosto 2006

Hoy todo es discusión sobre quien el presidente. Pasamos por alto así a otros puestos muy importantes, como el de No Presidente. Cuando Truman estaba a punto de entregarle la presidencia a Eisenhower, comentó: ¡Pobre Ike!. No va a ser como en el ejército. Dirá: hagan esto o hagan aquello, y no va a pasar nada. La eficacia de los presidentes depende de los No Presidentes. Tenemos problemas como el de la corrupción y la ineficiencia burocráticas, empresariales, magisteriales, sindicales, técnicas. El presidente puede decir que no debe haber eso y, como decía Truman, no pasa nada. Uno de los No Presidentes, puede trabajar honrada y eficazmente sin que el presidente se entere. Pero el presidente sí puede hacer algo para cambiar la dinámica vital de millones de mexicanos, aunque no es fácil que lo haga, y no es raro que no lo haga. Para que sí lo haga se requiere una disposición considerable a colaborar con él por parte de los no presidentes, así como que él sepa incidir en esa dinámica vital, y quiera y sepa colaborar él mismo. No pocos jefes no se dignan atender a las opiniones de sus subordinados. Hay quienes no le hacen caso a los suyos. Otros hacen exactamente lo contrario de lo que les dicen. Y en muchos casos los subordinados no les entienden a sus jefes.¿Cómo sería una presidencia de Madrazo Pintado?. Se habla mucho del gran oficio político de los priístas, pero eso es como hablar del gran oficio médico del Mochaorejas. Nos imaginamos al Presidente Madrazo diciendo A para que le entiendan X, cuando realmente va a hacer M. Ni preocupación por México ni voluntad de diálogo y colaboración. ¿Y el Presidente Calderón Hinojosa?. Éste ha expresado su voluntad de armar un gobierno de Unidad Nacional. ¿Realmente quiere formar una coalición gobernante, un gran equipo multipartidista capaz de formar un proyecto común, como lo hicieron en Chile la Democracia Cristiana y el Socialismo?. Esperamos que sí. ¿Tiene las enormes habilidades de negociación, la claridad y profundidad de visión, la capacidad de decisión, requeridas para lograrlo?. Sabemos, que no abundan en México las personas con cualidades semejantes. Y no olvidemos que el margen de maniobra del presidente es muy pequeño. Casi todo el presupuesto es para pagar sueldos. ¿Y el Presidente López Obrador?. Éste tiene, indudablemente, talento para hacer campaña y capacidad de liderazgo. ¿Disposición para el diálogo y la cooperación?.. Recordemos como insultó a los empresarios con los que, según él, quiere trabajar. Y no estamos hablando sólo de personas aisladas, como lo pretende él (uno de los rasgos más marcados del discurso de su coalición es que dicen varias cosas, y quieren que los otros se acuerden nada más de una). Cuando se hizo la gran marcha por la seguridad, sostuvo largo tiempo que se trataba de una maniobra en su contra, cambió su tono al final y quiso entonces que se creyera que siempre la había apoyado Es sintomática la posición de Navarrete, probable líder de los senadores perredistas: los legisladores de la Coalición no pueden dejar de insistir en el cumplimiento de sus promesas de campaña, porque por eso votaron por ellos, pero en cambio el presidente de la República debe ceder.Se habla mucho de un gran pueblo y una pequeña clase política, pero ¿nuestro pueblo sabe lo que hacen un presidente o un gobierno y, por tanto, lo que quiere que hagan? ¿le comunica el pueblo mexicano a sus políticos como quiere que gobiernen, y sabe como corregirles el rumbo cuando hacen otra cosa?. Espero no causar escándalo a algunas personas pudorosas, pero las cigüeñas no traen a los políticos de París. Entonces, ¿de donde salen?. Es muy sencillo, y no poco vergonzoso: salen de nuestras filas. Lo No Presidentes hacemos a los presidentes, y también a los gobernadores, legisladores, regidores y demás fauna política. Los legisladores son el sector peor evaluado en las encuestas, no obstante lo cual se presentan en los medios como si fueran Padres de la Patria, llenos de la sabiduría de los siglos y de gloriosas intenciones. Y no pasa nada. El pueblo que los reprueba en las encuestas contempla esa farsa ignominiosa sin un quejido ni un reproche. El Sí Presidente Carter le dijo a su pueblo la verdad, y lo corrieron. El También Presidente Reagan le dijo un montón de mentiras, y los No Presidentes lo aclamaron. Bush dijo mentiras increíbles y sus No Presidentes (o por lo menos muchos millones de ellos) aplaudieron: ¡Bravo!. Eso es lo que queríamos oír. El Presidente De la Madrid dijo unas verdades, y algunos No Presidentes respondieron. “no queremos realidades, queremos promesas”. Y ¿cómo se entera el pueblo de estas cosas?. Unos No Presidentes que trabajan de formadores de la opinión pública se las narran amenamente, repartiendo elogios y censuras generosamente entre los partidos (¡no vayan a decir que pertenecen a uno!), y evitando el tratar de que el pueblo entienda realmente de que se trata la política, porque entonces no los oirían ni leerían. Y entretanto seguimos la vieja tradición de escoger un Caudillo, y exigirle que haga todo el trabajo. Queremos que el trabajo de No Presidentes no sea trabajo en absoluto, y así no más no. Ni un presidente que fuera Salomón, Julio César y Superman en uno podría con esa tarea.

LIBERTAD Y PARTICIPACIÓN

Autora: Laura Rodríguez Matamoros
Publicación: Sintesis, 10 de agosto de 2006.

Una de las facultades fundamentales del ser humano, que se ha convertido en búsqueda permanente y demanda recurrente a lo largo de la historia, es la libertad. Todos queremos ser libres, desde el adolescente que exige le dejen tomar sus propias decisiones, el joven que quiere ser artífice de su propio destino, el adulto que desea ampliar sus oportunidades de vivir con plenitud. Personas, ciudades, países, el mundo entero demanda libertad.
¿Qué es la libertad? Algunos autores la definen como la oportunidad real de llevar a cabo lo que valoramos, la posibilidad de vivir una vida de elección genuina, a través de la cual construyamos nuestra felicidad.
Cuando actuamos libremente promovemos cambios positivos en nuestras vidas y en las vidas de las personas que nos rodean, al encaminarnos al logro de las metas que consideramos valiosas.
La libertad requiere de participación ya que el ser humano se construye a sí mismo y logra ejercer su libertad en comunidad. A través de la participación logramos elaborar propuestas, resolver problemas, realizar innovaciones que contribuyan a la construcción del bienestar social.
La participación puede darse de diversos modos y no es en sí misma constructiva o destructiva, pero tampoco es neutral pues siempre tiene una connotación moral; a la participación puede dársele un uso bueno o un uso malo. Es el ánimo de la persona o grupo que asume o promueve la participación el que determina su propósito y contenido.
El modo como participamos refleja y modifica nuestra manera de comprender el mundo así como la forma en que asumimos nuestro lugar en él, es decir, refleja la cosmovisión que inspira nuestros pensamientos, cimienta nuestros valores y anima nuestras acciones. Participar nos brinda la posibilidad de aumentar las libertades reales que gozamos y mantener la esperanza en el futuro.
La mejor participación es aquella que parte del diálogo abierto, que promueve consensos y que procura incluir el punto de vista de todos, respetando los derechos de las personas y las normas de convivencia. No atiende a las mayorías, ignorando a las minorías, sino que incorpora a las mayorías y minorías dando el mismo peso a todas las opiniones y procurando el bienestar de todos. Hace posible que todas las voces se escuchen y que todos participen en las decisiones del grupo, de este modo aumenta las probabilidades de que todas las personas vivan con plenitud y florezcan en humanidad.
La participación constructiva favorece la opinión ilustrada, dando a conocer los pormenores de la agenda abordar, de la problemática a resolver o del proyecto a desarrollar. Es una participación que procura generar un clima de confianza y de seguridad para todos, evita las amenazas o la coerción porque quien la promueve sabe que la medida de nuestra libertad depende de la medida de nuestros miedos.
Una participación que se pretende manejar a través del engaño y de la generación del miedo y la inseguridad, que hace sentir al grupo vulnerable o amenazado deja de ser auténtica y se convierte en manipulación. Ya que ésta es una tentación frecuente para los líderes es necesario que todos nos preparemos para evitar ser utilizados en pos de fines particulares que perjudican a la mayoría.
De ahí que un compromiso de los miembros de una sociedad sea mantener la empatía y la solidaridad, generar un clima de confianza que promueva la participación informada y comprometida, que los haga conscientes de la importancia de sus opiniones y contribuciones en un asunto determinado, de la trascendencia de sus decisiones en su vida propia y la del grupo.
Los recientes comicios electorales constituyeron un espacio privilegiado de participación en un momento histórico clave para el país. Vale la pena analizar este proceso y emitir un juicio crítico sobre el mismo. ¿Hasta qué punto fue inclusivo y transparente?, ¿hasta que punto se convirtió en manipulación? Vale la pena dar una respuesta.

martes, agosto 08, 2006

POSGRADOS: complejidad y futuros

Autora: Dra. Celine Armenta
Publicación: e-consulta.com.mx, 8 de agosto 2006

Son miles, varios miles y diferentes, las actividades profesionales que realizamos los seres humanos. Basta mirar a nuestro alrededor para confirmarlo. Y aunque, en principio, estas actividades requieren una formación universitaria específica, la verdad es que en todo nuestro planeta se ofrecen sólo varias docenas de carreras diferentes. No más.

Las universidades han flexibilizado sus planes de estudio de las licenciaturas, y se preocupan por que sus estudiantes aprendan a aprender, y cobren conciencia de que deberán aprender al salir de las aulas. Pero la necesidad y responsabilidad de aprender a lo largo de toda la vida recae en cada profesional, y seguramente así será durante muchos años, ya que no es posible que las instituciones ofrezcan los miles de carreras que demanda un mundo laboral en constante expansión e impensable diversificación. Además, en nuestro mundo moderno, es común que cada sujeto cambie literalmente de profesión al menos tres veces en su vida laboral. Y con frecuencia debe cambiar sobre la marcha; asumir responsabilidades y simultáneamente aprender a desempeñarlas.

Ante este panorama, los posgrados cumplen una función crucial. Se cursan al inicio o mitad de la vida profesional; o incluso tras la jubilación, para afinar conocimientos, o para cambiar de profesión; para ahondar en lo que se sabe, para aprender a enseñarlo, o para generar conocimientos nuevos.

La ventaja de los posgrados sobre las licenciaturas es que, ellos sí pueden tomar miles de formas diferentes. Los hay especializantes y ampliadores de horizontes; algunos se diseñan para recibir egresados de cualquier carrera, y otros sólo admiten a miembros de un mismo gremio. Los hay cortos y largos, de investigación y de entrenamiento supervisado; totalmente teóricos o por el contrario enteramente prácticos. En nuestra misma ciudad, la diversidad es enorme.

Ahora bien, esta rica diversidad obliga a quien quiera estudiar un posgrado, a tomar muchas decisiones. Deberá discernir si lo que quiere es mejorar sus ingresos, modificar su perfil profesional, ampliar sus horizontes de conocimiento, aumentar sus posibilidades de gozar la vida, dejar huella en la historia, crecer intelectual y espiritualmente, o cualquier mezcla de estos u otros objetivos. Cada quien, de acuerdo a sus circunstancias y sus valores deberá plantearse un futuro, y elegir de entre la vasta oferta de posgrados, los temas, contenidos y tipos de posgrado que más se adapten a este futuro.

Además, junto con la elección del tema y orientación del posgrado que se desea cursar, hay que cuidar la calidad del posgrado. Y a este respecto hay recomendaciones claras.

Puebla es una ciudad universitaria con muy buenos posgrados en muchas instituciones; pero también hay programas deficientes e incluso algunos fraudulentos. ¿Cómo elegir lo mejor?

Por principio de cuentas, y a menos que alguien desee estudiar por el puro placer de aprender sin importar los títulos, hay que asegurarse de que el posgrado tenga validez oficial. Enseguida hay que verificar que cuenten con una planta docente óptima; como en el resto de la educación, el docente es parte medular de la calidad de un programa. Luego hay que mirar las instalaciones, equipamiento y recursos bibliohemerográficos. Las universidades serias, sean grandes o pequeñas, suelen permitir que el estudiante potencial conozca de cerca el posgrado: que asista a una clase u otra actividad escolar, que platique con docentes y alumnos, o presencie algún examen de titulación.

Ante tantas decisiones, conviene tomarse el tiempo necesario. Este es el momento de decidirse a estudiar un posgrado en 2007, para empezar enseguida la búsqueda de lo que mejor se adapta a las propias metas.

Finalmente, hay varios errores que deben evitarse. Uno de ellos consiste en elegir un programa con beca en efectivo, por encima de un programa que satisfaga las propias aspiraciones. Si el contenido, tipo y orientación del programa no coincide con las metas del estudiante, la beca sólo empeorará la insatisfacción, aumentará presión y acelerará el fracaso. Hay excelentes programas que no están en el Padrón Nacional de Posgrado (PNP); intrínsecamente, no estar en dicho padrón no dice nada de la calidad de un posgrado; la enorme variedad y diversidad de los programas rebasa las posibilidades de registro en el PNP. Hay muchos otros tipos de acreditación y aseguramiento de la calidad de los programas, de sus académicos, y del impacto y satisfacción de sus egresados; y estos elementos suelen estar disponibles para quien lo solicite.

En fin, no hay manera sencilla de construir nuestro propio futuro, y de asegurar que será satisfactorio; pero nuestra ciudad ofrece suficientes buenos programas para nuestra diversidad, y la complejidad contemporánea parece asegurar mejores oportunidades a quienes más avanzan académicamente, a sus comunidades y a sus países. Todo aquel que pueda, debería hacer un posgrado.

viernes, agosto 04, 2006

Del gobierno de la alternancia a la crisis política

Autor: J. Gerardo Palomo González
Publicacion: La jornada de oriente, 4 agosto 2006.

La forma en que se condujo el proceso electoral del 2 de julio y sus resultados han terminado por instalar al país en una crisis política cuya gestación se advertía desde el momento en que partidos y gobierno avanzaban hacia dicho acto en sus respectivas crisis. Y la razón es sencilla: el antiguo régimen permaneció en píe sin que se advirtiese ni visión ni voluntad política por parte del gobierno y su partido, en el sentido de impulsar por lo menos dos líneas de trabajo cuyas agendas terminaron, por así decirlo, trabadas. La primera se refiere a grandes problemáticas del ámbito interno como el crimen organizado, medio ambiente, combate a la pobreza y educación, o a un decidido impulso al rubro energético en el que se apoyara la política exterior, por ejemplo; la segunda comprende al conjunto de reformas políticas que era necesario enfrentar para sentar las bases de un nuevo régimen político. Condición indispensable para contar con una dinámica política efectivamente democrática que atenuara la fuerte conflictividad que implica solucionar las problemáticas anteriores y estructurando las relaciones entre los diferentes actores políticos en torno al interés de la nación.
Por el contrario, el llamado gobierno de la alternancia se desgastó intentando privatizar la seguridad social, no frenó el crecimiento del crimen organizado pero sí manipuló las instituciones de la República tratando de desaforar al jefe de gobierno de la capital del país; cultivó una necedad llamada “reformas estructurales” y se dedicó también, con singular aplicación, a preservar los privilegios corporativos de cuanto sector le rindiera homenaje. De manera significativa, la missdel magisterio, uno de los principales operadores de la Guerra Fría del Imperio, y los grandes consorcios televisivos, también dominados por intereses geopolíticos ajenos a nuestro país, recibieron trato especial. Auténticos grupos de poder, entre otros, con cuya ayuda el candidato del partido en el gobierno siguió una trayectoria electoral caracterizada por la mercadotecnia del miedo, deliberadamente ajena a las grandes problemáticas nacionales, sin propuesta de soluciones, tratando de atribuir algo de providencialismo a un candidato cuya experiencia de gobierno fue sencillamente mediocre y ocultando la ausencia de resultados del gobierno saliente. Un conjunto de inconsecuencias que ha terminado por ampliar la crisis política ya mencionada si tomamos en cuenta que, por un lado, al no atender realmente los grandes problemas del país la administración gubernamental panista no respondió al mandato que le otorgó la sociedad en 2000; y, por otro, que tampoco logró consolidar la estructura de un régimen democrático en cuyo contexto los principales actores políticos establecieran las reglas de actuación entre ellos y con respecto al poder en función del interés de la nación. Un objetivo que implicaba construir una voluntad política plural para poder avanzar en la eliminación de privilegios corporativos. En lugar de esto lo que tenemos ahora es un deterioro institucional más, la pérdida de credibilidad del otrora ejemplar IFE, y la generación de un conflicto mayor: el hecho de que la elección presidencial misma no esté resuelta.
La figura política del candidato panista presenta un déficit de legitimidad no sólo por el hecho de aferrarse a una discutible ventaja electoral de medio punto porcentual y pretender que esto sería suficiente para hacer gobierno, sino también porque al estar en entredicho la propia actuación del IFE, cuestionamiento en el que también participa la comunidad científicoacadémica del país, dicha ventaja pierde credibilidad y consenso por parte de actores políticos y sociedad; a lo cual se agrega la suspicacia generada por el hecho de oponerse radicalmente a la apertura de los paquetes electorales y el hecho, contradicción mayor para el propio PAN, de que el pírrico medio punto no existiría de no haber contado con la “ayuda” de esa parte del PRI que decidió apoyarlo de manera velada o abierta.
Y resulta que el candidato panista invoca un gobierno de coalición para resolver la falta de legitimidad de la administración gubernamental que él presidiría. Cuando lo único que estaría buscando es integrar con otras fuerzas, en particular con partidos de izquierda, un gobierno que apruebe y “legitime” la entrega de Pemex, de la CFE e inclusive de los importantes recursos bióticos con los que cuenta el país, a las grandes multinacionales del vecino país del norte. Pues como fiel representante de los grupos de poder que financiaron y apoyaron su campaña, ahora le toca entregarles los principales elementos de poder (Aron) que todo Estado-Nación reconoce como tales. Y sería difícil descartar que ciertos sectores del PRI decidan apoyar dicha maniobra pues tampoco serían ajenos a los intereses de tales grupos.
Finalmente, un aspecto a no perder de vista en medio de esta crisis, es el que nos indica que lo más apegado a los intereses del imperio y los grupos de poder políticoeconómico contrarios al interés de la nación, es precisamente un gobierno débil cuyo déficit de legitimidad lo obligue a negociar desde el principio reconocimiento y un apoyo externo constantes. Con lo cual su toma de decisiones se daría en función de una relación de dependencia que no le dejaría mayor margen de maniobra y sería fácilmente manejable desde el exterior.