martes, febrero 19, 2013

Dos libros para recomendar


Autoar: Laura Angélica Bárcenas
Publicado: e-consulta, 13 de febrero de 2013

     En las últimas semanas he leído un par de libros que les quiero recomendar. Los autores un hombre y una mujer, ambos poblanos, ella ya considerada de la tercera edad, me imagino que él de la segunda, ella muy famosa, él menos conocido. En realidad, los dos textos son distintos pero los dos reflejan la personalidad de cada autor y cada uno logró captar mi atención de principio a fin, además me hicieron menos tediosas las interminables filas para hacer trámites burocráticos.
     Primero hablaré de la "Emoción de las cosas" de Ángeles Mastretta, este libro es una autobiografía y a través de sus páginas la autora va narrando lo que muchas cosas y personas, desde su infancia, han ido significando para ella. La relación con sus hermanos, sus padres, amigos, primos, sobrinos, mascotas, textos, casas y muchas cosas más. También expresa cómo fue su vida mientras vivió en Puebla, cómo decidió irse a la Cd. de México y cómo ya no volvió.
     Platica de su relación con Héctor Aguilar Camín su compañero y la forma en que sus hijos fueron conquistando su vida. Me encantó, me sentí atrapada en estas líneas, tal vez porque soy poblana y mujer, de tal modo que sólo paraba de leer para dormir y para cumplir con mis obligaciones laborales y de ama de casa. Tal vez por eso me tardé un poco más de una semana en leerlo, me sentí fascinada pues la narrativa es amable y de una cercanía personal en donde la autora nos muestra su vida.
Mientras que el otro texto, lo leí en menos de una semana, hay que aclarar que es más pequeño, pero no menos interesante. El autor es José Sánchez Carbó y su libro se titula "Con las costillas intactas"; es una colección de cuentos; a diferencia de la delicadeza y exquisitez del texto de la Mastretta, éste se observa escrito por un varón en el que narra las peripecias casi cómicas, pero bastante dramáticas de diferentes hombres a diferentes edades enredándose, casi todos en asuntos amorosos o sexuales, por lo que tiene una fuerte carga erótica.
     Los personajes son de todas las edades, adolescentes, jóvenes veinteañeros, hombres más maduritos y que han cumplido el medio siglo; pero ninguno de ellos es un anciano, sin embargo eso no le quita que uno quiera leer un cuento de principio a fin, para saber qué más pasó. En más de una ocasión, sonreí y hasta reí ante las situaciones ridículas que estaban viviendo los personajes de estas historias, pero en todas las ocasiones, la ironía mostrada me puso a pensar.

Retos a los cristianos en el siglo XXI


Autor: José Rafael de Regil Vélez,datos del autor haz click aquí
Publicado: Síntesis Tlaxcala, 14 de febrero de 2013

     El lunes 11 de febrero de 2013 muchas personas en el mundo quedaron cuando menos sorprendidas: Joseph Ratzinger, obispo de Roma y papa bajo el nombre de Gregorio XVI, anunció su renuncia al ministerio pastoral y gobierno de la Iglesia Católica Apostólica Romana.
     En el consistorio –reunión que tiene el papa con cardenales- el prelado señaló que tras considerarlo detenidamente y fiel a su conciencia tomaba la decisión porque los asuntos que debe tratar la cabeza de la Iglesia requieren fuerza física y mental, misma que en él ha ido en merma, en especial en los últimos tiempos.
     Hay personas para quienes el problema estriba en quién ocupará la sede vacante. El sucesor de san Pedro debe conducir el destino religioso de millones de personas y todos los deben seguir. Pero en realidad no es eso lo que debe mover a la reflexión sino lo que el mismo Benedicto XVI señaló: la forma en la que en el mundo actual deben conducirse la Iglesia y los cristianos para sumarse a la construcción de un mundo más como Dios quiere.
      La coyuntura de la renuncia y elección del máximo dirigente católico es una buena ocasión para detenerse a reflexionar sobre los desafíos que presenta el mundo actual a los seguidores de Jesús de Nazareth y los valores del Reino de Dios que predicó y que tienen que ver con la justicia, la verdad, el amor, la compasión, la misericordia, la solidaridad.
     Por una parte hay que afrontar el desafío de que ese mensaje no llega a muchas personas por los escándalos que ha habido como la pederastia, el manejo del dinero. Pero más en el fondo porque las palabras y los ritos con los que se evangeliza son rancios, excesivamente eurocentristas, medievales. La reforma litúrgica que pidió el Concilio Vaticano II sigue siendo un tema realmente pendiente.
     Durante los pontificados de Juan Pablo II y el propio Benedicto XVI la teología, como reflexión seria sobre los problemas de las mujeres y los hombres y la forma en la que pueden ser vistos desde la fe y argumentados con seriedad, sufrió gran pérdida de libertad por un excesivo control centralista de parte de la burocracia vaticana. Hay muchos tópicos en los cuales hay que expander la reflexión teológica para que haya verdadero diálogo y no solo anatematización: eutanasia, aborto, matrimonio homosexual, contracepción, profilaxis reproductiva, diálogo interreligioso, bioética, comunicación social. Urgen palabras serias en lenguajes comprensibles a los contemporáneos que incorporen los avances de la ciencia y la filosofía de tal forma que sean verdaderamente luz para quienes quieran andar la vida al estilo del Evangelio.
     Hay, por otra parte, que repensar la formación de los ministros y sacerdotes, la necesidad real actual del celibato, el papel que puede y debe jugar la mujer al interior de las estructuras eclesiales, la fidelidad a los millones de empobrecidos a quienes hay que sumar el banquete de la vida del cual los excluye un sistema económico de mercado y la complicidad entre eclesiásiticos y los poderes económicos y políticos que se ha dado y que puede seguirse dando en muchos lugares del mundo.
     Urge, sí, que el papa que entre pueda conducir la estructura religiosa que le será encomendada de manera dialogante con las necesidades reales del mundo actual; pero apremia igual o más que quienes se consideran cristianos entiendan que la responsabilidad día a día de transmitir los valores de Jesús que dicen que orientan su vida es de cada uno de ellos y esta responsabilidad no la pueden transferir a ningún jerarca.

Liderazgo y Distancia Jerárquica


Publicado: La Primera de Puebla, 14 de febrero de 2013

Uno de los artículos más leídos en mi blog ha sido el que titulé ¿Distancia Jerárquica? http://veraalexis.wordpress.com/2011/02/25/distancia-jerarquica/  y me han recomendado escribir un poco más al respecto. Creo que el tema ¿desigualdad?, en nuestra cultura, es tópico de relevancia porque todos los días padecemos alguna situación vinculada con el desequilibrio social y económico que prevalece en México; porque en nuestra sociedad todos somos iguales, pero algunos son más iguales que otros... como se dice por ahí.
En efecto, la discriminación en nuestra cultura se vive cotidianamente, basta recordar la famosa frase de ?como te ven te tratan? y basta echar un vistazo al trato que un subordinado da, por lo regular, a su jefe y viceversa para darnos cuenta que, evidentemente, nos gusta hacer notar diferencias entre la gente.
En esta ocasión quiero abordar la forma en cómo el liderazgo de un jefe influye en el tipo de relaciones jerárquicas que se tienen en una organización. Decía que en el artículo ?Distancia Jerárquica? abordé por primera vez esta dimensión, que se refiere a la aceptación social de la desigual distribución del poder. Como es fácil imaginar, México es un país con distancia jerárquica (DJ) alta porque su sociedad por lo general no ve mal que el poder se distribuya asimétricamente. Nos parece normal y bueno que existan diferencias abismales entre pobres y ricos; entre jefes y subordinados; entre indígenas y mestizos... En otras culturas, como las nórdicas, las grandes diferencias son menos aceptables y, por lo tanto, la distancia entre pobres y ricos, jefes y subordinados, pueblos y ciudades, es mucho menor que en los países latinoamericanos.
En relación al liderazgo, un jefe determina el tamaño de DJ que prevalece entre él y sus subordinados y, por lo tanto, la amplitud de la distancia social (que puede ser alta o baja) que se vive y respira dentro de su organización o grupo. Es decir, el jefe pone el tono de la relación: si él se siente un ser humano superior a los demás, así actuará y los demás entenderán el mensaje. Pedirá que se le hable de ¿señor director? o ¿señor presidente? o que se le nombre por su título: licenciado, maestro, ingeniero, doctor, etc.
Aunque el jefe no determine el nivel de sueldo (una de las variables que mide la DJ) de sus subordinados, sí fija el tipo de trato que da a los demás que ¿desde la perspectiva de la distancia jerárquica- puede ser cercano o distante. Pero hablando de sueldos, éstos son un perfecto reflejo de la distribución del poder en una sociedad. En la nuestra, como sabemos, los sueldos son muy desiguales. Empresario rico, empresa pobre, es también un conocido adagio que describe la manera en cómo por lo regular los dueños de los negocios distribuyen la riqueza en países como México. Y generalmente los demás lo vemos bien; está bien que los jefes ganen desproporcionadamente más, porque son jefes?
El problema de una relación jefe ? subordinado lejana es que dificulta la generación de un ambiente de trabajo inspirador donde todos los colaboradores dan su máximo esfuerzo todo el tiempo por su equipo o por la organización que los contrata. La cercanía entre personas inspira, la lejanía esteriliza. Los grandes lugares de trabajo se construyen, según preceptos y prácticas documentadas por el Great Place to Work Institute, a base de relaciones humanas estrechas y respetuosas. Entre más lejano se ve el jefe de los demás, más difícil es la conexión y colaboración que crea el desempeño superior en las organizaciones.
La gente siempre va a trabajar, se le hable de tú o de usted, de ingeniero o por su apodo; la diferencia es el nivel de inspiración y desempeño que se alcanza en un equipo con DJ baja versus otro con DJ alta. Las organizaciones de alto desempeño tienen equipos con distancia jerárquica generalmente baja. En lugar de ocuparse de las formas, dichos equipos se ocupan de los fondos y eso resuelve más, produce más. No quiero decir con esto que las formas no importen, sino que son, en el mejor de los casos, secundarias para la productividad.
Para crear un entorno con baja distancia jerárquica quien se debe bajar primero de la nube es el jefe y los demás seguirán en consecuencia. Este trabajo parte de un ejercicio serio de reflexión en el que el líder se visualice como servidor, no como gobernante que está por encima de todos, y lo demuestre con pequeñas y grandes obras cotidianamente sin olvidar que los detalles cuentan. Un buen primer paso sería hacer los títulos a un lado y llamar a todos por su nombre, esperando a que algún día esto se refleje en sueldos menos dispares también.

miércoles, febrero 13, 2013

Lo trascendente sobre lo inmediato

Autor: José Rafael de Regil Vélez Datos del autor haz click a quí
Publicado: Síntesis Tlaxcala, 08 de febrero de 2013.

     Ni la explosión en el edificio de Pemex ni el proyecto de resolución por parte del IFE de que López Obrador excedió gastos de campaña han podido opacar la indignación servida por muchos compatriotas a raíz de la excarcelación de Florence Cassez. Familiares de las víctimas, activistas de los derechos humanos claman justicia.
     Para recordar: la Suprema Corte de Justicia de la Nación en última instancia decretó que la procuración del proceso contra la francesa se hizo de forma indebida, de tal suerte que sin importar que la señora fuera o no culpable se le liberó porque el ministerio público no hizo su trabajo como lo tendría que haber hecho.
      La legislación señala cómo debe ser el proceder de una autoridad fiscalizadora ante una posible conducta delictiva, lo cual se supone hecho pensando en las víctimas, la condición humana del victimario y el interés público. Es obligación de los burócratas involucrados procesar conforme a derecho.
     Lo conflictivo estriba en que todo lo presentado a la ciudadanía en torno a Cassez muestra a una extranjera secuestradora,  partícipe de una asociación delictuosa que hizo daño a muchas personas cuyos familiares reclaman que sea resarcido todo el mal que se les ha infligido. Todos nos sentimos incómodos por su liberación.
     Es urgente, inmediato, mantener a personas así tras las rejas, en el lugar que tienen de sobra merecido, incluso usando con alguna laxitud el marco jurídico; total: es delincuente y bien merecido lo tiene.
     Desde esta perspectiva se entiende la animadversión contra la sentencia aprobada en el máximo órgano jurídico. Hay una sensación de que nos han vulnerado a todos por salvaguardar -tal vez- a una sola persona, que para colmo es europea y no compatriota nuestra.
    Creo sinceramente que  vale la pena detenerse un poco y mirar de manera menos inmanente y mucho más trascendente; valgámonos un poco de la imaginación:
Cualquiera de nosotros un día común y corriente es detenido por una autoridad judicial, la que actúa a su entender, sea por ignorancia, sea por mala fe, como en el documental «presunto culpable». En ese caso nuestra suerte parecerá echada, aun cuando se fuera inocente: la tenemos perdida de antemano. ¿A qué apelar si las cosas se pusieran así de feas? ¿Al parecer del agente del ministerio público?, al del juez que sentenció con base en la averiguación que instrumentó el primero? ¿A qué se cuenta con un amigo o pariente influyente?
     La respuesta sensata es: a que se siga la ley de una forma debida, correcta, de tal manera que se pueda saber si realmente existió o no delito. De no ser así, todo queda muy frágil, más de lo que es por la fragilidad y corrupción de quienes la administran.
     La sentencia de la Suprema Corte me parece una invitación a fijarnos más allá de lo inmediato, en lo trascendente: en que la justicia sea asegurada y justamente procurada, impartida, fallada, dictaminada conforme a los procedimientos legales que cobijen a los ciudadanos; que a partir de estos puedan ser establecidas demandas contra quienes procedan fuera del debido proceso, sea por la razón que fuere.
    El momento actual nos pide que relativicemos el sentimiento que nos produce la persona de Florence Cassez para que apostemos por las de todos los mexicanos que debamos acogernos a la justicia. Eso es lo razonable.