Publicado: Síntesis Tlaxcala, 30 de noviembre de 2012
En
un encuentro sobre redes sociales con universitarios que estudian licenciaturas
relacionadas con la comunicación una alumna comentó a los panelistas: “ustedes
los adultos piensan que las redes sociales son sólo un medio más, pero quienes
crecimos con ellas pensamos que son una forma de vida. No son como la
televisión o la radio”.
La
afirmación de la estudiante es importante, porque pone en la mesa el papel que
hoy juegan en la vida humana y cómo esta tecnología se inscribe en una forma de
comunicación que no responde al tradicional esquema de un emisor muy definido
que envía un mensaje a un receptor muy definido que es visto fundamentalmente
como consumidor del mensaje y sólo colateralmente recibe retroalimentación. Por
eso a lo largo del tiempo hay quienes han preferido llamar a cosas como la
prensa, la tv, el cine medios de información, porque no se da en ellos la
dinámica de la comunicación en toda la extensión de la palabra.Las redes sociales como Facebook, Hi5, Twitter, LinkedIn, han sido concebidas ya bajo el esquema de WEB 2.0, o sea, una red en la cual todos pueden ser productores y consumidores de contenido; donde cada quién decide lo que es pertinente compartir y recibe la retroalimentación que su publicación merezca para quienes lo siguen.
Sí, este es un medio muy diferente, es interactivo, democratizado, poco controlado. Sus posibilidades son enormes. En una red social una persona puede encontrar un espacio para que su hogar se afiance; es decir, que permite trato con personas de la propia cotidianidad, pero más allá de ellas. Las familias que viven disgregadas comparten noticias, fotografías, se ponen de acuerdo, se mantienen al tanto con la genialidad de que lo pueden hacer de manera síncrona o asíncrona. Los amigos o los grupos incluso escolares pueden debatir, afinar juicios, compararlos y eso enriquece la búsqueda humana de la verdad. Quienes viven un problema político pueden fácilmente hacerlo visible para muchas personas que pueden sumarse de alguna forma a la presión política que supone lidiar con situaciones como las que originaron en el pasado cercano la primavera árabe o el yo soy 132 en la coyuntura electoral reciente de nuestro país.
Sin embargo es verdad también que poner los datos personales en un lugar de acceso casi universal aumenta nuestra vulnerabilidad; que podemos alimentar nuestro narcisismo contemplándonos insanamente en nuestro número de seguidores, podemos movernos en el imperio del desorden intelectual y la anarquía de la trivialidad. Instrumentos como Twitter pueden vaciar la comunicación de contenido sacrificando profundidad por cantidad de caracteres. Es posible sembrar rumores, generar pánico, tener mil amigos en el Facebook, pero ninguno en la vida real… en fin… También es posible generar incomunicación, superficialidad, falta de humanización.
Las redes sociales han surgido como un gran medio de comunicación, pero son sólo eso, un medio. Su potencia humanizadora o deshumanizadora dependen de las personas de carne y hueso, de que entiendan sus propios proceso comunicativos, lo que los hace crecer como seres humanos, la forma en que socializar los construye y el conocimiento del funcionamiento de la realidad virtual para que con todo ello el medio llegue a un fin que nos es la hiperrealidad, sino cada quien, con sus soledades, sus aperturas, sus miedos y la necesidad siempre permanente de comprometerse en la realidad en la cual hay que dar respuesta para que la dignidad humana vaya siendo realmente posible.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario