Autora: Laura
Angélica Bárcenas Pozos. Si quieres conocer más datos sobre ella, haz click aquí
Publicado en Lado B, el 27 de agosto de 2014.
Hace unos días me contaron una historia que calificaría de
terrorífica. Una persona que egresó de cierta normal hace cinco años ha
presentado exámenes para obtener plaza durante cinco años, los cuatro primeros
obtuvo lugares dentro de los treinta primeros lugares (es importante señalar que el primer año
obtuvo el mejor lugar y cada año bajo dos o tres lugares) y este año que es el
quinto obtuvo un lugar más bajo del 150; lo que a esta persona le resultó poco
lógico, porque aunque no es el mismo examen, es la misma estructura.
Lo triste es que durante esos primero cuatro años este
personaje iba a la Secretaría de Educación Pública y le hacían dar vueltas y
vueltas, esperaba por horas, trataba de indagar qué plazas se habían asignado y
cuándo le tocaría, etc. y mientras esperaba veía cómo llegaba algún personaje
del SNTE con un paquete de expedientes y a los pocos días de eso, se les
informaba a los que estaban en espera que no había más plazas. Un año y otro
esta persona estuvo esperando para que pudiera obtener una plaza, pues pensaba
que si estaba en un buen lugar en los resultados de exámenes que aplica el INEE,
algo debía tocarle.
Lo grave es que este año, al obtener este tan poco digno
lugar, no esperaba que le pudieran dar una plaza: si en un buen lugar del examen no lo
había conseguido, pues menos ahora. Así que ni siquiera se paró por la SEP para
saber si tendría plaza. Sin embargo a los pocos días recibió una llamada a su
casa del SNTE para pedirle que fuera a dicho sindicato. Ilusamente
nuestro protagonista pensó que le darían una plaza, pero muy lejos de eso, le
dijeron que había una de un profesor jubilado, pero que tenía un costo de
ciento ochenta mil pesos y que ese dinero era para el profesor.
¿De dónde voy a sacar yo ese dinero, si no tengo trabajo? Se
preguntaba cuando me narraba toda esta historia y yo
prácticamente con la boca abierta no daba crédito de que estas cosas sigan
sucediendo cuando se supone que todo ha cambiado.
Por un lado el Instituto Nacional
para la Evaluación de la Educación (INEE) se encarga de la evaluación, por otro
lado la señora Elba Esther Gordillo está refundida en la cárcel y además se
supone que la SEP se encarga de otorgar las plazas. Entonces ¿qué está
pasando?, ¿qué falta hacer para que las plazas lleguen a los profesores mejor
evaluados?, ¿para que los docentes de reciente egreso puedan obtener una plaza
si muestran que están aptos para ellas?
Inicialmente es necesario que el SNTE se dedique a proteger
los derechos de los miembros de este sindicato y que no siga este contubernio
SEP-SNTE (o cualquier otro sindicato) sobre el otorgamiento de plazas. Desde mi
punto de vista es necesario que se genere una entidad en el INEE que se asegure
que las plazas sean otorgadas a los mejores profesores. Todos sabemos que este
no es el único factor para que nuestro sistema educativo esté en el estado
deplorable en el que se encuentra, sin embargo que los mejores docentes estén
frente al aula es uno de las primeras acciones que puede llevar a sistema
educativo a iniciar su mejora.
Si las plazas se siguen comprando al mejor postor no
tendremos posibilidad alguna de garantizar la mejora de la calidad en la
educación en México. Pero ¿cómo rompemos este círculo vicio SEP-SNTE?
Creo que se requiere
desestructurar el SNTE, quitar estos vicios y estas prácticas, porque todos
sabemos que si hay un vendedor es porque hay un comprador, y no solo se están
expendiendo las plazas a profesores nóveles, sino también toda solicitud de los
profesores en servicio: si quieren cambiar su clave de adscripción, si quieren
lograr un mayor número de horas, etc. Se ha desarrollado una cultura no de
servicio, sino de comercio que líderes sindicales y sindicalizados consideran natural en el SNTE y en todos los sindicatos.
Así que haber detenido a la señora Gordillo, no ha servido
de nada, porque la estructura sindical está tal cual ella la dejó; y no sólo la
estructura, sino las prácticas nocivas que afectan al sistema educativo nacional
siguen igual que antes de la detención de la lideresa. Bien sabemos que han
impuesto a nuevo líder magisterial el señor Juan Díaz de la Torre, quien tiene el apoyo de la presidencia y al
que ahora están haciendo rico los profesores. El SNTE sigue siendo un monstruo
porque es el sindicato más grande de Latinoamérica y desgraciadamente no está
cumpliendo con su función.
Así que ahora le pregunto al señor presidente de este país,
¿hay las intenciones de mejorar la educación? O sólo nos han dado atole con el
dedo, porque la señora Gordillo había adquirido tal poder que estorbaba a los
intereses de la presidencia de la república y realmente lo que pase con la
educación y con los niños y jóvenes en México tiene sin cuidado a los
políticos.
Siempre se dice que todo cambio trae sus beneficios, pero
este no es el caso, pues todo ha cambiado en educación para seguir igual… ¡qué
tristeza!
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