Autor: Alexis Vera
Publicado: e-consulta, 13 de agosto de 2012
Tras ver la clausura de la
olimpiada de Londres uno puede sorprenderse con muchas cosas de lo ahí
exhibido. A mí me pareció especialmente interesante reflexionar sobre la
cantidad de aportes que la cultura inglesa ha brindado a la humanidad a lo
largo de su historia. Desde lo artístico hasta lo deportivo, pasando por lo
científico, político y económico. Sin duda la cultura británica ha sido una de
las grandes contribuyentes al progreso y bienestar de la humanidad. La pregunta
es: ¿por qué?
Los ingleses no tienen dos cabezas ni cuatro
brazos. No son súper dotados, pues. Son seres humanos comunes y corrientes.
Entonces, ¿qué los hace tan creativos (en el sentido estricto de inventar cosas
o ideas útiles)? Considerando que no tienen más neuronas que todos, podemos
entonces descartar con cierta tranquilidad la variable naturaleza. Es decir, no
es su naturaleza la que los ha hecho grandes creadores; no nacen siendo
inventivos. La variable cultural se convierte de gran significancia para
intentar explicar porqué los ingleses han aportado tanto. Es entonces su
cultura, su forma de hacer y resolver en colectivo, lo que hace la diferencia.
Analicémoslo un poco.
Rasgos culturales
sobresalientes en los ingleses
Me gustaría destacar, en primer lugar, que el
británico promedio es, por lo general, un sujeto disciplinado. Esto se
manifiesta en aspectos como su puntualidad y respeto por lo público (ciudades
generalmente limpias y sin gente infringiendo las reglas, por ejemplo).
En
segundo lugar, la cultura inglesa es de pensamiento riguroso, lo contrario al
"ahí se va". Son de estándares exigentes y les gusta cumplirlos. No
se conforman con cualquier cosa. Un tercer aspecto es que es una cultura con
muy bajo control de la incertidumbre. Es decir, tienen gran tolerancia a lo que
es incierto o inseguro, se sienten más cómodos arriesgando que otras
culturas.Son emprendedores (basta ver su gran historia como exploradores). Una
cuarta dimensión cultural que los distingue es su baja distancia jerárquica. No
les gustan las distancias; allá no se dicen licenciado, ingeniero o maestro.
De
hecho en su lengua ni siquiera existe el "usted", siempre se habla de
tú (you). Por lo tanto, es una sociedad que se siente más incómoda con las
desigualdades entre las personas y, desde mi punto de vista, esto facilita la
organización de colectivos, ya sean empresas, instituciones u organizaciones en
cualquier sector.
Evidentemente, su sistema educativo también juega
un papel importante. A los niños se les enseña a pensar por sí mismos, no a
seguir al pelotón en bailables y tablas rítmicas.
Cuando uno trata con un
inglés se nota que lo que se le está comentando lo procesa en su mente. No
dicen que sí nomás por que sí o prometen cosas que ni han pensado si podrán
cumplir. Son más asertivos en su comunicación, es decir, dicen lo que realmente
sienten sin ser agresivos. Esto facilita el trabajo en equipo que, como casi
todos sabemos, es fundamental para el progreso de cualquier pueblo o grupo
humano. Podríamos hacer un análisis más minucioso, incluso antropológico de su
cultura, sin embargo espero que con estas ideas sencillas sea suficientes para
comparar y aprender.
Implicaciones para los
mexicanos
Todos estamos muy orgullosos de la medalla de oro en
futbol; símbolo de que los mexicanos tenemos madera para grandes cosas. Sin
embargo, como insinuó el comentarista Javier Alarcón en la transmisión de esa
final, la medalla de oro es apenas un pequeño alivio contra todos los dolores
de la sociedad mexicana. De las olimpiadas y, en particular de los ingleses,
podríamos aprender grandes cosas, empezando por la disciplina, orden y sentido
de lo público con que se conduce la sociedad británica por la vida. El mexicano
promedio es poco disciplinado (y se manifiesta, por ejemplo, en su
impuntualidad crónica); poco ordenado (sólo asomémonos a un mercado); y con
pobre sentido de lo público (que se refleja, por pensar en algo rápido, en
calles y banquetas sucias).
Pero también podemos aprender de su distancia
jerárquica baja que distribuye mucho mejor la riqueza que nuestra sociedad que
conserva una gran disparidad entre ricos y pobres. Finalmente, podríamos
aprender de su cultura de emprendimiento y descubrimiento para transformar
nuestra baja tolerancia a la incertidumbre y a lo desconocido, y de esta forma
agruparnos para emprender más y mejor en todos los ámbitos. Mi blog: http://veraalexis.wordpress.com
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