Autora: Marisol Aguilar Mier
Publicado: e-consulta, 12 de febrero de
2014
La decisión de cancelar la aplicación
de la Prueba ENLACE (Evaluación Nacional del Logro Académico en Centros Escolares)
ha generado reacciones de todo tipo. Sin embargo, antes de aplaudir o castigar
esta medida conviene analizar sus pros y contras.
Empecemos por el principio. Toda esta
revuelta inicia a finales del mes de diciembre cuando se dio a conocer la noticia
mediante una serie de declaraciones confusas que generaron sospechas. La
decisión (buena o mala) no fue bien comunicada pues presentó múltiples
contradicciones por parte del Secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet
quien primero afirmó que la aplicación de la prueba estaba en “veremos”,
después que se cancelaba y finalmente “que su aplicación ya no le tocaba a la
SEP, sino al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE).
Después del “lavado de manos” el INEE
tuvo que emprender una fuerte campaña de información para aclarar los motivos
detrás de esta decisión. Sobra decir que las críticas que han recibido sus
integrantes abundan, especialmente por parte de la organización Mexicanos
Primero pues se considera que al dar marcha atrás nos sometemos a los
caprichos del movimiento magisterial puesto que desde la anunciada Reforma
Educativa sus líderes rechazaron fuertemente los procesos de evaluación, lo
cual, -opinan algunos- nos hace regresar al obscurantismo y a la opacidad del
sistema educativo nacional.
Pero, ¿cuáles son los argumentos a
favor y en contra detrás de esta polémica prueba? Antes de dar respuesta a esta
interrogante conviene aclarar que, si bien ENLACE es la evaluación por
antonomasia en nuestro país, no es ni la primera prueba estandarizada que se ha
aplicado ni la única fuente de datos con la que contamos. La conformación del
INEE en la década pasada fue sin duda el detonante de una era de evaluación en
México pues dicho organismo diseñó y aplicó la Prueba EXCALE (Exámenes para la
Calidad y el Logro Educativos) en el 2005, antes de que la SEP lanzara ENLACE.
Desde la opinión de diversos expertos, EXCALE es más robusta, confiable y
válida, tanto en su diseño metodológico como en su proceso de aplicación y
análisis. Por otro lado, fue también este organismo quien se encargó de la
aplicación de la prueba internacional PISA (Programa para la Evaluación
Internacional de Alumnos), que como sabemos, evalúa las competencias para la
vida de los jóvenes y tiene una aplicación trianual desde el año 2000.
Pero, volviendo a la pregunta,
retomemos ahora los aspectos positivos de ENLACE:
Al ser una prueba de aplicación anual y
censal permite identificar el logro y desempeño de cada niño, de cada escuela,
de cada directivo, de cada región y focalizar mejor los esfuerzos para resolver
las problemáticas educativas que pone en evidencia.
Se ha convertido en un instrumento de
rendición de cuentas pues sus resultados son públicos y están al alcance de
todos.
Ha logrado involucrar en mayor medida a
padres de familia quienes están más atentos a los resultados de la prueba y han
podido exigir a las escuelas estrategias de mejora.
Ha contribuido al empoderamiento de
actores de la sociedad civil quienes han emprendido campañas, acciones y denuncias
encaminadas a transformar el sistema educativo.
Se ha generado un banco de datos
histórico pues se cuenta con información desde el 2006, la cual puede ser
consultada por investigadores y expertos en el tema.
Puede servir como insumo para retroalimentar
la práctica docente pues permite a cada profesor identificar, a partir de los
resultados, qué aspectos debería reforzar más en su clase.
Estimula a los profesores y a las
escuelas en su totalidad a mejorar su desempeño y premia a quienes lo logran.
Y ahora, examinemos la otra cara de la
moneda:
La prueba ENLACE tiene un costo
aproximado de 200 millones de pesos. Considerando la grave situación en la que
se encuentran muchas escuelas que no cuentan con los mínimos indispensables de
infraestructura, equipo y recursos, esta cifra resulta desproporcionada y hace
que cuestionemos la manera en la que se distribuyen y emplean los fondos
destinados a la educación.
Diversos expertos han detectado serios
problemas estructurales y metodológicos en la prueba. Un ejemplo claro de ello
es la descontextualización de algunos reactivos. Este es un asunto serio en un
país tan desigual y diverso como el nuestro pues pone en desventaja a un alto
porcentaje de los niños y niñas que responden la prueba.
Al vincular los resultados de ENLACE
con la evaluación de los profesores y al otorgar un bono tanto a profesores
como escuelas que supuestamente obtienen un buen desempeño, se han generado
vicios y malas prácticas tales como el robo de la prueba, bloqueos para su
aplicación, copiado de respuestas, fraudes y un largo etcétera que ponen en
entredicho la confiabilidad y validez de los datos. Además, al compararlos con
otras fuentes como EXCALE o PISA, se encuentran grandes inconsistencias.
Los medios de comunicación han ejercido
gran presión utilizando los resultados de ENLACE para el linchamiento público
de los docentes y promoviendo una competencia poco sana que enfatiza “los
puntos” o la “calificación” más no el aprendizaje real de los alumnos.
Finalmente, ¿para qué hemos usado los
resultados de la evaluación? ¿de qué nos han servido? –además del lamento
y la decepción- La realidad es que no ha mejorado el sistema educativo, ni
mejorará por el simple hecho de evaluar.
Así pues, ENLACE, como toda prueba de
evaluación, es limitada y no puede usarse para todo como han pretendido las
autoridades educativas. Sin duda, ha constituido un avance pues un sistema
educativo sin datos, sin información, sin procesos de evaluación sistemáticos y
permanentes, carece de sentido. No obstante, hay que reconocer que la manera en
la que se ha manejado ha contribuido a una cultura de la evaluación desvirtuada
pues está lejos de ser una herramienta para saber cómo estamos, pero más
importante aún, cómo podemos mejorar.
El INEE no ha dicho en ningún momento
que renunciaremos a las evaluaciones del aprendizaje. Tampoco ha dicho que
ENLACE morirá. Lo que ha hecho es suspender su aplicación, para analizarla con
calma y de manera objetiva. Es decir, para evaluarla.
Es cierto que el panorama actual es
complejo y que la Reforma Educativa, si es que puede llamarse como tal, está
lejos de ser una realidad. Pero ¿no será buen momento para avanzar hacia otro
tipo de evaluaciones que verdaderamente retroalimenten y sirvan para mejorar? O
¿Debemos conformarnos con ENLACE a pesar de todo y aferrarnos a su uso con la
esperanza de que así cambiará la educación?
La autora es profesora de
la Universidad Iberoamericana Puebla
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