Autora:
Mónica Lorena Palafox Guarnero
Publicado:
Síntesis Puebla, 05 de marzo de 2014
Para
la gran mayoría de los padres el hecho de que su hijo tenga un amigo
imaginario, es motivo de preocupación. Dicho fenómeno se presenta en los niños
en el rango de los tres a los nueve años. Regularmente el adulto observa que su
hijo, de pronto empieza a referirse a un compañero que ha adquirido y con el
cual juego y sostiene conversaciones frecuentes durante el día. Naturalmente
estos "niños invisibles" a pesar de lo cual tal parece como si el
niño realmente lo viera. Sin embargo para el niño es tan real que incluso lo
llama por su nombre Juan, María, Luis etc., pero también puede llamarse como un
personaje de televisión o historia infantil. No es raro que el niño solicite
que le guarden un lugar en la mesa, en el auto, la sala. No se extrañe que el
menor llore si alguien se siente en el lugar donde se encuentra su compañero.
La mayoría de los compañeros imaginarios son del mismo sexo y edad que el niño que lo crea, aunque podría darse que un varón tenga una amiga imaginaria y viceversa.
Así mismo poseen características y cualidades que corresponde más bien a los adultos, al poseer fuerza, poder, conocimientos y autoridad, como un adulto.
Se ha llegado a pensar que existe una relación directa entre la inteligencia de los niños y la capacidad de crear compañeros imaginarios, ya que en su mayoría cuentan con una inteligencia superior.
El compañero imaginario cumple con la función de ser la conciencia, al consultarle si debe comer, acudir a cierto lugar, por lo que los padres se sienten muy enojados, dado que no los obedece a ellos sino a su amigo. Afortunadamente lo que el amigo le sugiere, corresponde a la petición del padre.
Conforma pasa el tiempo, el niño adquiere la habilidad de controlarse por sí mismo, sin necesidad del "auxilio" de los padres. Es así que el compañero imaginario es en este caso un paso intermedio entre el control por los padres y el autocontrol del niño.
No obstante algunos niños tienen amigos imaginarios para culparlos de su propia conducta cuando hicieron algo mal. De ésta manera trata de justificar su comportamiento al ensuciarse, romper algo. Es natural que los padres lo vean como una estrategia del niño para librarse del castigo, pero nada más lejos de ello, sobre todo cuando el niño es muy pequeño.
Ocasionalmente el compañero imaginario es una especie de personificación de ideales que el niño ha adquirido, pero que aún no tiene la capacidad de satisfacer.
Resulta interesante anotar que los hijos únicos con mucha frecuencia crean compañeritos imaginarios cuando en el colegio adquiere amiguitos reales.
La autora es profesora de la Universidad Iberoamericana Puebla.
Este texto se encuentra en: http://circulodeescritores.blogspot.
com Sus comentarios son bienvenidos
La mayoría de los compañeros imaginarios son del mismo sexo y edad que el niño que lo crea, aunque podría darse que un varón tenga una amiga imaginaria y viceversa.
Así mismo poseen características y cualidades que corresponde más bien a los adultos, al poseer fuerza, poder, conocimientos y autoridad, como un adulto.
Se ha llegado a pensar que existe una relación directa entre la inteligencia de los niños y la capacidad de crear compañeros imaginarios, ya que en su mayoría cuentan con una inteligencia superior.
El compañero imaginario cumple con la función de ser la conciencia, al consultarle si debe comer, acudir a cierto lugar, por lo que los padres se sienten muy enojados, dado que no los obedece a ellos sino a su amigo. Afortunadamente lo que el amigo le sugiere, corresponde a la petición del padre.
Conforma pasa el tiempo, el niño adquiere la habilidad de controlarse por sí mismo, sin necesidad del "auxilio" de los padres. Es así que el compañero imaginario es en este caso un paso intermedio entre el control por los padres y el autocontrol del niño.
No obstante algunos niños tienen amigos imaginarios para culparlos de su propia conducta cuando hicieron algo mal. De ésta manera trata de justificar su comportamiento al ensuciarse, romper algo. Es natural que los padres lo vean como una estrategia del niño para librarse del castigo, pero nada más lejos de ello, sobre todo cuando el niño es muy pequeño.
Ocasionalmente el compañero imaginario es una especie de personificación de ideales que el niño ha adquirido, pero que aún no tiene la capacidad de satisfacer.
Resulta interesante anotar que los hijos únicos con mucha frecuencia crean compañeritos imaginarios cuando en el colegio adquiere amiguitos reales.
La autora es profesora de la Universidad Iberoamericana Puebla.
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