Autor: Martín López Calva, datos del autor haz click aquí
Publicado:
e-consulta, 10 de abril de 2012
En una conferencia reciente en el
Teachers College de Columbia University, Helen Clark, administradora
de Programa de Naciones Unidas Para el Desarrollo (UNPD) enfatiza la relevancia
fundamental de la educación para el desarrollo humano de los individuos y de los países. (http://www.undp.org/content/undp/en/home/presscenter/speeches/2012/03/26/helen-clark-education-and-international-development-.html#.T3DkX9Wx6jQ.twitter)
La educación es un factor crítico en
todos los índices de desarrollo humano porque cuando es de calidad, incrementa
considerablemente las oportunidades y las capacidades de las personas y las
sociedades.
Lo anterior resulta especialmente
cierto en una sociedad del conocimiento como las que hoy se vive en el mundo.
La persona que queda al margen de los procesos de acceso, construcción,
transformación y aplicación del conocimiento resulta excluida del desarrollo
económico y cultural.
Nos encontramos inmersos desde hace un
par de semanas en las campañas electorales de los candidatos a la presidencia
de la república. Resulta oportuno preguntarnos cuáles son sus planteamientos y
propuestas con relación a la educación y qué lugar le asignan en el proceso de
desarrollo del país.
Es innegable ante los pésimos
resultados de los estudiantes mexicanos en las pruebas nacionales e internacionales,
que una reforma de fondo al sistema educativo debiera ser una prioridad nacional.
Sin embargo, una revisión de los discursos recientes de los principales
candidatos y un vistazo a sus sitios web oficiales muestran que no hay
realmente, salvo generalidades que siguen estando en el terreno de los buenos
deseos, ninguna propuesta consistente y seria de reforma educativa para nuestro
país.
Los tres candidatos coindicen en
propuestas como la de la escuela de tiempo completo que incluya la alimentación
de los estudiantes, el otorgamiento de desayunos, escolares y otros apoyos como
el acceso universal y gratuito a internet –caso de AMLO- o el apoyo con
computadoras personales a los estudiantes –caso de EPN-, programas que en sí
mismos son positivos pero no garantizan la mejora de la calidad de la
educación. Ante el ausentismo de los maestros, la falta de preparación de sus
clases, lo no significativo del aprendizaje uno se pregunta si aumentar el
tiempo de clase para los alumnos será un factor de incremento de la calidad de
su educación o solamente un elemento para incrementar el aburrimiento y el
rechazo a la escuela.
Otras propuestas van en la línea de
aumentar la cobertura –EPN propone cobertura universal de prescolar a bachillerato
y AMLO el acceso del 100% a las universidades- sin decir con qué recursos o de
qué manera va a lograrse esto y sin tener una base que demuestre que el aumento
de la cobertura sería en sí mismo benéfico para mejorar la calidad educativa.
Llama la atención la propuesta de AMLO que pretende garantizar el acceso a
todos los estudiantes al nivel superior y no rechazar a nadie con base en
resultados de examen de admisión. ¿No sería mejor mejorar la calidad de la
educación básica y media superior para que los estudiantes que egresan de estos
niveles pudieran pasar los exámenes de admisión de las universidades porque
están bien formados?
En el caso de la candidata del PAN, en
su página oficial se encuentran cuatro pilares de su proyecto de gobierno, uno
de ellos referente a la salud, vivienda y educación. En este rubro se habla
solamente de “revolucionar la educación” sin decir ningún elemento concreto de
esta revolución propuesta.
El espacio no permite revisar otros
elementos que plantean pero lo que salta a la vista es que ninguno de ellos
está proponiendo un cambio estructural de fondo en el sistema educativo que
tendría que pasar por una restructuración de la Secretaría de Educación Pública
para hacerla una organización de alta complejidad y devolverle su rol
predominante en el gobierno de la educación nacional, actualmente cedido en
gran parte al sindicato. El SNTE sería otro elemento a reformar profundamente
para hacerlo una organización transparente y mandatada para rendir cuentas de
los recursos que recibe y ocupada en la defensa de los intereses de sus
agremiados y no en la definición –o bloqueo- de las políticas públicas que
rigen a las escuelas del país.
Esperamos que en las próximas semanas
en que las campañas vayan tomando más forma los candidatos puedan concretar
mejor su propuesta educativa porque por lo visto hasta ahora, ninguno está
poniendo a la educación, como plantea Clark que es urgente en este mundo en
crisis, en el punto más alto de la agenda para el desarrollo.
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