José Rafael de Regil Vélez
Publicado en Síntesis Tlaxcala, el 24 de agosto de 2012, en la columna Palabras que humanizan. Si quieres conocer más sobre el autor, haz click aquí
Comienza un nuevo ciclo escolar. Las familias tornan a la
normalidad, la industria del vestido tiene el despunte veraniego que supone la
venta de uniformes escolares y la de los insumos de papelería aprovecha la
temporada.
Hay un
gran esfuerzo para que adultos, niños y jóvenes coexistan los próximos diez
meses en la escuela. Escolarizar a un país no es barato: millones de pesos
diariamente son movidos para que haya sueldos, edificios, tecnología, planes y
programas de estudio, evaluación educativa. Todavía más, millones de personas
ponen su energía en función de las múltiples actividades que se desprenden del
hecho mismo de que alguien “vaya a la escuela”.
¿Por
qué vale la pena un ciclo escolar? Respuestas hay muchas: para que los niños
aprendan cosas, para que obtengan el certificado de la educación básica, la
media o un título universitario cuando ya no sean tan niños, para que saquen
medallas y reconocimientos cuando dentro de diez meses haya ceremonia de fin de
curso.
Hay
quien piensa que vale la pena todo un año en las instituciones educativas
porque los hijos podrán salir moralizados, saberse portar mejor, ser
“niños buenos” que no contesten, que obedezcan a sus papás, no causen
problemas y no se anden embarazando, emborrachando o vaguen de aquí para allá
con singular frescura.
Estas visiones,
si bien pueden ser importantes para diversas personas, no justifican el enorme
esfuerzo que supone mantener funcionando un sistema educativo nacional.
El
mundo que hoy vivimos está lleno de oportunidades para ser humanos, seres más
creativos, críticos, libres, integrados afectivamente, solidarios, abiertos a
la trascendencia, al tiempo que padece enormes problemas como la inseguridad,
la inestabilidad económica, la explotación del hombre por el hombre en formas
neoesclavistas y de trata de personas con fines de explotación sexual, el
ensanchamiento de la brecha entre ricos y pobres, la migración en condiciones
de vulnerabilidad…
Existen en
la realidad multiplicidad de posibilidades favorables y desfavorables que es
menester concretar para que haya mujeres y hombres que vivan con dignidad
humana. Y esto supone la presencia de personas capaces para afrontar las
condiciones que se les presentan, para resolverlos: ciudadanos que construyen
un país, una comunidad; patronos que crean empleo y mueven la economía,
familiares que respaldan a los suyos y a sus prójimos. Y todo ello está más allá de los dieces,
los uniformes, las demostraciones que tanto emocionan en el diez de mayo
pero que pueden quedar reducidas a
folklore y sentimentalismo.
Al
preguntarme: “un ciclo escolar: ¿para qué?” Por el momento me respondo: para
formar ciudadanía, compromiso con el otro, por el otro y para el otro con
respuestas no sólo emocionales sino también inteligentes que con lucidez de lo
que es y lo que puede ser permita la creatividad que requiere la complejidad de
nuestra vida personal, social, política y económica.
Un
ciclo escolar para ensayar en las escuelas algo más que dar clases: propuestas
pedagógicas que del aula lleven a la vida y no sólo a los libros, los ejercicios
y las calificaciones: educación para ser, amar, construir la comunidad, saber
hacer un mundo mejor del que hemos encontrado.
4 comentarios:
Rafa cuando veo tu publicación, recuerdo los días en que me diste la oportunidad de estar en tus clases y darme cuenta que lo que escribes es real, puedo saber que si eres una persona que se preocupa por lograr formar a un mejor ser humano. Gracias por ser un transformador de vidas.
Marisol:
Cada vez voy creyendo con más claridad que educar es una pasión por ser humano que se comparte.
Felicidades por el árticulo, pienso que tristemente en México la ecuación familia+escuela+sociedad está dando como resultado generaciones de personas sin un futuro claro en una gran cantidad de casos, sobre todo para las clars mas desfavorecidas, que siguen teniendo pocas oportunidades en la economía formal, y eligen la delincuencia y otras formas de Vida no deseables.
Hay que seguir trabajando mucho con los que tenemos cerca, tratar de influir en las autoridades educativas paa que la educación oficial de vuelva mas humana, que incluya elementos para qe se formen personas creativas, sensibles, productivas, propositivas, comprometidas y sobre todo respetuosas y responsables
Rafa, muy bueno tu artículo, lo comparto con mis amigos. Son tiempos difíciles en los que hace mucha falta que tomemos con seriedad la educación de nuestros hijos, sobre todo luchar para que los valores además de casa, también los reciban en la escuela.
Saludos!!!
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