martes, septiembre 02, 2014

El Papa Francisco y su modelo eclesial

Autor: J. Alejandro Ortiz Cotte
Publicado en Puebla on line, el 27 de agosto de 2014

No hay duda de que el Papa Francisco sigue siendo noticia en el mundo occidental. Lo fue desde su primer día como Pontífice. Desde entonces frente a sus acciones existe un gran abanico de interpretaciones en torno a él; en un extremo están aquellos que ven en él, y en sus manifestaciones, la posibilidad de un cambio radical en la Iglesia católica. Hablan de él no sólo con respeto y admiración sino con mucha esperanza. En el otro extremo están aquellos que ven en él y sus acciones actos diabólicos. No, no es broma, es en serio. Solo hace falta que uno se asome al internet y vea videos, blogs, páginas webs que lo identifican como masón, como marxista, como enemigo de la ”verdadera” iglesia, hasta es parte de la horda extraterrestre que vienen a dominarnos. Es ridículo pero es cierto.
         Lo que podemos deducir de esto es que ciertamente hay un buen sector de la religión católica que esta incómoda, enojada, con su estilo de pontificado. Podemos decir que la tendencia conservadora es aquella que no solamente no sabe qué hacer frente a su gestos cada vez más evangélicos y desde una clara opción por los pobres, sino que también empiezan a reaccionar si no frontalmente sí indirectamente en su contra. No han de estar nada contentos con las pocas reformas estructurales que ha empezado a tramitar. Pocas pero valiosas y medulares.
           En medio de estas dos posturas de los extremos existen una gran variedad de posiciones y opiniones. Para algunos es una noticia más, otros no logran identificarlo con algún grupo o tendencia política, para otros es un tema actual del orden mundial y lo siguen en los diferentes espacios noticiosos. Pero lo que sí es cierto es que resulta difícil de catalogar como Papa. Pero ¿se puede analizar “racionalmente” un pontificado? ¿Cómo? ¿Desde qué parámetros?
          En la teología, que es un discurso racional de la fe, se puede hacer. Dentro de los estudios de esta disciplina académica existe un campo de estudio llamado Eclesiología, es decir, estudio o tratado sobre la iglesia. Desde aquí se estudia, se analiza, se justifica, se evalúa el actuar histórico de la iglesia y se discute si este caminar en la historia es coherente y consecuente con las enseñanzas de Jesús de Nazaret, origen, sentido y fundamento de la existencia de la iglesia.
          Una ayuda para este análisis eclesiológico es la categoría “modelo eclesial”. Un modelo eclesial es la postura que tiene la iglesia católica frente al mundo en un momento determinado histórico. Esto significa que en diferentes momentos de la historia, la iglesia ha optado por diferentes actitudes frente a la realidad social (mundo). Una clasificación ya clásica y muy tomada en cuenta es aquella que identifica cuatro modelos eclesiales: el modelo de cristiandad, el modelo de neo-cristiandad, el modelo del Vaticano II y el modelo latinoamericano o de la iglesia de los pobres.
         En el primero la relación es “Iglesia Y Mundo” esto significa que la Iglesia se siente de igual importancia que el mundo y sus poderes terrenales, su relación es de Reinado a Reinado, pero un reinado diferente, este es sagrado frente al mundo profano, donde está el pecado a diferencia de la iglesia, en la que está la salvación. Se debe distinguir entre “las cosas de Dios y las del mundo”, y se nos pide optar: “vivir como el mundo (en pecado) o vivir según los mandamientos de la santa iglesia”.
         En el modelo de neo-cristiandad la relación es “Iglesia VS Mundo” significando que la Iglesia se siente superior a la realidad social, expresando su máxima “fuera de la iglesia no hay salvación”. La actitud que se pide es de ser un combatiente, un guerrero de la fe, alguien que lucha contra los poderes del mal existentes en la historia humana. El fanatismo es uno de los ingredientes de este modelo.
          En el tercero las cosas cambian radicalmente. En este modelo nacido del Concilio (reunión de todos los obispos del mundo) Vaticano II (1962-1965) la iglesia dio un vuelco y trato de “aggionarse” es decir de acomodarse al mundo de ese entonces. Fue así que vinieron grandes cambios eclesiales, entre los que destacan celebrar la misa en la lengua de cada pueblo, transformar los cantos de las liturgias por cantos populares para motivar a una mayor participación en ellas, se transformó la idea de revelación sagrada, de la iglesia misma y de su actuar en la historia. En este tercer modelo eclesial la relación es: “Iglesia EN EL mundo”. La iglesia toma una postura de SERVICIO a la humanidad histórica, encarnada, real.
         Tres años más tarde bajo la misma lógica y dinámica del Vaticano II se reunirán solamente los obispos de América Latina y el Caribe y celebrarán en la ciudad de Medellín, Colombia su segunda reunión como conferencia episcopal Latinoamericana (CELAM) en 1968. Aquí surgirá el último modelo a analizar que implica asumir toda la novedad y actuar histórico del Vaticano II (modelo eclesial anterior) con la realidad propia latinoamericana, por tanto desde una clara opción preferencial por los pobres. De esta manera la relación es “Iglesia EN EL Mundo DESDE LA OPCION POR LOS POBRES”.
         Podemos ir adelantando que el Papa Francisco transita entre el modelo eclesial del Vaticano II y el Latinoamericano. Esto es bueno y es un avance frente a los pontificados anteriores que fueron de cristiandad y de neo-cristiandad. Corren nuevos vientos de esperanzas y alegrías con el Papa Francisco, aunque ciertamente existe una iglesia de cristiandad escondida, todavía muy fuerte y que hace todo lo posible por ir en contra de su modelo eclesial y echarlo abajo. Es cuando sus palabras son una invitación para los que creemos que es posible una iglesia diferente: “Los desafíos están para superarlos. Seamos realistas, pero sin perder la alegría, la audacia y la entrega esperanzada” (Evangelium Gaudium, 109).  Actuemos pero con la alegría del evangelio. Amén.

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