Autor: José Guadalupe Sánchez Aviña, si quieres conocer más datos del autor, haz click aquí
Publicado en E-consulta, el 23 de septiembre de 2014.
¿Alguno de Ustedes se ha
encontrado con personas que no respetan los sitios para discapacitados, qué
tiran basura en las calles durante su recorrido, sea caminando o en automóvil, que
da vuelta en lugares prohibidos, que no usa los pasos peatonales, que insulta a
empleados o dependientes de tiendas o comercios, que no camina por las
banquetas…? En fin, momentos que de cotidiano encontramos prácticamente en
todas partes. O bien…
¿Alguno de Ustedes se ha
encontrado con la otra cara cara de la moneda: personas que circulan por su
derecha; que, si se requiere, ayudan a otros con muestras de solidaridad y consideración; que guardan su basura hasta poder depositarla en los lugares adecuados,
automovilistas que ceden el paso a peatones o a otros automovilistas; personas
que ceden el asiento en caso necesario, que sonríen y saludan a
quienes prestan algún servicio, que dan las gracias y miran a los
demás a los ojos…? En fin, en esos momentos de los cuales quisieras fueran más
comunes.
Con lo anterior se puede
ilustrar de manera sencilla lo que se puede entender por educación, misma que
puede ser abordada desde dos ópticas: la académica y profunda, como ese
factor que provee la posibilidad de hacernos y ser mejores seres humanos, considerando
que el estar en la condición de ser educado, implica la búsqueda de ser con y
para los demás; Sin embargo, está la otra mirada, la coloquial, que considera
a la educación como un proceso ambiental cotidiano que nos define como personas
y que es génesis de nuestras conductas frente a los demás. Ambas, señalan a la
educación como omnipresente, ubicando en su real dimensión, el papel de la
escuela como uno solo de los agentes educadores de la sociedad; la educación
está en todas partes, y nos involucra a todos.
Cuando presenciemos una
escena en donde alguna persona se comporte de tal manera que crea que es muy
lista y que los otros son muy tontos, o bien, que una persona pudiendo sacar
ventaja de alguna situación, prefiere comportarse de tal manera que no afecte
de negativamente a los demás… pensemos que en ambos casos esa conducta descubre la forma en que alguien se auto concibe y desde luego a los
demás; nos muestra cómo fue su educación.
La educación es vehículo
natural de la fundamentación del ejercicio de valorativo que realiza todo
individuo al tomar una decisión; es la educación la que ofrece las
posibilidades de los valores en los individuos. ¡En la educación nos hacemos y
nos liberamos!
Ocupados en esta temática,
resulta muy oportuno, aplaudir esfuerzos como los que realiza la Red Nacional
de Investigadores en Educación y Valores, para generar elementos de
conocimiento que nos permitan traducirlos en acciones más efectivas para la
transformación de la sociedad hacia una en donde realmente nos tratemos como
humanos. Resulta oportuno mencionar el X Foro Nacional que realizará esta Red
los próximo 25 y 26 de septiembre, en colaboración con la Universidad
Iberoamericana Puebla, que será la sede, y la Universidad Popular Autónoma del
Estado de Puebla. Habrá que asistir para explorar los avances en la materia.
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