Publicado en E-Consulta el 10 de septiembre de 2014
Todos los días somos engañados por algún aparato digital. Lo
digital es algún fenómeno convertido a números, ¿cualquier clase de números?
En la naturaleza los fenómenos que observamos ocurren de forma
continua, los objetos no aparecen y desaparecen intempestivamente y cuando así
lo parece, es porque el objeto se movió o creció muy rápidamente y en realidad
no apareció o desapareció un instante después. A esta continuidad o suavidad o
encadenamiento de formas y sucesos en la naturaleza se le registra en ciertos
ámbitos científicos, con instrumentos igualmente continuos a los que se les ha
llamado analógicos. Podemos decir que fenómenos continuos son todos los
cotidianos, todos los de siempre, todos los que se dan por naturaleza. La
vibración de las cuerdas de un violín, el aire que vibra con ellas generando
espacios alternados de baja y de alta presión, que nuestro tímpano detecta y nuestro
oído procesa, todos ellos son ejemplos de procesos continuos. La medición de la
velocidad en el tablero de un automóvil se realiza mediante la posición de una
manecilla o aguja, siendo este el caso de un instrumento analógico (el
velocímetro de aguja) que mide un proceso continuo (la velocidad del automóvil).
Si medimos repetidamente a lo
largo del tiempo el nivel de alguna variable de un proceso observado, estaremos
realizando un procesamiento llamado muestreo. Estamos tomando muestras del
nivel de esa variable. La variable que se mide puede ser cualquiera: presión
atmosférica o sanguínea, temperatura, posición, velocidad, aceleración,
intensidad acústica, humedad o cualquier otra. Frecuentemente los instrumentos
utilizados para medir este tipo de variables físicas nos generan una
fluctuación eléctrica (señal analógica) proporcional a la fluctuación de la
variable física. De esta forma, después de realizar el muestreo de una
variable, tendremos una colección de todas las muestras que se tomaron en un
determinado tiempo. Si a cada muestra se le asigna un número correspondiente a
su magnitud, entonces el conjunto de estos números es la representación digital
de la señal analógica correspondiente a la variable de interés. En tiempos
recientes, la forma en la que almacenamos estos números es en conjuntos
especiales de valores altos y bajos llamada código binario.
Las computadoras están
construidas sobre una base de semiconductores (componentes electrónicos) a la
que llamamos "electrónica digital". Está electrónica está diseñada
para almacenar y procesar valores de voltaje que pueden pertenecer a dos
categorías solamente: voltaje alto y voltaje bajo. De esta forma podemos
almacenar valores altos (verdaderos, unos) mediante los voltajes altos y
almacenar valores bajos (falsos, ceros) mediante voltajes bajos. Esta es la
razón por la cual se utiliza el código binario en el almacenamiento de
información computacional y es también la razón por la cual, la matemática de
los números binarios es de capital importancia en el diseño y optimización de
las computadoras. A esta matemática de lo binario la llamamos
"booleana" o "de Boole" en honor al matemático inglés
George Boole que vivió en el siglo XIX y desarrolló la matemática específica de
números que solamente pueden tomar dos valores: el uno y el cero.
Con la evolución de la
tecnología es entonces posible desde hace algunas pocas décadas registrar un
fenómeno continuo mediante una serie de números binarios que a fin de cuentas
no son otra cosa que una secuencia de unos y ceros. En un principio esto era un
asunto de laboratorios de investigación avanzada pero hoy es exactamente lo que
se realiza cuando escuchamos música de un CD, cuando vemos una película de un
DVD o cuando accedemos a la Internet. Todo: fotografías, sonidos, videos,
textos… todo está guardado como secuencias de unos y ceros.
Los medios para guardar un
fenómeno de forma analógica como en un disco de acetato o como en una película
de cine fotosensible se deterioran con el tiempo y con el uso hasta que dejan
de servir. Cuando este medio es la digitalización, el registro no se deteriora
con el tiempo ni con el uso por más frecuente que este sea. Esto no impide que
pueda ser destruido por accidente o por dolo. El registro digital tiene también
la particularidad de ser portable, esto significa que puede enviarse a través
de algún medio de comunicación de datos como la Internet. Por otra parte, el
registro del fenómeno puede copiarse de forma perfecta una y otra vez, lo cual
representa un problema cuando el fenómeno es una obra con propiedad
intelectual. Una copia hecha a mano de una pintura valiosa puede engañar a
algunos pero el fraude será detectado por el experto. En el caso de una copia
digital de una obra, la copia es exactamente igual al original de forma total.
Disfrutamos las obras
digitales porque al observarlas sentimos estar observando el fenómeno real que
representan. La digitalización se realiza lo suficientemente detallada
(resolución) como para que los sentidos del ser humano sean engañados. El
sonido se muestrea más de cuarenta mil veces por segundo para que al
reconstruirse, se generen detalles del fenómeno que están en el límite máximo
de la frecuencia sonora que el oído humano puede detectar. Se generan millones
de colores diversos en las pantallas de televisión para que el sentido de la
vista sea engañado y se sienta estar observando una excelente fotografía. La
digital es una magnífica tecnología que nos permite usar la computación y la
comunicación visuales e interactivas. Por otro lado, es magnífico tener un
mundo continuo para vivirlo y sentirlo analógicamente.
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