Autora: Luz del Carmen Montes Pacheco
Publicado: en
lado B, 05 de septiembre de 2012
Es muy común todavía que los estudiantes
universitarios, al presentar un proyecto, afirmen que se sabe poco sobre el
tema que investigan; sobre todo cuando se les pide que usen fuentes, confiables
y serias, de información.
Y es que en esta época más que nunca, las afirmaciones
como: “Se ha investigado poco al respecto”, “No se sabe mucho sobre el tema”,
“Nadie ha investigado el tema”, demuestran que el estudiante no hizo una
correcta revisión.
Dichas expresiones deben cambiarse por aseveraciones
como: “En los últimos diez años, en las revistas X, Y, Z, y en las bases de datos A, B, C más
importantes en el campo, con descriptores que aluden a un objeto, a un proceso,
a un grupo, a un campo, a un constructo y/o a un concepto (palabras clave de
una investigación), se han publicado “tantos artículos”, y se sabe que…
Ahora tenemos acceso libre, directo, permanente y
gratuito a un sinnúmero de reportes de investigación en texto completo alojados
en internet, gracias a la iniciativa open
access (acceso abierto) lanzada por un grupo de científicos representantes
de múltiples organizaciones en diciembre
de 2001 en Budapest. El lector puede copiar, distribuir, imprimir y enlazar
textos, cuya supuesta calidad de contenidos está garantizada al menos por una
revisión de pares (colegas expertos en el campo). Además con esta iniciativa se
garantiza el derecho de autor para el que escribe, no para la editorial, sin un
pago de por medio.
Pues bien, con dicho acceso abierto es ahora posible
determinar ¿Qué se sabe sobre un tema?, ¿Quiénes lo ha investigado?, ¿Cómo lo
han investigado? ¿En qué países? ¿Cuándo? y más; información acompañada de una
delimitación espacial, temporal y por supuesto conceptual (al declarar las
palabras clave utilizadas en la búsqueda).
Esta acotación permite asegurar sin duda alguna lo que
se ha publicado (equivalente a lo que se sabe), que en términos académicos y de
investigación se conoce como el estado del conocimiento, el estado del arte o
el estado de la técnica; aunque la distinción entre ellas no está
suficientemente trabajada, “se sabe que es un reporte de lo que se sabe sobre
algo”.
En la web hay también muestras de este tipo de
reportes o revisiones; de hecho, se les llama artículos de revisión, cuya
intención es informar lo que se sabe sobre un tema. Estos son artículos de alto
valor pues pueden ser un buen insumo, no el único, para el estado de
conocimiento necesario en una investigación o en un proyecto universitario; de
aquí que muchas de las revistas conocidas como “critical review” (que solo contienen artículos de revisión) tienen
un alto grado de impacto, lo que significa, entre otras cosas, que son de las
revistas más consultadas.
Casos ejemplares en este tipo de revisiones son los
reportes que, desde hace tres décadas, generan grupos de investigadores
educativos coordinados por el Consejo Mexicano de Investigación Educativa
(COMIE). Este año se están terminando los reportes del estado del conocimiento
de la década 2002 a 2012 y por la amplitud del campo, se están reportando
diecisiete áreas de conocimiento: aprendizaje y desarrollo humano;
currículo; educación ambiental para la sustentabilidad; educación superior, ciencia y tecnología; educación y conocimientos
disciplinares; educación y valores; entornos
virtuales de aprendizaje; filosofía, teoría y campo de la educación; historia e historiografía de la educación; educación,
desigualdad social y alternativas de inclusión; investigación
de la investigación educativa; multiculturalismo y educación; política y gestión; prácticas educativas en espacios escolares; procesos de formación; sujetos de la educación; y; convivencia, disciplina y violencia en las escuelas. Se establecieron
además sub-áreas de conocimiento, lo que permitirá tener una descripción más
fina de cada área.
Si se tiene interés por alguna de estas
áreas de conocimiento hay que estar pendientes de la publicación de dichos
reportes en https://www.comie.org.mx, en donde por el momento están disponibles los reportes de la década
pasada.
Por último baste solo citar una famosísima frase
que nos recuerda que las investigaciones nuevas se construyen sobre
investigaciones anteriores: “Si he podido ver un poco más allá es porque estoy
parado sobre los hombros de gigantes”, frase atribuida a sir Isaac Newton pero
que al parecer fue acuñada por el filósofo Bernardo de Chartres.
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