Autor: Arturo Sánchez Loeza
Artículo publicado en Puebla on line
La diabetes mellitus (DM) es una enfermedad
determinada genéticamente, causando modificaciones en la estructura pancreática,
en la cual el sujeto presenta alteraciones en el metabolismo de hidratos de
carbono, de las proteínas y grasas, y una relativa o absoluta deficiencia de la
secreción de insulina con grados variables de resistencia a ésta. Entre 85 y
90% de los pacientes con DM son diabéticos tipo 2. 1
La diabetes es una enfermedad que entra en
la categoría de enfermedades crónicas no transmisibles, es decir no existe una
cura para la alteración de la producción de insulina, pero un control adecuado
que incluya el tratamiento farmacológico (medicamentos orales, insulina), como
el no farmacológico (tratamiento nutricio, actividad física, apoyo
psicológico), puede fomentar el retardo o evitar la aparición de las múltiples
complicaciones orgánicas que genera la enfermedad como la retinopatía, el pie
diabético, la nefropatía entre otras. Para que todo esto se cumpla el paciente
junto con el personal de salud deben establecer y fomentar el apego al
tratamiento. Se define apego al tratamiento como la conducta del paciente que
coincide con la prescripción médica, en términos de tomar los medicamentos,
seguir las dietas o transformar su estilo de vida. El apego al tratamiento es
importante para evaluar la evolución clínica, ya que una alianza terapéutica
entre el paciente y el médico es necesaria para el éxito del tratamiento. 2
En la práctica clínica, nos encontramos con
frecuencia con pacientes diabéticos que aunque aptos desde el punto de vista funcional
tienen y revelan grandes dificultades en la gestión de la enfermedad, tanto en
el tratamiento médico y autocontrol glicémico, como incluso en diferentes
situaciones de vida (control de la alimentación), lo que conlleva a frustración
social, sentimientos de culpa, auto desprecio y pérdida de autoestima y
consecuentemente menor calidad de vida.
La diabetes mellitus es la típica
enfermedad crónica que puede influenciar la calidad de vida, porque los
tratamientos son incómodos y sus complicaciones pueden causar debilidad y
disminución de las capacidades del individuo. El uso de hipoglucemiantes orales
en donde las dosis no son adecuadas, los
mitos que giran alrededor del uso de insulinas que limitan su correcta
aplicación en especial en hábitos rurales y la falta de acceso a productos
alimenticios afectan directamente al control glucémico y al apego al
tratamiento.Otros de los factores asociados con no apegarse al tratamiento
terapéutico, es el uso de plantas o productos de origen animal a los cuales les
son atribuidas propiedades medicinales, suplementos y complementos no
regularizados e inadecuados prometiendo beneficios inexistentes.3
Es necesario enfatizar en el paciente la
aceptación de su enfermedad e identificar los trastornos afectivos y de
ansiedad que ello implica, ya que su manejo adecuado también se asocia con una
mejoría en la calidad de vida y en el apego terapéutico. El personal de salud debe
fomentar el autocuidado del paciente con diabetes, asesorando e informando
oportunamente sobre su padecimiento y creando un programa con metas a corto y
mediano plazo, debe ser apoyado también por su núcleo familiar implementando
estilos de vida saludables y creando dinámicas incluyentes que puedan reforzar
la autoestima del paciente y pueda generarse el apoderamiento de su enfermedad.
BIBLIOGRAFIA
1. Fajan SS. Classification and
diagnosis. En: Ellenberg, Rilkin, ed. 4a. edición. Elssevier Science Publishing
Co. Inc.,1990:346
2. Sackett D. Ayudar a los pacientes a
cumplir los tratamientos. Epidemiología clínica. Ciencia básica para la
medicina clínica. 2a. edición. Buenos Aires, Argentina: Interamericana,
1994:249-260.
3. Martínez MC, Guiscafré H, Muñoz O,
Gutiérrez G. Análisis del cumplimiento del tratamiento en los esquemas
terapéuticos utilizados. Arch Invest Med Mex 1988;19:409-417.
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