Autora:
María Isabel Royo
Publicado:
Síntesis Puebla, 06 de junio de 2013
Tengo a la mano la última publicación de Dr. Pablo Latapí Sarre
"Porque ya atardece". Pablo Latapí Sarre, reconocido como padre de la
investigación educativa en México, nos dejó en agosto del 2009. En enero, nos
obsequiaba en edición privada este libro especialmente querido por él,
selección de textos considerados como su huella y el testimonio de algunas
convicciones profundas, según expresó en la introducción. Presenta algunas
reflexiones sobre la educación desde la mirada filosófica, sociológica y
acompañándolo de sus particulares y vividas persuasiones cristianas.
Entre las convicciones profundas de este maestro, encontramos su
afirmación de que "las universidades son, antes que nada, para formar
hombres completos… que piensen con independencia y tomen decisiones
responsables". Este pensamiento que es evidente al hablar de la educación
de los niños y jóvenes, también es necesario llevarlo a la práctica en las
universidades donde se forman los profesionales, los expertos en un área con la
que se ganarán la vida, y a través de la que pueden y deberían devolver a la
sociedad oportunidades y recursos que antes les han facilitado.
Una reflexión semejante nos ofrecía hace pocas semanas el Dr.
Carlos Muñoz Izquierdo, investigador emérito de la Universidad Iberoamericana, en el
homenaje que se le ofreció en Puebla por sus cinco décadas dedicadas a la
investigación educativa.
Carlos Muñoz, economista de formación, gran colaborador y amigo
de Pablo Latapí, expuso análisis educativos que realizó a lo largo de su vida y
que siguen vigentes en la actualidad.
Preocupado por el rezago educativo existente y la distribución
equitativa de las oportunidades educativas, plantea la necesidad de un nuevo
modelo de desarrollo.
Propone un nuevo modelo basado en el incremento de la
productividad de los agentes económicos que se encuentran fuera del sector
moderno. La estrategia consistiría en proteger empresas del sector tradicional
y articular verticalmente todo un sector económico que funcionara de forma
paralela al privado y al público.
Las universidades, desde un pensamiento libre y comprometido
socialmente, deberían reorientar sus principales funciones hacia el análisis,
la interpretación y la propuesta de soluciones para los problemas que este
nuevo modelo de desarrollo encontraría. Los educadores y universidades tendrían
el importante papel de su incubación al involucrarse en esos procesos
productivos, y reforzarlos ofreciendo a los actores (campesinos, obreros, etc.)
la formación necesaria para el desempeño de sus funciones.
Formar seres humanos "completos" y realizar un
"nuevo modelo" de desarrollo son convicciones profundas de dos
grandes profesionales y universitarios, caracterizados por su independencia y
compromiso.
También para estudiar y hacer viables las actividades sociales
creadas fuera de las áreas de privilegiadas de la sociedad.
La autora es profesora de la Universidad Iberoamericana Puebla.
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