Autora:
Andrea Ferrari Sobrevals
Publicado: Puebla on Line, 02 de abril de 2013
En un mundo cada vez más competitivo, los
conocimientos y experiencias obtenidas durante la universidad se vuelven un
factor clave para destacar en el ámbito laboral; una continua exigencia del
mundo laboral a los egresados, es la capacidad para vincular los conocimientos
teóricos con los desafíos de los negocios y las exigencias del mercado y la
sociedad, superando así el problema común de los recién egresados: el análisis
superficial basado sólo en concepciones y teorías académicas.
Actualmente el aprendizaje a través del método de
caso es reconocido a nivel mundial, no sólo por el impacto y prestigio heredado
al ser creado en una de las mejores universidades del mundo: Harvard. John S.
Hammond, profesor de dicha Institución [1]
dice que “El método del caso no es sólo
la manera más
relevante y práctica para aprender habilidades de gestión, es también emocionante y
divertido”.
Este concepto revela la apuesta en el desarrollo de
habilidades para el análisis de problemas y la toma de decisiones basados en casos reales. Otro punto destacable es
el enfoque al aprendizaje como un proceso emocionante
y divertido, cercano a la realidad empresarial que trasciende las
soluciones de papel y pluma.
Un tema que considero riesgoso al utilizar este
método es perder la formalidad y disciplina (rigor metodológico del proceso) en
la aplicación de cada uno de sus pasos; lo que puede ocurrir si alguna persona prepara un caso sin conocer la metodología y,
sobre todo, la forma de convertirla en un aprendizaje; si esto sucede el método
se desprestigia y el aprendizaje potencial se reduce; por ello es fundamental
aprender y aplicar el proceso de preparación, resolución y participación que el
método de caso implica; superando los primeros encuentros con la metodología
que suelen provocar confusión y ansiedad ya que rompe paradigmas de aprendizaje
y puede tocar y cuestionar vicios en el proceso formativo y profesional.
Si además de conocer y aplicar el método, éste se
interioriza, entonces se adquiere una ventaja competitiva muy valiosa: El
pensamiento crítico, situado en la realidad, el análisis de problemas, el
trabajo en equipo y la visualización de diferentes escenarios para la toma de
decisiones.
Además del desarrollo de habilidades empresariales,
me ha llamado la atención la esencia pedagógica del método, sus tres momentos:
Preparación individual, discusión en grupo pequeño y discusión plenaria
habilitan competencias como el pensamiento independiente y crítico, trabajo en
equipo, manejo de palabra, habilidades de comunicación, escucha activa y
asertiva que me han desarrollado un
perfil personal y profesional mucho más sólido.
Aunque el uso principal que se le da a los casos es
académico, su campo de aplicación es inmenso y varias empresas lo han entendido
muy bien de manera que lo han integrado en la selección del personal (para
hacer una mejor evaluación de las cualidades y conocimientos de una persona), en
la capacitación continua a los empleados
y en el desarrollo de estrategias y
propuestas de negocio.
El método de caso es flexible por ello ofrece un
gran abanico de aplicación a prácticamente todas las profesiones para analizar
y resolver cualquier tipo de problema, incluso en el desarrollo de habilidades
para la vida personal.
Otra característica importante es la oportunidad de
tener un aprendizaje integral, es decir, en la realidad los problemas no se
encuentran aislados, para resolverlos debemos considerar todas las áreas y
elementos que estos involucran, tanto internos como externos y es algo que
generalmente no solemos o sabemos hacer; este método permite ordenar nuestros
pensamientos para aprender a analizar la información, generar alternativas,
identificar criterios de decisión y sólo entonces tomar una decisión e
implementar un plan de acción.
Mi primer contacto con el método de caso me generó
una actitud defensiva y desconfiada, sin embargo al ir entendiendo su finalidad
e identificar sus beneficios, comprendí el valor que ha obtenido para mi vida
personal y profesional, sobre todo en situaciones complejas donde ahora soy
capaz de tomar decisiones mucho más
racionales y objetivas, por lo que puedo concluir que el aprendizaje basado en
el método de caso facilita la correcta toma de decisiones, desarrolla estructuras
mentales y, por ende eleva la capacidad asertiva y estratégica.
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