Autor: J. Vicente Hurtado Herrera
Publicación: Síntesis, Pendiente
Estimado lector:
El pasado fin de semana estuve por motivos laborales en la hermosa ciudad de Oaxaca, y tuve oportunidad de escuchar de algunas personas (el taxista, un compañero de curso, el mesero….) su percepción de la realidad que guarda la ciudad: los problemas educativos por los paros magisteriales, la lucha por las “demandas legítimas” de la APPO, la estrategia gubernamental de mantener el zócalo de la ciudad abarrotado de vendedores para evitar los plantones. Sólo comentarios que me hablan de una ciudadanía inquieta.
No es muy diferente la situación que guarda el país, estamos sin duda en un momento difícil, álgido, con una vorágine de acontecimientos que nos atiborran: la dolorosa recesión económica del país, la alarmista contingencia sanitaria, las desacreditadas campañas políticas, la violencia generalizada, las fugas misteriosas y confabuladas, la penosa muerte de varias decenas de niños en Hermosillo, hasta la desalentadora derrota de la selección mexicana (nuestro “pan y circo” de cada día).
Y me pregunto ¿qué sentimientos nos generan estos acontecimientos? ¿qué postura asumimos como personas y ciudadanos ante el momento que guarda el país?
Pienso en voz alta, y puedo decir que en mí existe confusión, incertidumbre, cierta desesperanza, hasta escepticismo; pero también tengo claro que no quiero quedarme así, deseo ver alternativas, tener esperanza (no ingenua), quiero aportar y construir desde mi campo profesional, desde la EDUCACIÓN.
Estoy convencido que en medio de esta compleja situación, la educación sigue representando una estrategia, un camino para aspirar a un mejor país, no sólo para dar mano de obra cualificada a las empresas, sino también para estimular en la generación de personas libres, creativas, críticas, capaces de exigir que se respeten sus derechos, solidarias, que aspiren hacia formas dignas de vida.
Este fue el motivo de mi presencia en Oaxaca: compartir, discutir y reflexionar con maestros de bachillerato sobre nuestra labor educativa, en el marco de la RIEMS (Reforma Integral de la Educación Media Superior). Reforma que con todos sus límites y con su progresiva politización, plantea el reto de “formar” jóvenes competentes, capaces de plantarse crítica y responsablemente ante la compleja realidad nacional. Es aquí, desde la trinchera de la educación donde intento encontrar espacios de esperanza.
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