lunes, noviembre 10, 2014

#Yo no soy Ayotzinapa

Autor: José Rafael de Regil Vélez. Si quieres conocer datos del autor, haz click aquí.
Publicado en Puebla on line, el 5 de noviembre de 2014

Hoy “todos somos Ayotzinapa” y con esta expresión indicamos en corto y en directo la solidaridad que tenemos con las familias de los estudiantes desaparecidos hace ya muchas semanas en Iguala, Gro. Y nuestra indignación por la colusión entre funcionarios públicos y el crimen organizado, por la violencia irracional y el gobierno que se rige y actúa a partir de intereses demasiado sectoriales.

Pese a esto, hoy yo quiero decir que “Yo no soy Ayotzinapa”. No es que no me sienta reconocido y hermanado con quienes así se expresan, pero decir que yo no lo soy, asentirlo, me implica pronunciarme ante todo lo que eso supone bajo mi propio nombre y apellido; así que me atrevo a señalar: “Soy José Rafael de Regil Vélez y repudio la violencia irracional ocurrida contra ciudadanos como los estudiantes de Ayotzinapa: heridos, acribillados y desaparecidos. Me parece intolerable que los gobernantes sean delincuentes y los delincuentes gobiernen; me indigno con  la incompetencia de las autoridades para manejar este asunto, para dar respuesta a los familiares y a todos los mexicanos que nos sentimos y sabemos vulnerados y vulnerables con lo sucedido en Iguala”.

Quiero dar un paso más: soy José Rafael de Regil Vélez y no estoy conforme con la educación que hemos recibido en México y nos hace poco competentes para analizar críticamente el país y el mundo en el que vivimos, que nos impide comunicarnos para decir con claridad qué postura tomamos y que al privilegiar los conocimientos y un sistema meritocrático basado en calificaciones nos impide ser formados en la libertad y la responsabilidad que ser ciudadanos supone. Tampoco con lo ocurrido con la vivienda, la salud pública, las políticas sociales.

De igual manera me opongo a que el periodismo y la información vertida en los medios de comunicación social sea considerada veraz, cuando en razón de su propia existencia puede ser cuando mucho verosímil. La versión que cuentan la prensa, la televisión y la radio, por crítica que sea no deja de ser inmediata y por ello superficial. Entender mejor las cosas implica la profundidad que se adquiere con el concurso de la filosofía y las ciencias sociales. La lucidez al respecto me pide –y a todo ciudadano- ser educado en una percepción crítica de medios, en el terreno de la opinión y no las certezas absolutas, en el aprecio por la verdad histórica y no solo el acontecimiento de ayer por la mañana, por sensacional que sea.

Soy José Rafael de Regil Vélez y disiento de la forma en la que las personas llegan a ocupar los puestos públicos y se mantienen en ellos; en su falta de profesionalismo y la ignorancia a partir de la cual toman las decisiones que nos afectan; discrepo de la forma en la que los partidos políticos tienen anulada la representatividad popular y en el poder legislativo crean leyes y reglamentos que cobijan los intereses de sus correligionarios y las personas y grupos que los patrocinan.

Como ciudadano repruebo que las políticas públicas no respondan a un proyecto de país transgubernamental y se agoten en los cuatros años de vida “útil” que puede tener un gobierno federal o estatal y en el escaso año y medio que tiene para operar el municipal.

Soy José Rafael de Regil Vélez y admiro a quienes se comprometen con las causas que los convocan en pro de un México mejor. Reconozco la entrega de muchas personas en organizaciones sociales que han hecho la gestión que nos lleva a la promoción y defensa reales que tenemos de los derechos humanos.
Reconozco la entrega de mujeres y hombres que día a día se levanta al despertar el alba y en un país de salarios injustos y legales hacen todo por llevar a sus hijos oportunidades de salud, de educación, de esparcimiento, de vestido y vivienda.

Me sobrecojo ante quienes han puesto en la palestra pública los problemas de fondo y que intentan proponer soluciones cuando en nuestra nación hay desaparecidos, violencia de género e intrafamiliar, incompetencia en las fuerzas públicas para resolver crímenes como secuestros, homicidios de estado, feminicidios, delincuencia organizada y de cuello blanco.

Admiro a quienes son capaces de encontrar en la sencillez de la vida diaria las buenas noticias de solidaridad, hermandad, justicia, creatividad, libertad, compasión que alimentan la esperanza sin la cual ningún empeño de cambio es sostenible.

Me sumo a quienes desde la academia y los medios de comunicación social intentan dialogar para construir una visión más allá de lo sentimental sobre quiénes somos, a dónde vamos y qué tipo de política debemos ejercer. Son mujeres y hombres que apuestan por una vida apasionada, al tiempo que racional, ponderadora, discerniente y dialogante con la firme convicción de que nuestra vida personal y social no es patrimonio de unos cuantos sino responsabilidad de cada uno.

Hoy yo no soy Ayotzinapa como slogan de un colectivo sin rostro, porque como me dijo mi amigo Leopoldo Díaz Mortera: la voz de todos termina siendo la voz de ninguno. Soy una persona que se suma a otras con nombre y apellido –puesto que mi experiencia más radical es que los humanos somos seres relacionales y nunca meramente individuos- y que toma postura ante la única vida que me ha tocado vivir y en la que, me guste o no, debo apostar por la justicia y la fraternidad que hacen que ser humano con dignidad sea de alguna manera posible.

jueves, noviembre 06, 2014

Frente a la lógica de la violencia, la locura del pesebre: construir la paz en la sencillez de lo cotidiano

Autor: José Rafael de Regil Vélez
Publicado en Síntesis, Tlaxcala, en la columna Palabras que humanizan

La semana pasada publiqué un artículo en el que llamaba la atención sobre la importancia de mantener la indignación ante la violencia, la corrupción, las situaciones indignantes que atestiguamos a diario en diferentes lugares de nuestro país (http://textoscirculo.blogspot.mx/2014/10/no-podemos-darnos-el-lujo-de-perder-la.html). Con ello iba la invitación a mantener la esperanza; la vista puesta en un futuro próximo de mayor paz y justicia construido con nuestro empeño cotidiano.

Recibí comentarios sobre el escrito y un común denominador entre ellos era la pregunta ¿qué hacer cuando el panorama a nuestro alrededor se ve negro y nos sentimos sobrepasados por las fosas clandestinas, los miles de desaparecidos, la desvergüenza de muchos políticos de oficio, la falta de oportunidades, la pobreza que excluye, la incompetencia manifiesta tras el tránsito por el sistema por instituciones del Sistema Educativo Nacional?. Una segunda interrogante tiene que ver con la forma en la que se puede mantener la esperanza cuando una realidad como la señalada nos desborda por todos los lados.

La lógica de la violencia, del sinsentido, de la indignidad pareciera imperar y anormalmente nosotros comenzamos a pensar que de tanto repetirse lo que mata y denigra es normal: ¿es posible evitarlo?

He pensado en esos justos cuestionamientos que no aceptan respuesta simple. En esta ocasión lo abordaré desde la locura del pesebre; sí, ese que la tradición sitúa en Belén, población del actual Israel en que suele decirse que nació Jesús de Nazareth, un hombre del cual quedan pocos vestigios históricos, pero los suficientes para saber que fue alguien que entregó su vida anunciando por doquier que algo nuevo y diferente había llegado para los seres humanos.

La lectura de los testimonios sobre la vida del mártir del Gólgota lo sitúan como una persona fuertemente articulada en torno a la causa de la fraternidad, de la justicia, de la verdad, de la inclusión en un mundo que era poco fraterno, injusto, excluyente en nombre de Dios.

De una u otra forma hoy se sigue hablando de ese nazareno, de su actuar y de sus palabras. Su ser y su mensaje han impactado durante 20 siglos a mujeres y hombres en Oriente y Occidente...

Y su historia comenzó en un pesebre, nacido de padre y madre transeúntes, ella una chiquilla casi nadie de una aldea cualquiera; ambos en ese momento en situación de enorme vulnerabilidad. La tradición cuenta que el portentoso Jesús vio la luz en el anonimato, en la pobreza y la insignificancia, en el hogar de personas de quienes no se esperaría nada frente a la dominación, la explotación, la pérdida de libertad en la ley religiosa que mataba el espíritu.

La locura del pesebre estriba en que el futuro y la esperanza emergieron de lo pequeño, de lo que no llama la atención pero que está preñado de humanidad, no de lo grande, de las estructuras de los poderosos...

Creo que  sigue siendo buena respuesta para quienes hoy nos preguntamos cómo alimentar la esperanza en una cultura de muerte: mirando lo pequeño, lo sencillo; las situaciones en las que se puede palpar realmente sí pasan cosas buenas: solidaridad, entrega, lucha, respeto por la vida, búsqueda de dignidad.

Hace cosa de un año publiqué en esta misma columna un texto que titulé Necesitamos más reporteros especializados (http://textoscirculo.blogspot.mx/2013/09/necesitamos-mas-reporteros.html) en el que invitaba a levantar la voz para contar las historias de mujeres y hombres que construyen la humanidad posible. Hoy vuelvo a decir: a las noticias nefastas que son espectaculares en los medios de comunicación hay que contraponer las nuevas venturosas, dichosas; como muestra, un par de botones:

En la locura del pesebre es noticia que bien vale la pena contar la solidaridad de un grupo de amigos profesores que a pesar de su sueldo nada parecido al de un gerente general de empresa trasnacional son capaces de cooperar para que el compañero que quedó sin trabajo no pierda la oportunidad de titular su maestría. 

Noticia de ese tenor es que en 50 años más de tres millones de personas en 150 países se agrupen a partir de una humilde iniciativa ocurrida en Gran Bretaña por la publicación de un artículo del abogado Peter Benenson que devino en el surgimiento de Amnistía Internacional, una organización que ha pugnado por la libertad y los derechos humanos con resultados reales ante condenas de muerte y de prisión.

Los ejemplos pueden ser muchos: la madre Teresa, la Comunidad Infantil Rhua en el Bajío, las personas que arriesgan su vida en busca de solución a enfermedades como el ébola, quienes se manifiestan contra el uso abusivo que hacen gobernantes con nombre y apellido del poder del Estado en detrimento del bien público y los intereses ciudadanos.

No, no se trata de un pensamiento piadoso, sino de una actitud que afila la vista, el oído, la razón para encontrar en lo sencillo y lo humilde de cada día la prenda del futuro sí posible y no solo en los comités ejecutivos nacionales de los partidos, o la presidencia de las grandes fundaciones.

Si uno aguza la vista y mira a su alrededor encuentra compromisos reales, concretos, con la vida, con la verdad, con la inclusión, con la paz, la educación integral que forma personas capaces para el mundo, con la causa de los derechos humanos para toda persona. En la demencia del establo que albergó a Jesús neonato es posible reconocer suficientes semillas de humanidad como para alimentar la esperanza frente a lo que parece monstruoso y enorme y no solo mantener la indignación ante lo que vivimos de inhumano. La pequeñez de los signos de vida motiva el compromiso con las pequeñas acciones que cada quien sí puede realizar para construir la paz que es la condición de una vida digna.

Frente a la lógica de la violencia, la locura del pesebre.

Enfoque de sistemas en las organizaciones

Autor: Carlos Augusto Audirac Camarena
Publicado en La primera de octubre, el 30 de octubre de 2014

En este artículo me propongo compartir con ustedes el texto Enfoque de sistemas en las organizaciones, escrito por un grupo de académicos de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (coordinados por el Dr. Arturo Sánchez) y del cual tuve el privilegio de hacer su reseña en el marco de los trabajos del 5to. Congreso Internacional de Cuerpos Académicos.

¿Por qué es relevante el tema enfoque de sistemas en las organizaciones? Las organizaciones se encuentran en la situación de gestionar sus procesos de negocio en ambientes de cambio permanente, internacionalización de mercados, aplicación de tecnologías de punta, aprendizaje organizacional acelerado, incorporación de personas con una mayor interacción en todos los ámbitos de su vida (social, política, cultural, educativa, familiar, económica). Lo anterior impulsa transformaciones en la naturaleza de las organizaciones con el propósito de incrementar sus capacidades de adaptación, para desarrollar la flexibilidad de sus procesos, para asegurar la oportunidad y pertinencia de sus decisiones y para crear ambientes propicios para el desarrollo de las personas que las integran.

Con la intención de apoyar dichos procesos de las organizaciones, el enfoque de sistemas propone la adopción de un punto de vista integral para inducir a los miembros de las empresas a desarrollar las competencias que les permitan estructurar proyectos que den respuesta a las necesidades de mejora y a las demandas de su entorno.

Enfoque de sistemas en las organizaciones presenta una integración de temas recurrentes en el análisis de las organizaciones desde el enfoque de sistemas, cito del texto algunas ideas: los conceptos fundamentales de la teoría general de sistemas, la importancia de su aplicación en la organización, modelos de análisis organizacional desde el enfoque de sistemas, la aplicación del enfoque sistémico en el ámbito organizacional, entre otros. El principal propósito de esta obra es hacer accesible de manera secuencial los temas al lector, para que así tengan una referencia para su profundización mediante el estudio de los autores citados o mediante su aplicación en situaciones organizacionales concretas.

El estilo y el lenguaje usados permiten la comprensión de conceptos que a primera vista parecen "áridos". Esto es conveniente porque en primer lugar invita al lector a interesarse por el tema y a incorporar a su acervo profesional o académico el enfoque que los autores proponen. Con una estructura sencilla y diseñada de manera didáctica se van desarrollando los contenidos y cuando se incorporan esquemas y resúmenes se refuerza la comprensión de los mismos.

La selección de modelos de análisis con el enfoque de sistemas, permite ubicar en las organizaciones la teoría desarrollada. El texto se convierte en sí mismo en una aplicación del enfoque de sistemas al plantear diversas maneras de entender los procesos organizacionales, brindando al potencial lector alternativas para seleccionar la que le sea más pertinente para sus propósitos particulares.

El enfoque de sistemas es un tema obligado en el estudio de las organizaciones, le permite al investigador integrar múltiples puntos de vista para su análisis, reflejando con ello la complejidad real de los procesos de negocios, tal y como comentan los autores: ?Las organizaciones se enfrentan a retos globales en una sociedad del conocimiento?en ambientes complejos? con una visión de la empresa como un sistema abierto, complejo y flexible?.

Este enfoque de análisis que se propone en el texto, es también para el profesional del estudio organizacional, el cual debe seguirlo constantemente para incorporar puntos de vista y hallazgos, de los que dan cuenta la amplia literatura de los negocios, que permanentemente se actualiza y a la cual se incorpora la publicación motivo de este artículo.

Considero también que esta propuesta es un respaldo didáctico para toda persona que se interese en los procesos de mejoramiento de las organizaciones con un enfoque de sistemas y en los procesos de enseñanza aprendizaje, ya sea como una asignatura específica o como un subtema de una materia dentro del plan de estudios de las licenciaturas, talleres o cursos de educación continua relacionados con la administración.

Para el consultor organizacional se convierte también en una herramienta práctica para el diagnóstico de oportunidades de mejora de cualquier empresa, proporcionando una estrategia de intervención estructurada y documentada.

Considero que este texto no se propone solamente exponer un contenido teórico sino que se convierte en un manual de trabajo para su "consumo" durante su estudio, lo que significa un enriquecimiento del acervo bibliográfico tanto para la propia Universidad Autónoma de Tlaxcala, como para otras instituciones de educación superior.

Saber escuchar

Autor: Mauricio López Figueroa
Publicado en E-Consulta el 30 de octubre de 2014

Todo mundo entiende, o eso es lo que se dice, la importancia de saber escuchar y de ser escuchado. Parece obvio señalar los beneficios y las implicaciones profundas que conlleva en el desarrollo humano y en el desarrollo social, no obstante vale considerarlas.

En el nivel individual tal vez el aspecto más importante de escuchar al otro sea que nos permite descentrarnos, reconocer que ante la realidad y sus condiciones existe diversidad de perspectivas con una validez inherente, pues cada persona experimenta y crea su realidad (sus valores, sus referentes, sus significados) sobre la que actúa y se construye. Escuchar a los demás nos permite reconocer nuestra propia forma de construir nuestro mundo, identificar bajo cuáles premisas lo hacemos y valorar si son adecuadas o requieren ser modificadas. Escuchar es una forma de verse al espejo.

Asimismo, escuchar al otro es la forma más básica de solidaridad y la base de la solidaridad es la compasión: nuestro fundamento más profundo, la base inherente de nuestra humanidad compartida. La humanidad es una realidad de contrastes, pues no se caracteriza por seamos buenos o malos, sino porque su dinamismo nos lleva a encarnar sus límites más sublimes y más oscuros, y esta dualidad es la que nos permite elegir el mejor camino, pero si bien el camino es individual, nunca es en soledad. Escucharnos compasivamente nos permite identificar las relevancias, los contrastes y los accidentes de nuestra geografía personal, así como valorar y apreciar el camino en lo que éste se termina 

En el nivel social, el saber escuchar no es solo una necesidad sino un imperativo. Ha tomado muchos siglos de historia conflictiva, dialéctica, cíclica, dolorosa, comprender y arribar con tropiezos a sistemas de organización que nos permitan poner más y mejores condiciones para realmente, humanamente, convivir haciendo real ciertos valores como el respeto, el reconocimiento mutuo y el trabajo por el bien común. Nuestros sistemas sociales no son, ni podrán serlo nunca, perfectos, justamente por el carácter ambivalente de nuestra humanidad, no obstante, estamos dotados de recursos para ajustarlos, construirlos y reconstruirlos.

En esta reflexión se parte de la premisa de que para que la sociedad sea capaz de enfrentar adecuada y realistamente sus problemas y pueda dar salida con viabilidad a los retos históricos más urgentes, es necesario e inaplazable trabajar y educarnos personalmente para construir una vida interior saludable, porque un ámbito interior personal es la base de todo cambio social, en alguno punto desvinculamos y fragmentamos esas realidades, no obstante, es hora de volver a lo esencial.

¿Cuál es la condición para escuchar al otro? Hacer silencio. Pero hacer silencio no ser refiere a no hablar, a mantener la boca cerrada mientras el otro habla; hacer silencio tiene la condición de estar plenamente presente al otro, estar de una pieza y ser todo-sentidos para nuestro interlocutor; poner toda, toda nuestra atención primeramente a la persona de enfrente más que a lo que está diciendo. Esto no quiere decir que ignoremos, que no presentemos atención al mensaje, o que no respondamos inteligentemente a él, sino que la atención está puesta a la totalidad dinámica y en flujo de quien demanda, por un momento, nuestra atención, nuestros oídos.

Hacer silencio. Ése es el verdadero desafío de quien escucha. Hacer silencio se refiere a mantener nuestros pensamientos a raya, a no permitir de entrada que todo el proceso de interpretación y proyección personal toda esa verborrea mental que se expresa invariablemente en juicios y valoraciones producto de nuestras expectativas e ideas fijas de lo que debe-ser o de lo que "nos gustaría" que fuera, nos pre-dispongan y se viertan sobre nuestro interlocutor; implica sin duda una confianza básica sobre la complejidad y empuje del dinamismo humano. Y cuando somos capaces de hacer silencio interior y no proyectar nuestras ideas y condicionamientos, así como tampoco identificarnos con las ideas y condicionamientos del otro, la comunicación suele ser fluida y liberadora, especialmente compasiva, inteligente y productiva.

Frecuentemente cuando un buen amigo, la pareja o un colega nos escuchan auténticamente lo que agradecemos no son los consejos o recomendaciones que pueda hacernos sino que justamente no intenta corregirnos u orientarnos, se percibe una apertura incondicional que anima y que en el simple acto de escucha nos sirve como un espejo terapéutico que refleja nuestras inquietudes. Puede que intervenga para ayudarnos a aclarar, formular y confrontar, pero no como una reacción intelectual sino como el resultado de quien intenta entender sin interpretar el lugar desde el que estamos e intenta, con sus recursos, favorecer que seamos nosotros quienes encontremos una salida. Ésa es la razón por la que las personas con esta habilidad son tan invaluables y le hacen un gran servicio a quienes les rodean: maestros, padres y madres, terapeutas, etc.

Lo humano es un cofre de paradojas: somos fuente de paz, de alegría, de justicia y solidaridad, pero la llave de este cofre la posee el otro. La paz que tan urgentemente necesitamos y que buscamos en todos lados radica en nuestra capacidad de hacer silencio interior; radica en nuestra capacidad de vaciar y aquietar nuestra mente mientras nos relacionamos, en el aquí y ahora, con el otro de una manera compasiva y sosegada.

Asepsia académica

Autora: Luz del Carmen Montes Pacheco
Publicado en Puebla on line, el 30 de octubre de 2014

Cuando escribo artículos cortos como este, pienso en temas educativos que se prestan a la reflexión, mía y de los posibles lectores. Normalmente abordo aspectos relacionados con estrategias docentes o con problemas que enfrentamos los profesores en nuestra práctica cotidiana. Escribo sobre ellos porque son temas que surgen en mi práctica o en la práctica de mis compañeros y son los que me ocupan y preocupan cotidianamente.

Continuamente reviso mi práctica y pienso en la manera de mejorarla, o pienso en aspectos que pueden orientarme para proponer un curso o un taller para la mejora de la práctica docente, pues mi principal función, en La Ibero Puebla, es coordinar el programa de Formación de Profesores.

Con mis estudiantes, me esfuerzo porque logren aprendizajes auténticos relacionados con su profesión, atiendo la manera en la que hablan y escriben, retroalimento rigurosamente sus trabajos con la idea de que los mejoren; incluso a veces abordamos temas relacionados con los aspectos éticos de la profesión aprovechando sus inquietudes y los escenarios en los que hacen sus investigaciones.

Hasta ahí no hay confusión, es lo que normalmente se espera de un académico. Pero en los últimos días, mis alumnos y otros jóvenes, me han manifestado preocupación y desesperanza por lo que está pasando en México.

He escuchado expresiones como: si sigo viviendo en México, no tendré hijos; extraño México, pero cuando leo las noticias como las de Ayotzinapa, no quiero regresar, buscaré vivir en el extranjero; el colmo, una de mis estudiantes cuyos padres viven en el extranjero, me ha dicho a partir del suceso de Ayotzinapa, elegí quedarme aquí a estudiar porque quiero a mi país, pero ahora no sé qué pensar.

Y ante esas expresiones, no he podido más que responder lo entiendo, sé de otros jóvenes que están como tú. Me declaro incompetente para dar una respuesta pertinente, no he leído sobre estrategias docentes que me ayuden a enfrentar estas situaciones, me he ocupado más de la academia que de aspectos formativos que me ayuden a conversar con mis estudiantes en estas situaciones de crisis. Solo sé decir, hay que continuar con nuestro trabajo y hacerlo bien, pero no es suficiente. Ya no es suficiente pensar que otros profesores en mi universidad se encargan de detonar procesos reflexivos sobre nuestras crisis sociales, ellos se han preparado muy bien para hacer frente a estos escenarios.

Esta asepsia académica me está ahogando. Sé que no somos neutrales, ni cuando no queremos explicitar una postura, pero no sé cómo enfrentar estas situaciones porque temo las consecuencias. Hace muchos años, cuestioné a una estudiante porque su rendimiento estaba muy por debajo de su potencial, su respuesta fue que era un acto de rebeldía pues estaba, obligada por sus padres, estudiando una carrera que no quería; yo la alenté a pensarlo bien y a tomar sus propias decisiones, asumiendo las consecuencias por supuesto. Tiempo después supe por su hermano, quien también fue mi alumno, que ella se había dado de la baja y que estaba estudiando cosmetología con muchos problemas familiares. De ello me siento responsable, no sé cuánto, pero creo que contribuí, espero que haya sido para bien.

El viernes pasado hubo en La Ibero Puebla un paro simbólico de labores, en el que tanto académicos como estudiantes, encabezados por nuestro rector, participaron de manera libre para manifestarse en contra de los sucesos de Ayotzinapa; yo no acudí, acompañé a dos de mis estudiantes en su práctica de campo; hubiera asistido pero el hubiera no existe.

En ese acto Eduardo Almeida Acosta, investigador y académico de La Ibero Puebla, persona muy querida y admirada en la comunidad, dijo que en estas situaciones hay que vencer el miedo y para ello hay que nutrirse de tres aspectos fundamentales: no encerrarse, ser humildes y tener confianza. Y aunque estoy de acuerdo, pienso que es difícil tener confianza en un sistema que ha demostrado que no funciona. No hay justicia para los niños de la guardería ABC, para los jóvenes desaparecidos del caso Heaven y ahora del caso Ayotzinapa, solo por mencionar algunos.

Manifiesto en este breve texto dolor, frustración, indignación e impotencia. Manifiesto mi solidaridad con los familiares y compañeros de los normalistas de Ayotzinapa. Pido perdón a los jóvenes de hoy y a las generaciones futuras, pues me hago cargo de lo poco que contribuyo tratando de hacer bien lo que creo que me toca. Tengo la firme convicción de que manifestarse afectando a otros, en menor o mayor escala, es una solución que sirve poco; pero manifestarse como lo han hecho en La Ibero Puebla, me ha permitido abrirme, sentirme humilde y tener algo de confianza. Por ello, gracias.

¿Cómo hacer para conservar tu peso?

Autora: Ana Corona Carmona
Publicado en Puebla on line, el 29 de octubre de 2014

El sobrepeso y la obesidad son un problema de salud pública en nuestro país. Se estima que 7 de cada 10 mexicanos lo tienen; además de que se presenta con mayor frecuencia a edades más tempranas. 

Subimos de peso cuando consumimos más energía de la que gastamos con nuestras actividades diarias. Existen ciertas estrategias que pueden ayudar a prevenir ganar kilogramos poco saludables de peso indeseable. Aquí reseño siete:

1. Come con calma. Cuando consumimos alimentos, la señal de saciedad que nos indica que estamos llenos puede demorar treinta minutos en llegar desde nuestro estómago hasta el cerebro. En ese lapso de tiempo podemos consumir muchos más alimentos de los que necesitamos. Comer rápido es un hábito que a largo plazo puede llevarnos a consumir mucha más energía de la que gastamos, y por lo tanto ahorrarla en forma de aumento de peso. 

2. No bebas tus calorías. Las bebidas azucaradas tales como refrescos, tés comerciales, bebidas alcohólicas, café cappuccino, moka, etcétera; aportan gran cantidad de calorías para el tamaño de la ración, además de que al consumir líquidos percibir saciedad toma más tiempo. Por lo anterior es importante consumir bebidas sin calorías. La opción más saludable es el agua natural. Si tienes deseo de algo saborizado, algunas opciones pueden ser infusiones o tés sin añadidos, café americano o espresso, agua mineral y bebidas endulzadas con edulcorantes artificiales como splenda o stevia. Si escoges consumir estos últimos procura no excederte con ellos, pues tienen efectos colaterales como ser laxantes, diuréticos e impedirte disfrutar del sabor natural de lo que consumes. 

3. No te saltes comidas. El cuerpo humano está diseñado para ahorrar energía. Esta era una característica importante para las primeras comunidades humanas quienes tenían un alto riesgo de enfrentarse a escasez de alimentos. Sin embargo esta cualidad ahora nos juega en contra. Cuando el organismo pasa por períodos prolongados de ayuno, ya sea porque no cenas o porque te saltas el desayuno, se activan una serie de señales que te ponen en modo de ahorro de energía. Esto significa que tu metabolismo se vuelve muy eficiente y la capacidad de tu cuerpo para gastar energía disminuye. Si además de ello, tras el período de ayuno lo primero que consumes es alto en grasa o azúcar, estarás guardando cada caloría consumida. 

4. Mantente activo. Es recomendable que procures acumular treinta minutos de actividad física de preferencia todos los días de la semana. No es necesario que sean continuos para obtener beneficios para tu salud cardiovascular. Puedes repartirlos en sesiones de 5 a 10 minutos a lo largo del día. Algunos tips para lograrlo son: movilizarte por ti mismo, si puedes llegar a pie o en bicicleta al sitio al que te diriges procura hacerlo, si no es posible intenta dejar el automóvil estacionado algo alejado para obligarte a caminar. Emplea las escaleras en lugar del ascensor. Si estás trabajando en la computadora, haz una breve pausa cada hora para estirarte o caminar un poco. Busca actividades recreativas que impliquen moverte; por ejemplo, clases de baile, pasear a tu perro, practicar algún deporte o realizar yoga. 

5. Procura dormir bien. Ahora sabemos que un patrón de sueño desordenado está asociado con un mayor riesgo de desarrollar obesidad. Mientras dormimos varias hormonas como cortisol, leptina e insulina, continúan en funcionamiento. Su producción tiene cierta regulación por el ciclo circadiano. Esto implica que un patrón de sueño desordenado que conlleve desveladas continúas, dormir pocas horas o dormir con demasiado ruido o aparatos electrónicos encendidos, alterará la producción de estas hormonas. Se sabe que dormir poco o mal, disminuye el gasto energético y predispone a las personas a preferir alimentos ricos en azúcares al despertarse. ¿Cuántas horas de sueño necesitas? Esto es variable de persona a persona, hay quienes requieren de 8 horas y hay quienes se encuentran bien con menos. Para evitar los efectos negativos de la falta de sueño se recomienda dormir entre 6 a 8 horas. La calidad del sueño también es importante, dormirse con luz tipo LED, proveniente de celular, tablet o computadoras, o dormirse con la televisión encendida o con música; mantiene alerta el cerebro, con lo que no se logra alcanzar un sueño profundo. Si despiertas sin la sensación de haber descansado, sientes que tus horas de sueño duraron lo que un parpadeo o tienes sensación de sopor durante el día; entonces tu patrón de sueño podría mejorarse. 

6. No te pongas en tentación. Procura no tener disponibles a la mano alimentos que ya sabes que no son saludables. No tengas en tu refrigerador o en tu despensa: frituras, refrescos, helados, galletas, dulces y chocolates. La razón es sencilla, cuando nos da hambre o estrés, el cerebro nos dirige a alimentos con un buen aporte de energía y que además encontremos apetitosos. Si cuando pasa esto lo primero que cruza por tu camino es una galleta con chispas de chocolate, la posibilidad de que puedas resistirte a comerla disminuye bastante. Pon a tu alcance alimentos con un alto valor nutritivo, que aporten algo positivo a tu organismo como fibra, vitaminas y minerales; y que además no tengan grasa ni azúcar añadido. Por ejemplo: frutas y verduras frescas como manzana, mandarinas, pepinos, jícamas, melón; snacks bajos en calorías como galletas Marías, galletas saladas, palomitas naturales o gelatina light. 

7. Di que no. Cuando comas fuera de casa pide que no te dejen la cesta con pan, galletas y mantequilla; di que no cuando te ofrezcan la carta de postres. En el cine y establecimientos de comida rápida di que no a las promociones tales como: por 2 pesos más tu bebida será más grande o llevar tus alimentos en combo que incluye refresco y papas.

Recuerda que ser constante en pequeños cambios es la clave para obtener beneficios de salud a largo plazo.