lunes, noviembre 10, 2014

#Yo no soy Ayotzinapa

Autor: José Rafael de Regil Vélez. Si quieres conocer datos del autor, haz click aquí.
Publicado en Puebla on line, el 5 de noviembre de 2014

Hoy “todos somos Ayotzinapa” y con esta expresión indicamos en corto y en directo la solidaridad que tenemos con las familias de los estudiantes desaparecidos hace ya muchas semanas en Iguala, Gro. Y nuestra indignación por la colusión entre funcionarios públicos y el crimen organizado, por la violencia irracional y el gobierno que se rige y actúa a partir de intereses demasiado sectoriales.

Pese a esto, hoy yo quiero decir que “Yo no soy Ayotzinapa”. No es que no me sienta reconocido y hermanado con quienes así se expresan, pero decir que yo no lo soy, asentirlo, me implica pronunciarme ante todo lo que eso supone bajo mi propio nombre y apellido; así que me atrevo a señalar: “Soy José Rafael de Regil Vélez y repudio la violencia irracional ocurrida contra ciudadanos como los estudiantes de Ayotzinapa: heridos, acribillados y desaparecidos. Me parece intolerable que los gobernantes sean delincuentes y los delincuentes gobiernen; me indigno con  la incompetencia de las autoridades para manejar este asunto, para dar respuesta a los familiares y a todos los mexicanos que nos sentimos y sabemos vulnerados y vulnerables con lo sucedido en Iguala”.

Quiero dar un paso más: soy José Rafael de Regil Vélez y no estoy conforme con la educación que hemos recibido en México y nos hace poco competentes para analizar críticamente el país y el mundo en el que vivimos, que nos impide comunicarnos para decir con claridad qué postura tomamos y que al privilegiar los conocimientos y un sistema meritocrático basado en calificaciones nos impide ser formados en la libertad y la responsabilidad que ser ciudadanos supone. Tampoco con lo ocurrido con la vivienda, la salud pública, las políticas sociales.

De igual manera me opongo a que el periodismo y la información vertida en los medios de comunicación social sea considerada veraz, cuando en razón de su propia existencia puede ser cuando mucho verosímil. La versión que cuentan la prensa, la televisión y la radio, por crítica que sea no deja de ser inmediata y por ello superficial. Entender mejor las cosas implica la profundidad que se adquiere con el concurso de la filosofía y las ciencias sociales. La lucidez al respecto me pide –y a todo ciudadano- ser educado en una percepción crítica de medios, en el terreno de la opinión y no las certezas absolutas, en el aprecio por la verdad histórica y no solo el acontecimiento de ayer por la mañana, por sensacional que sea.

Soy José Rafael de Regil Vélez y disiento de la forma en la que las personas llegan a ocupar los puestos públicos y se mantienen en ellos; en su falta de profesionalismo y la ignorancia a partir de la cual toman las decisiones que nos afectan; discrepo de la forma en la que los partidos políticos tienen anulada la representatividad popular y en el poder legislativo crean leyes y reglamentos que cobijan los intereses de sus correligionarios y las personas y grupos que los patrocinan.

Como ciudadano repruebo que las políticas públicas no respondan a un proyecto de país transgubernamental y se agoten en los cuatros años de vida “útil” que puede tener un gobierno federal o estatal y en el escaso año y medio que tiene para operar el municipal.

Soy José Rafael de Regil Vélez y admiro a quienes se comprometen con las causas que los convocan en pro de un México mejor. Reconozco la entrega de muchas personas en organizaciones sociales que han hecho la gestión que nos lleva a la promoción y defensa reales que tenemos de los derechos humanos.
Reconozco la entrega de mujeres y hombres que día a día se levanta al despertar el alba y en un país de salarios injustos y legales hacen todo por llevar a sus hijos oportunidades de salud, de educación, de esparcimiento, de vestido y vivienda.

Me sobrecojo ante quienes han puesto en la palestra pública los problemas de fondo y que intentan proponer soluciones cuando en nuestra nación hay desaparecidos, violencia de género e intrafamiliar, incompetencia en las fuerzas públicas para resolver crímenes como secuestros, homicidios de estado, feminicidios, delincuencia organizada y de cuello blanco.

Admiro a quienes son capaces de encontrar en la sencillez de la vida diaria las buenas noticias de solidaridad, hermandad, justicia, creatividad, libertad, compasión que alimentan la esperanza sin la cual ningún empeño de cambio es sostenible.

Me sumo a quienes desde la academia y los medios de comunicación social intentan dialogar para construir una visión más allá de lo sentimental sobre quiénes somos, a dónde vamos y qué tipo de política debemos ejercer. Son mujeres y hombres que apuestan por una vida apasionada, al tiempo que racional, ponderadora, discerniente y dialogante con la firme convicción de que nuestra vida personal y social no es patrimonio de unos cuantos sino responsabilidad de cada uno.

Hoy yo no soy Ayotzinapa como slogan de un colectivo sin rostro, porque como me dijo mi amigo Leopoldo Díaz Mortera: la voz de todos termina siendo la voz de ninguno. Soy una persona que se suma a otras con nombre y apellido –puesto que mi experiencia más radical es que los humanos somos seres relacionales y nunca meramente individuos- y que toma postura ante la única vida que me ha tocado vivir y en la que, me guste o no, debo apostar por la justicia y la fraternidad que hacen que ser humano con dignidad sea de alguna manera posible.

jueves, noviembre 06, 2014

Frente a la lógica de la violencia, la locura del pesebre: construir la paz en la sencillez de lo cotidiano

Autor: José Rafael de Regil Vélez
Publicado en Síntesis, Tlaxcala, en la columna Palabras que humanizan

La semana pasada publiqué un artículo en el que llamaba la atención sobre la importancia de mantener la indignación ante la violencia, la corrupción, las situaciones indignantes que atestiguamos a diario en diferentes lugares de nuestro país (http://textoscirculo.blogspot.mx/2014/10/no-podemos-darnos-el-lujo-de-perder-la.html). Con ello iba la invitación a mantener la esperanza; la vista puesta en un futuro próximo de mayor paz y justicia construido con nuestro empeño cotidiano.

Recibí comentarios sobre el escrito y un común denominador entre ellos era la pregunta ¿qué hacer cuando el panorama a nuestro alrededor se ve negro y nos sentimos sobrepasados por las fosas clandestinas, los miles de desaparecidos, la desvergüenza de muchos políticos de oficio, la falta de oportunidades, la pobreza que excluye, la incompetencia manifiesta tras el tránsito por el sistema por instituciones del Sistema Educativo Nacional?. Una segunda interrogante tiene que ver con la forma en la que se puede mantener la esperanza cuando una realidad como la señalada nos desborda por todos los lados.

La lógica de la violencia, del sinsentido, de la indignidad pareciera imperar y anormalmente nosotros comenzamos a pensar que de tanto repetirse lo que mata y denigra es normal: ¿es posible evitarlo?

He pensado en esos justos cuestionamientos que no aceptan respuesta simple. En esta ocasión lo abordaré desde la locura del pesebre; sí, ese que la tradición sitúa en Belén, población del actual Israel en que suele decirse que nació Jesús de Nazareth, un hombre del cual quedan pocos vestigios históricos, pero los suficientes para saber que fue alguien que entregó su vida anunciando por doquier que algo nuevo y diferente había llegado para los seres humanos.

La lectura de los testimonios sobre la vida del mártir del Gólgota lo sitúan como una persona fuertemente articulada en torno a la causa de la fraternidad, de la justicia, de la verdad, de la inclusión en un mundo que era poco fraterno, injusto, excluyente en nombre de Dios.

De una u otra forma hoy se sigue hablando de ese nazareno, de su actuar y de sus palabras. Su ser y su mensaje han impactado durante 20 siglos a mujeres y hombres en Oriente y Occidente...

Y su historia comenzó en un pesebre, nacido de padre y madre transeúntes, ella una chiquilla casi nadie de una aldea cualquiera; ambos en ese momento en situación de enorme vulnerabilidad. La tradición cuenta que el portentoso Jesús vio la luz en el anonimato, en la pobreza y la insignificancia, en el hogar de personas de quienes no se esperaría nada frente a la dominación, la explotación, la pérdida de libertad en la ley religiosa que mataba el espíritu.

La locura del pesebre estriba en que el futuro y la esperanza emergieron de lo pequeño, de lo que no llama la atención pero que está preñado de humanidad, no de lo grande, de las estructuras de los poderosos...

Creo que  sigue siendo buena respuesta para quienes hoy nos preguntamos cómo alimentar la esperanza en una cultura de muerte: mirando lo pequeño, lo sencillo; las situaciones en las que se puede palpar realmente sí pasan cosas buenas: solidaridad, entrega, lucha, respeto por la vida, búsqueda de dignidad.

Hace cosa de un año publiqué en esta misma columna un texto que titulé Necesitamos más reporteros especializados (http://textoscirculo.blogspot.mx/2013/09/necesitamos-mas-reporteros.html) en el que invitaba a levantar la voz para contar las historias de mujeres y hombres que construyen la humanidad posible. Hoy vuelvo a decir: a las noticias nefastas que son espectaculares en los medios de comunicación hay que contraponer las nuevas venturosas, dichosas; como muestra, un par de botones:

En la locura del pesebre es noticia que bien vale la pena contar la solidaridad de un grupo de amigos profesores que a pesar de su sueldo nada parecido al de un gerente general de empresa trasnacional son capaces de cooperar para que el compañero que quedó sin trabajo no pierda la oportunidad de titular su maestría. 

Noticia de ese tenor es que en 50 años más de tres millones de personas en 150 países se agrupen a partir de una humilde iniciativa ocurrida en Gran Bretaña por la publicación de un artículo del abogado Peter Benenson que devino en el surgimiento de Amnistía Internacional, una organización que ha pugnado por la libertad y los derechos humanos con resultados reales ante condenas de muerte y de prisión.

Los ejemplos pueden ser muchos: la madre Teresa, la Comunidad Infantil Rhua en el Bajío, las personas que arriesgan su vida en busca de solución a enfermedades como el ébola, quienes se manifiestan contra el uso abusivo que hacen gobernantes con nombre y apellido del poder del Estado en detrimento del bien público y los intereses ciudadanos.

No, no se trata de un pensamiento piadoso, sino de una actitud que afila la vista, el oído, la razón para encontrar en lo sencillo y lo humilde de cada día la prenda del futuro sí posible y no solo en los comités ejecutivos nacionales de los partidos, o la presidencia de las grandes fundaciones.

Si uno aguza la vista y mira a su alrededor encuentra compromisos reales, concretos, con la vida, con la verdad, con la inclusión, con la paz, la educación integral que forma personas capaces para el mundo, con la causa de los derechos humanos para toda persona. En la demencia del establo que albergó a Jesús neonato es posible reconocer suficientes semillas de humanidad como para alimentar la esperanza frente a lo que parece monstruoso y enorme y no solo mantener la indignación ante lo que vivimos de inhumano. La pequeñez de los signos de vida motiva el compromiso con las pequeñas acciones que cada quien sí puede realizar para construir la paz que es la condición de una vida digna.

Frente a la lógica de la violencia, la locura del pesebre.

Enfoque de sistemas en las organizaciones

Autor: Carlos Augusto Audirac Camarena
Publicado en La primera de octubre, el 30 de octubre de 2014

En este artículo me propongo compartir con ustedes el texto Enfoque de sistemas en las organizaciones, escrito por un grupo de académicos de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (coordinados por el Dr. Arturo Sánchez) y del cual tuve el privilegio de hacer su reseña en el marco de los trabajos del 5to. Congreso Internacional de Cuerpos Académicos.

¿Por qué es relevante el tema enfoque de sistemas en las organizaciones? Las organizaciones se encuentran en la situación de gestionar sus procesos de negocio en ambientes de cambio permanente, internacionalización de mercados, aplicación de tecnologías de punta, aprendizaje organizacional acelerado, incorporación de personas con una mayor interacción en todos los ámbitos de su vida (social, política, cultural, educativa, familiar, económica). Lo anterior impulsa transformaciones en la naturaleza de las organizaciones con el propósito de incrementar sus capacidades de adaptación, para desarrollar la flexibilidad de sus procesos, para asegurar la oportunidad y pertinencia de sus decisiones y para crear ambientes propicios para el desarrollo de las personas que las integran.

Con la intención de apoyar dichos procesos de las organizaciones, el enfoque de sistemas propone la adopción de un punto de vista integral para inducir a los miembros de las empresas a desarrollar las competencias que les permitan estructurar proyectos que den respuesta a las necesidades de mejora y a las demandas de su entorno.

Enfoque de sistemas en las organizaciones presenta una integración de temas recurrentes en el análisis de las organizaciones desde el enfoque de sistemas, cito del texto algunas ideas: los conceptos fundamentales de la teoría general de sistemas, la importancia de su aplicación en la organización, modelos de análisis organizacional desde el enfoque de sistemas, la aplicación del enfoque sistémico en el ámbito organizacional, entre otros. El principal propósito de esta obra es hacer accesible de manera secuencial los temas al lector, para que así tengan una referencia para su profundización mediante el estudio de los autores citados o mediante su aplicación en situaciones organizacionales concretas.

El estilo y el lenguaje usados permiten la comprensión de conceptos que a primera vista parecen "áridos". Esto es conveniente porque en primer lugar invita al lector a interesarse por el tema y a incorporar a su acervo profesional o académico el enfoque que los autores proponen. Con una estructura sencilla y diseñada de manera didáctica se van desarrollando los contenidos y cuando se incorporan esquemas y resúmenes se refuerza la comprensión de los mismos.

La selección de modelos de análisis con el enfoque de sistemas, permite ubicar en las organizaciones la teoría desarrollada. El texto se convierte en sí mismo en una aplicación del enfoque de sistemas al plantear diversas maneras de entender los procesos organizacionales, brindando al potencial lector alternativas para seleccionar la que le sea más pertinente para sus propósitos particulares.

El enfoque de sistemas es un tema obligado en el estudio de las organizaciones, le permite al investigador integrar múltiples puntos de vista para su análisis, reflejando con ello la complejidad real de los procesos de negocios, tal y como comentan los autores: ?Las organizaciones se enfrentan a retos globales en una sociedad del conocimiento?en ambientes complejos? con una visión de la empresa como un sistema abierto, complejo y flexible?.

Este enfoque de análisis que se propone en el texto, es también para el profesional del estudio organizacional, el cual debe seguirlo constantemente para incorporar puntos de vista y hallazgos, de los que dan cuenta la amplia literatura de los negocios, que permanentemente se actualiza y a la cual se incorpora la publicación motivo de este artículo.

Considero también que esta propuesta es un respaldo didáctico para toda persona que se interese en los procesos de mejoramiento de las organizaciones con un enfoque de sistemas y en los procesos de enseñanza aprendizaje, ya sea como una asignatura específica o como un subtema de una materia dentro del plan de estudios de las licenciaturas, talleres o cursos de educación continua relacionados con la administración.

Para el consultor organizacional se convierte también en una herramienta práctica para el diagnóstico de oportunidades de mejora de cualquier empresa, proporcionando una estrategia de intervención estructurada y documentada.

Considero que este texto no se propone solamente exponer un contenido teórico sino que se convierte en un manual de trabajo para su "consumo" durante su estudio, lo que significa un enriquecimiento del acervo bibliográfico tanto para la propia Universidad Autónoma de Tlaxcala, como para otras instituciones de educación superior.

Saber escuchar

Autor: Mauricio López Figueroa
Publicado en E-Consulta el 30 de octubre de 2014

Todo mundo entiende, o eso es lo que se dice, la importancia de saber escuchar y de ser escuchado. Parece obvio señalar los beneficios y las implicaciones profundas que conlleva en el desarrollo humano y en el desarrollo social, no obstante vale considerarlas.

En el nivel individual tal vez el aspecto más importante de escuchar al otro sea que nos permite descentrarnos, reconocer que ante la realidad y sus condiciones existe diversidad de perspectivas con una validez inherente, pues cada persona experimenta y crea su realidad (sus valores, sus referentes, sus significados) sobre la que actúa y se construye. Escuchar a los demás nos permite reconocer nuestra propia forma de construir nuestro mundo, identificar bajo cuáles premisas lo hacemos y valorar si son adecuadas o requieren ser modificadas. Escuchar es una forma de verse al espejo.

Asimismo, escuchar al otro es la forma más básica de solidaridad y la base de la solidaridad es la compasión: nuestro fundamento más profundo, la base inherente de nuestra humanidad compartida. La humanidad es una realidad de contrastes, pues no se caracteriza por seamos buenos o malos, sino porque su dinamismo nos lleva a encarnar sus límites más sublimes y más oscuros, y esta dualidad es la que nos permite elegir el mejor camino, pero si bien el camino es individual, nunca es en soledad. Escucharnos compasivamente nos permite identificar las relevancias, los contrastes y los accidentes de nuestra geografía personal, así como valorar y apreciar el camino en lo que éste se termina 

En el nivel social, el saber escuchar no es solo una necesidad sino un imperativo. Ha tomado muchos siglos de historia conflictiva, dialéctica, cíclica, dolorosa, comprender y arribar con tropiezos a sistemas de organización que nos permitan poner más y mejores condiciones para realmente, humanamente, convivir haciendo real ciertos valores como el respeto, el reconocimiento mutuo y el trabajo por el bien común. Nuestros sistemas sociales no son, ni podrán serlo nunca, perfectos, justamente por el carácter ambivalente de nuestra humanidad, no obstante, estamos dotados de recursos para ajustarlos, construirlos y reconstruirlos.

En esta reflexión se parte de la premisa de que para que la sociedad sea capaz de enfrentar adecuada y realistamente sus problemas y pueda dar salida con viabilidad a los retos históricos más urgentes, es necesario e inaplazable trabajar y educarnos personalmente para construir una vida interior saludable, porque un ámbito interior personal es la base de todo cambio social, en alguno punto desvinculamos y fragmentamos esas realidades, no obstante, es hora de volver a lo esencial.

¿Cuál es la condición para escuchar al otro? Hacer silencio. Pero hacer silencio no ser refiere a no hablar, a mantener la boca cerrada mientras el otro habla; hacer silencio tiene la condición de estar plenamente presente al otro, estar de una pieza y ser todo-sentidos para nuestro interlocutor; poner toda, toda nuestra atención primeramente a la persona de enfrente más que a lo que está diciendo. Esto no quiere decir que ignoremos, que no presentemos atención al mensaje, o que no respondamos inteligentemente a él, sino que la atención está puesta a la totalidad dinámica y en flujo de quien demanda, por un momento, nuestra atención, nuestros oídos.

Hacer silencio. Ése es el verdadero desafío de quien escucha. Hacer silencio se refiere a mantener nuestros pensamientos a raya, a no permitir de entrada que todo el proceso de interpretación y proyección personal toda esa verborrea mental que se expresa invariablemente en juicios y valoraciones producto de nuestras expectativas e ideas fijas de lo que debe-ser o de lo que "nos gustaría" que fuera, nos pre-dispongan y se viertan sobre nuestro interlocutor; implica sin duda una confianza básica sobre la complejidad y empuje del dinamismo humano. Y cuando somos capaces de hacer silencio interior y no proyectar nuestras ideas y condicionamientos, así como tampoco identificarnos con las ideas y condicionamientos del otro, la comunicación suele ser fluida y liberadora, especialmente compasiva, inteligente y productiva.

Frecuentemente cuando un buen amigo, la pareja o un colega nos escuchan auténticamente lo que agradecemos no son los consejos o recomendaciones que pueda hacernos sino que justamente no intenta corregirnos u orientarnos, se percibe una apertura incondicional que anima y que en el simple acto de escucha nos sirve como un espejo terapéutico que refleja nuestras inquietudes. Puede que intervenga para ayudarnos a aclarar, formular y confrontar, pero no como una reacción intelectual sino como el resultado de quien intenta entender sin interpretar el lugar desde el que estamos e intenta, con sus recursos, favorecer que seamos nosotros quienes encontremos una salida. Ésa es la razón por la que las personas con esta habilidad son tan invaluables y le hacen un gran servicio a quienes les rodean: maestros, padres y madres, terapeutas, etc.

Lo humano es un cofre de paradojas: somos fuente de paz, de alegría, de justicia y solidaridad, pero la llave de este cofre la posee el otro. La paz que tan urgentemente necesitamos y que buscamos en todos lados radica en nuestra capacidad de hacer silencio interior; radica en nuestra capacidad de vaciar y aquietar nuestra mente mientras nos relacionamos, en el aquí y ahora, con el otro de una manera compasiva y sosegada.

Asepsia académica

Autora: Luz del Carmen Montes Pacheco
Publicado en Puebla on line, el 30 de octubre de 2014

Cuando escribo artículos cortos como este, pienso en temas educativos que se prestan a la reflexión, mía y de los posibles lectores. Normalmente abordo aspectos relacionados con estrategias docentes o con problemas que enfrentamos los profesores en nuestra práctica cotidiana. Escribo sobre ellos porque son temas que surgen en mi práctica o en la práctica de mis compañeros y son los que me ocupan y preocupan cotidianamente.

Continuamente reviso mi práctica y pienso en la manera de mejorarla, o pienso en aspectos que pueden orientarme para proponer un curso o un taller para la mejora de la práctica docente, pues mi principal función, en La Ibero Puebla, es coordinar el programa de Formación de Profesores.

Con mis estudiantes, me esfuerzo porque logren aprendizajes auténticos relacionados con su profesión, atiendo la manera en la que hablan y escriben, retroalimento rigurosamente sus trabajos con la idea de que los mejoren; incluso a veces abordamos temas relacionados con los aspectos éticos de la profesión aprovechando sus inquietudes y los escenarios en los que hacen sus investigaciones.

Hasta ahí no hay confusión, es lo que normalmente se espera de un académico. Pero en los últimos días, mis alumnos y otros jóvenes, me han manifestado preocupación y desesperanza por lo que está pasando en México.

He escuchado expresiones como: si sigo viviendo en México, no tendré hijos; extraño México, pero cuando leo las noticias como las de Ayotzinapa, no quiero regresar, buscaré vivir en el extranjero; el colmo, una de mis estudiantes cuyos padres viven en el extranjero, me ha dicho a partir del suceso de Ayotzinapa, elegí quedarme aquí a estudiar porque quiero a mi país, pero ahora no sé qué pensar.

Y ante esas expresiones, no he podido más que responder lo entiendo, sé de otros jóvenes que están como tú. Me declaro incompetente para dar una respuesta pertinente, no he leído sobre estrategias docentes que me ayuden a enfrentar estas situaciones, me he ocupado más de la academia que de aspectos formativos que me ayuden a conversar con mis estudiantes en estas situaciones de crisis. Solo sé decir, hay que continuar con nuestro trabajo y hacerlo bien, pero no es suficiente. Ya no es suficiente pensar que otros profesores en mi universidad se encargan de detonar procesos reflexivos sobre nuestras crisis sociales, ellos se han preparado muy bien para hacer frente a estos escenarios.

Esta asepsia académica me está ahogando. Sé que no somos neutrales, ni cuando no queremos explicitar una postura, pero no sé cómo enfrentar estas situaciones porque temo las consecuencias. Hace muchos años, cuestioné a una estudiante porque su rendimiento estaba muy por debajo de su potencial, su respuesta fue que era un acto de rebeldía pues estaba, obligada por sus padres, estudiando una carrera que no quería; yo la alenté a pensarlo bien y a tomar sus propias decisiones, asumiendo las consecuencias por supuesto. Tiempo después supe por su hermano, quien también fue mi alumno, que ella se había dado de la baja y que estaba estudiando cosmetología con muchos problemas familiares. De ello me siento responsable, no sé cuánto, pero creo que contribuí, espero que haya sido para bien.

El viernes pasado hubo en La Ibero Puebla un paro simbólico de labores, en el que tanto académicos como estudiantes, encabezados por nuestro rector, participaron de manera libre para manifestarse en contra de los sucesos de Ayotzinapa; yo no acudí, acompañé a dos de mis estudiantes en su práctica de campo; hubiera asistido pero el hubiera no existe.

En ese acto Eduardo Almeida Acosta, investigador y académico de La Ibero Puebla, persona muy querida y admirada en la comunidad, dijo que en estas situaciones hay que vencer el miedo y para ello hay que nutrirse de tres aspectos fundamentales: no encerrarse, ser humildes y tener confianza. Y aunque estoy de acuerdo, pienso que es difícil tener confianza en un sistema que ha demostrado que no funciona. No hay justicia para los niños de la guardería ABC, para los jóvenes desaparecidos del caso Heaven y ahora del caso Ayotzinapa, solo por mencionar algunos.

Manifiesto en este breve texto dolor, frustración, indignación e impotencia. Manifiesto mi solidaridad con los familiares y compañeros de los normalistas de Ayotzinapa. Pido perdón a los jóvenes de hoy y a las generaciones futuras, pues me hago cargo de lo poco que contribuyo tratando de hacer bien lo que creo que me toca. Tengo la firme convicción de que manifestarse afectando a otros, en menor o mayor escala, es una solución que sirve poco; pero manifestarse como lo han hecho en La Ibero Puebla, me ha permitido abrirme, sentirme humilde y tener algo de confianza. Por ello, gracias.

¿Cómo hacer para conservar tu peso?

Autora: Ana Corona Carmona
Publicado en Puebla on line, el 29 de octubre de 2014

El sobrepeso y la obesidad son un problema de salud pública en nuestro país. Se estima que 7 de cada 10 mexicanos lo tienen; además de que se presenta con mayor frecuencia a edades más tempranas. 

Subimos de peso cuando consumimos más energía de la que gastamos con nuestras actividades diarias. Existen ciertas estrategias que pueden ayudar a prevenir ganar kilogramos poco saludables de peso indeseable. Aquí reseño siete:

1. Come con calma. Cuando consumimos alimentos, la señal de saciedad que nos indica que estamos llenos puede demorar treinta minutos en llegar desde nuestro estómago hasta el cerebro. En ese lapso de tiempo podemos consumir muchos más alimentos de los que necesitamos. Comer rápido es un hábito que a largo plazo puede llevarnos a consumir mucha más energía de la que gastamos, y por lo tanto ahorrarla en forma de aumento de peso. 

2. No bebas tus calorías. Las bebidas azucaradas tales como refrescos, tés comerciales, bebidas alcohólicas, café cappuccino, moka, etcétera; aportan gran cantidad de calorías para el tamaño de la ración, además de que al consumir líquidos percibir saciedad toma más tiempo. Por lo anterior es importante consumir bebidas sin calorías. La opción más saludable es el agua natural. Si tienes deseo de algo saborizado, algunas opciones pueden ser infusiones o tés sin añadidos, café americano o espresso, agua mineral y bebidas endulzadas con edulcorantes artificiales como splenda o stevia. Si escoges consumir estos últimos procura no excederte con ellos, pues tienen efectos colaterales como ser laxantes, diuréticos e impedirte disfrutar del sabor natural de lo que consumes. 

3. No te saltes comidas. El cuerpo humano está diseñado para ahorrar energía. Esta era una característica importante para las primeras comunidades humanas quienes tenían un alto riesgo de enfrentarse a escasez de alimentos. Sin embargo esta cualidad ahora nos juega en contra. Cuando el organismo pasa por períodos prolongados de ayuno, ya sea porque no cenas o porque te saltas el desayuno, se activan una serie de señales que te ponen en modo de ahorro de energía. Esto significa que tu metabolismo se vuelve muy eficiente y la capacidad de tu cuerpo para gastar energía disminuye. Si además de ello, tras el período de ayuno lo primero que consumes es alto en grasa o azúcar, estarás guardando cada caloría consumida. 

4. Mantente activo. Es recomendable que procures acumular treinta minutos de actividad física de preferencia todos los días de la semana. No es necesario que sean continuos para obtener beneficios para tu salud cardiovascular. Puedes repartirlos en sesiones de 5 a 10 minutos a lo largo del día. Algunos tips para lograrlo son: movilizarte por ti mismo, si puedes llegar a pie o en bicicleta al sitio al que te diriges procura hacerlo, si no es posible intenta dejar el automóvil estacionado algo alejado para obligarte a caminar. Emplea las escaleras en lugar del ascensor. Si estás trabajando en la computadora, haz una breve pausa cada hora para estirarte o caminar un poco. Busca actividades recreativas que impliquen moverte; por ejemplo, clases de baile, pasear a tu perro, practicar algún deporte o realizar yoga. 

5. Procura dormir bien. Ahora sabemos que un patrón de sueño desordenado está asociado con un mayor riesgo de desarrollar obesidad. Mientras dormimos varias hormonas como cortisol, leptina e insulina, continúan en funcionamiento. Su producción tiene cierta regulación por el ciclo circadiano. Esto implica que un patrón de sueño desordenado que conlleve desveladas continúas, dormir pocas horas o dormir con demasiado ruido o aparatos electrónicos encendidos, alterará la producción de estas hormonas. Se sabe que dormir poco o mal, disminuye el gasto energético y predispone a las personas a preferir alimentos ricos en azúcares al despertarse. ¿Cuántas horas de sueño necesitas? Esto es variable de persona a persona, hay quienes requieren de 8 horas y hay quienes se encuentran bien con menos. Para evitar los efectos negativos de la falta de sueño se recomienda dormir entre 6 a 8 horas. La calidad del sueño también es importante, dormirse con luz tipo LED, proveniente de celular, tablet o computadoras, o dormirse con la televisión encendida o con música; mantiene alerta el cerebro, con lo que no se logra alcanzar un sueño profundo. Si despiertas sin la sensación de haber descansado, sientes que tus horas de sueño duraron lo que un parpadeo o tienes sensación de sopor durante el día; entonces tu patrón de sueño podría mejorarse. 

6. No te pongas en tentación. Procura no tener disponibles a la mano alimentos que ya sabes que no son saludables. No tengas en tu refrigerador o en tu despensa: frituras, refrescos, helados, galletas, dulces y chocolates. La razón es sencilla, cuando nos da hambre o estrés, el cerebro nos dirige a alimentos con un buen aporte de energía y que además encontremos apetitosos. Si cuando pasa esto lo primero que cruza por tu camino es una galleta con chispas de chocolate, la posibilidad de que puedas resistirte a comerla disminuye bastante. Pon a tu alcance alimentos con un alto valor nutritivo, que aporten algo positivo a tu organismo como fibra, vitaminas y minerales; y que además no tengan grasa ni azúcar añadido. Por ejemplo: frutas y verduras frescas como manzana, mandarinas, pepinos, jícamas, melón; snacks bajos en calorías como galletas Marías, galletas saladas, palomitas naturales o gelatina light. 

7. Di que no. Cuando comas fuera de casa pide que no te dejen la cesta con pan, galletas y mantequilla; di que no cuando te ofrezcan la carta de postres. En el cine y establecimientos de comida rápida di que no a las promociones tales como: por 2 pesos más tu bebida será más grande o llevar tus alimentos en combo que incluye refresco y papas.

Recuerda que ser constante en pequeños cambios es la clave para obtener beneficios de salud a largo plazo.

miércoles, octubre 22, 2014

No podemos darnos el lujo de perder la indignación

Autor: José Rafael de Regil Vélez, si quieres conocer más datos del autor, haz click aquí
Publicado en Síntesis Tlaxcala, el 22 de octubre de 2014 en la columna Palabras que humanizan


Hoy también estoy enojado…
               La semana pasada Martín López Calva, entrañable amigo y educador encomiable, publicó en su columna Educación personalizante, en el medio digital Lado B, un texto provocador, rudo, casi como un reclamo y una invitación exigente: Educar la indignación (http://ladobe.com.mx/2014/10/educar-la-indignacion/). En él hace eco de lo que vivimos entre el dolor, el pasmo y la lamentable tendencia a acomodarnos en la realidad que no, no está bien, aunque pudiera parecer normal, cotidiana. Como apasionado de la causa de lo humano nos invita a que desde la esperanza acompañemos la formación de las emociones para no dejar morir el sentimiento de enojo vehemente contra los actos de quienes nos tienen en un México que ve achatados los espacios para la dignidad humana, para la vida en justicia, en libertad, en posibilidad creativa, solidaria.
                Esta mañana Tupak Cilia, joven economista, servidor público en un municipio tlaxcalteca, escribió en la biografía que comparte en Facebook:
Si me preguntan el por qué estoy triste, tendré que responder que he conocido las sonrisas que día a día va apagando el hambre. Tendré que contenerme para no maldecir a la ignorancia que devora las esperanzas de un futuro sin pobreza. Si me preguntan el por qué de mi tristeza, he de responder que me duele la vida de 53 millones de seres que hoy no sabrán lo que es cenar, que siento el frío de aquel al que su hogar le fue arrebatado de la mano de los sueños del progreso. Me arde el alma al saber mis hermanos mueren en una mina o una fosa, porque aún muertos me han heredado la llama de su lucha.
Camino con la ausencia de los desaparecidos pesando sobre mis pasos; retumban en mis oídos y en todo mi ser los gritos que reclaman su regreso.
Me destroza la vida el alcance de la violencia con la que me topo a diario; la incertidumbre de no saber si mi hermano llegará a casa.
En resumen; Me duelen el hambre, el frío, la ausencia, la violencia; me duele la vida. Me duele México. Me dueles mundo.
                Hoy, ante los desaparecidos y las fosas comunes clandestinas, las órdenes de aprehensión hacia quienes se manifiestan opuestos a proyectos gubernamentales, la violencia múltiple que permea ambientes y espacios, los profesionales de la política que ya no logran ver de México sino lo que quieren y después lo justifican con las quiméricas palabras de su discurso insensato, el empleo tan mal pagado, la desfachatez de los delincuentes organizados y sus vínculos con el poder público, la pobreza extrema, el analfabetismo funcional, la educación reductiva, el sindicalismo corrupto y corruptor y tantas cosas inhumanas y deshumanizantes, no puedo sino unirme a Martín, a Tupak y a quienes gritan: ¡No podemos darnos el lujo de perder la indignación!
                No, lo que vivimos no es normal, solo ha aumentado su frecuencia estadística. El desorden se ha establecido y acomodarse a él no le quita el carácter de desbarajuste, por más asentado que esté. 
               Quiero gritar a las nuevas generaciones, las que hace tan solo uno o dos lustros tenían 6, 7, 8, 9 o 10 añitos que aunque hayan crecido viendo lo inhumano como algo cercano, casi familiar, de ninguna manera es la forma de vida, ni el camino, ni la posibilidad del futuro deseable. Para ellos y no solo los mayores también la indignación es presupuesto ético para dar paso; que sí son posibles, pero que no saldrán de la tranquilidad y el falso sosiego que dan acomodarse a lo que sucede en tanto no produzca una afectación personal.
                El enfado lleno de esperanza, acompañado de la razonabilidad y la lucidez de entender que lo humano es una tarea posible, es la energía que provocará el dinamismo que requerimos para ser responsables con el momento histórico que nos ha tocado vivir. Es el enojo compartido, dialogado, manifestado que se vuelve cauce de participación en las múltiples formas que están en nuestras manos, el que nos llevará milímetros, centímetros o metros más cerca del anhelado día para la humanidad posible.
               Hoy también estoy enojado. Sí, esperanzadamente irritado quiero decir: no perdamos la indignación, que sí hay lugar sensato para la paz y la justicia, para la vida fraternamente digna. La apuesta por encima de los injustos, los corruptos y violentos bien sigue valiendi la pena.

La Andragogía: el adulto que se educa entre adultos

Autor: José Rafael de Regil Vélez, si quieres conocer más datos del autor, haz click aquí
Publicado en La primera de Puebla, el 10 de octubre de 2014

Para Flavio, amigo y andragogo

Las palabras y sus significados nacen para una época y a través de ellas las personas pueden referirse a la realidad de una forma suficientemente adecuada como para que a partir de ello interactúen entre ellas y con las cosas  de la mejor manera posible.
               Al transcurrir el tiempo pasa que los vocablos se empiezan a quedar cortos para comunicar lo que deben transmitir; los términos originales van perdiendo su sentido y comienzan a connotar cosas diferentes. Así sucedió, por ejemplo, con el lenguaje religioso, al menos el de corte católico, que tiene fuertes raíces en los diez primeros siglos después de Cristo, pero que ahora a muchísimas personas en todo el mundo suena muy hueco: ya no se entienden cosas como el incienso en las celebraciones litúrgicas, las genuflexiones, el discurso teológico sin mediaciones epistemológicas que lo hagan accesible a todo mundo, la estructura y los símbolos que se utilizan en los sacramentos. Con la pedagogía ha sucedido así.
                Pedagogía en un principio podía hacer alusión a toda la educación, pero estaba centrada básicamente en los niños, bajo el supuesto de que habría que ayudarles a pasar de un estado inicial menos humano a otro de mayor humanización, que permitiera la convivencia política, la capacidad de transformar el mundo y de asumirse como parte de las instituciones sociales y políticas. Los adultos ya estarían formados.
                El pedagogo o la pedagoga son personas que se especializan en acompañar a los niños con mayor o menor directividad para que aprendan los conocimientos, adquieran las habilidades y dispongan las actitudes adecuadas para su futura y plena incorporación social: adaptación y transformación sociopolítica, económica y cultural. Los estudios más fuertes que respaldan la pedagogía en el terreno, por ejemplo, de la psicología del desarrollo, van de los 0 a los 12 años, los métodos didácticos están muy enfocados al trabajo escolarizado con menores y la literatura que abunda en este ámbito es la de la educación básica.
              Los cambios de diversa índole que ha experimentado el mundo en los últimos 140 años van exigiendo que los especialistas en la educación amplíen el vocabulario con el que nombran la realidad que tiene que ver con su objeto de estudio y de trabajo para que respondan mejor a sus desafíos.
              Tras las guerras mundiales, la industrialización y postindustrialización de las sociedades, el advenimiento de las continuas revoluciones tecnológicas y la relativa democratización de la escolarización, han puesto a los humanos ante nuevos desafíos educativos, uno de los cuales es claramente el que tiene que ver con la educación de los adultos.
                Andragogía es el término que se ha venido acuñando para designar el estudio científico y metodológico del adulto que aprende. Parte en el fondo de algunas premisas antropológicas: el ser humano está llamado toda su vida a construirse como tal en el mundo que le tocó vivir, ante el cual tiene la doble tarea de adaptarse a la realidad que le tocó vivir y encontrar en ellas las posibilidades de transformación para ir haciendo que su espacio y su tiempo sean lo más humanos a lo que se pueda llegar.
              Es la condición de ser más por, con y para los demás lo que permite que mujeres y hombres desaten todo su dinamismo, pongan en juego todo lo que son, saben y tienen a fin de que la vida sea un proceso humanizante que permita dejar la realidad “un poco mejor que como se la ha encontrado”..
                 Con base en lo anterior se reconoce que el adulto es un ser que gracias a la relación con los demás puede interactuar en el lugar y tiempo que le ha tocado vivir (y un poco más debido a la globalización y los desarrollos de las tecnologías de la información y la comunicación) y vivir en un proceso de constante formación a partir del cual entienda su mundo mejor, continúe desarrollando las habilidades necesarias para su vida social, política, económica, cultural e incluso religiosa y que aprenda a disponer actitudes adecuadas para afrontar los desafíos que tiene en el momento histórico de su existencia.
Los adultos tenemos necesidades educativas -no solo los menores y los jóvenes- y deben ser abordadas de manera apropiada.
                La Andragogía es una ciencia de la educación que se encarga de ello. En su obra Andragogía: procesos educativos entre adultos, Flavio Castillo de manera esquemática plantea a partir del trabajo de F. Adam las principales características de esta disciplina.
  • Horizontalidad entre los participantes de los grupos educativos. 
  • Control y dirección del proceso educativo entre todos los participantes de los grupos. 
  • Total énfasis en los procesos de aprender y las fuentes de información. 
  • Mayor uso del pensamiento lógico, de la imaginación para la creatividad.
  • La planeación, administración y evaluación de los procesos están centrados en los participantes, en diálogo con el facilitador. 
  • El proceso educativo se dirige hacia la orientación que permite que los adultos realicen sus aprendizajes.
                  Y esto sucede porque el aprendizaje en la edad adulta no es una inmersión social (como la de los niños), sino una posibilidad para interactuar adecuadamente con las cosas y las personas con las que un mayor de edad se enfrenta en la vida cotidiana.
                   El mismo Flavio Castillo insiste que la educación adulta –la praxis andragógica- se establece a partir de dos grandes coordenadas: la horizontalidad y la participación. La primera hace referencia a que los adultos cuando entran en un proceso educativo lo hacen entre pares, pues todos tienen ya una visión del mundo, una experiencia y por lo tanto, -en segundo lugar- con capacidad de aportar en cualquier momento a partir de lo que han vivido y reflexionado, de tal suerte que pueden ser proactivos y propositivos en su educación, en la medida que participen en las distintas etapas de la experiencia andragógica y lo hagan de manera autogestiva y colaborativa.
                En este sentido, la metodología andragógica está orientada a la realidad y la soluciones de las necesidades que ella plantea y por eso privilegia el trabajo colaborativo que tiende hacia la autogestión, la corresponsabilidad y la conciencia de las herramientas intelectuales, físicas, tecnológicas y la forma en las que ha de usarlas en la vida cotidiana para resolver los problemas que esta plantea a la vida humana digna, en todos sus ámbitos: capacitación, grupos de reflexión para enfrentar las nuevas etapas de la vida, etc.

               Hoy por hoy muchos educadores afrontan el trabajo con adultos a partir de enfoques diseñados para menores, toman el control del proceso, instruyen, limitan la capacidad de involucramiento y participación, mantienen relaciones jerárquicas. Seguramente necesitan una formación distinta para trabajar en educación continua, capacitación, formación de posgrado, educación no formal entre adultos. Urge en este mundo que tiene muchos pedagogos, la emergencia de los andragogos.

lunes, octubre 20, 2014

Administración de los servicios en campos académicos

Autor: César Audelo Lara,
Publicado en Lado B, el 15 de octubre de 2014

Resulta interesante la frase "las ideas y los conceptos ganan aceptación con lentitud", y es que el desarrollo de la cultura del servicio comenzó a tomarse en serio hace no más de 30 años. En un principio se pensó que el marketing sólo abarcaba los bienes físicos; los académicos de aquella época consideraban los servicios como a la contabilidad, la banca, la distribución, como procesos auxiliares para la distribución y venta de productos, no como parte del proceso de mercado.
            Dos acontecimientos cambiaron la óptica sobre el marketing de servicios aplicado a la academia: el primero, la desregulación de las industrias de servicios; y el segundo una serie de eventos patrocinados por la American Marketing Association donde se abordaron temas sobre las características, clasificación y calidad de los servicios; la naturaleza distintiva de los canales de mercado para los servicios y la estrategia de marketing aplicada específicamente para los servicios.
               Los conceptos vinculados al marketing siempre han generado polémica por las implicaciones sociales que engendran: consumismo exacerbado, inequidad social y económica, frustración ante los bienes, creación de falsos dioses, obsolescencia de los productos, publicidad engañosa. Sin embargo existe un revés de la moneda que genera la distinción entre la oferta existente de productos y marcas, la revalorización del consumidor y la dignificación de las empresas en el mercado. Esta otra cara es la llamada administración de servicios.
             La administración de los servicios es considerada como un método sistemático y estructurado para planear, organizar y controlar el desarrollo y la forma en la cual se brinda un servicio. Su aplicación va más allá de la instrumentación de conceptos teóricos a la práctica, pues suma valor al "momento de verdad" que experimenta la empresa cuando esta frente al consumidor y él tiene que tomar decisiones de adquirirlo o no.
                La administración de los servicios es un área que lleva poco tiempo de ser considerada, pues antes no existían parámetros cuantitativos que nos permitieran distinguir entre un buen y un mal servicio, bastaba la experiencia del sujeto como un factor determinante de calificación de ellos. Las empresas se dieron cuenta que la prestación de servicio es fundamental para la creación de valor, que se requiere de un profundo análisis interno de la empresa (que vincula áreas de recursos humanos, contables, administrativas, etc.) pues muchas veces el problema no radica en el personal frente al cliente, sino en algún punto de la estructura interna.
               El servicio es inherente a la comercialización de productos por lo que es fundamental conocerlo, entenderlo y aplicarlo. Las cuestiones sobresaltan cuando el producto se vuelve un intangible como es el caso de la educación, pues existe la pugna entre el pensamiento académico tradicional y los conceptos modernos de la administración de los servicios, donde se enfatizan terminologías propias del mundo del marketing aplicado a los estudiantes.
               Las instituciones educativas no deben estar ajenas a este campo, más en regiones como el sureste de México, donde la competencia educativa es cada vez más espinosa y la distinción entre una institución y otra es debida, en gran medida, a la calidad de la atención que se brinda.
              En los contextos académicos debe observarse al servicio como un área de oportunidad, pues genera experiencias positivas al momento de vivirlo, principalmente durante el proceso de compra/venta. El marketing adhiere para a su comprensión y entendimiento los saberes de diversas disciplinas como la comunicación, la psicología, la mercadotecnia y hasta procesos de ingeniería que enfocados en el servicio otorgan valores agregados y fortalecen la relación con el consumidor, y esto a su vez brinda claves de éxito que se dan en la relación persona a persona.
              Ante la falta de políticas educativas que regulan la apertura de centros de estudio, la escasa calidad académica de instituciones que responden más a fines lucrativos que educativos, se debe considerar al servicio como una ventaja competitiva y por explorar de aquellas instituciones educativas que buscan la trascendencia del alumno, la mejora social y la posibilidad de construir sociedades más justas. El servicio debe acompañar cualquier modelo educativo, sin importar el segmento de mercado al que se está enfocando, pues existe la creencia que un buen servicio debe pagarse más, cuando debe ser visto como un valor propio de cada cultura organizacional.
                 El marketing es una disciplina en construcción que muta día con día ante los cambios sociales del lugar donde se desarrolla; a su vez, la administración de servicio es entendida como una nueva disciplina que tiene un camino largo por recorrer. Probablemente su utilización se vea condicionada a factores personales de quienes realizan el acto, el contexto donde se lleva a cabo y la relación efímera creada en el momento; sin embargo mientras seamos capaces de comprender las bondades de esta disciplina podremos construir empresas y relaciones de mayor éxito.

Una mamá normal

Autora: Ma. Teresa Abicharred Fernández
Publicado en Síntesis, el 15 de octubre de 2014

Mami, te amo demasiado, me dijo mi hija Marian un día que íbamos camino al colegio. 
-Demasiado no, hija, demasiado significa más de lo que se merece, le contesté.
-Si fueras una mamá normal -replicó- hubieras contestado yo también.
-¿Por qué crees que no soy una mamá normal?
-Porque sabes muchas cosas, te gusta leer, eres catedrática y también escribes. Eso no es normal. Tú no eres una mamá normal porque te pones a dar explicaciones sobre el significado de las palabras y eres mercadóloga, y vas al súper y analizas las marcas. La mayoría de las mamás que conozco se quedan en su casa y salen con sus amigas o ven televisión, y tú no, concluyó
                   Esa idea se quedó en mi cabeza y ha rondado mis pensamientos durante varias semanas. ¿Será que el estereotipo de ama de casa y mamá de los anuncios de revistas y televisión de los años sesentas, que muestran a una mujer perfecta que cocina, está al pendiente de las tareas de sus hijos y espera a su esposo perfectamente arreglada y con una sonrisa sigue predominando en estos tiempos? 
                  La realidad económica y social de este país muestra un panorama distinto: De acuerdo con un estudio del Consejo Nacional de Población (2013), de los 27.9 millones de madres en el país, 13 millones son económicamente activas y se desarrollan en todos los sectores de la economía, esto es, casi la mitad de las madres en México trabajan fuera del hogar. De ellas, el 48.7 por ciento cuentan con instrucción media superior y superior. 
                 Según los datos anteriores, hay dos tipos de madres que se pueden considerar normales: las que trabajan y las que son amas de casa. Y ninguna es mejor que la otra, son sólo circunstancias y estilos de vida. En lo personal, me encanta ser el referente para mis hijos, poder explicarles el entorno de la empresa y por qué una marca ha salido del mercado o cuáles son sus derechos como consumidores. Gracias, Marian, por inspirar este artículo que muestra que tú tampoco eres una hija normal.

No todo lo que brilla es oro: la realidad de los alimentos funcionales

Autora: Daniela Ramos Jiménez,
Publicado en La primera de Puebla.com, el 14 de octubre de 2014

En la actualidad podemos encontrar en el mercado muchos alimentos que prometen tener propiedades curativas, con beneficios para la salud y la digestión, sin embargo no siempre estas propiedades son reales o solo se presentan de manera parcial las verdaderas propiedades de los alimentos. La realidad es que existen alimentos cuyo consumo nos permiten obtener diversos beneficios para la salud sin embargo 
"No todo lo que brilla es oro".
                 Un alimento funcional es aquel que independientemente de que nos aporte nutrimentos, ha demostrado de manera científica que tiene un efecto positivo a una o varias funciones del organismo. Además pueden presentar un papel preventivo y que a su vez reduce los factores de riesgo que provocan la aparición de enfermedades.
                 Dentro de los principales alimentos con estas características se encuentran los productos lácteos (leche, yogur, fórmulas infantiles), jugos y cereales fortificados o enriquecidos, entre otros, cada uno a su manera promete que su consumo mejora la digestión, ayudan en la pérdida de peso, fortifican el sistema inmune, promueven un estado de salud adecuado, entre otras características. Sin embargo antes de quedarnos con la publicidad que proporcionan y que nos convencen de su consumo, debemos ser consumidores responsables y ser críticos ante esta información.
                  Un ejemplo de esto son los cereales de caja. Muchos que prometen que si consumimos cereal fortificado todos los días perderemos peso, y posiblemente si lo hagamos sin embargo no será precisamente por el consumo de ese cereal si no por disminuir el consumo de alimentos ricos en grasas u otros alimentos inadecuados como tamales, atoles, chalupas o cualquier otro antojito mexicano común en el desayuno de la población.
                Sin embargo, es importante mencionar que los cereales de caja fortificados si presentan ciertos beneficios para la salud debido a que la fibra con la que se elaboran ayuda a evitar el estreñimiento, reduce la absorción de glucosa a nivel intestinal y en general ayuda en el funcionamiento gastrointestinal; además, si se encuentran enriquecidos con hierro o calcio pueden ayudar en evitar anemias y promover la calcificación de los huesos. En contra parte,  para mejorar su sabor utilizan jarabe de maíz de alta fructosa, el cual ha demostrado incrementar los niveles de glucosa en sangre, promover la ganancia de peso, generar resistencia a la insulina e incrementar el riesgo de padecer diabetes mellitus, por lo que su consumo debe ser moderado. No por que diga que es saludable quiere decir que así lo sea.
               Otros alimentos que prometen más beneficios son los productos lácteos como yogur, leche o fórmulas lácteas. E mejor ejemplo del tema que nos ocupa se encuentra en los productos lácteos que contienen probióticos y prebióticos.
                 Los probióticos son microorganismos vivos que al administrarse en las cantidades correctas brindan beneficios a la salud, un ejemplo de ellos son los lactobacilos, los cuales promueven una mejor función intestinal que incluye la promoción del crecimiento de la flora intestinal de defensa, mejor absorción de vitaminas como la B1, B2 y B6, y que además promueven el fortalecimiento del sistema inmunológico.
                 Por su parte los prebióticos son sustancias que no se digieren por el intestino, entre los cuales se encuentran la lactulosa, inulina o la oligofructosa. Su función es fomentar el crecimiento favorable o la actividad de bacterias o microorganismos de la flora normal del intestino o a su vez ayudan en el crecimiento de los probióticos, estos elementos generalmente se utilizan en los productos como cremas y leche.
                 El problema con este tipo de productos es que son altamente sensibles a los cambios de temperatura, principalmente los probióticos, que deben mantenerse en refrigeración a menos de 4C para permanecer vivos y que puedan llevar a cabo su función. Lo que en la mayoría de las ocasiones pasa es que al salir del refrigerador, traerlo en la bolsa, la mochila o en el carro como snak a medio día, exponerlo al calor, o simplemente en los supermercados o el transporte de alimentos que no lo mantengan a esta temperatura los probióticos pierden su efectividad, con lo que nuestro consumo es de azúcar y un poco de proteína contenida en la leche. No obtenemos todos los beneficios que los fabricantes de los productos promueven.
               Para poder obtener realmente los mejores beneficios de estos y otros productos, en primer lugar debemos saber qué alimentos elegir. La única manera de poder estar seguros de lo que estamos consumiendo es leyendo etiquetas nutrimentales, puesto que es la cara de presentación de los alimentos. Al mismo tiempo, debemos ser conscientes de que no podemos esperar que un solo alimento nos solucione los problemas de salud. En realidad la solución se encuentra entre lo que consumimos y hacemos, buscar una alimentación equilibrada rica en frutas, verduras, cereales integrales, un menor consumo de alimentos ricos en grasas, procesados y comida rápida, junto con un estilo de vida saludable, ejercicio y control del estrés, ya que promueve una buena salud y disminuye el riesgo de padecer enfermedades que en la actualidad afectan a la población como obesidad, diabetes e hipertensión, y no estar esperanzados a que con consumir un solo producto nuestros problemas serán solucionados.

Dudas, dolor y duelo

Autora: Laura Angélica Bárcenas Pozos, si quieres conocer más datos de la autora, haz click aquí
Publicado en E-Consulta,el 14 de octubre de 2014

El pasado 26 de septiembre cerrábamos la X Jornada de la Red de Investigadores en Educación y Valores en La Ibero Puebla con un brindis y ahí nos encontrábamos investigadores de esta red, académicos, estudiantes normalistas, estudiantes de educación de diferentes universidades y disfrutábamos de una exquisita velada, mientras en la ciudad de Iguala un grupo de estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos (mejor conocida como normal de Ayotzinapan) eran masacrados por razones que, hasta ahora, no han sido suficientemente esclarecidas.
                 Tratando de entender cómo se llegó a toda esta terrible situación, recurrí a mis libros de historia de la educación en México para revisar el origen de estas normales rurales, de las que yo, por ser ex normalista, conozco a algunos profesores que han egresado de estas instituciones y también conozco su labor como docentes en medios pocos favorecidos. Estas instituciones nacieron en la década de los veinte del siglo pasado y de la idea de Moisés Sainz cuando era secretario de educación pública y se querían extender los servicios educativos a todos los rincones del país, pero no había suficientes profesores formados para atender esta tarea.
                  Estas escuelas se crean para ubicarlas en zonas campesinas, para dar acceso a que personas de escasos recursos tuvieran una formación como profesores de educación primaria y fueran ellos quienes regresaran a sus comunidades o bien fueran enviados a zonas indígenas a educar a niños en donde antes nunca había habido escuelas; de ahí su carácter de "rural". Además desde su nacimiento tenían la característica de socialista en la formación de estos profesores, pues lo que se buscaba en ese momento es que la educación fuera un medio para acortar las distancias entre los que más ricos y los más pobres. Y dado que estaba destinado a estudiantes de muy escasos recursos, estas instituciones nacen como internados, pues los estudiantes provenían de diversas regiones y no había forma de cubrir sus traslados, entonces era mejor que quedaran internados en las instituciones.
                 El gobierno de Lázaro Cárdenas, se reconoce como el periodo de la educación socialista y se les da un fuerte impulso a estas instituciones pues cubrían muy bien la intencionalidad educativa que pretendía este presidente y las normales rurales recibieron todo el apoyo político y económico que requerían para su sustento. Sin embargo en los años cuarenta, empieza una etapa de modernización educativa que incluye a las escuelas normales y las normales rurales desaparecen del discurso político, haciendo evidente que se busca su desaparición.
                  En la década de los sesenta, llega el punto más álgido de la relación del gobierno con estas instituciones y mientras en las normales rurales crece la ideologización socialista, se generan fuertes grupos de resistencia para poder mantenerse tal cual fueron creadas en su origen y para responder a la necesidad existente de formar profesores rurales e indígenas para educar a niños de estas zonas. Y así han existido hasta el día de hoy, entre el escaso recurso que les da el estado y la exigencia de los estudiantes por mantenerlas abiertas.
                  Algunas de estas instituciones, como la de Ayotzinapa, han buscado hacerse autosustentables, al menos para la manutención del internado y siembran granos, crían ganado y venden sus productos. Sin embargo siguen exigiendo al estado les proporcione los recursos que requieren para mantener la escuela. Esta es la razón por la que los estudiantes de vez en vez salen a "botear", es decir piden apoyo a la población y lo que reúnen lo utilizan para los gastos propios del internado.
                  Pero, ¿qué pasó ese 26 de septiembre? Los muchachos de esta normal, normalmente no iban a Iguala, sino a Chilpancingo; ese día justamente era el informe de la presidenta del DIF municipal de Iguala, esposa del presidente municipal Abarca que ahora está prófugo, ¿los muchachos lo sabían y querían molestar al presidente municipal? No lo creo, las demandas de estos estudiantes siempre han sido a la federación y al gobierno del estado. Que los estudiantes "botearan" ¿molestó tanto al Sr. Abarca que los mandó masacrar, abusando de su poder que se ha hecho evidente en los medios?
                  No tengo conjeturas más bien tengo dudas en relación a estos hecho, pero sobre todo de quiénes nos están gobernando en todos los niveles, pues más allá de los asesinatos y desapariciones, se ha destapado la cloaca de la política en nuestro país y apesta. Tengo dolor, por esos muchachos, los desaparecidos, los muertos y los vivos que están tan atemorizados y de sus familias que no saben cómo proceder y tengo un enorme duelo por este México que se pudre a pedazos.