jueves, mayo 25, 2006

CONTRA EL MIEDO

Autor: F. H. Eduardo Almeida Acosta
Publicación: La jornada de oriente, 25 de Mayo de 2006

Estamos a mes y medio de que tengan lugar las elecciones del Presidente de la República y de Senadores y Diputados. Las campañas políticas se desarrollan en pleno, tratando de ganar adherentes para los diferentes candidatos. Los medios de comunicación, ahora mucho menos objetivos que antes de la llamada ley Televisa, y conscientes de su poder de influencia, llenan el aire y las pantallas con su propaganda.

¿Cuál es el papel de los universitarios?

El papel de los universitarios es antes que nada la crítica fundamentada. No podemos evadir nuestra responsabilidad de asumir una posición pública frente al problema de las elecciones. Lo que sí debemos evitar es colaborar a la violencia verbal, producto de los miedos que se desatan en estas coyunturas.

Es necesario poder combinar posturas fieramente independientes y al mismo tiempo socialmente comprometidas. En todo caso escoger la acción de los ciudadanos antes que la de los partidos que se obsesionan con la búsqueda del poder a como dé lugar.

Frente a los cuestionamientos que se nos hagan no podemos contentarnos con ofrecer respuestas evasivas para salir del paso. Nuestra reflexión, a partir de lo que observamos y de la información de la que disponemos, debería capacitarnos para ofrecer incluso vías de mejoramiento del proceso electoral. Si lográsemos ganar credibilidad, nuestras posturas críticas podrían generar resonancias positivas.

Es muy evidente el poder de influencia social de las televisoras, pero los universitarios necesitamos salir del marasmo en que nos hemos refugiado. Nosotros también tenemos poder de influencia y vale la pena que lo utilicemos. Para la opinión pública nuestras voces deben ser informadas.

Frente a una clase política mayoritariamente ignorante, mediocre y pasiva, la clase universitaria puede ofrece conocimiento y compromiso. En cuanto a militancia política cada universitario tiene la libertad de ejercerla o no.

El momento político actual nos empuja a superar los miedos y a ejercer nuestra función crítica y reflexiva. Las dudas y vacilaciones que seguramente muchos tenemos son recursos clave para la reflexión. Se trata de discernir, por lo menos, cuáles pueden ser las decisiones menos dañinas. En relación a este punto conviene recordar que la inquietud por la prosperidad económica no es el monopolio de ningún partido.

Es el momento de ciudadanizar la política, contribuyendo como universitarios a crear redes auténticamente ciudadanas, articulaciones de gente dispersa por medio del uso inteligente de todos los recursos a nuestro alcance, del internet, de los teléfonos celulares, de coloquios académicos, de las conversaciones de pasillo. Es el momento de la politización, de que las opiniones privadas invadan la opinión pública. Como expresaba un sabio taxista con quien tuve la fortuna de intercambiar puntos de vista: “Yo no le puedo cambiar las ideas a nadie, pero puedo decir lo que pienso”.

La teoría de R. Sternberg sobre los estilos de pensamiento.

Autor: Guillermo Hinojosa Rivero
Publicación: Síntesis, 25 de mayo de 2006

Uno de los pensadores contemporáneos más originales y prolíficos en el campo de la Psicología es Robert. J. Sternberg. Su aportación más conocida es, quizá, la teoría triárquica de la inteligencia que pretende superar el popular concepto de coeficiente intelectual o C.I. Menos conocida es su teoría sobre los estilos de pensamiento, que puede tener aplicaciones en el área educativa, en las organizaciones laborales y en la vida personal.
Un estilo es una manera preferida de hacer las cosas. No es una aptitud como la inteligencia o el talento musical, ni una actitud como puede ser la simpatía hacia la ciencia, hacia la policía, o hacia un partido político. Los estilos son las maneras en las que cada quien prefiere utilizar sus aptitudes. Los estilos se adquieren y pueden variar a lo largo de la vida o utilizarse de acuerdo con las circunstancias presentes.
La teoría de Sternberg sostiene que tenemos diferentes estilos para pensar y para controlarnos a nosotros mismos. También propone una clasificación de los estilos, una manera de detectar los estilos favoritos de cada quien, y sugiere varias consecuencias que la misma teoría puede tener en diversos campos como la educación, el trabajo y las relaciones interpersonales.
Para distinguir y describir los estilos de pensamiento, Sternberg recurre a la analogía de las formas en que las sociedades se gobiernan a sí mismas, pues supone que el pensamiento es también un modo en el que cada quien se gobierna. De hecho, la teoría tiene como sub título ‘Teoría del autogobierno mental’ y podemos considerarla como una teoría del autocontrol.
¿De qué forma nuestros diferentes pensamientos ocupan nuestra atención; de que forma enfrentamos los problemas que se nos presentan continuamente? La teoría propone cuatro estilos diferentes:
Estilo monárquico o monotemático, cuando un solo pensamiento nos ocupa, cuando no cambiamos de problema hasta resolver el anterior. Las personas con este estilo son decididas y resueltas. Tienden a no dejar que nada se interponga en la solución de un problema. Se puede contar con que acabarán cualquier tarea que se propongan. Los jefes monárquicos suelen esperar que las tareas se lleven cabo, sin excusa ni circunstancias atenuantes.
Estilo jerárquico: Las personas con estilo jerárquico poseen una jerarquía de metas y reconocen la necesidad de establecer prioridades. Las personas jerárquicas tienden a aceptar la complejidad y reconocen la necesidad de examinar los problemas desde varios puntos de vista para establecer correctamente las prioridades. Las personas jerárquicas tienden a adaptarse bien a las organizaciones.
Estilo oligárquico: Las personas con estilo oligárquico desean hacer más de una cosa al mismo tiempo. Tienden a estar motivadas por varias metas que consideran de igual importancia y que, con frecuencia, son contradictorias entre sí. No siempre están seguras de lo que deben hacer primero o de cuánto tiempo deben dedicar a cada tarea.
Estilo anárquico: Las personas con estilo anárquico parecen estar motivadas por un popurrí de necesidades y metas que pueden ser difíciles de clasificar. Las personas anárquicas abordan los problemas de una manera aparentemente aleatoria; tienden a rechazar los sistemas, sobre todo los rígidos, y se revuelven contra cualquier sistema que consideren que los limita.
Los cuatro estilos anteriores se refieren a la forma, pero Sternberg ha descrito también diversos estilos que se refieren a la función, al nivel, al alcance y a la orientación de nuestro pensamiento. Con respecto a la función, nuestro estilo de pensamiento puede ser:
Estilo legislativo: A las personas legislativas les gusta hacer las cosas a su manera y prefieren decidir por sí mismas qué harán y cómo lo harán. A las personas legislativas les gusta establecer sus propias reglas y prefieren problemas que no estén estructurados y planteados de antemano. El estilo legislativo es especialmente propicio para la creatividad, porque las personas creativas no sólo necesitan la capacidad de producir ideas nuevas, sino que también deben desearlo.
Estilo Ejecutivo: A las personas ejecutivas les gusta seguir reglas y prefieren los problemas estructurados y planteados de antemano. Les gusta rellenar las lagunas de estructuras ya existentes en vez de crear estructuras ellas mismas. El estilo ejecutivo tiende a ser apreciado tanto en la enseñanza como en el mundo laboral, porque las personas que lo tienen hacen lo que se les dice y casi siempre de buen grado. Siguen instrucciones y órdenes, y se evalúan a sí mismas de la misma manera que el sistema las evaluará; en función de lo bien que hagan lo que se les dice.
Estilo Judicial: A las personas judiciales les gusta evaluar reglas y procedimientos, y prefieren problemas donde se analicen y evalúen cosas e ideas ya existentes. A las personas que tienen estilo judicial les gustan actividades como escribir críticas, dar opiniones, juzgar a las personas y a su trabajo y evaluar programas. Algunas de sus ocupaciones preferidas son juez, crítico, evaluador de programas, asesor, supervisor de becas y contratos, analista de sistemas.
La falta de espacio nos impide describir otros seis estilos que Sternberg propone. El día 9 de junio habrá una conferencia en la Universidad Iberoamericana Puebla, en la que se tratará esta teoría de manera más amplia.

viernes, mayo 19, 2006

Un último avatar del PRI

Autor: Gerardo Palomo G.
Publicación: La jornada de oriente, 19 de mayo, 2006
Es ya un lugar común en comentaristas de radio, prensa y televisión decir que lo que explica la crisis por la que atraviesa el PRI e inclusive el sistema político mexicano, se debe a que ya no existe, como en los tiempos del régimen de partido único, la figura de un “arbitro” representado por la figura del ejecutivo; que al aparato corporativo no se le sustituyó a tiempo por otra forma de control equivalente o que este u otro de los expresidentes se apoyó y favoreció a la tecnocracia haciendo a un lado al partido; a lo cual se agrega toda una letanía de nostalgias que pretenden encontrarle virtudes a un régimen francamente autoritario. El discurso anterior no hace otra cosa sino confundir, u ocultar si se quiere, las causas reales de la crisis política y de gobierno en la que estamos inmersos cuando se insiste en la ausencia o continuidad de los aspectos formales del régimen de partido único, pues tales ausencias son más bien la expresión inmediata del colapso de dicho régimen y no su causa.
Una visión de las cosas que no permite advertir el fondo del problema: que la crisis mencionada anteriormente se debe a un conjunto de contradicciones cuyo balance y caracterización teórica no se ha establecido con rigor. De tales contradicciones, una está dada por el hecho de que el partido de estado dejó de representar los intereses de la nación en la medida en que la administración pública, por ejemplo, se continúa repartiendo indiscriminadamente como cotos de poder privado a los más variados grupos y grupúsculos de poder político-económico que no tienen ningún interés en contribuir al desarrollo del país y que desplazan a sectores empresariales en los que sí se advierten iniciativas en dicho sentido; o bien, contradicción mayor, la que se advierte en el hecho de que la derecha ha actuado no sólo desde su partido, sino también y sobre todo desde el mismo PRI. Este partido terminó por alcanzar su crisis terminal (estructural) al asumir y conducir la política económica (neoliberal) de la derecha, sin que esta última y su partido asumieran los costos sociales de su aplicación y siga apareciendo como fresca alternativa ante la sociedad (un fenómeno que se repite alegremente en diferentes estados de la federación). Mientras al interior del tricolor persiste la idea de que el proceso de descomposición al que se enfrenta puede solucionarse con arreglos palaciegos “operados” adecuadamente. La falta de claridad en el análisis se puede resumir en una paradoja: que a punto de concluir el sexenio del primer gobierno de la alternancia unos no saben todavía por qué perdieron y los otros tampoco saben por qué ganaron. Paradoja aún no resuelta por los propios actores en la medida en que unos consideran que fue su mercadotecnia política la que los llevó al triunfo electoral y están convencidos de que la tecnología mediática (en realidad simple mecánica repetitiva y reforzamiento conductista) es el remedio más adecuado para transfigurar la ‘nada’ de su actual candidato en ‘algo’ que le permita ganar por uno o dos puntos; mientras los otros continúan argumentando que no tenían al candidato adecuado o que fueron traicionados. Esto es, simple paseísmo explicativo.

Otro lugar común es el que consiste en señalar que contrariamente a la muy anunciada desaparición del PRI, este sin embargo “sigue ahí”. Pero aunque esto último es cierto también lo es que el tricolor ya no es lo que fue si tomamos en cuenta, en primer lugar, que el PRI de LEA, de JLP o de MMH ya no existe como partido de estado; y, en segundo lugar, porque en la coyuntura acaba de experimentar un cambio singular visto que Madrazo parece haber logrado apropiarse simple y sencillamente de dicho partido y asegurar su control aún después del proceso electoral, inclusive si pierde. Lo que podría interpretarse como una forma de rescatar lo rescatable visto el proceso de descomposición de este organismo político, haciendo de él una fuerza política más y sin mayores pretensiones hegemónicas.
Desde este punto de vista, si consideramos que en cualquiera de los escenarios postelectorales el PRI no pierde su registro, todo parecería indicar que una parte significativa del ‘voto útil’ del tercer candidato a la presidencia, López Obrador, se encontraría, nada más y nada menos, que en la base social del PRI de inspiración republicana y juarista.

jueves, mayo 18, 2006

Las habilidades para el acceso y uso de la información

Autor: Guillermo Hinojosa R.
Publicación: Síntesis, 18 de mayo de 2006

Una de las preocupaciones centrales de quienes deciden los contenidos curriculares en la educación superior es la rapidez con la que esos contenidos se volverán obsoletos. En nuestros días, los contenidos de casi cualquier materia enseñada en la universidad son superados por otros nuevos cuando los estudiantes acaban de aprenderlos. Esto se debe a la abundancia de información existente sobre cualquier materia, la facilidad para obtener esa información, y el velocidad con la que se crean nuevas teorías, nuevas técnicas y nueva información.
La solución a ese problema no está en actualizar constantemente los planes de estudio con los últimos conocimientos; antes de obtener las autorizaciones para que funcionen los nuevos planes, éstos habrían de ser renovados. La solución que algunas universidades están buscando consiste en dotar a los estudiantes de las habilidades necesarias para actualizar sus conocimientos por sí mismos, y para desenvolverse en un mundo en constante cambió. Un grupo de estas habilidades son las que se requieren para accesar y usar correctamente la abundante información.
Es necesario distinguir dichas habilidades de la destreza para manejar las computadoras y la internet. El acceso y uso de la información implica el uso de las computadoras y la internet, pero requiere mucho más que éso según se verá adelante. Incluye también el uso correcto de las bibliotecas con todos sus recursos, algunos computarizados y otros no. La computadora es actualmente la mejor herramienta informática; las habilidades para el acceso y uso de la información requieren manejar la herramienta, la computadora, y manejar la información que puede obtenerse con ella.
¿Cuáles son las habilidades para el acceso y uso de la información? Existe un documento creado por la Asociación de bibliotecarios universitarios y de investigación de Norteamérica, ACRL por sus siglas en inglés, que fue traducido al español en la Universidad de Granada, España, y que está teniendo aceptación en diversas universidades del mundo hispánico.
Puede obtenerse una copia en: http://www.ucn.cl/files/bidoc/Normas_ACRL.pdf.
En este documento se trata de detallar en qué consisten las habilidades y cómo pueden obtenerse indicadores para saber si los estudiantes las poseen o no. A continuación se transcriben las cinco normas que señala el documento citado:
El estudiante que es competente en el manejo y uso de la información:
1. Es capaz de determinar la naturaleza y nivel de la información que necesita.
2. Accede a la información requerida de manera eficaz y eficiente.
3. Evalúa la información y sus fuentes de forma crítica e incorpora la información seleccionada a su propia base de conocimientos y a su sistema de valores.
4. De manera individual o como miembro de un grupo, utiliza la información eficazmente para cumplir un propósito específico.
5. Comprende muchos de los problemas y cuestiones económicas, legales y sociales que rodean al uso de la información, y accede y utiliza la información de forma ética y legal.
Un reto para los educadores en las universidades es lograr que sus egresados cumplan con esas cinco normas. De manera inmediata parece conveniente desarrollar una o varias pruebas para evaluar qué tanto de las habilidades descritas poseen los estudiantes en los diversos momentos de su educación superior. Será necesario adaptar esas normas a las diferentes disciplinas universitarias en las humanidades, en las ciencias sociales, en las ciencias exactas, y en las carreras técnicas.
En estos días de abundancia de información, también hay abundancia de instituciones de educación superior que ofrecen educación universitaria. Una manera de formarse una idea de la calidad de esas instituciones es investigar qué están haciendo para dotar a sus estudiantes de las habilidades necesarias para renovar sus conocimientos y no quedarse obsoletos. Algunas de ésas son las habilidades para el acceso y uso de la información.

viernes, mayo 12, 2006

Súmate ya al pacto de inclusión

Autora: Celine Armenta
Publicación: La jornada de oriente, 11 de mayo de 2006.

Como cada año, nos inundaron las celebraciones del 10 de mayo y su descarada comercialización, sus discursos que adormecen conciencias, y su filmografía chorreando resignación, sacrificio y lágrimas abnegadas. Este derroche, que enmascara estructuras, políticas y costumbres llenas de inequidad, debiera bastar para convencernos de suscribir personal y colectivamente, el flamante Acuerdo Nacional por la Igualdad y Contra la Discriminación, que busca hacer de México un país incluyente y tolerante.
El acuerdo es esperanzador, pese a que las pilas de acuerdos, leyes y programas que lo anteceden, no han contribuido a aliviar la discriminación que sufren cada día las mujeres de todas edades y grupos socioeconómicos, los ancianos, las madres trabajadoras, las mujeres y hombres con discapacidades, los indígenas, las minorías religiosas, los no-heterosexuales, y más que nadie los pobres, los extremadamente pobres.
Tan sólo en lo que vamos del siglo XXI, se añadió un párrafo a la Constitución Política, que dice a la letra: “Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las capacidades diferentes, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias, el estado civil o cualquier otra …". Y se han promulgado leyes para proteger los derechos de niñas, niños, adolescentes y personas adultas mayores; para asegurar los derechos lingüísticos de los pueblos; y para prevenir y eliminar la discriminación. Pero la discriminación aumenta cada día, como puede verificarse en la plana roja de los diarios, en la charla con los discriminados, y en la encuesta nacional de discriminación, que en 2005 le puso cifras al desprecio y al odio que sentimos hacia los “diferentes”.
¿Por qué entonces tengo tanta esperanza en el acuerdo nacional por la igualdad y contra la discriminación? Por una sola razón: porque no será firmada por un puñadito de autoridades y líderes de la sociedad civil; sino por todos lo que guiados por nuestra conciencia, nos comprometamos a hacerla realidad. Este acuerdo es nacional, en el sentido más amplio del término. Todos estamos invitados a suscribirlo. De uno en uno; hasta poder decir que lo hicimos “todos”. Yo ya me aseguré de que mi nombre esté entre “las y los firmantes” que creemos que la discriminación y exclusión nos denigra y nos empobrece a todos. Yo ya me comprometí, entre otras cosas, a “Fomentar la participación ciudadana en la construcción de una cultura de la no discriminación, en la denuncia de acciones discriminatorias, así como en la formulación y seguimiento de los programas gubernamentales”.
La firma pública se realizará el 16 de mayo de 2006 en la ciudad de México, pero todos podemos añadir nuestro nombre a la larga lista de firmantes, a través del Internet: http://www.conapred.org.mx/Noticias/noticiasTextos/acuerdoNac.html.
Firmemos sin miedo. Mienten las campañas televisivas y los rumores ponzoñosos, al decir México peligra si buscamos más democracia y menos discriminación; por el contrario, la tolerancia y la inclusión siembran esperanza y construyen futuros.

jueves, mayo 11, 2006

De nuestra forzada indignidad

Autor: Dr. Frank Loveland
Publicación: Síntesis, 11 mayo 2006

¿Cómo educar a nuestros hijos? ¿Cómo ser un profesor universitario éticamente responsable ante sus estudiantes? ¿De qué predicados debemos acompañar los sujetos “México”, “Gobierno”, “Valores”, “Responsabilidad”, “Educación”?

En otras palabras, ¿será posible decirles la verdad a nuestros hijos y estudiantes? Porque a estas alturas, ni modo de decirles que “México es un gran país...”, o que “el gobierno de Puebla vela por los derechos de los ciudadanos”, o decirles que deben actuar con responsabilidad como lo hacemos nosotros, o que si estudian mucho seguramente su sociedad se los reconocerá y obtendrán excelentes empleos. Ni modo de atiborrarlos de mentiras, confiando en su ignorancia, para predicarles que deben respetar a la autoridad, que si se portan bien Dios y el mundo los premiarán, que habitan un país que avanza incontenible, que hoy hay menos pobres que ayer y hasta sugerirles, venenosamente, que luchar por sus ideales se ve bien bonito mientras sean jóvenes, pero luego hay que madurar y ser “realista”.

De esa educación “realista” sobra y basta en los sectores medios y altos. Quizá un poco más sinceras esas instituciones de educación superior que prometen a sus estudiantes el mundo en sus manos, éxito en los negocios, cosmopolitanismo internacional, personalidad asertiva (neologismo que sustituye la mal vista arrogancia) e inglés al 100%. Por lo menos, bajita la mano, instruyen a sus estudiantes sobre la base no dicha de que en este mundo la regla es sálvese quien pueda, trata de ser feliz con lo que agarres, y vive consumiendo intensamente porque con dinero baila el perro y tú también.

Total, los vacíos y angustias que suele producir semejante “realismo” tienen a su vez, para los que tienen, terapias complementarias para reinventar la susodicha realidad en términos privados esplendorosos, donde sólo tú eres quien te limita pues si quieres puedes ser lo que tú quieras, todo es echarle ganas para que no te alcancen y no olvidar que hay cosas que el dinero no compra – eso de los afectos y cariños – pero para todo lo demás aquí estamos. Así que preocúpate por ti y si acaso los tuyos, que de los demás se preocupa Dios, el gobierno o el maravilloso mercado en que vivimos.

Porque enseñar la verdad, en el seno familiar o en la escuela, sería demasiado penoso y muy indecente. Eso es mejor olvidarlo. La verdad es de cada quien. Y todos podemos encontrar verdades que no nos lastimen. Uno ve lo que quiere ver. Y no tenemos por qué fijar nuestra atención en lo que este mundo nos ha hecho ser. Qué horror si se nos obligara a los profesores humanistas a enseñar la verdad de la realidad. Imagínese usted. Tener que enseñarle a los jóvenes que nos gobiernan payasos violentos, cuyos impuestos, requisitos, autorizaciones y permisos no tienen otra finalidad que alimentarlos con nuestro trabajo, enseñarles que la dignidad humana no tiene valor de cambio y es mejor sustituirla con arrogancia y un buen carro. Enseñarles, con plena objetividad apoyada en cuidadosos estudios de nuestra realidad, las consecuencias del cinismo de nuestros dueños: la miseria, el dolor y resentimiento, el desempleo y la callada desesperación que habita en quién sabe cuántos hogares. Enseñarles que vivimos una mentira, y que no tienen por qué aceptarla, mucho menos ayudar a continuarla.
Y entonces tendríamos que ser consecuentes y estimular en nuestro estudiantado el valor para oponerse a la autoridad, criticar y negar usos y costumbres, por muy de siempre que sean, reinventar la familia y, sobre todo, reinventarse a sí mismos, reconocer en nuestra frivolidad o en nuestro machismo estandarizado o en nuestra sed de dinero y poder, la pérdida grave de nuestra dignidad y profundidad humanas.

Porque cuando aceptamos resignados hacer lo que se tenga que hacer para quedar bien y no perder el trabajo, cuando enseñamos a nuestros hijos a respetar y aceptar la realidad, esta realidad, la que nos tocó vivir, cuando nos volvemos, en suma, agentes de una sociedad que se engaña a sí misma, entonces habremos perdido lo que nos hace humanos, nuestra capacidad para transformar la realidad a través del deseo e inteligencia que forman nuestra conciencia.

No pues no. Eso de negar la realidad, con dialéctica o con vil coraje, no se ve bien. Qué dignidad ni qué nada. ¿A poco nuestro gobernador tiene dignidad? Y mira qué bien le va. Anda, hijito, deja que te levante y te bese. No hagas ascos, hay que ser hombrecito.

jueves, mayo 04, 2006

Candidatos: Desarrollo Sustentable y el Medio Ambiente.

Autor: MVZ. Gerardo Tapia Hervert C.
Publicación: La jornada de Oriente, 4 de Mayo 2006

Es realmente importante analizar que tan profesionales y serias son las propuestas de los candidatos a la presidencia de la República Mexicana sobre desarrollo sustentable y medio ambiente. Lo que sigue es un resumen de lo que proponen los tres candidatos con mayor porcentaje de preferencia.

El único de los tres que tiene un espacio específico sobre este tema en su página de internet es Felipe Calderón quien tiene tres tópicos eje: Manejo Ambiental; Preservación de Nuestros Recursos Naturales y Educación para el Desarrollo Sustentable. En sus propuestas se pone énfasis en el manejo de residuos sólidos, promoción de energías renovables y diversificación de los combustibles, entre otros.

Para el caso del manejo de los Recursos Naturales, toma como su instrumento base la valoración económica de la naturaleza, muy lejos del valor económico total que incluye los valores de opción y existencia. Cabe mencionar que para el caso de las ANP, dice que la mayoría se ubican en la propiedad privada dando está connotación a los ejidos, bienes comunales y a las tierras de los particulares; aquí suma una estrategia para una política integral para el manejo y tratamiento del aguas. Y en cuanto a la Educación se suma a la década para el desarrollo sostenible de la ONU (2005-2014),

En la página de Internet de Andrés M. López Obrador, se mencionan el desarrollo sustentable en los compromisos 14 y 28, donde son integrados a las propuestas de cultura y la del proyecto del Istmo de Tehuantepec, donde habla aprovechamiento sustentable de los recursos naturales. Lo anterior se compelmenta con la propuesta del mismo AMLO para el DF, 2000-2006, donde menciona acciones de bombeo y tratamiento de agua, la propuesta de Ordenamiento Ecológico del Territorio y la puesta en marcha del metrobús

Para el caso del ecoturismo son los únicos candidatos que lo mencionan como compromiso a los más necesitados, sugiriendo Calderón vincularlo a las ANP´s y López Obrador a través de los compromisos 31 y 32, así como estrategia vinculada a la zona de Cancún donde habló de desarrollos turísticos que conserven los recursos naturales y se distribuyan entre los ciudadanos.

En el caso de Roberto Madrazo, lo único que se pudo encontrar fue los acuerdos con el Partido Verde donde se mencionan que “finalmente se reconoce que la política es importante, pero que es más importante que los mexicanos puedan contar con agua y aire limpios, que nuestro país conserve sus bosques y selvas, que proteja sus especies de flora y fauna silvestre, que mantenga las playas y mares limpios y en general, que proteja todos sus recursos naturales” (pvem, 2006).

Es preocupante la poca información en esta materia por parte de los candidatos y de su equipo. Actualmente la situación ambiental se considera como un tema de seguridad mundial y es motivo de acuerdos internacionales avalados por la ONU; temas como el comercio y los procesos productivos no se reconocen sin incluir la calidad y protección al ambiente; los derechos de propiedad sobre la biodiversidad y la bioprospección están prácticamente en todas la agendas y los candidatos sólo dicen generalidades.

Propuestas ausentes en lo que hoy se denomina como desarrollo sustentable, donde la equidad en los procesos aceptados por la sociedad, el manejo de la naturaleza y la viabilidad economía, quedan en el discurso o sólo son vistos desde una arista, Calderón competitividad y economía, AMLO: sociedad y equidad y Madrazo: sin claridad.

Educación y sociedad: hacia un aprendizaje situado

Autora: Laura Rodríguez Matamoros
Publicado: Síntesis, 4 de Mayo 2006.

Eminentes teóricos de la educación han publicado sendos volúmenes acerca de las nuevas tendencias formativas en las escuelas. Así, Jacques Delors formula los cuatro pilares de la educación, a saber, aprender a aprender, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a convivir; que se han constituido en significativos inspiradores de docentes de todos los niveles formativos. Edgar Morin también expresa una visión educativa revolucionaria denominada ecopedagogía, cuyos principios se expresan en siete saberes necesarios para la educación del futuro: educar para curar la ceguera del conocimiento, garantizar el conocimiento pertinente, enseñar la condición humana común y diversa y un sentido de pertenencia planetario, enseñar la identidad terrenal, enfrentar las incertidumbres, enseñar la comprensión, y enseñar la ética del género humano. Howard Gardner considera que la personas tienen al menos ocho inteligencias múltiples - musical, corporal-cinestésica, lingüística, lógico-matemática, espacial, interpersonal, intrapersonal y naturalista -; debido a su importancia todas deben ser igualmente atendidas en el medio educativo favoreciendo su desarrollo en todos los educandos.

Estos autores, y otros más, son inspiradores del esfuerzo de muchos docentes que se afanan por hallar el cómo lograr que estos desarrollos, que estos aprendizajes se logren en cada uno de sus alumnos. Y es que, aunque asumamos con los autores la conveniencia de sus propuestas, parece que se olvidan de que ni siquiera las diferencias más individuales se dan en el vacío social, de que el aprendizaje y el desarrollo se llevan a cabo en el contexto social y cultural de cada persona. No debemos, por tanto, perder de vista que los seres humanos se desenvuelven en circunstancias concretas, en momentos históricos específicos, en una cultura cambiante y dinámica, en un entorno social que incide en el modo en que el sujeto va asumiendo su propio desarrollo y su propio aprendizaje. Ésta suele ser una perspectiva olvidada por muchos teóricos, y prácticos, de la educación: que los profesores y alumnos son personas concretas insertas en entornos socio-culturales, económicos y políticos que requieren ser atendidos y asumidos para lograr los ideales educativos por ellos expuestos.

Falta el reconocimiento de la incidencia de lo social en la escuela así como del papel transformador que ésta debe asumir con respecto a su entorno. De ahí la necesidad de generar en el ámbito escolar un ambiente democrático en el que los involucrados puedan desarrollar sus potencialidades, donde se conjugue el respeto a la diversidad personal y cultural con la búsqueda de la igualdad social, política y económica, donde se propicie el aprendizaje relevante y la reconstrucción de la cultura experiencial de cada estudiante a partir de la integración y comunicación de saberes y personas.

¿Cómo podemos los docentes inculturar las propuestas educativas de vanguardia?, ¿cómo podemos situarlas y situarnos en el contexto escolar concreto en el que desarrollamos nuestra labor educativa?

Algunos elementos que pueden resultarnos útiles para ir constituyendo al aula como un espacio ecológico de cruce de culturas en el que se favorezca un aprendizaje experiencial-reflexivo, situado e integrador son:

- Realizar un diagnóstico optimista que refleje las potencialidades y limitaciones de los alumnos, sus oportunidades de aprendizaje.
- Adecuar objetivos, contenidos, experiencias y niveles de exigencia a los resultados del diagnóstico, procurando favorecer el desarrollo y el aprendizaje de los alumnos en su entorno.
- Favorecer una conversación ética y cultural que sirva de puente entre las identidades de los alumnos, el entorno y el contenido abordado.
- Asumir la evaluación como un proceso complejo que nos exige ponernos en el lugar del alumno para comprender con él el progreso individual y colectivo.