jueves, enero 31, 2008

¿HACER POLÍTICA DE BUENA CLASE?

Autor: José Rafael de Regil Vélez
Publicación: Síntesis, 31 Enero 2008

En una ocasión participé en una ceremonia de cambio de Presidencia Municipal en algún lugar de nuestra región.
Hubo un convivio muy sencillo previo al acto oficial. Por azares del destino me tocó departir un rato con los regidores y otros personajes de la nueva administración.
En ese ambiente, se me acercó un personaje más bien joven: “Usted me dio clases”. Vio mi cara de sorpresa y muy amablemente ayudó a mi memoria a ubicar cómo había sido que coincidimos en un pasado no tan remoto en la Universidad.
Con gusto me contó lo que ha ido siendo su carrera política, las gestiones que ha podido hacer con algunas comunidades y barrios, las dificultades encontradas y lo que en ese momento era lo que veía que podía aportar ahora como parte de un cabildo.
He de confesar que me sentí bien: ¡un exalumno interesado en política y con el dinamismo y las ganas de cambio que tienen consigo la juventud! ¿Qué educador e institución no apreciaría ese “resultado”?
Sin embargo me quedé reflexionando: un exalumno en carrera política y de administración pública intentando hacer bien las cosas es importante, pero más importante todavía es que los exalumnos que serán ciudadanos comunes y corrientes sean personajes políticos de trascendencia, aun en la humildad de su labor ciudadana día a día.
Me parece que una buena manera de hacer “política de buena clase” es no cejar en el empeño de convertir la clase en un espacio realmente político: un lugar en el cual alumnas y alumnos se esfuerzan por resolver en diálogo, consenso y acuerdo problemas comunes –sin esperar a que venga “papi institución” a resolvérselos. Es la semilla de la solución de algunos problemas comunes y corrientes de nuestros pueblos y ciudades.
La institución educativa es el lugar ideal para la formación política. En la medida en que tenga estudiantes capaces de plantearse preguntas serias sobre las cosas cotidianas, que vayan captando la forma en la cual los conocimientos escolares tienen que ver con la realidad inmediata y que la toma de decisiones se ejercite en el diálogo, la confrontación de ideas y la creación de acuerdos, formará realmente políticos.
Estos futuros políticos y políticas serán capaces de reunirse con sus vecinos para entender juntos de mejor manera por qué el servicio de limpia es un problema, lo mismo que el alcantarillado, o el alumbrado, o la inseguridad que provoca que les rompan vidrios, les roben espejos del automóvil.
Pero también estarán en capacidad de saber que más allá de las diferencias de intereses se puede llegar a la coincidencia de necesidades y a la búsqueda de soluciones viable.
El problema de todo esto que como filosofía educativa puede sonar muy bonito, sigue siendo: ¿cómo hacerlo?
Y mi primera respuesta será: haciendo micropolítica. Las prácticas escolares habituales siguen fomentando en muchos lados autoritarismo, incluso en escuelas activas donde el educador suele revestir su autoridad de aparente participación. Lo llevamos muy dentro. Y hay que negociar políticamente entre maestros, alumnos, padres y autoridades escolares para cambiarlo.
Hay que crear un espacio permanente en el cual con regularidad los implicados en la educación discutan, problematicen qué importancia le darán a los espacios formativos que permiten la participación real de los jóvenes, que fomenten que tomen decisiones, que sean corresponsables en la marcha de su institución y que muchos de ellos son extraescolares.
Y, como en toda acción política, entonces instrumentar acciones, abiertos a revisar si fueron las apropiadas o no, porque entonces, habrá que seguir haciendo política para construir nuevas posibilidades.
Febrero es mes de las inscripciones. Ojalá que los padres de familia no sólo busquemos instituciones con bonitos uniformes y muchas horas de clases de inglés y de computación, sino un lugar en el cual a las alumnas y los alumnos les den herramientas para que sean actores capaces de resolver en comunidad los problemas que ahora tienen, porque seguramente en el futuro tendrán que dar solución a los problemas que se les presente junto con sus vecinos. Así un mundo un poquito mejor sí es posible.

martes, enero 29, 2008

LA PARTICIPACION SOCIAL EN LA EDUCACION, EJERCICIO CONTRA LA ABSTRACCION , EL CIERRE Y LA FRAGMENTACION SOCIAL

Autora: María Isabel Royo Sorrosal
Publicación: La Jornada de Oriente, 29 enero 2008

Acaba de realizarse el Foro ciudadano sobre Participación social en la educación. Fue una de las actividades anuales que el Observatorio Ciudadano de la Educación AC., lleva a cabo generalmente en el DF. En esta ocasión fue en una entidad federativa y una universidad, la Ibero de Puebla, donde tuvimos la ocasión de presentar resultados de investigaciones y experiencias para debatir y proponer con ciudadanos interesados en el tema.
La participación social puede darse en los diversos ámbitos de la educación: en el que se refiere al desarrollo de la comunidad, en el ámbito pedagógico, en el de generación de política educativa, etc.; y a diferentes niveles: el de las aulas y escuela, de la comunidad y municipio, y el del sistema educativo nacional.
La participación social actúa según un marco legal que la rige, y su aportación es fundamental para propiciar la rendición de cuentas y la gobernabilidad madura, en los municipios, los estados y en el país.
Durante el Foro se resaltó la importancia de una formación de los actores de la participación social (padres, empresarios, especialistas, iglesias, medios de comunicación; maestros), y de las buenas condiciones que han de propiciar los gobiernos y las autoridades (económicas, culturales, escolares, etc.) con verdadera voluntad de logro, para el desarrollo y mejora de la educación de toda la sociedad.
Los graves problemas educativos del país reclaman la atención comprometida y las acciones coordinadas de todos los agentes sociales, quienes impactan en la tarea formadora de sus nuevas generaciones. No podemos dejar sola a la escuela, responsabilizarla y condenarla por los malos resultados obtenidos en pruebas internacionales (como PISA) o nacionales (como ENLACE). Estamos hablando de compromiso vivencial frente a la abstracción de la búsqueda de culpas.
Pero la escuela y sus autoridades no pueden encerrarse e ignorar todas las necesidades y aspiraciones culturales, laborales y de calidad de vida de las comunidades en las que se encuentran. Se trata de apertura, abrirse a buscar lo mejor para todos frente a la cerrazón de posturas egocéntricas e impositivas.

Tras el primer momento de declaración de los males que nos aquejan, es imprescindible dar un segundo paso: la propuesta de soluciones eficaces y monitoreadas en las que se escuche y colabore con los diferentes actores sociales. La salida es trabajar juntos, evitar la fragmentación desde un espíritu común que da seguimiento y busca el logro de la mejora común (del bien común)

Es mucho lo que nos estamos jugando, se trata del bienestar y desarrollo de nuestros pequeños, jóvenes y adultos quienes tienen derecho a mejores capacitaciones que les proporcionen superiores y variadas competencias. Estas, unidas a la visión del mundo que les heredemos -abierta a su crítica e innovación- deberán permitirles decidir consciente y generosamente sus acciones , clave de la apuesta a fondo por un futuro mejor para México.

lunes, enero 28, 2008

El Partido Precioso y sus Decididas Preciosidades

Autor: Rodrigo Saldaña Guerrero
Publicación: E-Consulta, 28 enero 2008

He oído a varias personas acusar al presidente y al PAN de proteger al Gober Precioso. Llama la atención que, en cambio, no oiga uno pronunciamientos similares en contra del Pri. Con ocasión del tercer informe del famoso político conocido de esa manera en todo el mundo, la presidenta del Pri echó toda la carne partidista en apoyo del discutido gobernador poblano y… nada. Los que gritan, se rasgan las vestiduras y bailan extrañas danzas ante la maldad de que el PAN proteja a Marín Torres (según ellos, y sin pruebas), no dicen ni un tímido pío ante este muy público elogio de doña Beatriz Paredes a este mismo personaje.

Un efecto extraño de esta línea propagandística es que convierte los ataques al PAN, que podrían haber sido denuncias serias, en parte de un juego que nadie se toma en serio. Uno ve a los políticos del FAP y del Pri, principalmente, y a sus aliados en los medios, realizando extraños ritos y gritando ante todo el mundo que el pueblo repudia al PAN y a sus obras, sin que esos exorcismos parezcan afectar para nada al denunciado. Lo que hemos dicho explica por qué: aunque nuestro pueblo no sea muy sofisticado percibe la esencial hipocresía de todo ese circo.

No deja de llamar la atención, empero, que a pesar de las muy reales y conocidas culpas de los desgobernadores priístas de Oaxaca y Puebla, el efecto de sus escándalos en estas sufridas entidades haya sido muy escaso por meses. Hace que la mente se maree el pensar en un gobernador de Estados Unidos con una imagen preciosa que no saliera corriendo de la política… si no es que del estado. Que pueda haber gobernadores en México que resisten esta lluvia política ácida como si fueran el mismo Governator en una película, es inquietante. Nos dice algo poco agradable sobre México.

Que no sólo haya tal supervivencia política, sino que un partido que mantiene a estas bajas formas de vida política entre sus hijos favoritos pueda también caminar por el escenario político sin ser corrido a jitomatazos e insultos del mismo, hace que tengamos los más negros pensamientos sobre la salud política de la sociedad mexicana. Hay, naturalmente, explicaciones parciales. Los priístas están muy bien organizados y movilizados. Quiénes estamos en contra de ellos parecemos estar en el polo opuesto: desorganizados, inertes, sin una voz poderosa frente al ogro priísta.

Ésta debilidad tiene raíces históricas, pero la cuestión no es sólo de donde venimos, sino adonde vamos. Para ir a algún lado, necesitamos prepararnos, organizarnos, movilizarnos. Las excusas pueden tener sentido, pero nos sirven de muy poco. Seguirlas alegando es confesar que nos quedamos estancados en la ignominia. Si no queremos reconocer esta sentencia a trabajos forzados e improductivos, tenemos que comenzar ya a poner los medios capaces de liberarnos de ella. Y este comienzo en México pasa en gran parte por arrojar fuertes reflectores sobre el Partido Precioso y mostrarlo como lo que es, y lo que son las supuestas filantropías del ogro, como son sus ataques al TLCAN, a la reforma energética y a la fiscal. Cuando veas a unos preciosos no te calles, señálalos.

viernes, enero 25, 2008

La participación social en la educación

Autor: Guillermo Hinojosa R.
Publicación: Síntesis, 25 Enero 2008

La educación de los niños mexicanos es un asunto demasiado serio como para dejarlo en manos del sindicato de maestros. Los profesores sindicalizados han demostrado con creces que aunque les quedara algo de la vocación de servicio que los llevó a ser educadores, su prioridad mayor es obeder los lineamientos del sindicato cuya prioridad, a su vez, es mantener el control sobre los profesores y sobre sus cuotas. Dar una buena educación no es lo más importante para SNTE.

La educación nacional es una cuestión demasiado compleja como para pensar que la SEP nacional puede elaborar un plán unico de educación bueno para todos lo niños del país. Por más sabios y estudiosos que sean los funcionarios que elaboran los planes nacionales, es imposible que prevean todo lo que se puede ofrecer. Nada garantiza que esos funcionarios tengan el monopolio de las buenas ideas sobre qué hacer para tener una buena educación nacional.

¿Por qué no admitir que la centralización tanto de la planeación educativa como del sindicato que se encarga de realizar esos planes es uno de los determinantes de mucho peso para que nuestros niños ocupen los últimos lugares del mundo en lectura, escritura, matemáticas y ciencias? Los estudios de PISA no dejan lugar a dudas ni a ilusiones acerca de la calidad de nuestra educación.

La planeación central de la educación, el libro de texto único y el SNTE son supervivientes de cuando en México todo era 'único': partido único, sindicatos únicos, iglesia única. Nuestro país es ahora demasiado complejo como para que cualquier instancia 'única' lo represente.

La búsqueda de soluciones a nuestro bajo nivel educativo pasa por la participación de todos los interesados en el problema: padres de familia, profesores, estudiantes, autoridades, investigadores y cualesquiera miembros de la sociedad que tengan algo que decir. En otras palabras, deben eliminarse los monopolios educativos y facilitarse la creación de múltiples maneras de administrar escuelas y de impartir la enseñanza. En la variedad que resulte se irán encontrando los mejores métodos, los mejores libros, las mejores ideas, las mejores escuelas.

El foro sobre 'Participación social en la educación' que se realizará el próximo viernes 25 de Enero, organizado por el Observatorio Ciudadano de la Educación y la Universidad Iberoamericana de Puebla es un paso en esa búsqueda de soluciones.

martes, enero 22, 2008

¿Cómo tratar la indisciplina y la violencia en la escuela?

Autora: Mtra. Teresa Eugenia Brito Miranda
Publicación: La jornada de oriente, 22 enero 2008

El problema de la convivencia escolar, la disciplina y la violencia al interior de la escuela, se ha convertido en una preocupación central y aunque se han empleado variadas técnicas para su tratamiento, el problema sigue presente y los estudiosos consideran que no hay cambios sustanciales.
Hay muchos programas de intervención y poca investigación de lo que sucede al interior de las escuelas. Tal vez por ello no se ha podido intervenir significativamente. En países europeos y en los Estados Unidos, en donde la migración es muy alta, es ya un problema serio que implica entre otras cosas el factor multiculturalidad. El problema tiene muchas aristas.
Es importante distinguir lo que significan los problemas de convivencia y conflictos y lo que se consideran actos de violencia. Los conflictos en la convivencia siempre van a estar presentes; tendremos que aprender a convivir con ellos y solucionarlos a través del diálogo. Sin embargo si éstos no son atendidos, pueden generar actos de violencia. Los actos de violencia llevan una carga de agresión que puede ser física o psicológica con el afán de controlar o dominar a la otra persona en conflicto.
Es importante reflexionar sobre la carga ética que tiene el concepto de indisciplina que se asocia al conflicto y a la violencia.
La postura tradicional relaciona la indisciplina con el castigo y la culpa, tanto del alumno como de la familia; en raras ocasiones la escuela asume su responsabilidad: la indisciplina también puede ir de la mano de la falta de interés y motivación, del manejo del grupo, del dominio del tema, de la didáctica y hasta se olvidan las características propias de la edad de los alumnos, que pudiendo ser aliadas del profesor, con frecuencia se convierten en su peor enemigo.
Muchas escuelas consideran que los problemas de violencia y disciplina se reducen a medidas reglamentarias y a su aplicación, siguiendo la postura tradicional. Esta visión ayuda poco a la prevención, pues no se le proporciona a los involucrados, alumnos, profesores y autoridades, la oportunidad para ver lo que sucede dentro del aula o la escuela.
Es más sencillo culpabilizar al alumno por su problemática interna y/o a su familia. ¿Cabe otra posibilidad?
Las pocas investigaciones al respecto han colaborado en la comprensión del problema desde otras perspectivas. Debarbeux, y col., por ejemplo, parten de que es un problema complejo que depende entre otras cosas, “de los códigos morales, de las representaciones sociales de la educación, del estado de las reflexiones jurídicas y de los códigos que las cristalizan en construcciones siempre provisorias…”. Prefieren hablar de incivilidad, tratando de que sea un término más técnico, con menos carga ética, que ayude a describir el problema antes de juzgar y proponer soluciones que no produzcan los resultados esperados. Las incivilidades se refieren a pequeñas transgresiones que son determinantes del clima escolar y que pueden ser precursoras de actos delictivos si no se atienden. Esto quizá nos de pistas para abordar el problema más eficazmente.

lunes, enero 21, 2008

De la educación ambiental a la ambientalización de la educación: Reflexiones a partir de la Década de la Educación para la Sustentabilidad.

Autor: Benjamín Ortiz Espejel
Publicación: E-Consulta, 21 Enero 2008

En años recientes se ha difundido entre diversos círculos de educadores ambientales una polémica a partir de la declaración que hiciera la UNESCO sobre la Década de la Educación para la Sustentabilidad (2005-2014). Dicha declaración se realiza con el fin de poner en sinérgia diversas iniciativas internacionales relacionada con la educación y el medio ambiente a nivel mundial. Si bien esto pudiera parecer adecuado para focalizar esfuerzos y recursos de diversas instituciones tanto gubernamentales como de la sociedad civil, representa también un “descentramiento” del concepto de Educación Ambiental que tantos años ha costado construirlo. De esta forma se han constituido dos bloques de posturas. Por un lado se ubican los investigadores y ambientalistas que consideran que el concepto de educación ambiental debe quedar “intacto” dado que se trata de un campo de conocimiento aún en construcción. Por el otro lado se presentan aquellos que opinan que el nuevo concepto de Educación para la Sustentabilidad representa un avance en la integración de nuevos campos educativos a la dimensión ambiental.

De esta forma lo que en los próximos años veremos será un reconocimiento a los logros alcanzados por los educadores ambientales de todo el mundo, pero a la vez se trata de un reto de problematización entre educación y medio ambiente. La formula de Educación para la Sustentabilidad promueve un concepto que amplía el radio de acción de la educación ambiental, al integrar problemáticas de derechos humanos, laborales, asuntos de bioética, derechos intelectuales, entre otros, de manera que no se concibe la educación ambiental como un campo o sector educativo que debe integrase en los otros, si no mas bien se apuesta ahora por una problematización desde los diversos campos educativos, dicho de otra forma de trata ahora de ambientalizar la educación.

Así pues no es posible hacer tabla rasa de tantos años y esfuerzos de miles de educadores ambientales que construyeron las bases de muchas iniciativas educativas exitosas alrededor del mundo en relación a la problemática ambiental y se debe hacer su justo reconocimiento. Así mismo es preciso avanzar hacia nuevas estrategias educativas cada vez mas amplias que promuevan el desarrollo sustentable en todos los ámbitos de la sociedad pero reconociendo las especificidades culturales de cada región.

La educación para la sustentabilidad no debe caer en la tentación de fórmulas preestablecidas aplicables a la población en general tanto de países desarrollados con en desarrollo y por el contrario debe ser un faro orientador de nuevos horizontes de desarrollo, ojala y aún nos quede tiempo para ello.

viernes, enero 18, 2008

El Curioso Caso de los Caciques Faltantes

Autor: Rodrigo Saldaña Guerrero
Publicación: E-consulta, 18 Enero 2008

Los cacicazgos son gobiernos de facto, con poderes similares a los de un gobierno, sin ningún derecho a ser considerados como autoridades legítimas. Llenaron con las armas los huecos de poder que dejaron los gobiernos. Para éstos, enfrentarse con un cacicazgo es fácil, enfrentarse con todos ellos una Misión Casi Imposible. Y sin embargo le plantean a los gobiernos una cuestión vital, ¿quién manda aquí?. En la medida en la que hay caciques, no manda del todo y de verdad el gobierno.

Este cáncer corroe especialmente al campo, donde el ciudadano común y corriente no puede trabajar, prosperar, vivir, sin el permiso del cacique. Y pertenece a la esencia misma del cacicazgo que la mayoría sea de pobres muy pobres. Es la miseria de esas personas lo que por contraste hace que los caciques sean como reyes. Si sus ingresos, su educación y su posición social mejoraran, se debilitaría automáticamente el cacique. Los caciques sólo permiten los proyectos que van a fortalecerlos, y bloquean los que no lo van a hacer. Son, por consiguiente, una camisa de fuerza que detiene en su cuna los esfuerzos de sacar del atraso al campo. ¿Puede extrañarnos la miseria de éste?.

Pues bien, no hay un partido, un poder, un nivel de gobierno, que reconozca explícitamente este cáncer social, que tenga una estrategia contra él. Y ninguno de ellos, ni los analistas que hablan sobre el atraso del campo mexicano parece ver a esos caciques. Tratan de explicar esa miseria sin lo que probablemente es su causa fundamental, algo así como analizar El Quijote sin mencionar para nada al Caballero de la Triste Figura, o a Otelo sin hablar del Moro de Venecia. De vez en cuando se insinúa algo al respecto, cuando se habla de los beneficiarios de las fortunas que los gobiernos invierten en el campo. Sí, los gobiernos mandan mucho dinero al campo, pero no parece llegar a sus destinatarios. Una gran parte se queda en manos de los intermediarios comerciales (que suelen ser caciques, de alguna manera), otra va a líderes campesinos que, en realidad, son caciques.

Una de las rarezas de México es, en efecto, el amasiato entre la izquierda y el corporativismo priísta, organizado nada menos que por Lázaro Cárdenas Del Río, que subordinaba el apoyo al pueblo al control político del mismo. Estando el asunto a cargo del Partido de los Caciques, el beneficio popular era mínimo y el control muy eficaz. Muchos de los que lloran por el campo mexicano y exigen su redención demandan también del minifundismo que era uno de esos medios de control. El campo sólo saldrá del atraso cuando esos pequeños predios dejen su lugar a cooperativas de producción, distribución y consumo, pero esta transformación pasa necesariamente por la erradicación del caciquismo.

Hay quienes trabajan en ese sentido, pero no son muchos. Y cuando uno ve que los autonombrados Defensores del Campo son en realidad defensores de sus cacicazgos, y que casi nadie denuncia a los caciques, el panorama no pinta bien. Da la impresión de que, para no entrarle a la bronca de trabajar por la eliminación de los cacicazgos, los políticos se convencen a sí mismos de que el progreso acabará automáticamente con ellos, y es al revés: el verdadero progreso no se va a dar mientras no se extirpe esos tumores que se oponen por definición a la mejoría de la situación del pueblo. Por eso tantos se van a EU, y porque allí, en condiciones hostiles pero con menos caciques (allá también hay), alcanzan allá lo que no pueden lograr en su país.

jueves, enero 17, 2008

Participación social para la educación.

Autor: Dr. Martín López Calva
Publicación: Síntesis, 17 Enero 2008


Espacio social donde chocan múltiples intereses, y encrucijada de propósitos políticos y reivindicaciones sociales, la educación nacional es escenario de todos los actores. La única ausente es quizás la educación misma.”
Pablo Latapí Sarre.**


Como uno de los pilares del desarrollo de cualquier país en esta sociedad del conocimiento, la educación es una tarea que implica la participación corresponsable de todos los actores sociales.
Sin embargo, ante los preocupantes resultados de nuestros educandos en las evaluaciones nacionales e internacionales habría que preguntarse si nuestra sociedad está cumpliendo con esta tarea.
¿Qué es lo que está faltando para generar un sistema educativo que realmente contribuya al desarrollo humano de cada uno de los niños, adolescentes y jóvenes de nuestro país?
El primer paso que tendríamos que dar, es asumir que la educación no es una responsabilidad exclusiva de los profesores en el aula o del gobierno sino un compromiso corresponsable en el que estamos implicados todos.
Asumir la complejidad del proceso educativo y analizar los múltiples intereses, los distintos propósitos políticos y reivindicaciones sociales que están chocando en nuestro sistema educativo para tratar de generar un proyecto en el que todos los actores se corresponsabilicen de la marcha de la educación nacional es un desafío que aún está pendiente en nuestros días.
No podemos seguir adelante como nación si la educación sigue siendo la gran ausente en este espacio de conflicto que representan la escuela y la universidad. No podremos encaminarnos hacia el desarrollo si cada uno de los actores no es capaz de reflexionar sobre la legitimidad o ilegitimidad de sus intereses en clave auténticamente educativa. No será posible el avance de nuestro país si no construimos una verdadera participación social que apunte hacia un mejoramiento progresivo de la educación.
Esta es una tarea reflexiva que urge emprender. Para contribuir a ella, el “Observatorio ciudadano de la educación”, organiza, con la colaboración del doctorado interinstitucional en educación de la Universidad Iberoamericana, el “Foro ciudadano de participación social en la educación: del análisis a las propuestas” el 25 de enero en la ibero Puebla. Ojalá de este espacio puedan derivarse iniciativas concretas para enfrentar este gran desafío.

**Latapí Sarre, Pablo. (2003). Horizontes de la educación. Lecturas para maestros. Volumen II. Ed. Santillana. México.

martes, enero 15, 2008

¿Quién se preocupa por la infancia?

Autor: F.H. Eduardo Almeida Acosta
Publicación: La jornada de oriente, 15 enero 2008

Hay algo podrido en los fundamentos mismos de nuestra sociedad que nos está afectando a todos, a las ancianas y ancianos como señalaba el Domingo pasado el encabezado del diario Reforma, está afectando a las niñas y niños en particular. Leyendo la realidad social de la que formo parte y la que se manifiesta en los diarios es imposible mantenerse ciego y sordo ante el hecho de que nuestras vidas dependen fuertemente, están intensamente condicionadas, y en ocasiones hasta determinadas por el funcionamiento político de nuestra sociedad. La violencia política es una realidad cotidiana que se manifiesta hasta en la que se ejerce de manera supuestamente oculta en instituciones como la universidad, la escuela o la familia.

Hoy, en este inicio de año, invito a reflexionar sobre los impactos de los acontecimientos actuales en la vida de las niñas y los niños de nuestro país. ¿Se puede esperar que se sientan y crezcan en una sociedad democrática cuando se reprime toda protesta social, se ataca a los comunicadores inteligentes y críticos como Carmen Aristegui, se persigue a los defensores de los derechos humanos, se pavonean impunes políticos corruptos? ¿Puede esperarse que vivan en un mundo mínimamente no caótico? Los modelos que tienen frente a sus ojos: ¿Cuáles son? ¿Cuáles valen la pena? ¿Serán los seis ministros que exoneraron a los protectores de la pederastia o los cuatro que reconocieron la violación de garantías individuales de una mujer valiente? ¿Serán los comunicadores que informan según los intereses de las empresas que los contratan o los que tratan de mantener bien informada a la ciudadanía? ¿Serán los políticos que sostienen la podredumbre que nos rodea, o los que luchan por cambiar ese sistema? ¿Serán los intelectuales comprometidos con entregar la soberanía del país, o los que buscan su autonomía en un mundo de paz? Los mensajes que reciben de sus mayores: ¿Son las niñas y niños la gran riqueza del país y por ello se le da prioridad presupuestal a la educación? o ¿Son ellos prescindibles y por lo mismo se deja la educación en un segundo plano y en manos de quienes la manejan como negocio? ¿Es el país tan criminal que se requiere de una ley Gestapo? ¿Existen formas más civilizadas de combatir la criminalidad? Las relaciones económicas dentro de las que funciona nuestra sociedad: ¿Favorecen que las niñas y niños se desarrollen rodeados de cariño? ¿Pueden los encargados de velar por su socialización hacerlo cuando disponen de magros recursos económicos y de una carestía en aumento?

Deseo que en 2008 no vivamos con la cabeza baja aguantando tanto absurdo social sino resistiendo y participando en la lucha política cotidiana por transformar esta sociedad que es la de nuestras niñas y nuestros niños.

jueves, enero 10, 2008

De nuevo: lo intolerable de la intolerancia

Autora: Celine Armenta
Publicación. Síntesis, 10 Enero 2008

Los maestros tenemos el hábito de buscar en todo una lección. Por eso veo el reciente caso Aristegui como una formidable lección acerca de la naturaleza humana. Si aprendemos de ella, enriqueceremos nuestra percepción de la realidad y creceremos en sabiduría.
Vayamos por partes: sólo los muy ingenuos creían que Carmen Aristegui podía durar en los micrófonos de la XEW. Se necesita audacia, fortaleza y sabiduría para abrirse a la diversidad. A los directivos de Televisa les resultó intolerable escuchar una voz diferente a la de su conveniencia; tal como muchos de los seguidores de Carmen nos manifestamos intolerantes ante quienes sostienen otras versiones de la realidad.
Aquí encontramos una lección importante: ser intolerante es fácil, casi es natural, aunque la intolerancia vuelve al mundo cada vez más hostil para todos. Lo realmente intolerable de la salida de Carmen Aristegui no es que Televisa la haya despedido, sino que la diversidad perdió espacio; que se va consolidando un duopolio en el que ni siquiera escuchamos dos, sino una sola voz respondiendo a intereses y miradas similares en casi cualquier punto del cuadrante. Los espacios para disentir se van cerrando y el gobierno, en vez de asegurar espacios para la pluralidad de sus gobernados, parece aliarse con el duopolio, mientras la inmensa mayoría de mexicanos no tenemos espacios para discernir y decir nuestra verdad. Además, ante la gritería monofónica del duopolio y el gobierno, es casi heroico asumir la responsabilidad de pensar con independencia.
La intolerancia es intolerable tanto en los medios como en el corazón de cada uno de nosotros. Para combatirla habrá que resistir al duopolio y apoyar las voces independientes; incluso si difieren de la nuestra. Es momento de exigir una Ley de Medios donde sea evidente que los consorcios televisivos y radiofónicos operan concesiones, pero no son dueños de la comunicación; y donde se asegure una distribución del poder que hoy detentan unos cuantos en detrimento de los derechos de todos de pensar, hablar y escuchar.

martes, enero 08, 2008

Reflexiones de inicio de año para profesores

Autora: Laura Rodríguez M.
Publicación. E-consulta, 8 Enero 2008

Tras las vacaciones decembrinas, que suelen estar matizadas de buenos propósitos, de deseos de mejora y de sentimientos positivos, y con la llegada de los Reyes Magos la mayoría de las instituciones educativas inician esta semana sus actividades escolares.

Con un dejo de nostalgia por el año que pasó y con el deseo de superación en este nuevo año, muchos profesores tienen la intención de mejorar su práctica de modo que puedan brindar a sus estudiantes mayores oportunidades de aprendizaje, tomando en cuenta que los resultados de las evaluaciones nacionales e internacionales del 2007 en el ámbito escolar fueron realmente desalentadoras.

Con la intención de aprovechar este estado de ánimo, se presentan a continuación algunas consideraciones educativas que podrían servir de detonadores para aquellos profesores que desean reflexionar en torno a su práctica docente para mejorarla.

Dado que la práctica docente no es un suceso aislado y sí rico en relaciones y vínculos con diversos actores y aspectos de la vida escolar, pues el profesor interactúa con estudiantes, padres de familia, colegas, directores y personal administrativo, es importante reconocer la multidimensionalidad de dicha práctica. En efecto, el quehacer docente no es plano ni lineal sino que está compuesto de diversas aristas que resultan enriquecedoras.

Lo que se pretende es que el docente se plantee una serie de preguntas derivadas de algunas de las dimensiones que componen su práctica docente de modo que encuentre un sentido renovado de su quehacer así como un punto de partida para una transformación de nuestro ser y hacer como profesores.

Así, en el ámbito de nuestra dimensión personal conviene que nos preguntemos acerca del lugar que ocupa nuestro quehacer docente en nuestra vida, de qué manera se entreteje nuestra docencia con nuestra manera de ser, de amar, de vivir, hasta qué punto nuestro trabajo docente ha contribuido a nuestra realización personal.

Ya que nuestra labor se desarrolla en una institución educativa es importante que nos sintamos parte de la misma, que nos identifiquemos con sus principios y planteamientos y que resonemos con su filosofia y valores. Así, conviene plantearnos ¿qué encontramos de común entre la Filosofía Educativa de la institución donde laboramos y nuestra propia filosofia de vida?, ¿hay convergencias entre las metas institucionales y nuestras metas personales?, ¿me sentimos orgullosos de pertenecer a esta escuela y colaboramos para darle prestigio y presencia social?

Parte fundamental del sentido de pertenencia institucional lo constituyen las relaciones que establecemos con las personas involucradas con nuestra labor educativa. De ahí que debemos preguntarnos acerca de la calidad y sentido de las relaciones con nuestros estudiantes, con sus padres, con nuestros colegas y superiores, ¿cómo son estas relaciones, cercanas, armónicas, constructivas? o, al contrario, ¿son conflictivas, distantes, tensas?

La labor docente pretende impactar el ámbito social pues busca mejorar las condiciones de vida de los alumnos y sus familias a través de la educación así como transformar positivamente a la sociedad a través de sus egresados. Por otro lado, dicha práctica se ve también impactada por el contexto social, económico, político, cultural, etc. en el que se desarrolla. De ahí que el docente deba preguntarse ¿qué retos específicos para la práctica docente se hacen presentes a través de las situaciones de vida de nuestros alumnos?, ¿De qué manera repercuten las tendencias sociales, económicas y ambientales del país en el modo de desarrollamos nuestra práctica docente?

También conviene preguntarnos sobre la dimensión valoral del proceso educativo. ¿Cuáles son los valores por los que se rigen nuestros alumnos?, ¿cuáles de nuestros valores personales han inspirado nuestra práctica docente, o han sido modificados por ella?, ¿qué valores estamos formando en nuestros alumnos?, ¿cuáles debemos formar?

Finalmente, conviene planearnos preguntas en el ámbito didáctico, tales como: ¿qué procesos de razonamiento y de valoración promovemos en nuestros alumnos?, ¿qué tipo de interacciones promueve nuestra forma de trabajo entre los alumnos?, ¿qué papel tienen los estudiantes frente a su propio proceso de aprendizaje?, ¿cuáles son las estrategias que utilizamos para manejar la disciplina en el aula?


Fuente: Fierro, C. (2005), Transformando la práctica docente, México: Paidós.