martes, diciembre 16, 2008

La economía familiar, vulnerable ante la crisis

Autor: Gerardo Reyes Guzmán
Publicación: La Jornada de Oriente, 16 de diciembre 2008

Las familias mexicanas no están exentas de enfrentar una ola de despidos y/o una falta de liquidez. Ante esta situación, lo más recomendable es ejercer un gasto mesurado, buscar fuentes alternativas de ingreso y reestructurar las deudas. Para quienes enfrenten una situación de despido, es importante hacer uso de su capital social en combinación con sus habilidades, también conocidas como acervos intangibles. En la medida que las empresas salen del mercado o se ajustan por falta de competitividad, surgen otras que experimentan fortalecimiento y expansión.
El mercado laboral es siempre dinámico, aunque en tiempos de crisis se aletargue. Es aquí en donde la capacitación y la inversión en la educación pueden dar frutos y servir de bisagra para transitar de una ocupación a otra. Siempre existe en mayor o menor medida una asimetría en la información entre los que requieren de un perfil determinado y los que lo ostentan. En este tenor, las tecnologías de la información y comunicación pueden ser un poderoso instrumento.
También es recomendable emprender un negocio, ya que el emprendedor es aquel que identifica una necesidad y se propone satisfacerla; el riesgo es algo inevitable pero que no se disuade con la inacción. El gasto mesurado es el selectivo; el que puede generar ahorro. El ahorro se genera gastando menos; eliminando el consumo nocivo, por ejemplo el de bebidas gaseosas, comida chatarra y gastos suntuosos a meses sin intereses.
Para aquellos que experimentan dificultades con el pago de deudas por tarjetas de crédito, es recomendable la reestructuración de las mismas, la fijación de un límite de crédito y la cancelación de aquellas tarjetas más caras o excesivas en número. Por ejemplo, quien goza de liquidez podría comprar deudas que pagan más del 70 por ciento en CAT (costo anual total) al banco, cobrando un 20 por ciento o 25 por ciento mediante un colateral, cuyo valor sea por lo menos el doble del préstamo para asegurar el pago. De esta manera se beneficiaría tanto el deudor de tarjetas de crédito como el ahorrador que busca un instrumento rentable en épocas de crisis. Para quienes participan en el mercado de valores, se recomienda aumentar el riesgo de su portafolio al momento que la Bolsa Mexicana de Valores rompa los mínimos históricos, pues si son éstos los puntos de recuperación, el rendimiento será el más alto. No hay fórmula para evitar los riesgos en el mercado bursátil. Quienes ahora han sufrido pérdidas, se recomienda no retirarse vendiendo, sino permanecer viendo hacia el largo plazo. Las recesiones son purgas para el capitalismo, de donde regularmente sale fortalecido. Para la economía de bolsillo, la mejor manera de defenderse en contra de los estragos de la recesión es recuperar la confianza, la confianza en nosotros mismos, en lo que hacemos y en nuestro trato con los demás.

lunes, diciembre 15, 2008

El tiempo, las organizaciones sociales y las dimensiones de la sustentabilidad*

Autor: Benjamín Ortiz Espejel
Publicación: E-consulta, 15 diciembre 2008

A diferencia de aquellas interpretaciones sociales que reducen la participación de los sujeto a piezas de una estructura ya dada, sin movilidad ni horizontes de futuro, el fin de la historia dirían algunos, sugiero que la comprensión del mundo supera con mucho la comprensión occidental del mundo. Desde tiempos inmemoriables, el control del tiempo se tornaba en legitimación del poder social. Esta circunstancia ha llevado a construir un presente donde no caben las diferencias y la experiencia social se reduce a los tiempos y espacios establecidos por los centros de poder económicos. Esta peculiar concepción del tiempo transformó el presente en un instante efímero atascado entre el pasado y el futuro. Esta tradición occidental del tiempo alimento la concepción lineal del tiempo y una suerte de planificación de la historia llena de promesas fuertemente confrontadas con las experiencias del presente. Así pues, el paradigma de la sustentabilidad surge en respuesta al agotamiento del modelo de desarrollo modernizador. Sin embargo es preciso distinguir que este paradigma se construye no solo en los escenarios de diplomacia y política internacional o en los discursos académicos sino que emerge también de las múltiples experiencias concretas de grupos sociales organizados que trabajan cotidianamente a favor de un desarrollo mas justo y humano. De esta forma recuperar, documentar, acompañar a estas organizaciones sociales implica también un esfuerzo inédito de construcción de nuevos enfoques teóricos.
*Versión abreviada que el autor presentó en la Cátedra Alain Touraine Oct. 2008 UIA Puebla.
Proponemos que las organizaciones sociales hacia la sustentabilidad construyen al menos cinco dimensiones de futuro:
La dimensión cognitiva: Se constituye como un espacio de revaloración de los saberes locales que se diferencian de la monocultura del saber y del rigor científico. Son saberes bajo otros criterios de rigor y que operan creíblemente en contextos y prácticas sociales históricamente establecidas. Establecer estos contextos históricos de credibilidad debe ser condición suficiente para que estos saberes tengan legitimidad epistemológica frente a otros saberes, entre ellos el científico. Así mismo y como lo propone Edgar Morin, el saber nunca es total, este principio de reconocer lo límites del conocimiento abre a su vez la posibilidad de diálogo y disputa epistemológica entre los diferentes saberes.
La dimensión cronológica: la racionalidad del tiempo lineal se rompe en las dinámicas de las organizaciones sociales. El tiempo lejos de ser una esencia es una condición indisociable de la complejidad de la materia y que tiene su máxima expresión en la mente humana. Así pues el tiempo lineal es una entre muchas concepciones del tiempo. El dominio del tiempo cronométrico no resulta de su primacía en cuanto concepción temporal sino de su imposición desde la modernidad. Así podemos proponer la presencia de otras concepciones de temporalidades que van desde el tiempo circular hasta el tiempo oscilante de la complejidad.
La dimensión de la escala: esto implica avanzar en un reconocimiento de que toda experiencia histórica esta ligada a un territorio, incluso en los momentos actuales de globalización donde lo virtual lleva a perder de vista la ineludible dependencia de nuestra condición física. La experiencia de las acciones territorializadas es a la vez afirmación de una identidad propia no homogeneizada sino construida localmente. Esto significa que lo local sea conceptualmente des-globalizado de la hegemonía y a la vez sea re-globalizado en la ampliación de la diversidad de las prácticas y experiencias sociales.
La dimensión productiva: las organizaciones sociales hacia la sustentabilidad se distinguen en primera línea por una lógica de producción basada en sistemas alternativos de baja dependencia de insumos provenientes del petróleo. Se trata de estrategias milenarias de producción que la lógica de producción capitalista oculto o desacreditó. Es sin embargo evidente que hoy día el discurso de producción capitalista ha llega a su límite. Existen sin embargo múltiples ejemplos de sistemas de producción alternativos que son practicados por estas organizaciones sociales hacia la sustentabilidad.
La dimensión del control: esta dimensión de la sustentabilidad esta relacionada con los procesos de democracia y poder al interior de estas organizaciones. Se trata de experiencias políticas alternativas al centralismo de decisiones, la corrupción y a la ausencia de mecanismos efectivos de control. Frente a esta situación las organizaciones sociales esta explorando viejos y novedosos instrumentos de participación efectiva ya no solo para casos de puestos de dirección sino en prácticamente cada puesto de la vida social. Esto implica una recuperación del poder local, municipal y regional. Esta última dimensión es pieza estratégica en la construcción de toda experiencia social hacia la sustentabilidad y hoy día se puede constatar que la exigencia de la participación ciudadana esta ya presente en diversos espacios de la vida social.

lunes, diciembre 01, 2008

La Educación…dos años después

Autor: Martín López Calva
Publicación: Síntesis, 1 de diciembre 2008

A dos años del segundo gobierno “de alternancia” podemos con toda razón preguntarnos por el estado en que se encuentra la “reforma educativa” que reclaman los tiempos.
Es evidente que el sistema educativo nacional se encuentra todavía en un período en el que predomina la inveitable des-composición sobre urgente la re-composición.
Este proceso, aunque a veces desesperante para los protagonistas comprometidos con la búsqueda de una educación renovada, es natural después de siete décadas de un sistema educativo que nació de la revolución mexicana y el mito convertido en sistema político que le siguió.
Porque nuestro actual sistema educativo no nació para formar ciudadanos libres y democráticos sino para apuntalar la “unidad nacional” en torno a un gobierno autoritario y corporativista.
De manera que los procesos aúlicos y la organización institucional fueron orientados hacia la homogeneidad, la subordinación a una ideología en la que se identificaban Patria, partido y presidente y la obediencia ciega a la autoridad.
No resulta tan rápido como parecen exigirlo los tiempos desestructurar una organización tan rígida, vertical y controladora para crear un sistema educativo que se oriente, desde una visión más democrática y dialógica, hacia la búsqueda de procesos formativos que sean construidos, vividos y evaluados de manera participativa y que garanticen la transparencia y rendición de cuentas que una sociedad democrática exige.
Estamos todavía en el proceso de demolición de una estructura monumental de la que hay que conservar algunas partes que siguen siendo valiosas pero hay que destruir desde sus cimientos muchas otras que resultan un lastre para el progreso.
Algunas reformas oficiales y algunas manifestaciones de oposición parecen dirigirse hacia esas metas. Pero queda aún mucho que trabajar para distinguir lo verdaderamente revolucionante de lo aparentemente transformador, lo realmente valioso a conservar de lo absurdamente conservador. En esta tarea la cooperación es fundamental y la participación social, una estrategia indispensable.

lunes, noviembre 24, 2008

Desconfianza, control, dignidad o tolerancia: ¿qué enseñan los movimientos magisteriales?

Autora: Teresa Eugenia Brito Miranda
Publicación: Pendiente

A raíz de los movimientos magisteriales se hace necesario reflexionar acerca de los valores que los docentes muestran a los niños. Tanto en las aulas como a través de estos movimientos sociales que impactan la convivencia ciudadana, los maestros “educan” en valores.
Se han hecho investigaciones que observan la vida cotidiana de los profesores en las escuelas para identificar los valores de convivencia que promueven en los niños. Todas las prácticas educativas promueven valores aunque no se hayan propuesto explícitamente hacerlo.
Investigaciones realizadas en otros estados de la república arrojan datos generalizables a nuestro estado, que nos preocupan. El comportamiento normativo de los docentes tiene que ver fundamentalmente con el control de los impulsos de básicos de los alumnos; en esto centra su esfuerzo y se sustentan los valores que promueve. Muy pocos maestros hacen alusión a valores universales, como la justicia, la honestidad, la tolerancia. La mayoría se centra en tres normas concretas relacionadas con el contexto específico de la escuela dedicando el mayor tiempo a ello: guardar silencio, poner atención y trabajar sentados en su lugar. Estos resultados muestran que en la escuela se parte de la desconfianza y el control.
Es importante ver a través de qué medios, conductas, gestos, u otros vehículos los profesores buscamos que se cumplan las normas. Aquí vemos que no solamente importa el tipo de normas que se enseñan, sino también los medios que se emplean para hacerlas cumplir. Esto que vemos en la escuela “por dentro” puede quizá ayudarnos a entender lo que pasa “por fuera”, en lo que los docentes enseñan a través de los movimientos sociales generados a partir de la Alianza por la Educación: tanto quienes se han manifestado en su contra como quienes se suscriben a ella acríticamente.
Parece que los profesores han interiorizado acríticamente las normas promovidas en la escuela. También ellos fueron formados así, en una convivencia patriarcal-matriarcal en donde el control y la desconfianza son la base. ¿La tolerancia y la apertura tienen lugar aquí?
¿Qué valores nos muestran en estas manifestaciones? ¿Se promueve la honestidad, la justicia, la equidad y el trabajo constructivo? ¿Apelan a las costumbres del propio magisterio o buscan valores universales?

También vale la pena reflexionar sobre el tipo de medios que emplean para conseguir sus fines, tanto de manera consciente como inconsciente. ¿Serán los medios adecuados para el tipo de convivencia social que buscamos desarrollar en los alumnos?
El desarrollo moral del niño depende de factores relacionados con su contexto socio-cultural y de las expectativas sociales. Tiene que ver también con factores de tipo personal, interno, de cada niño. Ambos tipos de factores son asimilados por el niño para conformar su moralidad. ¿Qué están aprendiendo del comportamiento de sus profesores fuera del aula? Como padres y adultos tenemos la responsabilidad seria de reflexionar sobre esto, pues a través de nuestras formas de relación nuestros niños aprenden a convivir y a ser ciudadanos.
Es fundamental que los profesores recuperen su dignidad, volviendo a tener respeto por ellos mismos y por su profesión. Parece que ese respeto y dignidad se han ido perdiendo por el desconocimiento acerca de las oportunidades para desarrollar la propia moralidad como docentes. Es imprescindible una auto-observación de la práctica docente y de la actuación en estos movimientos tanto de adhesión como de oposición acríticas. Se impone sobre todo porque fuimos educados con una disciplina externa también acrítica, a base de imposiciones, castigos y faltas a nuestra dignidad como seres humanos. Esto nos hace vivir con una estima baja, no tenemos respeto por nosotros mismos.
Estos puntos resultan muy importantes para estudiar el movimiento magisterial, más allá de las manipulaciones que se puedan generar con propósitos políticos.

Contra las muchas violencias de género

Autora: Celine Armenta
Publicación: E-Consulta, 24 de noviembre

Cada noviembre, desde hace 9 años, en naciones de todo el planeta se organizan actividades para sensibilizar a la opinión pública respecto al problema de la violencia contra la mujer.
Así, entidades gubernamentales, universidades y colectivos de todo tipo organizan pláticas y manifestaciones, conciertos, talleres y publicaciones para que caigamos en la cuenta de que las mujeres, como individuos y colectivo, somos blanco de actos violentos, generalmente aceptados o al menos tolerados por las costumbres y las culturas.
La complejidad y diversidad de la violencia contra las mujeres, conocida también como violencia de género, se origina en la inequidad y desigualdad de poder. En muchos casos no se trata de violencia exclusiva contra las mujeres, pero cursa con mayor gravedad y cobra más víctimas entre las mujeres, por el solo hecho de ser precisamente mujeres.
Así sucede con la violencia hacia los niños. En cientos de formas legitimizadas por la historia, las culturas y tradiciones, niños y niñas de todo el mundo sufren todo tipo de violencia y vejaciones. Y cuando la pobreza, la marginación y la ignorancia coinciden, el sufrimiento infligido a niños y niñas alcanza situaciones de esclavitud, tortura y negación de los derechos humanos fundamentales. Las niñas, frente a sus compañeros varones, suelen vivir por más tiempo estas situaciones y con mayor frecuencia son víctimas de explotación y esclavitud sexual.
Más allá de estas situaciones extremas que sobrellevan millones de niñas y niños, también se da violencia de género en familias donde reina una aparente armonía y respeto hacia los menores de edad. Ahí, en las buenas familias, las niñas son marginadas respecto a sus hermanos varones. En las encuestas de discriminación se ha encontrado que mujeres de todas las edades, grupos sociales y niveles de escolaridad manifiestan haber sufrido discriminación a manos de sus propios padres y madres. Y esta, aunque silenciosa y no sangrienta, es violencia de género.
También es violencia estructural e institucionalizada la que impide explícita o implícitamente a las mujeres ocupar puestos de liderazgo, posiciones bien remuneradas, púlpitos y cátedras en instituciones públicas y privadas, y en organizaciones civiles y religiosas. Es violencia la que da el puesto de ministro de culto, presidente y jefe a un varón, y coloca a las mujeres en puestos serviles.
Es violencia de género, por supuesto, la bofetada, la golpiza, la cueriza y también el silencio contra la novia, la esposa, la madre, la abuela; hay violencia donde un varón cree tener derecho y hasta obligación a reducir, controlar y corregir a otra persona, básicamente porque ella es mujer.
Las mutilaciones de genitales, las lapidaciones a supuestas adúlteras y los encierros forzados de hijas y esposas son violencia de género. Y también lo son las voces airadas de varones en situaciones de poder, que se rasgan vestiduras, persiguen y excomulgan a las mujeres que reclaman el derecho a decidir sobre su propio cuerpo, sobre sus embarazos y sus derechos reproductivos.
Es violencia de género la homofobia; los improperios y la repulsa gratuita, las vejaciones, las agresiones verbales y físicas, el trato derogatorio, las burlas y las sanciones excesivas contra quienes no cumplen los mandatos de género.
Y también es violencia de género la que denuncia específicamente la ONU al decidir que el 25 de noviembre se conmemore el Día Mundial contra la violencia hacia las mujeres. Esta violencia consiste es la represión de las voces de mujeres y en la limitación de nuestros derechos y obligaciones políticas; en el prejuicio de que las mujeres no disentimos, no oponemos resistencia, de que somos dóciles y encarnamos las virtudes de la resignación, la paciencia sin límites y otros tantos atributos supuestamente femeninos. Esta violencia se manifiesta en una educación que alienta al varón a actuar y a la mujer a callar; al varón a no tolerar, a reclamar y exigir, y a la mujer a ser vista pero no oída. El 25 de noviembre de 1960, las hermanas Mirabal, conocidas como Las Mariposas, fueron salvajemente torturadas y asesinadas por el dictador Trujillo en República Dominicana.
Cada noviembre miles y miles de muertes, ríos de sangre y lágrimas, e incontables moretones, abandonos, soledad y dolor causados por la inequidad de poder que vuelve aceptable la violencia, son recordados, denunciados, y quizás, aunque mínimamente, también son paliados, reducidos y hasta prevenidos. ¡Así sea!

domingo, noviembre 23, 2008

“Aprendiendo con el enemigo”

Autor: Martín López Calva
Publicación: Síntesis, 23 de noviembre 2008

Al escribir estas líneas se acaba de anunciar en los noticiarios que los profesores de Guerrero han liberado la “Costera Miguel Alemán” que tenían bloqueada, porque el gobierno del estado aceptó “posponer” la puesta en marcha de la “Alianza por la calidad de la educación”.
Lo anterior sienta un precedente que podría alentar que los movimientos magisteriales contra la alianza se endurezcan puesto que ya se vio que un gobierno estatal ha cedido a las demandas de eliminación de este acuerdo.
¿Profesores que protestan exigiendo que se elimine una “Alianza por la calidad de la Educación”? Esto solamente puede verse en México, pues como dice una frase popular entre literatos: “Si Kafka hubiera nacido aquí, sería un escritor costumbrista”.
Es evidente que hubo graves errores en la elaboración y puesta en marcha del acuerdo. Es cierto también que hay una gran descomposición en la organización sindical controlada por una líder vitalicia que ha acumulado mucho poder político al interior y al exterior del sindicato.También es verdad que la Secretaría de Educación Pública requiere reformas muy profundas.
Sin embargo no son estos los puntos principales que enarbolan los maestros disidentes. Las principales dos fuentes de protesta son: “que se está intentando “privatizar” la educación pública” y que se elimina la “conquista histórica” de poder rentar, vender o heredar sus plazas.
La alianza contempla[1] la modernización de los centros escolares, la profesionalización de los maestros y directivos, el bienestar y desarrollo integral de los alumnos, la formación de los alumnos para la vida y el trabajo y la evaluación para mejorar la calidad educativa. ¿Los maestros pueden decir que sea legítima una oposición a estas medidas?
Si el movimiento magisterial está en contra de la forma en que se manejan el SNTE y la SEP sería bueno que esa fuera explícitamente su causa, pero si protestan para echar atrás una alianza que contempla los puntos descritos, parecería entonces que nuestros hijos están “aprendiendo con el enemigo”.



[1] cfr. Documento oficial de la “Alianza por la calidad de la Educación”. En: http://alianza.sep.gob.mx/ consultada el día viernes 19 de septiembre de 2008.

viernes, noviembre 14, 2008

Lo que es mío es mío...

Autor: Martín López Calva
Publicación: La Jornada de Oriente, 14 de noviembre 2008

“No podemos negociar con quienes dicen:
‘Lo que es mío es mío y loque es tuyo es negociable’”.
John F. Kennedy

Al escribir estas líneas se están difundiendo en los medios de comunicación dos noticias contradictorias que coexisten sin problemas en esta realidad dialéctica en que vivimos.
Por una parte se está anunciando con “bombos y platillos” que el ciclo escolar se ha iniciado al fin en Morelos y que los profesores han llegado a un acuerdo con las autoridades respecto al movimiento de oposición a la “Alianza por la Calidad de la Educación”.
Por otro lado se escucha que grupos de profesores inconformes han cerrado por unas horas la Autopista del Sol y se difunden noticias que dan cuenta de que la oposición a esta alianza no ha desaparecido.
En este tema hay muy claramente dos posiciones opuestas y cerradas en la sociedad: Existen las voces de lo que podríamos llamar “las buenas conciencias” que dicen que los maestros no quieren trabajar, que es una vergüenza que se opongan al mejoramiento de la educación y que nuestros hijos estén siendo formados por estas personas a las que se ve en las calles haciendo plantones o incluso incurriendo en acciones agresivas contra policías. Existen también las expresiones opuestas, de la gente que se coloca en lo “políticamente correcto” para ser considerada de vanguardia, “de izquierda” o “intelectual” que afirman que los maestros deben ser apoyados en su “lucha histórica” y que los medios están “distorsionando” la información y criminalizando al movimiento.
Ambas posiciones se enfrentan y se cierran a escuchar los argumentos de quienes piensan distinto, se niegan a aceptar que, como afirmaba Niels Bohr, muy a menudo “lo opuesto a una verdad profunda es otra verdad profunda”. Esta convicción. a la que el pensador francés Edgar Morin llama “la tercera tolerancia” es la que está haciendo falta en estos momentos de tensión en muchos campos de nuestra vida social, entre ellos el educativo.
Porque en el fondo la alianza no es más que el pretexto que está haciendo aflorar problemas históricos no resueltos en nuestro sistema educativo y en ese sentido, podemos afirmar que ambas partes tienen razones y sinrazones que no están siendo debidamente matizadas y pertinentemente negociadas.
¿Quién en su sano juicio podría oponerse a un esfuerzo conjunto que busque la mejora de la calidad educativa tan urgente en nuestro país?
Pero como decía Napoleón: “Un hombre luchará con más ahínco por sus intereses que por sus derechos” y debajo de este conflicto hay intereses creados tanto de la cúpula sindical que ha privatizado una organización que debiera ser manejada democrática y transparentemente para manipularla y enriquecerse con total impunidad, como de la parte disidente que se ha ido acostumbrando a la opacidad y nula rendición de cuentas ante la cual toda evaluación o examen de oposición resulta una amenaza “privatizadora” y ha llegado a ver las plazas como propiedad privada que se compra, vende, renta o hereda, como ha sido fomentado durante años por el sindicato y tolerado por las autoridades.De esta manera es imposible una solución, puesto que el punto de partida es que “lo mío es mío y lo tuyo es negociable”.

miércoles, noviembre 12, 2008

Acércate a tu hijo antes de que las drogas lo hagan

Autora: María Eugenia De la Chaussée Acuña
Publicación: E-consulta, 12 de noviembre 2008

Entre la programación televisiva se observa un spot de “Vive sin Drogas” en el que se encuentran comiendo un adolescente con sus padres. Los padres no hablan mientras comen y posteriormente aparece la frase del título del presente escrito. Sin duda, el mensaje debe hacernos reflexionar.
A muchas madres y padres de familia nos cuesta trabajo establecer un diálogo profundo con nuestros hijos, no sabemos de qué hablar con ellos y cómo hacerlo.
Las relaciones que sostenemos con ellos en la vida cotidiana muchas veces son superficiales y es posible que cada vez interactuemos menos con ellos. Pareciera que nos importaran más las cosas, lo que hacemos o nosotros mismos, que ellos.
Al estar con ellos, estamos físicamente, exteriormente, pero poco sabemos sobre lo qué llevan dentro. Cuando podemos comemos con ellos, nos acompañan a las compras, les pedimos y vemos que realicen las tareas escolares, que se aseen, que duerman, etc. Nos preocupamos por lo exterior, por proporcionarles bienes para atender sus necesidades básicas de vivienda, alimentación, salud, educación, esparcimiento, etc. pero no sabemos en realidad qué llevan en su interior, cómo perciben la realidad y cómo les afecta, qué les preocupa, qué les da sentido a su vida, qué les mueve a vivir, cómo se sienten consigo mismos y con otras personas, cómo se relacionan e interactúan con los demás, cómo deciden, qué valoran, cómo esperan que sea el futuro o cuáles son sus temores. Incluso, quizás tampoco sabemos esto acerca de nosotros mismos.
Debemos reconocer que no tenemos acceso directo y garantizado al interior de nuestros hijos. En su interior pueden proteger y esconder sus pensamientos, deseos, sentimientos, emociones, afectos e intenciones de nuestra mirada y de la de los demás. Si nuestros hijos no quieren, lo que llevan dentro pueden no compartirlo con nosotros.
La situación que estamos viviendo nos debe alertar a hacer algo más por ellos, por nosotros mismos y por la sociedad en general. El aumento en la venta de drogas a niños y jóvenes, la violencia, el alcoholismo, los suicidios, la indiferencia entre las personas, el individualismo exacerbado, el egoísmo, etc., son focos rojos para reflexionar sobre nuestros hijos, su futuro y nuestra relación con ellos. Pero realmente ¿conocemos a nuestros hijos?, ¿qué sabemos de ellos?, ¿cómo nos acercamos y tocamos su interior?, ¿qué temas podemos tratar con ellos?, ¿qué temas les gustaría abordar con nosotros?, ¿cómo abordamos los temas?, ¿cómo empezamos?
Si realmente amamos a nuestros hijos, cada uno busquemos y encontremos la mejor forma de estar cerca de ellos. Intentemos acercarnos lo más que nos sea posible y de varias maneras. Podemos escribir una carta honesta y sincera en la que les expresemos amorosamente nuestro cariño y sentimientos hacia ellos, en donde tratemos algunas de nuestras preocupaciones y nuestro afán por conocerlos y apoyarlos más a fondo en su desarrollo intelectual y moral. También es posible pedirles que escojan algún tema (amistad, noviazgo, amor y desamor, sexualidad, aborto, drogadicción, violencia, suicidios, relaciones humanas, valores, religión, familia, escuela, conflictos, decisiones), decirles que queremos reflexionarlo con ellos, darles algunos días para que lo piensen y posteriormente dedicarles tiempo suficiente tiempo para dialogarlo a fondo con ellos. Otra alternativa es dejarles pegado en el refrigerador, en la televisión o en el espejo que usan, algunas preguntas o alguna frase que les haga pensar. También podríamos escribir un diario en el que expresemos nuestras decisiones y acciones realizadas (con ellos o con relación a ellos), nuestras intenciones, nuestros sentimientos, inquietudes, dudas y pedirles a ellos que lo lean y nos retroalimenten. Como a ellos les gusta usar los chats y el correo electrónico enviémosles mensajes con algunas preguntas.
Mucho más podemos hacer por ellos, hagámoslo.

martes, octubre 28, 2008

La Reforma Integral de la Educación Media Superior

Autora: Teresa Eugenia Brito Miranda
Publicación: Pendiente

Este mes de octubre iniciaron las actividades de formación de profesores como parte de la Reforma Integral de la Educación Superior (RIEMS). La SEP junto con ANUIES, colaboran por primera vez unidas en la actualización de los profesores de educación media superior. La reforma contempla la formación de los estudiantes en términos de competencias y la creación de un sistema nacional de bachillerato atendiendo a la diversidad de subsistemas.
Es la primera vez que la SEP se acerca a las instituciones de educación superior (ANUIES) para llevar a cabo una reforma, particularmente en lo que se refiere a la formación docente. Este es un esfuerzo sin precedentes que converge en la actualización de los profesores de este nivel educativo. Los profesores universitarios estarán participando en la formación de todos los profesores de preparatorias, bachilleratos y otros subsistemas del nivel medio superior, además de contar la SEP federal con asesores y especialistas desde la gestación de esta reforma.
Los demás nieles educativos han tenido ya algunas reformas como el preescolar y la reforma de la secundaria. En el nivel medio superior se han llevado a cabo ya algunas a nivel de los distintos subsistemas, por ejemplo CONALEP, los Bachilleratos Generales, los Bachilleratos de la UNAM, entre otros. Sin embargo no existe un sistema único de educación media superior que aglutine los diversos subsistemas y modalidades buscando un objetivo de formación común que respete la diversidad de planteamientos curriculares de los diferentes subsistemas. Esto es parte de lo que pretende esta reforma. En el estado de Puebla ha habido ya una reforma de los bachilleratos generales que ahora se suma a los esfuerzos de la reforma nacional.
La Reforma Integral de la Educación Media Superior (RIEMS) busca encaminar sus esfuerzos a la formación basada en competencias como es la tendencia actual de la educación a nivel mundial, que busca acercar la educación a la vida. Con la reforma se pretende también reducir los problemas que actualmente se generan al cambiar un alumno de un subsistema a otro. Por tanto, se busca construir un sistema nacional de bachillerato que respete la diversidad de formación tanto propedéutica como para el campo laboral que se ofrece actualmente.
En sus documentos la RIEMS plantea varios retos entre los que destacan la cobertura, calidad y equidad en los procesos educativos. Estos retos que se plantean para cualquiera de los niveles educativos tienen implicaciones distintas en cada uno de ellos pues como sabemos en la educación básica la cobertura está por alcanzar el 100%, mientras que en la educación media superior se tiene una cobertura menor al 60%. Al hablar de la calidad nos enfrentamos con muchos problemas que van desde la diversidad de perfiles de formación disciplinar de los profesores y su escasa formación pedagógica, pasando por las deficiencias en la infraestructura y equipamiento de muchas de las escuelas, la falta de definición de funciones y nombramientos de directores y profesores desde un marco formal, así como la inequidad en los procesos educativos que todo esto genera.
Los primeros profesores que inician esta formación han acudido a las diferentes universidades convocadas y que aceptaron este reto, con una beca otorgada directamente por la SEP para integrarse al Diplomado en Competencias Docentes para el Nivel Medio Superior. En cualquiera de las universidades el diplomado se conforma y se opera de la misma manera y se trabaja no solamente a nivel presencial sino también en actividades en línea que son trabajadas en la plataforma digital de la ANUIES.
Hay una gran expectativa respecto a la RIEMS por parte de los profesores quienes han comenzado ya a reflexionar sobre los retos que representa también para ellos, puesto que los procesos pedagógicos basados en competencias implican una mirada diferente; se requiere un trabajo didáctico a partir del aprendizaje más que de la enseñanza que es como tradicionalmente se viene trabajando. Atendiendo a esto, los profesores necesitan desarrollar determinadas competencias docentes que promuevan espacios y oportunidades en los que los alumnos construyan sus aprendizajes. Este es el principal objetivo de la formación que se comienza a llevar a cabo.
Para las universidades es también un reto, especialmente para las áreas abocadas al estudio de la educación pues además de permitirnos reflexionar sobre estos hechos, es una gran oportunidad para colaborar de manera directa en la calidad educativa de nuestro país.

martes, octubre 21, 2008

Interioridad, subjetivación y conflictividad social

Autora: Ma. Eugenia Sánchez D. de R.
Publicación: E-Consulta, 21 de octubre de 2008

Interioridad, subjetivación y conflictividad social. En búsqueda de un nuevo paradigma es el tema del Foro 2008 de la Cátedra Alain Touraine que tendrá lugar en la Universidad Iberoamericana Puebla 29,30 y 31 de Octubre. Me es imposible no hacer referencia a dicho foro cuando la violencia desbordada, las quiebras financieras, y los miedos manipulados demandan reflexiones pertinentes que nos permitan comprender, procesar y gestionar nuestra realidad actual.

Es un hecho que vivimos enormes tensiones o desgarramientos:

El desgarramiento entre las fuerzas impersonales del mercado y la vida cotidiana, que ha separado el poder de la experiencia para la mayoría de la gente.

El desgarramiento ante la imposibilidad de articular multiculturalidad, ciudadanía y equidad, por los antagonismos existentes entre las cosmovisiones, los estilos de vida y los intereses en juego.

El desgarramiento entre las aspiraciones al “desarrollo” y su inviabilidad ecológica y política.

El desgarramiento entre el espacio como flujo y el espacio como lugar; el tiempo instantáneo y el tiempo vital que hacen de nuestra vida un “stress” permanente.

El desgarramiento entre el mundo exterior y el mundo interior, que está significando la ruptura de los mapas cognitivos y emocionales que nos permitían procesar nuestras experiencias y conferirles un sentido.

En el Foro Interioridad, intersubjetividad y conflictividad social se intentará reflexionar y debatir la forma como se están enfrentando o evadiendo esos desgarramientos. Con la participación de académicos connotados, se analizará la violencia como sentido de existencia; la reconfiguración de la política; la mirada literaria y artística contemporánea; las subjetividades nómadas. Se tocarán temas relacionados con los y las jóvenes; la corporeidad y el género; los medios de comunicación; la interculturalidad y los pueblos indios, los procesos educativos, el medio ambiente; las religiones hoy. Se reflexionará sobre la relación entre interioridad, intersubjetividad y resistencia activa. Se analizará con Alain Touraine el desafío de construir una subjetividad individual y colectiva capaz de vincularse a los avances tecnológicos sin someterse al totalitarismo del mercado y de construir sentido existencial sin caer en comunitarismos fundamentalistas.

El Foro es una ocasión de un intercambio fructífero que nos permita asumir las incertidumbres presentes con inteligencia y creatividad, y sobre todo de manera digna y vital.

lunes, octubre 13, 2008

Reforma miope

Autor: Alexis Vera
Publicación: Síntesis, 13 de octubre de 2008

El sábado 11 de octubre pasado inició en el Senado el análisis a las reformas de Pemex y se prevé que en los próximos días sean votados en comisiones los proyectos de dictamen de la reforma energética. Aunque es importante reconocer que la reforma planteada por el ejecutivo representa un avance significativo en la materia, también es cierto que no resuelve correctamente el tema clave de desarrollo a largo plazo. La reforma propuesta perpetuaría el modelo de desarrollo económico de México enormemente basado en la explotación de recursos naturales que nos tiene a la zaga económica desde hace décadas. Los países más pobres de la actualidad basan su economía en gran medida en la extracción de recursos naturales y las naciones más ricas la basan generalmente en actividades de mayor valor agregado como el desarrollo de tecnología.
México requiere incorporar a su vida productiva más actividades de alto valor agregado y depender menos de aquellas que generan poco valor en el mercado, como la extracción de materias primas y la maquila. Una reforma de Pemex con visión de futuro debe entender este fundamental paradigma y permitirle a la paraestatal desarrollar más actividades de valor agregado como la producción de gasolinas, el desarrollo de tecnología propia y la creación de fuentes alternativas de energía, para así depender menos de la venta de crudo y convertirse en una empresa de alto valor agregado. Sin embargo, lo que la reforma del ejecutivo plantea es, en gran medida, trasladar estas operaciones de mayor valor a empresas privadas, dejando a Pemex centrada en la extracción de petróleo.
A México le beneficiaría tener un Pemex que, además de exportar petróleo, pudiera exportar gasolina y tecnología. Una empresa así pondría el ejemplo al resto de la industria nacional. En efecto, con las reformas adecuadas, Pemex podría ser un benchmark de desarrollo para las empresas mexicanas y no sólo fuente de divisas para el erario público.

Exclusión, intolerancia y violencia en Bachilleratos y escuelas similares

Autora: Celine Armenta
Publicación: E-Consulta,13 de octubre 2008

De opiniones estamos ahítos; todo mundo opina de todo; y nuestros periódicos digitales y de papel se hinchan y revientan por tantos decires. Algunas opiniones tienen el sustento de investigaciones más o menos formales, de la propia experiencia, de la sabiduría. Pero la mayoría —apuesto a que una abrumadora mayoría— se apoyan sólo en la intuición, en otras opiniones sin sustento, y en en inclinaciones viscerales.
Por eso valoro en tanto la publicación de datos incontrovertibles, fruto del trabajo de cientos de investigadores sociales, estadísticos, encuestadores, analistas de datos, y muchos más. Aunque, contrario a lo que diría la lógica, estas investigaciones son recibidas con más escepticismo que las recomendaciones cotidianas de charlatanes de todo tipo. ¿Por qué? No tengo ni una hipótesis lúcida, aparte de saber que los ejercicios transparentes promueven la crítica. De modo que si usted, estimado lector, tiene alguna explicación del escepticismo ante la ciencia, y no ante tantos otros discursos, le agradeceré me la comparta.
Pues bien, hace tres semanas nos despertamos con los resultados de la primera encuesta nacional: Exclusión, Intolerancia y Violencia en Escuelas Públicas de Educación Media Superior que recoge la voz de 13,104 adolescentes, representativos de toda su generación. (http://www.sems.gob.mx/aspnv/encuesta/images/Encuesta_Exclusion_Intolerancia_y_Violencia_en_EMS.pdf). Los críticos no se hicieron esperar, y en cambio los divulgadores, periodistas y amos del micrófono, prefirieron ignorarla, ¡pese a que es una joya! El padre de familia, la maestra y el director, la diseñadora de políticas, la formadora de docentes y el estudioso de la conducta humana tenemos un tesoro en las manos: una ventana limpia y amplia al interior de nuestras escuelas preparatorias, bachilleratos, y demás modalidades.
En este nivel educativo, como bien ha señalado la administración actual, entran adolescentes y se gradúan ciudadanos. Pero el camino no es cómodo ni alentador. Según la encuesta, los preparatorianos discriminan mucho más que su padres y hermanos mayores; y también sufren mucha más violencia, discriminación y exclusión que sus mayores.
La intolerancia es muy alta, y sobre todo en su faceta de homofobia. Más de la mitad de los bachilleres mexicanos afirma que no le gustaría que en su escuela hubiera enfermos de SIDA ni homosexuales. Alrededor de la mitad opina lo mismo sobre personas con capacidades diferentes e indígenas; y uno de cada tres extiende este disgusto a personas con ideas políticas diferentes, a quienes profesan otra religión, son extranjeros, son pobres o tienen un color de piel distinto.
Uno de cada ocho preparatorianos cree que los varones pegan a las mujeres por instinto, y uno de cada nueve opina que la mujer suele ser culpable de que su marido le pegue.
Pero la encuesta no se limitó a sondear opiniones y creencias de los estudiantes; les preguntó también sobre sus experiencias, y lo que obtuvo es doloroso: cuarenta por ciento de los varones reconocen haber insultado, rechazado, puesto apodos ofensivos, e ignorado a sus compañeros. Las mujeres muestras distintos patrones, pero igualmente preocupantes: más de 30% reconoce hablar mal de sus compañeros, rechazarlos, y sobre todo ignorar los.
Tras estos resultados, no sorprende conocer los altos porcentajes en que los preparatorianos reconocen haber sufrido a manos de los compañeros: “Me insultan, me ponen apodos ofensivos, me ignoran, hablan mal de mí, me esconden cosas, me rechazan, me roban mis cosas”.
Entre la mitad y tres cuartos de los preparatorianos confiesan que en el mes anterior a la entrevista se sintieron tristes, no les apeteció comer, sintieron temor, creyeron que su vida era un fracaso, y tuvieron ganas de llorar. El estrés y depresión se manifiesta en casos extremos: 4 de cada 10 mujeres y 3 de cada 10 varones indican haber sentido que no vale la pena vivir. Uno de cada 12 varones y el doble de mujeres, confiesa haber estado a punto de intentar quitarse la vida; y un poco menor es la proporción de quienes incluso se hicieron daño con el fin de suicidarse.
Aunque la encuesta no permite deducir las causas de tan doloroso panorama, sí proporciona datos adicionales para mejor comprender la situación: la mayoría de los adolescentes mexicanos expresa que nunca se lleva bien con sus padres y nunca les cuenta sus problemas; que siente que ellos nunca le prestan atención. En cambio, sólo tres de cada diez preparatorianos comenta que es fácil hablar de los problemas con sus papás.
Estas no son opiniones; es la voz genuina de la generación que está a punto de dejar la minoría de edad. Es, más que un clamor, un llanto; sin distorsiones melodramáticas; es un hecho contundente. Es la realidad, y punto.

jueves, octubre 09, 2008

Los niños y niñas fuera del radar

Autor: Javier Sánchez Díaz de Rivera
Publicación: E-Consulta, 09 de octubre de 2008

“El niño es el padre del hombre” es una frase que hemos oído con frecuencia y que puede ser atribuida a muchos autores que han mirado con sus ojos y estudiado con sus mentes y corazones la realidad del desarrollo infantil. Ciertamente hoy sabemos mucho del desarrollo infantil.
Sabemos por Piaget la transición del pensamiento concreto al pensamiento abstracto. Sabemos con María Montessori de los periodos sensibles para el aprendizaje, sabemos en fin que la infancia es destino y que tal vez ya es muy poco lo que puede cambiar después de los primeros siete años de vida. Pero ¿qué está pasando con los niños hoy por hoy en el mundo? Manuel Castells quizá uno de los pensadores más importantes de la sociedad contemporánea, fue inquirido en un foro con universitarios sobre su mayor preocupación acerca de la sociedad mundial actual. Sin duda los presentes pensábamos que hablaría de la corrupción organizada o de la pobreza de Africa, o de la brecha digital. Su respuesta nos tomó por sorpresa. Mi mayor preocupación, dijo, es la creciente soledad de los niños. Nos abundó con algunos datos del cambio de la realidad de los niños entre 1960 y 1990 en los Estados Unidos. Los hogares no familiares aumentaron del 15% al 29%. Los niños que no viven con sus progenitores aumentaron del 13% al 25%. Los niños que viven con uno solo de sus progenitores se duplicó llegando al 25%. Otras fuentes señalan que los niños que no viven ambos padres biológicos para 1990 son más del 50%. Los niños que viven con su madre vuelta a casar pasaron del 7% al 31%. Las parejas casadas disminuyeron del 75% al 53%.
Pocos niños pueden gozar del cuidado de tiempo completo de sus madres y de sus padres. En el 70% de las parejas casadas trabajan ambos progenitores, y el 58% de las madres con hijos trabaja fuera del hogar. El 66% de los niños son atendidos por parientes o vecinos.
Por otro lado y en otro contexto el reporte de UNICEF de 2006 habla de los niños y niñas invisibles en todos los países del mundo y en las regiones más pobres afectados por la pobreza y desigualdad, por los conflictos armados, por la expansión del VIH/SIDA y por la discriminación. El 34% de los niños y niñas del mundo no tiene vivienda adecuada, el 13% no cubre los índices de educación, el 16% los índices mínimos de nutrición. En México la tasa de pobreza infantil aumentó en la última década (1990 al 2000) del 24 % al 28% en indicadores de Unicef.Los datos anteriores señalan un descuido profundo y masivo de los niños y niñas tanto en sociedades llamadas desarrolladas como en países llamados en desarrollo. Los niños y niñas están fuera del radar. La evolución de las circunstancias familiares y sociales y sus efectos no se están analizando adecuadamente. Está claro que no se puede volver acríticamente a viejos patrones de organización social o familiar pero el tema de la familia y de los contextos de desarrollo de los niños en sus vinculaciones más íntimas tiene que ser prioridad universitaria, social y política. No podemos dejar pasar sin más la creciente soledad de los niños.

Breve consideración sobre la planeación y evaluación humanista

Autor: Mauricio López Figueroa
Publicación: La Jornada de Oriente, 9 de octubre, 2008

Una evaluación didáctica auténticamente educativa aplicada a la práctica docente cotidiana implica una visión transformada de los fines y medios, así como de los modos de relación entre el profesor y sus estudiantes, entre los estudiantes y entre ellos y el conocimiento al que acceden y construyen.
Si la educación pretende el desarrollo completo de la persona los elementos y las formas como se configura la docencia deberán ser necesariamente distintos de como son ahora. La manera de planear y evaluar por principio de cuentas deberá tener otro planteamiento, pues el objetivo de la planeación docente desde una perspectiva centrada en la actividad del alumno no es acabar con el contenido establecido en el programa, sino lograr que el estudiante tenga un tipo de experiencia donde pueda desarrollar sus capacidades y competencias, pueda expresar sus comprensiones y decisiones, pueda aplicar e integrar lo aprendido. La finalidad es que el estudiante sea progresivamente autónomo en el más amplio sentido, autónomo en la manera como aprender, como se desempeña, como decide y actúa.
Por lo tanto, una práctica docente que incorpore una evaluación auténticamente educativa deberá necesariamente poner el énfasis en que el estudiante sea progresivamente consciente de lo que es capaz, consciente de lo que está realizando y por qué, consciente de las diversas motivaciones que impulsan su manera de ser y desempeñarse; una práctica evaluativa auténticamente educadora deberá ayudar al estudiante a formular adecuadamente sus propios logros y competencias, de manera que sea el estudiante quien progresivamente se haga cargo de ellas entendiéndolas, desplegándolas, explorándolas, expresándolas, adaptándolas.
Reflexionar sobre la planeación y la evaluación educativa remite no sólo a las formas de enseñar, sino sobre todo a las maneras como se entiende la educación y la relación maestro—alumno. De alguna manera reflexionar sobre la planeación y evaluación educativa supone que el profesor se cuestione sobre la posibilidad de explorar por qué enseña y cómo lo hace, pues en la medida en que entienda y reflexione las razones, creencias ocultas, motivaciones y recursos de su docencia, estará en la posibilidad de reformularla, innovarla y apropiarla. Estará en la posibilidad de trascenderse.

jueves, octubre 02, 2008

La construcción social del cambio climático o el camino hacia sociedades de mínima entropía

Autor: Benjamín Ortiz Espejel
Publicación: La Jornada de Oriente, 2 de octubre 2008

El libro de reciente aparición: “Los límites del crecimiento y cambio climático” de Mauricio Schoijet, publicado por Siglo XXI editores, representa una reflexión lúcida y bien documentada sobre un tema de la mayor actualidad: el arribo de un cambio de época civilizacional, que implicará probablemente un “switch” energético de proporciones inimaginables y con ello ajustes sociales nunca antes vistos a nivel planetario. El libro esta estructurado en cuatro partes y una sección final que presentan una amplia referencia bibliográfica de mas de 260 citas, que incluyen obras clásicas como el ineludible “Limites del crecimiento” de Dennis y Donella Meadows y colaboradores, así como el trabajo de “Energía y mitos económicos” de Nicholas Georgescu Roegen. El libro recoge así mismo una profusa revisión hemerográfica y referencias en Internet.
Las tesis del libro son varias entre ellas:
Tesis 1
Si bien la percepción de la problemática ambiental comenzó a mediados del siglo XIX con autores como Henry David Thoreau y Elsiée Reclus, no es sino hasta a finales del siglo XX que se comenzaron a conformar institutos de investigación y movimientos ambientalistas de impacto significativo como es el caso de Greepeace y el Wolrwatch Institute entre otros. En este sentido, el propósito del libro es el de poner de relieve la existencia de voluntades e intereses políticos de “ver” o bien de “ocultar” o minimizar en el mejor de los casos, problemas ambientales asociados a los estilos de desarrollo. De esta manera a través de diversos estudios sobre la sociología de la ciencias o bien de la historia ambiental, el libro señala que ha sido posible reconocer que las sociedades a lo largo de su historia establecen (construyen) y privilegian el tipo de problemas que deciden solucionar, así como la manera de abordar dichos problemas. Así pues como también lo dice José Luis Lezama, son las sociedades las que le dan sentido, importancia y jerarquía a los problemas ambientales, no son estos los que se imponen a la percepción ni a la conciencia. Se trata entonces de un fenómeno eminentemente simbólico donde las sociedades comparten valores y explicaciones ideológicas. De esta manera, un mismo problema ambiental (acceso al agua potable) o bien una misma estrategia de desarrollo ambiental (sustentable o sostenible) pueden cobrar significados completamente diferentes e incluso antagónicos. A pesar de que este es un campo de investigación que aún esta por desarrollarse en las ciencias sociales en México, la problemática del cambio climático impone al menos una breve reflexión al respecto.
Tesis 2
En opinión del autor, el cambio climático probablemente representa un punto de inflexión en la historia humana, un punto de bifurcación y fin de una “imagen de desarrollo y progreso” heredera directa de la modernidad. Situación que habría comenzado con la revolución industrial en el siglo XVIII y que posiblemente culmine a mediados del siglo XXI. Lo que distingue la época actual es la percepción social cada vez mas generalizada de que la magnitud de los efectos antropogénicos que ponen cada vez en mayor riesgo todo el aparato productivo del planeta y a la vez la incapacidad o mejor dicho la irracional negativa de los gobiernos y de las empresas responsables por hacer radicales y efectivas acciones para frenar las consecuencias. De esta manera Mauricio Schoijet señala que la percepción social del riesgo climático puede representar el mayor golpe a las ideologías dominantes y a las múltiples prácticas de apropiación insustentable de recursos naturales a gran escala.

Tesis 3
Comenzar a preparar el nuevo discurso social o mejor dicho una nueva alianza entre naturaleza y sociedad, que implica el difícil tránsito del cambio climático es la tarea política más importante del presente siglo. En opinión de Richar N. Adams, los efectos entrópicos de de la insustentabilidad de los estilos de desarrollo basados en el uso desmedido del petróleo implementados al día de hoy, es decir el aumento de la entropía del planeta, derivará en muy probables ajustes sociales que impliquen la inhabilitación de la mayoría de los sistemas de producción a gran escala, el colapso energético social de todas las megaciudades y migraciones masivas en búsqueda de nuevos ambientes habitables. Todos estos probables efectos son el resultado directo o indirecto de incontables desajustes en los ciclos biogeoquímicos y en los ecosistemas, los que a su vez, exigen ajustes sociales. Esta situación puede ser descrita en los términos del principio de la “producción mínima de entropía” enunciada a principios del siglo XX por el célebre premio nobel de química, Ilya Prigogine, y que a su vez es retomada bajo un enfoque de crítica a la economá clásica en el trabajo: “La ley de la entropía y el problema económico”, de Nicholas Georgescu-Roegen a mediados del siglo XX. Dicho teorema establece que una característica de los sistemas alejados del equilibrio termodinámico (como lo son las sociedades humanas) es que cuando determinadas condiciones de contorno o bien de interacciones propias al interior del sistema, impiden que el sistema alcance el equilibrio termodinámico, este se instala en un estado de mínima disipación térmica pero que a su vez permite su autoorganización. Un estado en el borde térmico de su destrucción diría Edgar Morin.

Las implicaciones para los que trabajamos en la investigación de la interacción entre naturaleza y sociedad desde una crítica de los modelos de desarrollo dilapidadores de energía son tremendas. Implicará posiblemente, de manera forzada el abandono de los estilos de vida burgueses así como la probable eliminación de sectores enteros de las poblaciones humanas mas pobres del planeta. También puede ser el escenario del surgimiento de una nueva sociedad que aprendió la lección del uso desmedido del petróleo.

lunes, septiembre 29, 2008

El Enojo: ¿Quiénes necesitan tratamiento?

Autor: Raúl José Alcázar Olán
Publicación: E-Consulta, 29 de septiembre, 2008

Las reacciones emocionales están presentes en los seres humanos a lo largo de toda la vida. Por lo regular el enojo nos ayuda (o debería ayudar) a identificar injusticias o percibir que nos quieren hacer daño. Sin embargo, existen ocasiones en que el enojo, en lugar de ayudarnos a adaptarnos a nuestro ambiente, nos causa más problemas, por ej. aumentan las discusiones con seres queridos u otras personas importantes en nuestra vida (compañeros de trabajo o amistades). En estos casos cabe preguntarse cuál es el límite entre los enojos adecuados e inadecuados. Es difícil responder con certeza absoluta. Sin embargo, podrían proponerse los siguientes criterios para recomendar el tratamiento del enojo: 1) El enojo es la causa principal de los problemas, 2) El enojo causa malestar o fuerte deterioro en las relaciones laborales, familiares y sociales, 3) Las reacciones de enojo son más fuertes que lo esperado (por ej. exagerar o reaccionar con furia extrema ante sucesos a los que la mayoría respondería con mayor tranquilidad), 4) perder el control fácilmente y 5) Exigir a uno mismo o a los demás que las cosas siempre tienen que ser a fuerza como uno quiere, es decir, nunca se da la oportunidad para ser flexible o negociar. La presencia constante de los puntos anteriores por al menos seis meses en distintas áreas de la vida pueden ser suficientes para recomendar el tratamiento el enojo. Es posible que cuando hay problemas de enojo, también se presenten otras dificultades como expresión de gritos, insultos, sarcasmos así como complicar enfermedades como colitis e hipertensión. Por el contrario, debemos distinguir los casos en que el tratamiento del enojo no es lo más adecuado en primera instancia. Estos casos son: 1) El enojo es parte de otro problema más grande, por ej. el conflicto de pareja. Aquí, dado que el problema involucra directamente a ambos miembros de la pareja, debería de darse tratamiento primero a dicho conflicto, 2) El enojo es la reacción normal a un ambiente negativo o demasiado hostil. En este caso deben hacerse cambios en el ambiente (por ej. abandonar el lugar) o bien establecer límites y mejorar la asertividad, 3) El enojo se presenta al mismo tiempo que la violencia o conductas destructivas (por ej. abusar de la pareja o de los niños). En este caso la intervención se debería dirigir primero a eliminar la violencia o bien proteger a la persona violenta o a quienes tengan relación con ésta. Una vez que se ha detectado que el enojo es un problema el paso siguiente es su tratamiento. Existe una opción denominada “terapia cognitivo conductual” que ha demostrado con varias investigaciones su efectividad para ayudar a personas con problemas de enojo. Las intervenciones consisten básicamente en la enseñanza de tres habilidades a los pacientes: 1) Rejalarse por medio de ejercicios de respiración profunda lo cual es importante para disminuir la activación fisiológica que ocurre cuando hay enojo, 2) Identificar y modificar los pensamientos o ideas que se presentan cuando uno se enoja. Esta es una de las intervenciones más importantes que produce cambios duraderos (por meses o años). La técnica consiste en conocer primero cómo influyen nuestros pensamientos en lo que sentimos. Es un hecho que la forma en que interpretamos los sucesos marca una gran diferencia entre las personas a la hora de reaccionar. Un ejemplo. Tenemos a dos personas que acaban de recibir la noticia de que fueron despedidas de su trabajo. La primera reacciona con felicidad y la segunda reacciona con enojo. ¿A qué se debe la diferencia entre que uno se alegre y el otro no? La respuesta se basa en la forma en que uno interpreta con pensamientos, ideas o imágenes a los sucesos. Es probable que el primer desempleado haya tenidos pensamientos como estos: “por fin me libré de este trabajo”, “es una buena noticia porque ya no quería tratar con la gente de esta empresa”, “afortunadamente cuento con mis amistades que siempre me han ofrecido trabajo en otros lugares”, “hasta que voy a poder descansar”. Por el contrario, las ideas asociadas con el enojo incluyen a la percepción de injusticia, daño intencionado y se toman a las cosas como “algo personal”. Es posible que el segundo desempleado tuvo ideas como estas: “No es justo”, “Yo estaba cumpliendo bien con mi trabajo, ¿por qué me despiden?”, “Seguramente el jefe tiene algo en mi contra”, “¿Por qué a mí?”, “¿Así es como agradecen mi esfuerzo?”, “No deberían de despedirme”, etc. Después de detectar estas ideas se analiza si son ciertas o no y posteriormente se proponen pensamientos más adaptativos, por ejemplo, “las cosas no siempre serán como yo quiera”, “Si no tienes las suficientes pruebas no concluyas que esto es algo personal”, “No dejes que esto interfiera con lo que debes hacer”, “respira profundo”, “fíjate en lo que está pasando y no adelantes conclusiones”, etc. 3) La última parte del tratamiento consiste en enseñar a expresar el enojo o bien a comunicar desacuerdos de manera asertiva, es decir, sin agresión. Podemos concluir que es posible identificar cuándo el enojo es un problema. Después de eso, si existe la motivación para recibir tratamiento, la terapia cognitivo conductual puede ser muy útil con estos problemas.

jueves, septiembre 25, 2008

¿Educación y violencia?

Autor: José Rafael de Regil Vélez
Publicación: La Jornada de Oriente, 25 de septiembre, 2008

Quienes habitamos México estamos preocupados: no podemos hacer como que pasara nada cuando una y otra vez nos enteramos de ejecuciones, granadas, secuestros, asaltos, trata de blancas, engaño a los migrantes quienes quedan a su suerte en algún punto del trayecto entre su casa y el lugar en el cual creen que realizarán su sueño americano.

Los medios de comunicación dan cuenta puntualmente de la espiral de violencia a la que asistimos ya no como espectadores, sino como actores en el rol de víctimas. También tratan de acercarnos voces que den su punto de vista la compleja problemática de la inseguridad.

En estos días hemos escuchado y leído de todo: que si la culpa es la incapacidad del gobierno, que si la educación no cumple su papel, que si los ciudadanos debemos convertirnos en vigilantes…

Quiero detenerme en un tema que aparece reiteradamente: la educación tiene culpa en la violencia y también parte en su remedio.

Es socorrido el argumento de que vivimos descomposición social y que en parte la culpable de ello es la educación. Se escucha que las cosas comenzaron a perderse cuando se dejó de “educar en valores”; de otra forma las cosas serían mejores, los habitantes más civilizados y las condiciones de bienestar y progreso incuestionables.

En contra parte, la solución es clara: en las escuelas hay que dar “educación en valores”. Hoy encontramos instituciones cuyo punto de venta -además del inglés y las clases de computación-, es que dan “educación en valores” y que llevan los mejores libros y cuadernos de trabajo del país para ello.

Esta forma de ver, en primera instancia, no parece tan mala… Pero sospecho de ella, no por su formulación lógica sino por las teleologías y axiologías pedagógicas de moda. Me parecen más cortina de humo que solución.

Todavía impera socialmente una visión en la cual educación es sinónimo de transmisión de conocimiento: cuando mucho el docente es visto como provocador para que el alumno maneje información y la convierta en conocimiento. Los directivos continúan tomando decisiones con base en el promedio que obtienen los estudiantes, canonizando las calificaciones como el mejor punto de referencia para saber si hay o no educación.

En esta óptica, la educación en valores equivale a “SABER, DEFINIR, ESTAR INFORMADO” de lo que es un valor. Pero hay un pequeño problema: que yo sepa mucho de solidaridad no me hace solidario. Me hace tal la práctica del valor; no su comprensión.

Por otra parte, la escuela es vista como un ente social aséptico, sin la “contaminación del mundo y su maldad” y se olvida que la educación que se supone que ella oferta y los alumnos que a ella acuden viven en un contexto específico, condicionados fuertemente por una estructura socio-político-económica que llevan a una forma de vida específica.

Hacer cambios en el comportamiento de los individuos supone también y al mismo tiempo cambios en las estructuras en las cuales se desenvuelven. Emmanuel Mounier, pensador que frecuentemente escribía en medios escritos, solía decir: “la revolución o será económica o no será; o será moral o no será”.

Es muy difícil que un niño que durante 12 años ha aprendido sobre valores pueda vivirlos si todo a su alrededor funciona de otra forma.

Creo que sí, que la educación puede ser una buena opción para enfrentar el problema de la violencia que nos azota, pero una educación crítica, vinculada a los esfuerzos de cambio social, económico y político que de múltiples formas realizamos la sociedad civil; con fines claros que vayan más allá del conocimiento hasta la realización integral de la persona y con métodos que permitan que las instituciones educativas mismas sean ya un taller de la vida que se quiere en diálogo con otros actores sociales; que los futuros ciudadanos vivan desde ya de manera responsable, crítica, solidaria y amorosamente porque serán los ciudadanos que generen condiciones de vida en las cuales la violencia no sea el recurso de cada día.

Ato a ¿toda? la impunidad

Autora: Celine Armenta
Publicación: Síntesis, 25 de septiembre, 2008

Habrá quien opine lo contrario, pero la conducta antisocial no se define por la gravedad de sus consecuencias, sino por sus componentes de orden moral y psicológico como el egoísmo, el desdén hacia las reglas de convivencia y hacia los derechos de los demás; la insensibilidad o incluso el disfrute ante el dolor ajeno. Si la conducta antisocial está tipificada, es un delito, y si es grave le decimos crimen.
Pero los enemigos de la sociedad no son sólo los autores de escenas macabras con cadáveres decapitados o arrojados a zanjas; de secuestros viles o explosiones en el zócalo de Morelia. Nos equivocamos al pensar que las mentes criminales pertenecen a seres muy distintos de nosotros. Nos autoengañamos cuando gritamos ¡ya basta! pero no hacemos nada para mejorar nuestras propias conductas antisociales, ni para corregir y denunciar las que están a nuestro alcance.
A estas conclusiones llegué el pasado fin de semana en una sala de espera del aeropuerto de la ciudad de México. No era la sala feíta por donde llegan personas provenientes de centro y Sudamérica, sino la sala principal a la que llegan pasajeros de Norteamérica y Europa. Más de un ciento de personas compartíamos, de pie, el amplio espacio donde sólo hay 20 asientos con un par de clarísimos y enormes signos que los reservan para discapacitados.
Pues bien, en las dos horas que estuve ahí, al menos 50 personas ocuparon las 20 sillas; y sólo dos lo ameritaban. Cuando una mujer anciana y obesa pidió a un niño que le cediera su asiento, la madre ordenó airada a su vástago: no te muevas, tú llegaste primero. Alguien más se levantó para que la anciana se sentara.
¿En qué diferían estos 50 apoltronados de los miles que marcharon contra la impunidad? En nada; eran también mexicanos con más privilegios que desventajas. Y ¿en qué diferían de aquellos a quienes calificaron como criminales merecedores de cadena perpetua o pena de muerte? Sólo en la tipificación y gravedad de las consecuencias de sus conductas. Pero a mí me parecieron igualmente antisociales, y dado que ningún guardia los reprendió, también se parecen a los criminales en que desfrutan de amplia impunidad. ¿O no es así?

jueves, septiembre 18, 2008

Tocaría madera, cruzaría los dedos

Autora: Celine Armenta
Publicación: La Jornada de Oriente, 18 de septiembre, 2008

Si yo tuviera tantita fe en fetiches, conjuros y supersticiones, o en mandas y milagrerías, me pondría ahora mismo a tocar madera, cruzar los dedos, prometer exvotos y hasta contratar una piadosa inserción en el periódico de enfrente para ahuyentar al chahuistle que ha caído sobre Oaxaca, Morelos, Veracruz , Quintana Roo y seguramente otras entidades. Me refiero al malestar magisterial que en forma de marchas, plantones y cierres de autopistas, ha dominado la sección nacional de este mismo periódico, y que al día de hoy tiene a cientos de miles de niños sin empezar normalmente su ciclo escolar.
Este Movimiento contra la Alianza por la Calidad Educativa, en Puebla tuvo una decorosa manifestación de existencia y una mejor demostración de cordura: salieron a las calles, marcharon, se identificaron como Movimiento Democrático Magisterial Poblano, y seguramente siguen creando conciencia crítica pero sin desquiciar la ciudad.
En cambio, nuestros vecinos morelenses no tienen tanta suerte. Ahí maestros de la CNTE, disidentes del SNTE, paralizan a Cuernavaca casi a diario. Entre sus consignas y demandas hay algunas absolutamente legítimas y otras espurias, con fronteras borrosas entre ambas. Dicen defender la educación pública y el funcionamiento de las normales. ¿Y quién no apoya la subsistencia y mejora de estos bastiones de la nación? Lo engañoso es que la Alianza por la Calidad Educativa no atenta contra estas instituciones. Ciertamente la Profesora Gordillo amenazó con convertir las normales en escuelas de turismo; pero ese demencial disparate sólo la descubre como émula de Nerón: aventando combustible al fuego para que ardan hasta los huesos los maestros, los medios, la sociedad y la precaria armonía social.
La Alianza por la Calidad Educativa ya está funcionando; no es el equivalente de acuerdos del pasado cuyos fines era sólo y claramente propagandísticos. Los firmantes de la Alianza acordaron que desde este ciclo escolar funcionarían 5,500 escuelas de tiempo completo; que desde el ciclo escolar entrante el acceso a funciones directivas se realice por concursos públicos de oposición; que se mejore la calidad del personal docente de las normales, y la selección y desempeño de los alumnos; que todas las nuevas plazas y todas las vacantes definitivas se sometan a concurso nacional público de oposición convocado y dictaminado de manera independiente. Esto último elimina la herencia y venta de plazas.
Finalmente, entre los acuerdos de reforma curricular está la enseñanza de inglés desde preescolar y la promoción de la interculturalidad, con lo cual se ve cercano el día en que nuestros niños concluyan la escuela con una preparación equiparable a la de países que se han tomado en serio el reto de la globalización.
Leo y leo el documento (http://www.afsedf.sep.gob.mx/principal/archivos/ALIANZACALIDAD.pdf ) y no veo puntos intrínsecamente discutibles; habrá que ver cómo operan cuando operen; y cuidar que lleguen a operar. Mientras tanto, y aunque no crea en su poder, toco madera para que la cordura siga guiando a nuestros docentes, la prudencia oriente a los directivos de la educación estatal, y nuestros niños tengan clases, como debe ser.

miércoles, septiembre 17, 2008

¿Vale la pena atender la convivencia escolar?

Autora: Teresa Eugenia Brito Miranda
E-Consulta, 17 de septiembre de 2008

En la escuela aprendemos a convivir. La convivencia es el medio en el que se dan muchos tipos de aprendizajes.
Hemos estado presenciando manifestaciones que reflejan la existencia de crisis en la convivencia: actos violentos,
inseguridad, crisis de autoridad, impunidad y corrupción, menosprecio de nuestras instituciones…tenemos que
trabajar para fortalecer nuestros esquemas de convivencia para lo cual la escuela es el lugar privilegiado. La escuela
sigue siendo el núcleo de la formación social. Este espacio lo comparte con la familia; sin embargo, la escuela es el
primer espacio público de los niños, lo que la pone en un lugar primordial. En ella la función socializadora se muestra en
la convivencia cotidiana, en lo que se vive más que lo que se trata de enseñar.La convivencia es algo que se aprende.
En la escuela aprendemos a relacionarnos, a obedecer normas y a la autoridad, a compartir, dialogar, respetar a los
otros, en fin, muchas actitudes y valores relacionados con la convivencia. No todo lo que se aprende en la escuela es
positivo, se aprende también a engañar, a ser corrupto, a obedecer acríticamente, entre otras conductas y actitudes
que nos perjudican como sociedad, por ello, aunque nos parezca trivial es importante atender como padres lo que
nuestros niños aprenden en la escuela y como “institución escuela” necesitamos observar y cuidar los
espacios de convivencia para fortalecernos socialmente.La escuela, como otras instituciones tales como la familia, está
en crisis. Algunos estudiosos relacionan esta crisis con factores externos, es decir atribuibles a lo que sucede en la
sociedad y otros ven el problema de manera diferente: consideran que la crisis está dentro de los mismos alumnos, en
su falta de motivación, de disciplina y respeto a la autoridad, y otros más culpabilizan a las familias.Por otro lado, y a
pesar de que los niños y adolescentes pasan una buena parte del día en la escuela, ésta ya no está respondiendo a
sus intereses. La escuela ya no educa para la vida. ¿Cómo lograr entonces que los niños y adolescentes realicen
trabajos que no tienen sentido para ellos? ¿Qué pasa entonces con la disciplina? Y la pregunta es ¿qué pasa con la
escuela?Por otro lado parece que la universalización de la educación ha contribuido a la crisis, con ello no estamos
diciendo que era mejor conservar la escuela elitista. Como dicen otros autores la escolarización es una condición
indispensable para que puedan existir los derechos humanos. Sin embargo la crisis se genera debido a que la población
va teniendo mayor escolaridad, la economía ha ido llevando a profesionalizar y especializar el campo laboral por lo que
en muchos casos la preparación de los padres sobrepasa la de los maestros. Los padres de familia tienen por ello una
mayor ingerencia en los asuntos escolares y tienden a establecer una relación de igualdad con los maestros que a veces
deriva en situaciones que ponen en duda la calidad de su docencia. ¿Y los maestros se preparan para enfrentar esta
crisis, debida no solamente a la caducidad de conocimientos sino atendiendo a lo que implica la convivencia, el respeto
al otro “aunque sea mi alumno”?Las escuelas deben transformarse en otras instituciones. De estas crisis
podemos partir para reflexionar sobre el rumbo que deben ir tomando. Algunos estudiosos dicen que estos cambios
pueden irse dando de la misma manera en que la familia tradicional estable ha empezado a cambiar al tiempo en que
van apareciendo otros mecanismos culturales como los derechos de las mujeres, y las propias necesidades económicas,
por ejemplo. Consideran que el componente tradicional de una autoridad acrítica e irreflexiva fundamentada en el poder
de una disciplina tradicional, todavía tiene mucho peso pero no puede ser eterno.Es importante hacer investigaciones
que arrojen datos sobre el tiempo escolar que dedican los profesores a pedir disciplina y orden en las aulas, a guardar
silencio, sentarse correctamente, ir bien peinado, a checar el uniforme, y comparar esto con el tiempo dedicado a los
aprendizajes para trabajar la convivencia escolar incluyente y respetuosa o bien a aprendizajes ligados a la vida. Sería
interesante que esto pudiera relacionarse con el desempeño escolar o con la efectividad de los aprendizajes con
sentido. Tal vez esto nos lleve a actuar de manera diferente como maestros y como directores también.Algunos
atribuyen esta crisis en la convivencia a la crisis de autoridad, al manejo de la disciplina y a la desmotivación en los
propios estudiantes debida a la escasa relación de los aprendizajes con su vida. Hay varias miradas acerca de las
posibles salidas. Para los más conservadores se tiene que reforzar precisamente la figura de autoridad buscando
sanciones y expulsiones. Desde otra perspectiva más enfocada a la educación de la convivencia se busca la inclusión, la
participación de los alumnos en el control de las normas, en la educación emocional de los alumnos. Entre estas dos
posturas hay posiciones intermedias. Lo interesante será ver cómo nos vamos ubicando los educadores, qué valores
promovemos y cuál es nuestro horizonte de país. Sin duda lo más valioso es comenzar por preguntarnos cómo
podemos aprovechar estos espacios de convivencia escolar para desarrollar valores de convivencia sana.*El artículo
expresa la opinión personal del autor, que es Profesora del Departamento de Ciencias para el Desarrollo Humano UIAP.
Este texto se encuentra en: http://circulodeescritores.blogspot.com. Sus comentarios son bienvenidos.

¿Vale la pena atender la convivencia escolar?

Autora: Teresa Eugenia Brito Miranda
Publicación: E-Consulta, 17 de septiembre, 2008

En la escuela aprendemos a convivir. La convivencia es el medio en el que se dan muchos tipos de aprendizajes.
Hemos estado presenciando manifestaciones que reflejan la existencia de crisis en la convivencia: actos violentos, inseguridad, crisis de autoridad, impunidad y corrupción, menosprecio de nuestras instituciones…tenemos que trabajar para fortalecer nuestros esquemas de convivencia para lo cual la escuela es el lugar privilegiado.
La escuela sigue siendo el núcleo de la formación social. Este espacio lo comparte con la familia; sin embargo, la escuela es el primer espacio público de los niños, lo que la pone en un lugar primordial. En ella la función socializadora se muestra en la convivencia cotidiana, en lo que se vive más que lo que se trata de enseñar.
La convivencia es algo que se aprende. En la escuela aprendemos a relacionarnos, a obedecer normas y a la autoridad, a compartir, dialogar, respetar a los otros, en fin, muchas actitudes y valores relacionados con la convivencia. No todo lo que se aprende en la escuela es positivo, se aprende también a engañar, a ser corrupto, a obedecer acríticamente, entre otras conductas y actitudes que nos perjudican como sociedad, por ello, aunque nos parezca trivial es importante atender como padres lo que nuestros niños aprenden en la escuela y como “institución escuela” necesitamos observar y cuidar los espacios de convivencia para fortalecernos socialmente.
La escuela, como otras instituciones tales como la familia, está en crisis. Algunos estudiosos relacionan esta crisis con factores externos, es decir atribuibles a lo que sucede en la sociedad y otros ven el problema de manera diferente: consideran que la crisis está dentro de los mismos alumnos, en su falta de motivación, de disciplina y respeto a la autoridad, y otros más culpabilizan a las familias.
Por otro lado, y a pesar de que los niños y adolescentes pasan una buena parte del día en la escuela, ésta ya no está respondiendo a sus intereses. La escuela ya no educa para la vida. ¿Cómo lograr entonces que los niños y adolescentes realicen trabajos que no tienen sentido para ellos? ¿Qué pasa entonces con la disciplina? Y la pregunta es ¿qué pasa con la escuela?
Por otro lado parece que la universalización de la educación ha contribuido a la crisis, con ello no estamos diciendo que era mejor conservar la escuela elitista. Como dicen otros autores la escolarización es una condición indispensable para que puedan existir los derechos humanos. Sin embargo la crisis se genera debido a que la población va teniendo mayor escolaridad, la economía ha ido llevando a profesionalizar y especializar el campo laboral por lo que en muchos casos la preparación de los padres sobrepasa la de los maestros. Los padres de familia tienen por ello una mayor ingerencia en los asuntos escolares y tienden a establecer una relación de igualdad con los maestros que a veces deriva en situaciones que ponen en duda la calidad de su docencia. ¿Y los maestros se preparan para enfrentar esta crisis, debida no solamente a la caducidad de conocimientos sino atendiendo a lo que implica la convivencia, el respeto al otro “aunque sea mi alumno”?
Las escuelas deben transformarse en otras instituciones. De estas crisis podemos partir para reflexionar sobre el rumbo que deben ir tomando. Algunos estudiosos dicen que estos cambios pueden irse dando de la misma manera en que la familia tradicional estable ha empezado a cambiar al tiempo en que van apareciendo otros mecanismos culturales como los derechos de las mujeres, y las propias necesidades económicas, por ejemplo. Consideran que el componente tradicional de una autoridad acrítica e irreflexiva fundamentada en el poder de una disciplina tradicional, todavía tiene mucho peso pero no puede ser eterno.
Es importante hacer investigaciones que arrojen datos sobre el tiempo escolar que dedican los profesores a pedir disciplina y orden en las aulas, a guardar silencio, sentarse correctamente, ir bien peinado, a checar el uniforme, y comparar esto con el tiempo dedicado a los aprendizajes para trabajar la convivencia escolar incluyente y respetuosa o bien a aprendizajes ligados a la vida. Sería interesante que esto pudiera relacionarse con el desempeño escolar o con la efectividad de los aprendizajes con sentido. Tal vez esto nos lleve a actuar de manera diferente como maestros y como directores también.
Algunos atribuyen esta crisis en la convivencia a la crisis de autoridad, al manejo de la disciplina y a la desmotivación en los propios estudiantes debida a la escasa relación de los aprendizajes con su vida. Hay varias miradas acerca de las posibles salidas. Para los más conservadores se tiene que reforzar precisamente la figura de autoridad buscando sanciones y expulsiones. Desde otra perspectiva más enfocada a la educación de la convivencia se busca la inclusión, la participación de los alumnos en el control de las normas, en la educación emocional de los alumnos. Entre estas dos posturas hay posiciones intermedias. Lo interesante será ver cómo nos vamos ubicando los educadores, qué valores promovemos y cuál es nuestro horizonte de país. Sin duda lo más valioso es comenzar por preguntarnos cómo podemos aprovechar estos espacios de convivencia escolar para desarrollar valores de convivencia sana.

jueves, septiembre 11, 2008

La Laguna de San Baltazar

Autor: F.H. Eduardo Almeida Acosta
Publicación: La Jornada de Oriente, 11 de septiembre, 2008
E-Consulta, 9 de septiembre, 2008


Existe un espacio social, un modelo comunitario que ofrece la ciudad de Puebla a sus habitantes y a sus gobernantes: La laguna de San Baltazar.

Es un lugar de belleza natural cuidada y protegida, sin fines de lucro, en un escenario lacustre, habitualmente soleado, verde, silencioso, en medio de una ciudad descuidada. Desde ahí se puede disfrutar de la vista del Popo, del Izta y de la Malinche.
Conviven en este remanso ecológico variedad de plantas, sin que sea un jardín botánico; variedad de aves sin que sea un aviario; variedad de humanos en convivencia ciudadana, sin que sea una
empresa ni un partido ni una academia ni una denominación religiosa.

Es una plaza cívica para el ocio de empleados, políticos, obreros, académicos, funcionarios, amas y amos de casa, jubilados, empresarios, estudiantes, desempleados.

Puede considerarse un centro de educación informal en democracia, medio ambiente y salud.

Es un lugar de esparcimiento como pocos al alcance de casi todas las clases sociales. Los niños se divierten ofreciendo alimento a los patos. Los jóvenes se preparan en canotaje y carreras para competir tal vez en las Olimpiadas de Londres. Los adultos se mantienen en forma, contrarrestando los achaques que genera la vida estresante. Personas mayores ponen en práctica los consejos que anuncian las botellas de una bebida a base de té verde: “Caminar 30 minutos diarios y sonreir es parte de tu bienestar”.

En justicia debe reconocerse que este parque público, encomendado a una Asociación Civil, recibe un mantenimiento de calidad y da señales de un proceso de mejora continua. Contribuyen a la convivialidad de esta ágora serena y callada el buen humor de sus administradores, el trabajo de sus jardineros, las atenciones de los cuidacoches y las ofertas de los vendedores de jugos y garnachas.

lunes, septiembre 08, 2008

Impunidad y Educación

Autor: Martín López Calva
Publicación: E-Consulta, 8 de septiembre, 2008

“Lo que haces habla tan fuerte que no puedo escuchar lo que dices”
Proverbio de una tribu india norteamericana


Las marchas y declaraciones en contra de la violencia que hemos vivido en las últimas semanas en México están mostrando el alto nivel de indignación ciudadana ante la escalada del crimen organizado. En la discusión sobre el tema han surgido propuestas en la línea de endurecer las penas –cadena perpetua e incluso pena de muerte- contra los secuestradores, narcotraficantes y personas que cometan otros delitos graves.
Sin embargo en estas mismas discusiones se ha dejado claro que el hecho de que las penas sean más duras contra los delincuentes no va a resolver el problema de la violencia, porque lo que está haciendo que esta ola de terror vaya incrementándose es la impunidad.
En efecto, la ola de violencia se incrementa cuando un delincuente encuentra que puede cometer cualquier tipo de ilícito sin que vaya a recibir la sanción correspondiente porque la autoridad es ineficiente en el mejor de los casos o corrupta y cómplice en el peor. Esto se vuelve un incentivo perverso que hace que el delito se multiplique.
Mientras no se solucione la impunidad en nuestro país, el problema de la descomposición social manifiesta en el delito y la violencia seguirá siendo una realidad terrible, a la que desgraciadamente –esto es más terrible aún- nos estamos acostumbrando.
Es evidente que este incremento de la violencia no es solamente causado por decisiones individuales –la existencia de personas sin escrúpulos que cometen delitos- sino por todo un sistema que muestra estructuras policíacas y gubernamentales en descomposición y lo más grave de todo, por una distorsión progresiva de la cultura nacional que hace que veamos como natural esta corrupción e impunidad y que pensemos que no hay modo de cambiar las cosas.
Esta descomposición de nuestra cultura ciudadana se muestra desde los detalles más simples de la vida cotidiana y va generando un deterioro progresivo de la situación social que transmitimos a las nuevas generaciones.
¿Cuántos de los que marchamos para decir ¡Ya basta de violencia e impunidad! somos los primeros que agredimos con el claxon, con insultos o aún con violencia física al conductor de un auto que se nos cerró? ¿Cuántos de los que gritamos que queremos que se aplique la ley somos los que nos estacionamos en los lugares reservados para las personas con discapacidad en el estacionamiento de un centro comercial? ¿Cuántos de nosotros transitamos impunemente en sentido contrario en la calle que sea, simplemente porque no queremos molestarnos en hacer las cosas correctamente? ¿Quiénes de los que estabamos marchando en las calles para pedir que se haga realidad el “estado de derecho” somos los que estacionamos nuestros autos en doble o triple fila al llevar o recoger a nuestros hijos en su escuela?
La educación tiene mucho que ver con la impunidad. Si mostramos a nuestros hijos que estamos en contra de que se viole la ley pero somos nosotros los primeros que la violamos con cualquier pretexto, estaremos educando en y para la impunidad. Poco efecto tendrán nuestros discursos sobre los valores si ellos nos ven actuar diariamente en sentido contrario a los principios de convivencia que decimos profesar.
Los que trabajamos en instituciones de educación formal hemos sido testigos seguramente de más de un caso en el que los padres de familia llegan indignados a defender a sus hijos ante una sanción que se les aplicó por romper con principios de convivencia, comportarse violentamente o con indisciplina o hacer trampa en un examen. ¿No estamos entonces defendiendo la impunidad y educando en la impunidad a nuestros hijos que se sentirán siempre protegidos actúen como actúen?
¿Cómo podemos los educadores hablar en contra de la impunidad si se muestran cotidianamente en los medios de comunicación a grupos de profesores cerrando calles, clausurando escuelas o incluso tomando casetas de cobro en autopistas o generando destrozos y violencia? ¿Cómo podemos desde el sistema educativo atacar la impunidad si son evidentes las manipulaciones, los excesos y la riqueza inexplicable de quienes dicen representar los intereses de los profesores y buscar una educación de calidad?
Mientras los adultos de este país, padres de familia, autoridades educativas o sindicales y maestros no hagamos conciencia de que para acabar con la impunidad tenemos que empezar por educar con el ejemplo, la descomposición social seguirá en aumento.
Porque en efecto: Lo que hacemos habla tan fuerte, que nuestros hijos y alumnos no pueden escuchar lo que decimos.

viernes, septiembre 05, 2008

Explicar la inseguridad pública: ¿una hipótesis o un escándalo?

Autor: Gerardo Palomo González
Publicación: La Jornada de Oriente, 5 de septiembre, 2008

La problemática del crimen organizado tal como la conocemos hoy en día empezó a configurarse en los años de 19921994, aproximadamente, y desde entonces han pasado cerca de 16 años durante los cuales han estado al frente del gobierno federal cuatro administraciones, dos gobiernos del PRI y dos del PAN, incluyendo al grupo actualmente instalado en Los Pinos. Se trata de cuatro gobiernos que han dispuesto de todos los medios del Estado para estudiar y analizar el fenómeno, realizar los diagnósticos necesarios, precisar los medios materiales y humanos para enfrentarlo, definir las políticas públicas correspondientes e ir haciendo los ajustes necesarios conforme se avanzaba en su tratamiento. Sin embargo, considerando el persistente clima de violencia gansteril y el tremendismo de sus acciones, la formación de bandas con medios de fuerza que rebasan a las autoridades locales y estatales, sin dejar de lado el proceso de cooptación de que han sido objeto estas últimas y que también llega a niveles federales o la multiplicidad de ejecuciones que siguen ocurriendo después de la “Cumbre” realizada del pasado jueves 21 de agosto; es claro que es muy poco lo que se ha hecho y la situación por la que atraviesa el país sólo puede calificarse en términos de una verdadera crisis de seguridad pública. Lo cual pone en entredicho una de las funciones más importantes del Estado y de todo gobierno, garantizar la seguridad interna de la nación.
El actual grupo en el gobierno cometió además el grave error de involucrar al ejército en dicha tarea en lugar de haber emprendido la tarea de reformar, en todo caso al mismo tiempo y como política de estado, los cuerpos policiacos del país mediante su efectiva profesionalización. Y no deja de llamar la atención el hecho de que este último tema, también crucial para cualquier Estado visto que lo que está en juego es nada más y nada menos que la legitimidad política de esta última instancia con respecto al conjunto del país, se maneje a diestra y siniestra sin que se precise su contenido y se insista en que todo se resolverá con más tecnología, el negocio de unos cuantos, y más medidas de fuerza, más armas y poder discrecional.
El paseismo del gobierno actual con respecto a este tema es tal que no podemos dejar de hacernos las siguientes preguntas dada la gravedad del problema: ¿se puede decir que desde su instalación en Los Pinos el grupo gobernante empezó a delinear y poner en marcha una política de coordinación sólida entre las diferentes dependencias a las que compete trabajar sobre este grave y crítico tema de la agenda de seguridad del país?, dado que es ya un tema de seguridad nacional considerado por lo menos desde el punto de vista de sus efectos en la frontera norte del país y la repercusión de estos últimos en la agenda bilateral con el vecino país del norte; ¿consideró dicho grupo que los dos secretarios de Gobernación que se han sucedido en el cargo tenían el perfil profesional más adecuado en términos de conocimientos, capacidad de análisis y experiencia política para enfrentar al crimen organizado en su variante narcotráfico y en la parte que le correspondiese a esa secretaría?, ¿en función de qué criterios se decidió que fuese el ejército el que enfrentara dicho problema a sabiendas de que dicho instituto no está diseñado para este tipo de tareas?, aspecto que cualquier analista con un sentido profesional–académico de estos asuntos sabe reconocer; ¿quién fue el promotor de dicha idea? o, en suma, ¿sabe realmente el actual gobierno a lo que se está enfrentando? Porque si la respuesta es positiva entonces no ha tomado las medidas que sí contribuirían a resolverlo y esto nos permite pensar que lo que ha estado haciendo es tratar de capitalizar a su favor la situación de inseguridad que padecemos todos los ciudadanos de este país; lo cual explicaría también, si asumimos que sí sabe a lo que se enfrenta, que se nos haya estado entreteniendo con una versión de dicho problema cuyo único objetivo consistiría en redituarle el máximo beneficio electoral infundiendo miedo y temor en la población, con el apoyo además de medios de comunicación cuya labor de distorsión es ya proverbial y en detrimento de la ciudadanía. Es claro, amable lector, que si el gobierno no sabe a lo que se enfrenta el grupo que asume representarlo debería ser el primero en ubicar la puerta de salida.
La situación se complica si tomamos en cuenta que el gobierno en turno necesitaba una “guerra” en lo interno para ganar algo de la legitimidad política que nunca conquistó en las urnas. Y ahora sucede que ya reconoció haber perdido dicha “guerra” desde el momento en que aceptó el curioso advice de realizar la “Cumbre”. Con lo cual lo único que logró es probablemente que uno que otro actor le pasara la factura política a cambio de algo de seguridad. Actores que, por cierto, también quieren participar en ese gran negocio neoliberal representado por la privatización de Pemex y que dejaría a nuestro país sin medios de poder para impulsar su política exterior a favor de nuestro propio desarrollo.
Ahora bien, tal y como lo hemos expresado en otras entregas, la problemática a la que se enfrenta el grupo en el gobierno tiene como punto central y de partida explicar el crecimiento inusitado del crimen organizado (CO) en su variante narcotráfico (Nt), y de la cual se derivan muchas de las manifestaciones de violencia e inseguridad que todos conocemos. Y sucede que es la caracterización de la estructura de dicha problemática la que nos ofrecería, al mismo tiempo, una explicación. Por lo cual, como primera premisa, bien puede argumentarse que dicho crecimiento se debe a su relación con otros actores. Unos de carácter político, grupos de poder político (Gpp), y otros de orden económico, grupos de poder económico (Gpe). Con lo cual queremos decir que a lo que se enfrenta el gobierno no es al crimen organizado como actor único sino a una estructura de relaciones en la que este último no es sino el actor más visible. Y dicha estructura se puede formular como sigue: [(CO: Nt) / (Gpe/ Gpp)]. En donde el sentido de la diagonal indica, además, relaciones de subordinación
Es claro entonces que la tarea no es nada fácil, que la construcción de soluciones requiere una efectiva política de estado, de un equipo gubernamental que piense realmente en el fortalecimiento de nuestro país y en cuyos cálculos se tome en cuenta el sencillo derecho de nuestra existencia social como ciudadanos. Algo muy distante del “derecho” que se atribuye y más le preocupa a lo que se nos ofrece como gobierno en turno: la venta de esta nación.

jueves, septiembre 04, 2008

Marchas que iluminan y oscurecen

Autora: Ma. Eugenia Sánchez Díaz de Rivera
Publicacion: La Jornada de Oriente, 4 de septiembre, 2008

No sólo no es “políticamente correcto” en este momento cuestionar la Marcha contra la Inseguridad sino que se corre el riesgo de ofender a cientos de personas que han sufrido de diferentes formas el impacto de la violencia creciente que impera en el país. Y eso de ninguna manera, que quede claro, es mi intención. Me parece simplemente desgarrador el dolor de tantas mujeres y hombres, jóvenes y adultos que de alguna forma pudo expresarse en las marchas que tuvieron lugar el sábado 30 de Agosto. Pero no elucidar los aspectos de la realidad que obscurece esa marcha que pretendía “iluminar México” es también una falta de responsabilidad. Aunque se ha hecho ya en diferentes medios, no puedo dejar pasar la ocasión de expresar mi punto de vista.
Una marcha en demanda de la seguridad y en contra de la impunidad y la delincuencia que no hace referencia a las causas que la originan y al carácter selectivo de la misma demanda, se puede convertir en lo contrario: un ejercicio para encubrir dicha impunidad y dicha delincuencia.
¿Por qué México Unido contra la Delincuencia y las demás organizaciones convocantes a la marcha no se hicieron presentes ante uno de los más graves, importantes y emblemáticos casos de delincuencia e impunidad que fue el de Lydia Cacho – Mario Marín, caso en el que la autoridad moral, nada menos que de la Suprema Corte de Justicia, quedó en entredicho dañando de manera lacerante la ya deteriorada institucionalidad del País. ¿Los niños y las niñas de México no merecían alguna reacción?
¿Dónde estaban esas organizaciones ante el abuso y el homicidio, también emblemático, de una mujer en el máximo grado de vulnerabilidad: mujer, pobre, indígena y anciana, el de Ernestina Ascencio, presuntamente de manos de militares? ¿Y ante la absurda e indignante respuesta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos?
¿Se ha visto a las organizaciones convocantes o a sus representantes reprobar le evasión fiscal de las grandes empresas a las que además, según la Auditoría Superior de la Federación, se les devolvieron -entre 2001-2005 - 604 mil millones de pesos, y solamente en el primer semestre de 2008, 93 mil millones de pesos, que no se han traducido en inversión productiva? ¿No merecían algún comentario esos hechos que muestran la co-responsabilidad de los grandes empresarios en el aumento del desempleo y en la generación de pobreza que orilla a tantos jóvenes a involucrarse en esa “conexión perversa” que es el crimen organizado? ¿Se han inmutado ante la impunidad frente a las muertas de Juárez o de los mineros de Pasta de Conchos? ¿Frente al hostigamiento constante y creciente del Ejercito hacia las comunidades indígenas?
¿Es muy tendencioso preguntarse por qué todos esos casos de violencia atroz, generalizada y paradigmática no han aparecido en las pantallas de TV Azteca y Televisa o han aparecido para ser minimizados y hasta legitimados, mientras que a la reciente Marcha contra la Inseguridad la volvieron todo un espectáculo?
¿Qué reacción se constató en esas cadenas televisivas o por parte de las organizaciones antes mencionadas ante el insulto sufrido por la ciudadanía, sí, insulto, que significó ver en la firma de un Acuerdo por la Seguridad, la Legalidad y la Justicia a personajes como Elba Esther Gordillo, Ulises Ruiz, Mario Marín, Ernesto Peña Nieto o Carlos Romero Deschamps?
¿Nos sugiere algo que ese mismo día a Ignacio del Valle, del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra de San Salvador Atenco, se le hayan añadido 45 años más a los 67 años a los que ya se le había sentenciado por “secuestro equiparado”? ¿Habrá sido la coincidencia un gesto simbólico de los que puede significar “orden”, “autoridad” y “seguridad” anunciados por Felipe Calderón en esos spots que ofenden la inteligencia de la ciudadanía?
¿Qué no tenemos ya la experiencia de lo que les pasa a los ciudadanos que exigen seguridad en sentido amplio, es decir justicia para una vida digna para todos, que exigen un viraje serio a las políticas económicas, una superación del racismo, una develación de la corrupción en cúpulas de la clase política, del sector privado y de sindicatos? Podemos preguntárselo a Carmen Aristegui, a Lydia Cacho o a las comunidades zapatistas.
Sí, las marchas del sábado 30 de agosto iluminaron los efectos de la situación de violencia desparramada en la nación, pero al ocultar las causas no estoy segura que le hayan dado un buen servicio a la paz y a la dignidad de los mexicanos.