lunes, octubre 20, 2014

No todo lo que brilla es oro: la realidad de los alimentos funcionales

Autora: Daniela Ramos Jiménez,
Publicado en La primera de Puebla.com, el 14 de octubre de 2014

En la actualidad podemos encontrar en el mercado muchos alimentos que prometen tener propiedades curativas, con beneficios para la salud y la digestión, sin embargo no siempre estas propiedades son reales o solo se presentan de manera parcial las verdaderas propiedades de los alimentos. La realidad es que existen alimentos cuyo consumo nos permiten obtener diversos beneficios para la salud sin embargo 
"No todo lo que brilla es oro".
                 Un alimento funcional es aquel que independientemente de que nos aporte nutrimentos, ha demostrado de manera científica que tiene un efecto positivo a una o varias funciones del organismo. Además pueden presentar un papel preventivo y que a su vez reduce los factores de riesgo que provocan la aparición de enfermedades.
                 Dentro de los principales alimentos con estas características se encuentran los productos lácteos (leche, yogur, fórmulas infantiles), jugos y cereales fortificados o enriquecidos, entre otros, cada uno a su manera promete que su consumo mejora la digestión, ayudan en la pérdida de peso, fortifican el sistema inmune, promueven un estado de salud adecuado, entre otras características. Sin embargo antes de quedarnos con la publicidad que proporcionan y que nos convencen de su consumo, debemos ser consumidores responsables y ser críticos ante esta información.
                  Un ejemplo de esto son los cereales de caja. Muchos que prometen que si consumimos cereal fortificado todos los días perderemos peso, y posiblemente si lo hagamos sin embargo no será precisamente por el consumo de ese cereal si no por disminuir el consumo de alimentos ricos en grasas u otros alimentos inadecuados como tamales, atoles, chalupas o cualquier otro antojito mexicano común en el desayuno de la población.
                Sin embargo, es importante mencionar que los cereales de caja fortificados si presentan ciertos beneficios para la salud debido a que la fibra con la que se elaboran ayuda a evitar el estreñimiento, reduce la absorción de glucosa a nivel intestinal y en general ayuda en el funcionamiento gastrointestinal; además, si se encuentran enriquecidos con hierro o calcio pueden ayudar en evitar anemias y promover la calcificación de los huesos. En contra parte,  para mejorar su sabor utilizan jarabe de maíz de alta fructosa, el cual ha demostrado incrementar los niveles de glucosa en sangre, promover la ganancia de peso, generar resistencia a la insulina e incrementar el riesgo de padecer diabetes mellitus, por lo que su consumo debe ser moderado. No por que diga que es saludable quiere decir que así lo sea.
               Otros alimentos que prometen más beneficios son los productos lácteos como yogur, leche o fórmulas lácteas. E mejor ejemplo del tema que nos ocupa se encuentra en los productos lácteos que contienen probióticos y prebióticos.
                 Los probióticos son microorganismos vivos que al administrarse en las cantidades correctas brindan beneficios a la salud, un ejemplo de ellos son los lactobacilos, los cuales promueven una mejor función intestinal que incluye la promoción del crecimiento de la flora intestinal de defensa, mejor absorción de vitaminas como la B1, B2 y B6, y que además promueven el fortalecimiento del sistema inmunológico.
                 Por su parte los prebióticos son sustancias que no se digieren por el intestino, entre los cuales se encuentran la lactulosa, inulina o la oligofructosa. Su función es fomentar el crecimiento favorable o la actividad de bacterias o microorganismos de la flora normal del intestino o a su vez ayudan en el crecimiento de los probióticos, estos elementos generalmente se utilizan en los productos como cremas y leche.
                 El problema con este tipo de productos es que son altamente sensibles a los cambios de temperatura, principalmente los probióticos, que deben mantenerse en refrigeración a menos de 4C para permanecer vivos y que puedan llevar a cabo su función. Lo que en la mayoría de las ocasiones pasa es que al salir del refrigerador, traerlo en la bolsa, la mochila o en el carro como snak a medio día, exponerlo al calor, o simplemente en los supermercados o el transporte de alimentos que no lo mantengan a esta temperatura los probióticos pierden su efectividad, con lo que nuestro consumo es de azúcar y un poco de proteína contenida en la leche. No obtenemos todos los beneficios que los fabricantes de los productos promueven.
               Para poder obtener realmente los mejores beneficios de estos y otros productos, en primer lugar debemos saber qué alimentos elegir. La única manera de poder estar seguros de lo que estamos consumiendo es leyendo etiquetas nutrimentales, puesto que es la cara de presentación de los alimentos. Al mismo tiempo, debemos ser conscientes de que no podemos esperar que un solo alimento nos solucione los problemas de salud. En realidad la solución se encuentra entre lo que consumimos y hacemos, buscar una alimentación equilibrada rica en frutas, verduras, cereales integrales, un menor consumo de alimentos ricos en grasas, procesados y comida rápida, junto con un estilo de vida saludable, ejercicio y control del estrés, ya que promueve una buena salud y disminuye el riesgo de padecer enfermedades que en la actualidad afectan a la población como obesidad, diabetes e hipertensión, y no estar esperanzados a que con consumir un solo producto nuestros problemas serán solucionados.

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