martes, abril 21, 2009

Promover es más que dar información

Autor: José Rafael de Regil Vélez
Publicación: Síntesis, Pendiente

La semana pasada de entre más de 1500 niños de Tlaxcala fue elegida la difusora de derechos de los niños del Estado.

Se hicieron elecciones regionales entre los niños. Pequeños y pequeñas vivieron un proceso democrático que culminó estatalmente el jueves 16 con un debate y votación en casillas, con listas nominales y toda la estructura que les proporcionó el instituto electoral de su Estado.

Pensé en lo lejos que estamos de los tiempos en los cuales fui niño y en los que no oímos hablar de que había derechos infantiles, ni que debíamos participar en las localidades en que vivimos, ni que nuestras familias nos deberían dan un ambiente para un crecimiento integral. Nuestro mundo era de adultos.

Ver a niños manejando información sobre sus derechos me pareció alentador. Pienso que falta mucho para que impere una cultura en pro de los derechos humanos.

La violencia intrafamiliar es alarmante, las decisiones en los niveles de gobierno siguen siendo en gran medida autoritarias, la apatía política cunde, las instituciones en general cometen atropellos hacia los ciudadanos: la lista es interminable. En mucho pareciera que el mismo estado que difunde esta información termina conculcando muchas de nuestras posibilidades de ser humanos, porque prioriza al mercado, al poder, a sus propias instituciones.

Promover los derechos humanos, comenzando por los infantiles, es mucho más que dar información sobre ellos. Se requieren acciones que nos hagan vivir desde ya de una forma más humana, valga la redundancia.

Las organizaciones de la sociedad civil están haciendo un fuerte trabajo. No es suficiente. Pongo como ejemplo a las escuelas:

Creo que las instituciones educativas no están haciendo todo lo que les toca, porque si bien informan de estos temas a sus alumnos, realizan su práctica pedagógica en formas realmente contradictorias: estudiantes y profesores, en general, no tienen voz real en ningún tipo de toma de decisiones, no existen organismos colegiados que representen los intereses de todos los involucrados, las reglamentaciones suelen ser casi decorativas. Para que su discurso sea creíble es necesario que se estructuren para vivir conforme a eso que pregonan. Podría decirse lo mismo de la familia, incluso de las empresas, que hoy dicen articularse en torno a su capital humano.

Hemos caminado dando información, pero falta mucho por hacer a fin de movernos en pro de un México más conforme a los derechos humanos. ¿Cómo reinventar las formas en que convivimos para que no existamos en la esquizofrenia de decir unas cosas y actuar de manera divorciada?

lunes, abril 13, 2009

Universidad para la tercera edad

Autor: Guillermo Hinojosa Rivero
Publicación: E-Consulta, 13 de abril de 2009
Alrededor de 1950 hubo una gran cantidad de nacimientos en muchos países del mundo, México incluido. Este fenómeno se conoce como el Baby boom. Sesenta años después la generación está llegando a la edad de la jubilación en grandes cantidades no sólo por el boom sino también por la gran mejoría en los servicios de salud que permiten tener una alta expectativa de vida.

Los niños y niñas de la generación del boom nacieron cuando no había televisión ni electrónica digital. Supieron del nacimiento de las computadoras y las han visto pasar de los laboratorios de las universidades a las habitaciones y a los bolsillos de sus hijos. El mundo actual es irreconocible e inexplicable para alguien que fuera adulto en 1950.

La vida de los boommers ha debido ser una continua adaptación a las novedades incesantes. Muchos, sin embargo, no pudieron mantener el paso para aprender todo lo necesario; no es difícil encontrar personas de 60 años con severas dificultades para usar la computadora y el teléfono celular. Esta es la generación que está llegando a la jubilación y que espera vivir 15 o 20 años más: numerosa, acostumbrada al cambio y con ciertas dificultades para seguir el ritmo de las novedades.

Si al jubilarse se van a sus casas a ver la televisión y a cuidar a sus nietos, si dejan de esforzarse por aprender, los miembros de esta generación se volverán completamente ignorantes antes de cinco años. Todo lo que aprendieron quedará obsoleto. Para algunos así será, pero habrá, ya hay, una gran cantidad de jubilados que demanden enseñanza; que quieran asistir a las escuelas para ponerse al día y para aprender lo que siempre han deseado saber.

En este contexto es una buena noticia la apertura recientemente anunciada de una universidad para ancianos en la Ciudad de México. Ya varias universidades públicas y privadas en diversos países ofrecen servicios y cursos diseñados especialmente para personas mayores de 60 años; han tenido mucho éxito y más demanda de la esperada.
¿Qué se les puede enseñar en la universidad a los adultos mayores? Ni hablar de licenciaturas, maestrías o doctorados. Los estudios formales les resultan poco interesantes. Más bien hay que pensar en una gran variedad de cursos sueltos para todos los gustos e intereses. Pero resultará casi indispensable para todos los estudiantes el manejo de la internet con todas sus posibilidades para la comunicación, para la creación de redes sociales y para localizar información.
Otro tema que puede resultar interesante para muchos es la Psicología de la edad adulta con las teorías del envejecimiento; lo que se puede hacer para adaptarse a la ancianidad y el manejo de la relación con los hijos y con los nietos. Otros temas relevantes para la vejez pueden ser las cuestiones legales como las pensiones, los seguros, impuestos, etc. Para las mujeres el tema de la vida después de la menopausia siempre resulta atractivo.

Además podemos pensar en Historia del arte, apreciación musical, conocimiento y lectura de los clásicos, idiomas, temas selectos de Biología como genética y evolución, temas de Física y Cosmología, Historia de las ideas, culturas comparadas, y un larguísimo etcétera.

Tan importante como los temas de los cursos es la técnica docente para la enseñanza de los adultos mayores. No es una buena idea querer enseñar a los adultos de la misma manera que se enseña a los jóvenes. Las universidades, expertas en educar jóvenes, tendrían que adaptar su pedagogía a estos nuevos estudiantes.

Los jóvenes y los viejos difieren en muchos aspectos cognitivos y de actitud. Mientras que el joven estudiante de licenciatura típico asiste a la universidad más o menos obligado por sus padres o por el deseo de adquirir una profesión, el viejo asistirá por su propia voluntad y por el deseo de conocer sin atender a la utilidad del conocimiento adquirido. El joven aceptará que algunos o todos los cursos de su carrera sean aburridos; el viejo no, si algo le parece aburrido buscará otra cosa.

El joven puede memorizar una gran cantidad de conocimientos pero no sabe bien para que le servirán, mientras que el viejo tiene mala memoria pero mucha experiencia acumulada que le permite juzgar de un vistazo la importancia de los conocimientos. El viejo sabe lo que quiere aprender pero se le dificulta hacerlo, mientras que el joven aprende fácilmente sin querer saber algo en especial. El viejo es disciplinado y amigo del orden, el joven puede improvisar y no le angustian los ambientes caóticos.

La pedagogía del adulto mayor es una asignatura pendiente para las universidades que quieran satisfacer la demanda de conocimientos que les plantea la generación del Baby boom al llegar a la edad de jubilación.

viernes, abril 03, 2009

Algunas recomendaciones para elegir psicoterapeuta

Autor: Raúl José Alcázar Olán
Publicación: Pendiente

Se dice que de músico, poeta y loco todos tenemos un poco. Como la mayoría de las personas hemos tenido alguna vez la inquietud sobre el trabajo que hacen los psicoterapeutas, a continuación se abordan temas sobre el trabajo que hacen y qué cosas tener en cuenta para elegir uno.
¿El psicólogo es para quienes están locos? Es falso que se necesite estar loco para buscar ayuda psicológica. Desafortunadamente en nuestra sociedad no es bien vista la gente que busca un psicólogo, incluso, la gente puede ser especialmente dura con los hombres que buscan psicoterapia porque se les tacha de débiles y vulnerables. La buena noticia es que la psicoterapia sirve efectivamente para ayudar a la gente. Hasta el 80% se puede beneficiar de este tratamiento.
¿Cómo sé si necesito ayuda de un psicólogo? La mayoría de las personas tiene problemas que puede manejar o resolver sin necesidad de apoyo. Sin embargo, las personas que posiblemente necesiten ayuda psicológica son las siguientes: A) Aquellos que ya intentaron platicar con sus amigos o gente de confianza, y de todas maneras los problemas permanecen. B) Personas que han intentado varias soluciones por su cuenta, sin éxito alguno. C) Personas que tienen un problema crónico, es decir, ha durado por varios años en su vida y no han encontrado una manera de resolverlo. O bien, creen solucionar los problemas pero posteriormente vuelven a aparecer.
¿Cómo sé si un psicoterapeuta es bueno en su profesión? Es difícil garantizar al 100% que un psicoterapeuta sea excelente en su profesión. La razón es que la psicoterapia consiste en una “relación” entre dos personas: paciente y psicoterapeuta. Es decir, un terapeuta puede ser excelente con cierto paciente, pero ineficaz con otros. Sin embargo, algunos consejos para encontrar un buen terapeuta son los siguientes: A) Averigua los antecedentes educativos y de entrenamiento profesional del terapeuta que te interesa. B) Averigua qué experiencia tiene el terapeuta tratando problemas como el tuyo. C) Averigua si el terapeuta pertenece a alguna asociación o institución de psicología o terapia.
¿Cómo sé que un determinado terapeuta es lo más adecuado para mí? Uno de los factores más importantes es cómo te sientes con tu terapeuta. La psicoterapia tiene como base la relación que se forme entre tu terapeuta y tú. Aquí tienes algunos consejos para saber si un determinado terapeuta es lo más adecuado para ti: A) Te sientes cómodo con tu terapeuta. Hay “buena química” entre tú y él. B) Es posible que a veces te enojes con tu terapeuta. Pero el enojo debería presentarse pocas ocasiones. C) Percibes a tu terapeuta como experto en lo que hace. D) Percibes que tu terapeuta es confiable. E) El terapeuta cubre la mayoría de tus expectativas.
¿Existen terapeutas poco recomendables? La mayoría de los pacientes que ven por primera vez a su terapeuta pueden empezar a saber si se sienten a gusto o no con él. Un terapeuta poco profesional es aquel que en la primera entrevista te confronta, te echa la culpa, te critica, se duerme o te hace proposiciones o insinuaciones sexuales. No existe evidencia de que la relación sexual entre paciente y terapeuta ayude para superar problemas, más bien se deteriora la relación y muy probablemente el paciente tendrá más problemas después. En el código ético de los psicólogos no está permitido tener relaciones sexuales con los pacientes.
Todas estas son cuestiones que se relacionan con la práctica de la psicoterapia y la elección de un psicoterapeuta. Si usted se anima a buscar ayuda, esperamos que la información anterior le permita elegir la opción más conveniente.

¿A qué se debe que la gente puede cambiar con la psicoterapia?

Autor: Raúl José Alcázar Olán
Publicación: Pendiente

Hasta hace unos 20 años creíamos que la gente mejora en la psicoterapia debido a las técnicas o el enfoque que usa su terapeuta. Pero eso era una suposición. De acuerdo con los resultados de cientos de investigaciones, hoy sabemos con hechos que la gente mejora debido a cuatro factores principales. El más importante se conoce como “variables del paciente”. Este factor es responsable en 40% de que la gente salga adelante con sus problemas. Las características de este factor incluyen la red de amistades con que cuentan los pacientes (apoyo social), sus recursos económicos, las capacidades que han desarrollado a lo largo de la vida para resolver sus problemas (por ejemplo pedir consejos, distraerse, encarar los problemas, ver el lado positivo de las cosas), su tendencia a buscar el bienestar y evitar el sufrimiento, etc. Dentro de este factor un elemento muy importante es que la gente “haga cosas diferentes” a las habituales pararesolver sus problemas; es decir, se necesita cambiar en lo que uno hace o lo que uno piensa para estar mejor. El segundo factor es el de la “relación paciente terapeuta” el cual explica en 30% los buenos resultados de la psicoterapia. Dentro de este factor se incluye que los pacientes se sientan comprendidos por su terapeuta, que perciban a su terapeuta como experto en su profesión y digno de confianza. También debe haber una “alianza” entre el psicoterapeuta y el paciente de manera que la relación sea sólida y permita al paciente notar que cuenta con alguien. Cuando existe una buena alianza los pacientes se sienten entendidos por su terapeuta (empatía). El tercer factor se denomina “efecto placebo” y explica en 15% la mejora de los pacientes. Básicamente se refiere a la creencia que tiene el paciente de que el terapeuta lo va a ayudar a resolver sus problemas. Es decir, que el paciente tiene cierto grado de convencimiento de que lo van a ayudar y eso tiene un efecto positivo que se traduce en mejorar más pronto. El cuarto factor es el de las “técnicas psicoterapéuticas” y explica el último 15% de las razones para mejorar en psicoterapia. Las técnicas son los procedimientos que caracterizan a cada enfoque de psicoterapia para ayudar al paciente, por ejemplo hipnosis, relajación, biorretroalimentación, golpear una almohada, escribir una carta, recordar el pasado, etc. Las técnicas psicoterapéuticas son un recurso importante para que los terapeutas aprendan a ayudar a la gente. Por eso existen cursos de relajación, hipnosis, terapia breve, terapia familiar, etc. Sin embargo, la aportación principal de las técnicas es fortalecer otros factores: los recursos del paciente, la relación paciente terapeuta y el efecto placebo. En síntesis. La gente mejora con la psicoterapia debido a sus propios recursos y fortalezas (40%), la buena relación que forman entre paciente y terapeuta (30%), el efecto placebo (15%) y las técnicas psicoterapéuticas (15%).

¿A qué se debe que la gente puede cambiar con la psicoterapia?

Autor: Raúl José Alcázar Olán
Publicación: Pendiente

Hasta hace unos 20 años creíamos que la gente mejora en la psicoterapia debido a las técnicas o el enfoque que usa su terapeuta. Pero eso era una suposición. De acuerdo con los resultados de cientos de investigaciones, hoy sabemos con hechos que la gente mejora debido a cuatro factores principales. El más importante se conoce como “variables del paciente”. Este factor es responsable en 40% de que la gente salga adelante con sus problemas. Las características de este factor incluyen la red de amistades con que cuentan los pacientes (apoyo social), sus recursos económicos, las capacidades que han desarrollado a lo largo de la vida para resolver sus problemas (por ejemplo pedir consejos, distraerse, encarar los problemas, ver el lado positivo de las cosas), su tendencia a buscar el bienestar y evitar el sufrimiento, etc. Dentro de este factor un elemento muy importante es que la gente “haga cosas diferentes” a las habituales pararesolver sus problemas; es decir, se necesita cambiar en lo que uno hace o lo que uno piensa para estar mejor. El segundo factor es el de la “relación paciente terapeuta” el cual explica en 30% los buenos resultados de la psicoterapia. Dentro de este factor se incluye que los pacientes se sientan comprendidos por su terapeuta, que perciban a su terapeuta como experto en su profesión y digno de confianza. También debe haber una “alianza” entre el psicoterapeuta y el paciente de manera que la relación sea sólida y permita al paciente notar que cuenta con alguien. Cuando existe una buena alianza los pacientes se sienten entendidos por su terapeuta (empatía). El tercer factor se denomina “efecto placebo” y explica en 15% la mejora de los pacientes. Básicamente se refiere a la creencia que tiene el paciente de que el terapeuta lo va a ayudar a resolver sus problemas. Es decir, que el paciente tiene cierto grado de convencimiento de que lo van a ayudar y eso tiene un efecto positivo que se traduce en mejorar más pronto. El cuarto factor es el de las “técnicas psicoterapéuticas” y explica el último 15% de las razones para mejorar en psicoterapia. Las técnicas son los procedimientos que caracterizan a cada enfoque de psicoterapia para ayudar al paciente, por ejemplo hipnosis, relajación, biorretroalimentación, golpear una almohada, escribir una carta, recordar el pasado, etc. Las técnicas psicoterapéuticas son un recurso importante para que los terapeutas aprendan a ayudar a la gente. Por eso existen cursos de relajación, hipnosis, terapia breve, terapia familiar, etc. Sin embargo, la aportación principal de las técnicas es fortalecer otros factores: los recursos del paciente, la relación paciente terapeuta y el efecto placebo. En síntesis. La gente mejora con la psicoterapia debido a sus propios recursos y fortalezas (40%), la buena relación que forman entre paciente y terapeuta (30%), el efecto placebo (15%) y las técnicas psicoterapéuticas (15%).