viernes, mayo 09, 2014

SNTE Y CNTE, GEN COMPARTIDO A REGAÑADIENTES

Autor: José Guadalupe Sánchez Aviña
Publicado: lado B, 02 de abril de 2014

     Una de las múltiples utilidades de la historia es auxiliarnos para enfrentar eventos contemporáneos que se nos presentan como complejos, nos resguarda elementos valiosos para poder entender lo que sucede y así generar juicios de valor más acertados, en otras palabras, nos brinda la oportunidad de tomar posiciones argumentadas y sólidas ante lo que nos sucede y nos reta a asumirnos como escritores de nuestras propias historias.
En la época reciente de la educación en México, se registra lo “sucedido” con la líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación que la llevó al encarcelamiento, todo el revuelo formado torno a la calidad de los docentes de educación básica, la irrupción de la llamada reforma educativa de Peña, y de manera muy especial la actuación de grupos disidentes como la CNTE, cuya postura la ilustra perfectamente la sección XXII ubicada en el estado de Oaxaca.
     Ha corrido ya mucha tinta y seguirá corriendo, destinada a discurrir sobre lo pertinente o impertinente de la postura y actuación tanto del SNTE como de la CNTE, se habla y escribe como si fuera un sitio común entre los lectores, pero el lector común ¿Sabe de qué se habla? ¿Es capaz de distinguir a una facción de otra? ¿De ubicar sus filiaciones?, Considero elemental ofrecer referentes básicos para promover el análisis y entendimiento de lo que sucede y de lo que se habla.
El magisterio y en especial su sindicato representa un buen pretexto para ayudarnos de la historia para intentar entender lo que sucede con estos dos actores centrales en el escenario educativo del México de hoy: el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) son actores relacionados de manera estrecha que implican una problemática que va más allá de una cuestión meramente ortográfica ¿Que si se escribe con “C” o con “S”? así como más profunda que una discusión de género ¿“el” o “la”? estos dos organismos no solo comparten escenario sino que comparten génesis.
     Un elemento clave de todo esto lo representa el fenómeno de la centralización; dos acontecimientos fundamentales son: a) en 1921 como eje del esfuerzo centralizador en el campo de la educación, bajo la bandera del federalismo, es creada la Secretaría de Educación Pública, b) la reforma constitucional del 34 en la que por un lado el Congreso de la Unión es dotado del poder para legislar sobre la educación con el espíritu de dirigir todo lo que sucedería en materia educativa en el país y por otro le confiere al ejecutivo el poder de centralizar todo el diseño del sistema educativo nacional. El fortalecimiento del centralismo, desencadenó una estructura burocrática concentradora del poder; es dentro de esta estructura político administrativa que coexisten desde un principio grupos de maestros con diferentes y confrontadas posiciones políticas, unas alineadas al gobierno y otras disidentes de orientación comunista.
     En plena efervescencia del corporativismo, siendo presidente el general Lázaro Cárdenas, en 1943 se funda el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, conocido como “el SNTE”; como consecuencia de luchas intestinas entre dos facciones, en 1979 se formaliza la creación de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, conocida como “la CNTE” y que representa el ala disidente y contestataria. Un hecho relevante es la firma de un pacto corporativo en 1944 entre gobierno y sindicato. Este hecho es acompañado permanentemente de confrontaciones internas que derivan en la conformación del CNTE y en que para 1981 estos grupos disidentes ganaran direcciones de secciones en Chiapas y Oaxaca y para 1989 la dirección de la sección 9 del Distrito Federal.

     Como se puede apreciar en esta breve recuperación de información histórica, su potencial es considerable, si se acude a la historia entonces podríamos conocer y entender lo que sucede con nuestra educación y con ello, estaríamos en la posibilidad de transformarla, por lo menos de adoptar una postura derivada de una decisión auténticamente propia.

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