miércoles, abril 09, 2014

Irrespetar lo irrespetable

Autor: José Rafael de Regil Vélez, datos del autor haz click aquí
Publicado: Síntesis Tlaxcala, 03 de abril de 2014

     En el siglo XVI los europeos fueron llegando a distintos lugares de lo que llamaron el Nuevo Mundo y que para todos nosotros hoy es América. En algún momento los políticos y los clérigos de la época decidieron que los indígenas no eran dueños ni de sus tierras, ni de lo que ellas había. Incluso, el papa Alejandro VI, con su autoridad pontificia, dividió en 1494 los territorios recién descubiertos  para que España y Portugal pudieran poseerlos cobijado en su intervención religiosa.
     Francisco de Vitoria, un fraile dominico, que vivió en Salamanca y que allí daba clases de las materias de la época, cuestionó en sus  lecciones y relecciones el derecho que tenían los reyes y el Papa para dos cosas: para poseer los territorios de los cuales los autóctonos americanos tenían legítimo derecho y para hacerles la guerra.
     En dos obras, conocidas como De Indis y De bella iure (sobre los indios y sobre el derecho a la guerra) expuso tesis totalmente contrarias a las de los reyes y el mismo papa. Polemizó con ellos hasta que se tuvo que reconocer que en efecto, los europeos no tenían derecho automático sobre lo hallado, ni de hacer la guerra de forma unilateral a los habitantes del Nuevo Mundo. Su pensamiento fundó el derecho internacional.
     Si el clérigo no hubiera puesto el dedo en la llaga y no hubiera decretado irrespetable el asunto ese de las fundamentaciones equivocadas de posesión y guerra y la falta de autoridad papal para hacer la bula que hizo, la historia hoy sería todavía más injusta. Sus discípulos continuaron su obra, como Bartolomé de las Casas en lo que hoy es el sur de México.
     Hoy vivimos tiempos en los que sobre un mismo tema, bajo una misma circunstancia, en el mismo momento histórico se toma la actitud de aceptar como igualmente válidos cualquier opinión. Bajo el pretexto de que todos somos respetables como personas se piensa que cualquier idea o cualquier juicio hecho (cualquier opinión emitida) es igualmente válida y merece respeto. Nada más alejado de la realidad.
     En 1992 Fernando Savater -filósofo vasco que unos siguen y otros detestan- señaló en un congreso de educación una idea extremadamente provocadora en su conferencia que se denominó "Potenciar la razón": toda persona es respetable, pero una idea falsa no lo es... Se requiere irrespetarla, porque de ello se seguirá una nueva búsqueda que nos permita entender mejor el mundo en el que estamos, movernos con fidelidad a la realidad en la que somos y ante la cual hemos de descubrir lo que puede ser.
     Si alguien dice hoy que está absolutamente convencido de que lo mejor que puede hacer es matarnos, no podemos respetar esa idea; si alguien piensa que la pobreza es solo cuestión de flojera y no tiene que ver con factores estructurales, no podemos respetar su opinión: porque no es real, porque es irreal.
     Y muchos, con justa razón, preguntarán: pero  ¿qué es la verdad? ¿Quién puede decir que es su dueño? La respuesta no  es tan difícil como actuar consecuentemente: dialogando con la realidad, dialogando con los demás; saliendo de nosotros mismos hacia las cosas, desentrañando con el sentido común, con la ciencia, con la filosofía e incluso la teología su estructura, sus causas, sus significados.
     ¿Realmente es mejor matarnos los unos a los otros en cualquier situación y condición que respetar la vida? ¿Realmente la ganancia está por encima de cualquier ser humano? Si no lo sabemos, tenemos que investigar, charlar, volver a investigar y volver a dialogar. Porque ante una misma cosa, vista desde el mismo punto de vista, en el mismo momento y circunstancia dos cosas no pueden ser igualmente verdaderas y si una de ellas es falsa no merece el respeto porque nos impide actuar atinadamente, resolver nuestra vida en pos de dignidad y justicia.
     Es necesario irrespetar lo irrespetable. El error y la falsedad, incluso la mentira, no son respetables, aunque quienes emitan los juicios que los conllevan merezcan todo nuestro respeto. En tener claridad y firmeza al respecto nos jugamos muchas posibilidades para ser humanos.... la pereza de pensar y relacionar ideas con lo que realmente sucede es mala apuesta. Nos lo mostró Francisco de Vitoria en su tiempo, lo podemos evidenciar nosotros en el nuestro, aunque cueste esfuerzo, humildad y paciencia.



martes, abril 08, 2014

Lidiar con los límites

Autor: José Rafael de Regil Vélez, datos del autor haz click aquí
Publicado: Síntesis Tlaxcala, 24 de marzo de 2014


     En 1841 Ludwig Feuerbach un teólogo bávaro (oriundo del sur de la actual Alemania) escribió un libro al que tituló La esencia del cristianismo. Esta obra revolucionó su tiempo, al grado que se le considera el texto fundante del ateísmo antropológico contemporáneo.
      Con un estilo muy de su tiempo el teólogo señala a grandes rasgos lo siguiente: la diferencia entre los animales y los hombres estriba en que los segundos tenemos conciencia y los primeros no. Esto significa que nosotros nos damos cuenta de lo que somos y de lo que no somos y a partir de ello decidimos qué hacer en el mundo.
      Muy pronto en su obra pone frente al lector la tesis principal: la religión existe porque el ser humano es consciente. Lo explica de la siguiente forma: el ser humano es capaz de darse cuenta de que existe lo infinito, lo ilimitado. Conoce que el conocer puede ser infinito, lo mismo que el amar, que el querer. Hoy diríamos: el enamorado desea amar infinitamente, ilimitadamente. Nuestros deseos apuntan a poder desear ilimitadamente y una revisión del conocimiento humano a lo largo de los siglos nos lleva a la conclusión de que hemos avanzado enormemente en nuestra concepción del mundo y que eso parece no tener límite, porque siempre es posible conocer más y más y más.
      Sin embargo, la revisión de la propia vida nos pone frente a una realidad: somos limitados. Mi conocimiento personal es limitado, conozco mucho menos de lo que puedo conocer; mi amor es limitado, siempre hay algo que se me escapa del ser amado, incluso de la posibilidad de amarlo; un poco más: no puedo desear todo al mismo tiempo.
      ¿Cómo es posible, entonces, que sea consciente de lo ilimitado, de lo infinito, cuando soy finito y limitado? Feuerbach responde: dado que no entendemos esto, nos proyectamos nosotros mismos en un ser que sea lo que nosotros no somos. Así, si nosotros tenemos un conocimiento limitado, pensamos en un ser que sea omnisciente, o sea, que todo lo conozca. Cuando nos sentimos impotentes, pensamos en un ser omnipotente, que todo lo puede; cuando caemos en la conciencia de nuestro egoísmo, pensamos en un ser que es puro amor, total amor. Cuando nos sentimos pecadores pensamos en un ser que sea el santo de los santos.
      El pensador alemán, entonces señala: si miramos con atención, nos daremos cuenta de que aquel a quien llamamos Dios tienen nuestras mismas características, solo que de manera ilimitada, infinita. Y entonces sucede lo que a él le parece lo más peligroso: depositamos en una proyección de lo humano la responsabilidad que nos corresponde en este mundo. Nos convertimos en ciudadanos del más allá y perdemos nuestra ciudadanía en el más acá; nos transformamos en teófilos y dejamos de ser filántropos.
      Sucumbir ante los propios límites supone muchas veces abandonar nuestra responsabilidad en algo más grande que nosotros, que no entendemos. En nuestros días podemos decir que hemos sido testigos de que los humanos podemos abandonarnos totalmente en manos del Estado, como Alemania nazi, Italia fascista, España falangista, Sudamérica en la doctrina de seguridad nacional de los setentas o México en el primer priísmo. Dejamos que el Estado hiciera y deshiciera con los humanos lo que cualquier Dios de la mitología haría con las personas.
      Hoy atribuimos características mágicas a los tecnólogos, a las pastillas curadoras y todavía a las iglesias. Como sentimos que no podemos manejarnos le pedimos al Papa que nos diga qué hacer o más terrenamente al psicólogo. En cualquier caso es lo mismo: no sabemos ni queremos lidiar con los límites, porque nos gusta transferir responsabilidad.
      Hoy y siempre nos viene bien pensar las cosas al revés: la infinitud es una invitación, ¿cuál es la cuota que podemos dar para caminar hacia ella? ¿Qué conocimientos podemos generar para contribuir al gran conocimiento que es de todos? ¿Qué acciones éticamente responsables podemos generar para vivir en la justicia posible? ¿Cómo podemos amar para que nuestro amor se una al de otros y lo humano se consolide?
      Lidiar con los límites es dejar de pensar innecesariamente en seres que puedan asumir nuestras responsabilidad y caminar hacia el kilómetro deseable dando los pasos en los milímetros posibles.

Nos compete aniquilar la esclavitud moderna

Autor: José Rafael de Regil Vélez, datos del autor haz click aquí
Publicado: Síntesis Tlaxcala, 17 de marzo de 2014

     Se encuentra en el tuétano de nuestra paradójica forma de ser: por cada opción en la que acertamos a encontrar caminos para vivir humanamente, generamos otra que denigra, que cosifica. Así ha sido desde siempre, pero algo ha cambiado en ese contradictorio panorama: la conciencia que vamos teniendo cada vez más sólida y compartida de que la invitación de ser lo más cabalmente personas que puedan ser que toda mujer y todo hombre reciben desde su nacimiento -independientemente de la condición social, política o económica en la que haya sucedido-; la conciencia de que tenemos derecho a exigir aquello que requerimos para vivir más libres, más justos, más críticos, más creativos, más solidarios, más integrados afectivamente, más abiertos a trascender; la conciencia de que la finalidad de nuestra propia vida es justamente vivirla y por ello no somos medio de nadie ni de nada.
      Y con esa lucidez es como hemos ido tomando partido por lo que humaniza y no por lo que veja, lo que pretende quitar dignidad de sujeto a un ser humano para volverlo cosa, objeto.
      Por eso condenamos que aunque hoy ya no veamos en países como Estados Unidos trabajadores  ni situaciones como los que magistralmente retrataran en 1876 el Tom Sawyer de Mark Twain o actualmente la galardonada cinta de Steve McQueen "Doce años de Esclavitud", sí nos encontramos con que en este momento, en todo el mundo, hay personas que carecen de la libertad porque alguien indebida e injustamente a asumido dominio sobre ellas, intentando desaparecer el hecho de que cada ser humano es fin de sí mismo y nunca medio de otra persona.
      Hace 14 años -el 15 de noviembre- la asamblea de la Organización de las Naciones Unidas aprobó  el Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de las personas, especialmente mujeres y niños, como complemento de la Convención de las Naciones Unidad contra la delincuencia organizada trasnacional. México lo firmó en diciembre de ese año y el Senado de la República dos después. En el nivel diplomático y el político comenzó a ponerse el tema en la mesa.
      En el artículo 3 se dice que: "Por "trata de personas" se entenderá la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. Esa explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos."
      En el 2014 sabemos que retener a un ser humano para explotarlo sexualmente, con trabajos y servicios fozados, servidumbre, esclavitud o extracción de órganos no va, es deleznable. Contamos con una ley, promulgada en junio de 2012, llamada Ley general para prevenir, sancionar y erradicar los delitos en materia de trata de personas y para la protección y asistencia a las víctimas de estos delitos. Pero todavía falta mucho por hacer.
      Fue lo que en la mañana de este lunes 17 de marzo de 2014 quisieron decir los firmantes del acuerdo denominado "Global Freedom Network": católicos, musulmanes egipcios, anglicanos (iglesia cristiana de Inglaterra), convocados por la Walk Free Foundation. Representantes de los líderes de estas religiones -abiertos a la incorporación de muchas más- hicieron un llamamiento a erradicar toda forma de esclavitud moderna por la capacidad de destrucción violenta de más de 30 millones de personas que encierra. Pidieron que se unan todas las manos y todos los corazones para garantizar la libertad a todas las personas: "Vamos a caminar con ellos hacia la libertad".
      Caminar con ellos hacia la libertad... es la tarea que tiene muchos rostros y oportunidades. Comienza en el corazón y la inteligencia de cada uno, de cada familia, de cada una de las instituciones que en la sociedad educan: escuela, iglesias, asociaciones humanitarias. 
      Tiene que ver con educar en el conocimiento, el cuidado y la difusión de los derechos humanos, en inventar prácticas pedagógicas y metodológicas que permitan experimentar a cada niña y cada niño, mujer u hombre que jamás podrán ser reducidos a cosa, que son dignos porque son fin y no medio. 
      De igual forma tiene que ver con prevenir, con fortalecer a quienes en la niñez y la adolescencia son sumamente vulnerables o por su pobreza extrema o por la soledad que experimentan (que los hace fáciles víctimas de enamoradores que son en realidad tratantes), por la creación y el mantenimiento de organismos que trabajen contra la violencia doméstica, la misoginia, las condiciones desiguales de empleo.
      Luchar contra la esclavitud implica formación cívica, acción policiaca (hace seis años no había en este país cuerpos policiacos con capacitación específica en trata de personas), reacción jurídica y judicial. Iniciativas organizadas para vigilar que no sean comprados productos realizados con trabajo explotado y esclavo y mucho menos que haya tráfico de órganos.
     Es un hecho que esto ocurre, pero también que tenemos conciencia de que su acontecer no es digno, ni justo, ni ético, ni socialmente aprobable, ni jurídicamente sostenible. Con ella podemos comprometernos de manera diferente ante un problema tan añejo.
      Para todos hay, si lo queremos podemos volvernos competentes para ser más humanos y generar humanidad a nuestro alrededor. Hay que erradicar toda esclavitud moderna.






Francisco, un año después

Autor: José Rafael de Regil Vélez, datos del autor haz click aquí
Publicado: Síntesis Tlaxcala, 12 de marzo de 2014

     El 13 de marzo de 2013 muchas personas se sorprendieron cuando la chimenea conectada a la Capilla Sixtina de El Vaticano: había sido electo el sucesor de Joseph Ratzinger -conocido como Benito XVI- al frente de la Iglesia Católica Apostólica Romana. Ese momento había sido precedido por la escandalosa noticia de que un Papa, después de siglos, había dejado de serlo por renuncia y no por muerte. Para muchos eso dejó de ser tan sensacional al momento en el que apareció el nombre del nuevo pontífice católico y jefe de Estado de El Vaticano: Jorge Bergoglio, cardenal arzobispo de Buenos Aires.
      Su elección en el cónclave de los cardenales fue inaudita para propios y extraños por al menos dos razones: su origen latinoamericano y su filiación jesuítica. Durante siglos los sucesores de san Pedro fueron europeos, italianos su gran mayoría, aunque Wojtyla y Ratzinger fueron polaco y alemán respectivamente. La emergencia de un latinoamericano al puesto de mayor jerarquía entre los católicos romanos era impensable, por ser Iglesia joven, por haber sido la cuna de la denostada y cuestionada teología de la liberación. A pesar de que América Latina tiene dos de los tres países con más feligreses católicos del mundo (Brasil y México. El tercero también es un país americano: Estados Unidos) no había figurado especialmente en los grandes puestos de la Curia Romana, a pesar de la presencia de cardenales como Castillo Lara -Venezuela- o López Trujillo -Colombia- quienes ocuparon puestos en esa burocracia, pero no los más importantes. Así que la llegada de un cardenal originario del Continente de la Esperanza sin experiencia en la curia más antigua del mundo fue cuando menos sorpresiva.
      Jorge Bergoglio es jesuita desde los 22 años. El dato podría no decir mucho, excepto que la Compañía de Jesús a lo largo de al menos cuatro siglos ha sido una orden controvertida: por sus planteamientos en el terreno de la espiritualidad, en los que san Ignacio de Loyola -el fundador- propone a quienes siguen sus huellas un camino de discernimiento, en el que los cristianos se acompañan entre sí para descubrir las invitaciones de Dios en la vida cotidiana y no dependen de alguien iluminado que los guíe indicándoles cómo han de conducirse existencialmente. Y no solo eso: sus posturas teológicas han suscitado grandes disputas por la importancia que conceden a la libertad y la justicia en las relaciones que establecen las personas con Dios y con sus semejantes, frente a otras posturas que exacerban la incapacidad humana para saber lo que conviene y por ello requieren de directores espirituales que les den preceptos, los conduzcan y por ende se vuelvan depositarios de toda la salvación.
      Más recientemente, los jesuitas estuvieron muy presentes en los procesos populares conflictivos de los años 70, 80 y 90 del siglo pasado en América Latina. Algunos de los teólogos de la liberación más cuestionados y conocidos han sido de la Compañía de Jesús; en El Salvador murieron asesinados por el ejército varios jesuitas académicos de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas por su trabajo con los sectores violentados en sus derechos humanos. En diversos lugares del mundo los hijos de san Ignacio han tenido puntos de vista heterodoxos controvertidos en terrenos como la teología, la filosofía, la bioética, los derechos humanos, los sistemas económicos; en cualquier caso, todo lo contrario a la muy ortodoxia y controvertida jerarquía que tiene en sus manos la Iglesia Católica...
      Así el 13 de marzo de 2013 el mundo se merendó la noticia: Jorge Bergoglio se convirtió en el Papa Francisco. Tras 365 días su pontificado ha sido en muchos puntos polémico: rechazó los signos opulentos asociados a su figura, se fue a vivir a la residencia de Santa Martha, anda con poca guardia, saluda a las personas de a pie, hace homilías y mensajes que hacen un continuo llamado a la justicia social, al cuidado de los más pobres. Creó una comisión de notables para revisar los manejos financieros vaticanos, se ha atrevido a hablar ante periodistas sin un guión previo y ha tomado una actitud comprensiva para los tradicionalmente marginados de la Iglesia. Homosexulaes, divorciados, etc.
      Su postura ha resultado demasiado liberal para los conservadores; demasiado conservador para los liberales y no termina de dar gusto a ninguno de los dos sectores, aun cuando su popularidad a nivel de los feligreses "de a pie" crece día a día. Tiene grandes retos por delante: vendrá el sínodo de la familia y vientos de ruptura se asoman entre los grupos de interés de la Iglesia que no quieren mayor amplitud para divorciados, ni para homosexuales. Debe continuar con la obra de reforma de la Curia, donde anidan las más grandes virtudes y bajezas de la humanidad. Debe abrir más el reconocimiento del carácter delictivo de la pederastia en muchos países del mundo y la necesidad de que sacerdotes, religiosos y religiosas que delincan en este o cualquier otro aspecto, sean entregados a las autoridades civiles para su juicio....
      Y el jesuita argentino sucesor de Pedro deberá transitar sus propios desafíos, en tanto que los católicos apostólicos romanos enfrentan los suyos: poder vivir con lucidez su fe, con congruencia su mensaje de que Dios ama a la vida humana y por ello hay que ser fraternos y justos y sumarse responsablemente en la construcción de un mundo donde mujeres y hombres podamos ser cabalmente tales.

¿Y si las palabras pudieran matar?

Autor: José Rafael de Regil Vélez, datos del autor haz click aquí
Publicado: Síntesis Tlaxcala, 27 de febrero de 2014

     En una fiesta unos adolescentes se golpean al calor de todos los sentimientos  que se arremolinan en esa etapa de la vida. Hay el consabido intercambio de porrazos y al parecer todo queda allí. Al paso de los días el asunto es la comidilla de los conocidos.      Todos hablan, opinan señalan y lo que era una pequeña y simple gresca empieza a tomar proporciones mayores: hay amenazas, comienzan a intervenir otras personas para amedrentar a las partes… Y todo por las palabras: porque al decir, al señalar, al insuflar con afirmaciones, especulaciones y adjetivos los ánimos se enardecen.
         El caso podría ser distinto: las personas empiezan con habladurías y alguien puede terminar sin honra o escondida para escapar de las palabras, incluso como ha sucedido alguna vez, con el costo del suicidio mismo.
         El 16 de febrero de este 2014 Francisco, el Papa jesuita de la Iglesia Católica, fue a visitar la Parroquia de Santo Tomás Apóstol, en el sur de la diócesis de Roma de la cual él es el obispo.  Se encontró con los parroquianos para celebrar con ellos las primeras couniones y confirmaciones de niños y jóvenes.
         De acuerdo a la versión presentada por el Vatican Information Service, en la homilía él llamó la atención de la concurrencia recordando algo muy viejo pero con frecuencia olvidado: ¿qué hay en tu corazón? Y desde allí enfocó el evangelio de ese día que decía: “Han oído que fue dicho a sus padres: ‘no matarás’. Pero yo les digo que el que se enoja contra su hermano, lo mata en su corazón”… y el prelado enfatizó: el que habla mal de su hermano lo mata en su corazón, quizá sin darse cuenta, solo chismorreando, deseando el mal, “inyectando veneno” –como diríamos en México.
         Y si las palabras pudieran matar, lo harían; pero como no pueden hacerlo físicamente, sí lo hacen condenando, vejando, humillando. No está de más detenerse para ver qué hace uno con los decires a los demás, especialmente a los que dice querer.
         Pero en esta historia hay otra parte: la de ayudarnos entre todos a entender que aunque las palabras de los demás pueden ser terribles, no son sino palabras, a las cuales nosotros les asignamos significado. Si alguien me dicen una palabra con el ánimo de ofender y yo no acuso recibo, rompo el conjuro. Nadie, ni el que más violentamente me vitupere, puede realmente dañarme.
         ¿Y si las palabras pudieran matar? ¡Habría que quitarles su carga homicida, fraticidad! Revisando nuestro corazón que es capaz de sumirse en habladurías al tiempo que sabiéndonos por encima de ellas. Lo que va de por medio en este doble movimiento es la posibilidad del reconocimiento del otro como una persona tan digna como yo, con la cual estoy invitado a vivir en paz construyendo la fraternidad a la que todos estamos llamados.






jueves, abril 03, 2014

El Trueque en el Siglo XXI

Autor: Jorge Luis Flores Romero
Publicado: La Primera de Puebla, 21 de marzo de 2014

     El Trueque, que no obstante ser un acto de intercambio de 
bienes que data dese el paleolítico, época en la que no existía el 
concepto de servicios, y cuya característica fundamental es que 
se realizaba sin mediar el dinero, por definición, el Trueque es 
una acción que gramaticalmente proviene del verbo trocar, es 
decir, cambiar. En este artículo el Trueque se indicará con 
mayúscula, sólo para los efectos de distinguirlo como producto 
de la reflexión como fenómeno económico y así exponer dos 
ideas centrales: El Trueque como un Proceso de Significaciones; 
y un enfoque actual y vigente del Trueque como actividad de 
intercambio en contexto de la realidad social.
    La argumentación fundamentada del presente trabajo cumple el 
propósito de demostrar que el Trueque es una actividad humana 
que aún hoy día se realiza, tanto desde las tradiciones, usos y 
costumbres de los pueblos, como aprovechando las tecnologías 
de la información y la Internet. Cierto. Existen efectivamente 
sitios Web que promueven el libre intercambio sin mediar el 
dinero, pero estos procesos no pueden estar exentos del factor 
social y antropológico que representa.
     En el contexto de la competitividad, se suceden los actos de 
comercio. No obstante, esto no ha sido así, o al menos, el 
procedimiento, el intermedio de dinero, no ha sido siempre la 
constante. El Trueque surge sin que existiera de por medio la 
percepción o noción monetaria. La racionalidad instrumental del 
dinero. Pero la racionalidad del valor, la ponderación y 
objetivación del bien y sus beneficios, eran inherentes a la 
condición humana de razonar. Razonamiento no lineal, no igual, 
no determinado de manera idéntica para todos los individuos, 
sino diferenciado y establecido en función de su propia 
subjetividad. La del sujeto. Individuo sujetado a su propia 
estructura de pensamiento y construido socialmente.
     Realizada la semblanza sobre la problemática y perspectivas que 
plantea la explicación a lo que es un
ser humano y cómo y 
porqué actúa, a Clifford Geertz se le ha considerado como el 
creador de la llamada "antropología simbólica", que en contraste 
con la antropología cultural convencional, identifica una forma 
de concebir el trabajo antropológico utilizado en la definición e 
interpretación de aquellos agentes a los que estudia. La antropología simbólica se centra en las diferentes maneras en las que la gente entiende su entorno, así como las acciones de los demás miembros de su sociedad.
     Estas interpretaciones se establecen por medio de símbolos y 
procesos, como por ejemplo los rituales a través de los cuales, 
los seres humanos establecemos significados a nuestras acciones. 
En definitiva, se trata de una forma de lenguaje. Según Geertz, 
en cada sociedad el hombre cae permanentemente en la 
necesidad de obtener lo que él llama "fuentes de iluminación 
simbólica", que le ayudan a realizar un completo sistema de 
significados, que habrán de constituirse en la base de la 
construcción de la identidad del sujeto.
     El Trueque como actividad, interacción e intercambio social-
económico.
     Explicado lo anterior, el ejercicio y desarrollo de este apartado 
es conclusivo y los desagrego puntualmente en las siguientes 
premisas de que el Trueque es una actividad humana. Por lo 
tanto, no exenta de una significatividad; y de que se trata del 
acto humano del intercambio más antiguo que surge y se realiza 
a partir de los excedentes, es decir, el Trueque es posible si 
alguien posee un bien que puede intercambiar por otro, cuando 
ese bien que posee le resulta como algo adicional, suplementario 
y relativamente innecesario para su supervivencia. En cambio, 
percibe y se da cuenta, en ese cualidad humana que es el 
discernimiento, de que tiene una necesidad, una carencia, un 
deseo insatisfecho, y que quizás sea posible cubrir ese faltante, 
a partir de intercambiar los excedentes propios, con los 
excedentes de un
otro sujeto, una otra persona. Que el 
Trueque es un intercambio de bienes (y actualmente de 
servicios) que implícitamente posee un valor (en la amplia 
acepción del valor desde la perspectiva de Michel Porter.
     El Trueque es una práctica individual y colectiva cuya fecha de 
inicio es imposible precisar, si data de miles de años, previo la 
constitución del patrón dinero como medio de intercambio. Hoy 
día resulta conveniente preguntar ¿Es una práctica actual, 
vigente, viable, necesaria socialmente? La respuesta es sí, pues 
de acuerdo a una investigación preliminar en medios de 
información y la internet, al menos en México, aún pervive el 
tianguis de Trueque, y se tiene el caso del Zacualpan y 
Yecapixtla en el Estado de Morelos.
     Gracias a las tecnologías de información y comunicación 
informáticas, fue posible realizar y conocer el proyecto del 
Banco de Tiempo, un espacio donde se pueden intercambiar 
horas hombre a por horas hombre b Esto consiste en lo 
siguiente y de acuerdo a la información consultada, que puede 
ser el caso de que dadas las condiciones económicas que 
imperan de escasez de liquidez o solvencia, alguien requiere de 
los servicios de un plomero y no lo puede pagar, ¿Qué se puede 
ofrecer en contraprestación de un servicio
prestado? El médico pude ofrecer sus servicios, el profesor su 
asesoría, un herrero su mano de obra, etc. (perdón que hable en 
masculino, pero tampoco el hablar de plomeros y plomeras, 
profesores y profesoras, resuelve el asunto de la desigualdad y la 
dominancia androcéntrica paternalista de nuestra cultura 
mexicana)
     Luego entonces sí es viable, incluso, analizando su 
trascendencia, el trueque puede trastocar y perturbar el orden 
económico predominante. Bienvenido el Trueque de regreso al 
siglo XXI.
El autor es profesor de la Universidad Iberoamericana Puebla. 
Este texto se encuentra en: 
http://circulodeescritores.blogspot.com
Sus comentarios son bienvenidos


El México lleno de sangre

Autor: Alejandro Ortiz Cotte
Publicado: La Primera de Puebla, 21 de marzo de 2014

     El mundo está en crisis y en cambio constante por lo mismo. Si 
bien es cierto que la crisis económica siempre se ha vivido en la 
mayoría de las familias del mundo, esta situación empeoró en 
2008 cuando explotó, en el corazón del sistema económico 
dominante, el escándalo financiero de Wall Street y de sus 
instituciones bancarias. Explotó la burbuja, el sueño, el engaño. 
El sistema quedó al descubierto y se pudo observar su estado 
vegetativo. Nuestra economía es como una economía zombi, es 
decir una economía muerta pero resucitada artificialmente y que 
necesita de la sangre humana para seguir viviendo. Podemos 
decir que este sistema financiero global se mantiene vivo no por 
su propias fuerzas ni por estar vivo sino porque los principales 
actores del mundo lo oxigenan artificialmente. A estos actores 
les conviene mantenerlo vivo ya que siguen ganando millones de 
dólares a costa de todos los seres vivos del planeta. La crisis es 
real y se empeorará en algunos años por la carestía del petróleo 
y del agua, y por el calentamiento global que está 
desapareciendo los equilibrios básicos que necesitamos para 
mantenernos vivos.
     La desnudez del sistema económico dominante dejó claro 
muchas cosas. Lo primero es que confirmó que quien manda en 
el mundo son las grandes trasnacionales, las grandes 
corporaciones, y todos los demás están a su servicio. Y cuando 
estos grandes emporios entran en situación de muerte son los 
propios Estados los que los resucitan. EU inyectó de sus arcas 
millones de dólares para que no se muriera definitivamente su 
economía. Y eso hacen todos los gobiernos que sirven al 
mercado: mantenerlo vivo con dinero de sus pueblos. 
Recordemos la resurrección que dio el gobierno mexicano a los 
bancos con el FOBAPROA no importando bajar el nivel de vida de 
todos nosotros.
     Lo segundo es que esta comprobadísimo que el sistema 
financiero dominante no sirve para generar riqueza compartida 
sino especulaciones privadas con las cuales se genera mucha 
riqueza para muy pocos. Las elites no requieren trabajar sino 
mantener un sistema en descomposición a nivel mundial a costa 
de generar desempleo, exclusión, violencia y pobreza en sus 
países, y con ello conservar sus privilegios y status global. Las 
consecuencias es el agravamiento de la vida cotidiana de los 
pueblos. La gente no pelea ahora por una vida mejor sino por 
una
vida mínima. Lo que se desea es una vida normal: tener 
empleo, seguir pagando la casa, seguir mandando a los hijos a la 
escuela, comer tres veces al día, etc.
     La gente común en México, esa gran mayoría que vive en 
pobreza sobrevive de manera sorprendente y a la vez paradójica. 
Un trabajador mexicano necesitara ganar cuatro días de salario 
mínimo para poder pagar un tanque de gas de 20 kg. Podrá si 
desea tener el lujo de una alimentación
sabrosa destinar un 
día de salario mínimo a comprar un kilo de limones. Muchas veces 
necesitara de la amistad y solidaridad del dueño de la tiendita de 
la esquina que podrá fiarle alguna sopa, algunas galletas, algún 
refresco, pero esto cada vez será más raro, ya que estas 
tienditas, burbujas económicas del pueblo, están siendo 
acabadas por las tienditas de
conveniencia que no permiten 
estos excesos humanos.
     Sus hijos tratarán de estudiar y vivir normalmente aunque 
seguramente formaran parte de ese gran bloque humano llamado 
pobreza infantil, (70.5 millones en América Latina) bloque 
injusto y cruel que se caracteriza por estar mal alimentados, sin 
condiciones materiales para un buen aprendizaje ni mucho 
menos para un mínimo desarrollo humano, posiblemente no 
sabrán ni leer ni escribir realmente.
     Curiosamente la característica principal de México en estos 
momentos no es el empobrecimiento, que se calcula en 55% de la 
población, donde el 27% vive en pobreza extrema. No es este 
rasgo el sobresaliente sino la violencia. La versión oficial del 
actual gobierno la describe como
alto nivel de violencia. Los 
datos oficiales son que en el sexenio de Calderón se cometieron 
10.6 millones de delitos, donde 8 de cada 100 fueron 
denunciados y sólo uno de esos cien fue castigado. El secuestro 
se incrementó un 83% el robo con violencia 65%, la extorsión 40%, 
los delitos sexuales 16%. Hubo cerca de 23,000 ejecuciones y el 
resultado oficial de la guerra de Calderón contra el narcotráfico 
fue de 70,000 personas, donde todavía hay 9,000 sin identificar. 
Datos no oficiales, pero más exactos a la realidad, calculan que 
en el sexenio de Calderón se acumularon 12 millones de víctimas 
de la violencia, de éstas 3 millones sufrieron directamente un 
delito de alto impacto y el resto, 9 millones, son las que padecen 
junto a ellas las consecuencias físicas, emocionales, económicas 
y sociales, lo anterior a pesar de haber invertido en el sexenio 
810 mil millones de pesos en seguridad. Sólo en la cuestión de la 
guerra contra el narcotráfico los saldos según la organización 
México evalúa son de 101 mil 199 personas asesinadas, los 
homicidios dolosos aumentaron 35% con respecto al sexenio 
anterior y 344 mil 230 personas quedaron huérfanas, viudas o sin 
sostén económico. El gobierno de Estados unidos ha calificado a 
la guerra contra el narcotráfico como no exitosa. En Irak 
ocurrieron 12 asesinatos por cada 100 mil habitantes, mientras 
que en México el número fue de 18 por cada 100 mil.
     Y lo está volviendo hacer. La disminución de noticias de 
ejecuciones en los medios de comunicación no significa que se 
ha parado esta dinámica de muerte sino que es parte de una 
estrategia de no visibilizar las ejecuciones en el país. En el nuevo 
sexenio, en primeros meses llevamos 2,821 personas ejecutadas
     Ahora empezamos las reacciones del pueblo ante esta vida de 
miseria y crueldad. Es un México lleno de sangre.
El autor es profesor de la Universidad Iberoamericana Puebla. 
Este texto se encuentra en: 
http://circulodeescritores.blogspot.com
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miércoles, abril 02, 2014

¿Director o líder?

Autor:  Alexis Antonio Vera Sánchez, datos del autor haz click aquí
Publicado: lado B, 19 de marzo de 2014

     Se habla mucho de liderazgo pero ¿qué hace un buen líder? ¿Hace lo mismo un líder que un gerente o directivo? ¿Por qué hay tantas personas que no dan resultado como jefes?
El liderazgo y la función directiva son cosas distintas. Un buen director puede no ser buen líder y viceversa. En este texto hablaremos de director, gerente o alto ejecutivo de manera indistinta, y lo distinguiremos del rol que tiene el líder. A excepción de este último, cualquiera de los tres papeles anteriores tiene la función de hacer que una organización (sin importar su naturaleza), logre los propósitos para los cuales fue creada.      Es decir, el director o gerente tiene fines ejecutivos, y por ello entendemos fines de logro; logro de objetivos y metas necesariamente medibles y verificables. Por otra parte, el papel del líder es relativamente distinto en tanto que su principal aportación social es inspiración y guía. Un buen líder es alguien que sabe hacia dónde deberían moverse las cosas y es capaz de inspirar a otros a seguirle. Un líder confía menos en el control y supervisión y confía más en su capacidad de arrastre; el director necesita controlar y supervisar de alguna manera para hacer bien su trabajo. Con esto no quiero decir que las organizaciones necesiten líderes y no directores; creo que tal noción es muy romántica pero poco realista. Las organizaciones necesitan ambos: líderes y directores.
     Históricamente hemos tendido a idealizar la figura del líder, como si tuviese un ángel o un karma que todo lo arregla como por arte de magia. Mitificamos líderes como si fuesen casi dioses; como si tuviesen poderes sobrenaturales para transformar la realidad. Sin embargo, lo que me parece cierto es que, como afirmó alguna vez Peter Drucker (gurú de la administración contemporánea), las organizaciones necesitan sobre todo buenos ejecutivos, es decir, personas que hagan que las cosas sucedan conforme al plan (o sin mucha desviación de éste). Si además de buenos ejecutivos son buenos líderes, entonces tenemos una verdadera joya porque se trata de esos casos raros donde las metas se logran pero a través de alta inspiración en los equipos de trabajo, y no del control y autoritarismo (por simplificar el tipo de gestión que generalmente hacen muchos altos ejecutivos en una cultura como la latina).
     Toda organización, sin importar el sector donde se encuentre, sin importar si tiene o no fines lucrativos, es un ente económico y, como tal, debe administrar recursos que son escasos. No importa que la organización, empresa o institución tenga fines sociales (no lucrativos), para lograr dichos fines debe administrar tiempo, materiales, dinero, etc., todos ellos recursos escasos porque no hay en este mundo recursos ilimitados. Es básicamente por esta premisa que toda organización requiere, ante todo, un ejecutivo (no un líder). Porque el buen ejecutivo busca la eficacia (lograr objetivos) y la eficiencia (con el menor desperdicio de recursos posible); tiene un enfoque meramente administrativo pero esto permite a cualquier organización la sostenibilidad.
     El líder, por su lado, busca grandes fines también pero a través de grandes medios. Su enfoque no es la eficiencia sino la transformación. Peter Drucker decía que administración (management) es hacer las cosas bien y liderazgo es hacer lo que está bien.      Evidentemente, una organización se beneficiará más si, además de un director, tiene en la misma persona a un líder. El gerente o director gestiona recursos, el líder provoca cambios de valor para la organización. Ambas funciones son requeridas en la empresa o institución moderna. No se trata de esto “o” esto otro, sino de esto “y” esto otro. Por eso es que los altos ejecutivos tienen tanta presión hoy día; se espera mucho de ellos… Ya no basta ser un buen líder o simplemente un buen administrador, la mayoría de las organizaciones, para sobrevivir de manera sostenible, requieren ambas cualidades en la misma persona.
     Muy resumidamente, y con el riesgo que conlleva toda simplificación, expongo a continuación lo que caracteriza a un buen directivo (ejecutivo) y a un buen líder.
Algunas de las características sobresalientes del buen directivo (ejecutivo):
Siempre se pregunta qué se necesita hacer.
     Siempre se pregunta qué es lo mejor para la organización (no para él ni para sus amigos, sino lo mejor para la empresa o institución).
Delega y da seguimiento.
Comunica efectivamente las decisiones tomadas.
Algunas de las características sobresalientes del buen líder:
Tiene visión amplia
Conduce su propia vida con libertad, responsabilidad y autorregulación.
Sostiene fácilmente relaciones cordiales y productivas con los demás.
Es capaz de inspirar a otros con su ejemplo y visión.
Es competente para integrar y conducir equipos.
Propicia el cambio y se adapta relativamente fácil a nuevas situaciones.
Las organizaciones de hoy requieren dirigentes que estén a la altura de nuestros tiempos y, además, necesitan empezar a desarrollar hoy a los dirigentes que requerirán mañana; porque nadie nace competente en ambos roles.
El autor es profesor de la Universidad Iberoamericana Puebla.
Este texto se encuentra en: circulodeescritores.blogspot.com
Twitter: @veraalexis

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martes, abril 01, 2014

Alegría para la vida cotidiana

Autor: Carlos A. Audirac
Publicado: e-consulta, 19 de marzo de 2014

     En este artículo comparto algunos de los conceptos que presenta Yongey Mingyur Rinpoche en la primera parte de su texto La alegría de la vida (Granica, 2008). He estado releyendo y marcando aquellas ideas que considero centrales en la propuesta del autor, un maestro budista tibetano, que de manera amena y sencilla nos orienta cómo cambiar nuestros pensamientos mediante la práctica de ejercicios de meditación.
     Ya desde el prólogo de Daniel Goleman, se advierte que el entrenamiento sistemático de la meditación puede aumentar la capacidad humana para lograr cambios positivos en la actividad del cerebro, como un medio para contrarrestar la tendencia de nuestra vida diaria hacia el sufrimiento, y aconsejarnos tempranamente, uno de los antídotos más eficaces para evitarlo: la risa y especialmente el reírse de uno mismo.
     Una de las primeras afirmaciones que llama la atención es la que se refiere a que todos los individuos somos personas buenas en sí mismas pero con defectos y que en ese sentido tenemos la capacidad de alcanzar el mayor bien, no solo para nosotros mismos sino para los demás. A lo que invita el autor es a explorar la manera de estar atentos a nuestros pensamientos como fuente de nuestra propia felicidad o infelicidad. Se establece la necesidad de volvernos más conscientes de la corriente de pensamientos y sensaciones los cuales son generados por nuestra mente e identificar cómo los miedos e incomodidades que sentimos son productos de ella.
     Ejemplos de los sufrimientos que nos generamos son el susurro constante de nuestra mente de que seríamos más felices si nuestra vida fuera distinta, la permanente batalla que libramos contra el dolor de la enfermedad o el miedo que nos provoca la muerte. Se hace entonces imperativo detenernos a examinar nuestra mente y experiencia para identificar cuál es el proceso que se está generando en nuestro interior. Es necesario darle el correcto significado a nuestra vida y al hacerlo cambiar nuestras estructuras mentales.
     Es frecuente que los problemas pequeños nos obsesionen y nuestra propia mente, por las maneras de pensar y percibir la realidad, los convierta en problemas mayores. La idea de que no podemos cambiar una situación determinada, bloquea todos nuestros esfuerzos por intentarlo. Otra situación que permanentemente se manifiesta en nuestra mente, es la repetición de situaciones que vivimos o la anticipación a compromisos o tareas por emprender. Inventamos historias y diálogos que confirman nuestros temores o paradigmas de comportamiento. Recreamos experiencias asignándoles a las personas con las que nos relacionamos roles que no existen en el "exterior", pero que nosotros nos los creemos como si fueran reales. Es necesario observar nuestra mente de tal manera que se puedan cambiar estas rutinas. Comenta el autor que es un proceso gradual el que posibilitará que se establezcan nuevas conexiones neuronales que permitan inhibir este proceso: Si esas rutinas son un hábito, los hábitos se pueden cambiar.
     Una de las soluciones que propone Yongey Mingyur es la meditación. Mediante esta estrategia se puede desarrollar la capacidad de determinar la calidad de la propia experiencia y de distinguir entre lo que es real y lo que no es más que apariencia. El autor respalda su propuesta en el hecho de aprender a reposar conscientemente nuestros pensamientos, sentimientos y percepciones a medida que surgen.
     Experimentar la claridad de la mente no importando lo que refleje, nos permite admitir estos pensamientos, sentimientos y percepciones como algo intrínseco a la persona. Al reconocer esta vivencia, sin rechazarla ni aceptarla, la podemos dejar pasar sin mortificarse por la misma logrando un estado de paz interior. Podemos reconocer con ello la capacidad de nuestra mente de reflexionar sobre nuestras reacciones racionales o emocionales. Como personas únicas e irrepetibles, poseemos la capacidad de experimentar una variedad ilimitada de pensamientos, emociones y sensaciones.
     Con la práctica de la meditación no se tiene el propósito de parar pensamientos, emociones o sensaciones, tampoco de generarlos. Se busca llegar a desarrollar la capacidad de responder abierta y espontáneamente en el momento presente, en el aquí y ahora a cada una de nuestras interacciones con las demás personas y con las diversas situaciones a las que nos enfrentemos. Una meta que sí se pretende alcanzar es la eliminación de los hábitos mentales que propician la infelicidad.
     Mediante la práctica de la meditación, un verdadero reentrenamiento para nuestro cerebro, se pueden desarrollar nuevos estados mentales mediante los cuales es posible transformar percepciones que ya tenemos y poder trascender estados cotidianos de ansiedad, impotencia, sufrimiento y llegar a disfrutar de un estado personal de felicidad y paz. Esta sensación de bienestar, no obstante las oscilaciones de nuestra mente, es lo que el autor reconoce como felicidad en el contexto de las prácticas budistas.
     Es importante reconocer que lo que pensamos, sentimos y percibimos está condicionado por los hábitos mentales con los que traducimos nuestras experiencias y, nuestras percepciones no son más que aproximaciones incompletas a la verdadera naturaleza de las cosas. Dice Yongey: la mente es como un mago en un escenario, puede hacernos ver cosas que no están allí realmente.
     En la segunda parte de su texto Yongey Mingyur Rinpoche, nos ofrece la parte práctica de su propuesta y son atractivos los resultados que se pueden obtener: comprometerse con el bienestar de los demás para obtener oportunidades de aprendizaje y progreso; ofrecer a alguien que esté pasando por una situación difícil palabras amables y sonrisas las cuales serán devueltas de maneras inesperadas y positivas (no necesariamente por la misma persona).
     Nos invita el autor a desprendernos de nuestras suposiciones habituales y a experimentar diferentes percepciones y puntos de vista de nosotros mismos y del mundo que nos rodea, y entonces experimentaremos un cambio en ambos. Nos reta con preguntas como; ¿Qué pasa cuando empezamos a reconocer que lo que experimentamos es nuestra proyección de las cosas? ¿Qué ocurre cuando comenzamos a perderle el miedo a la gente que nos rodea o a aquellas cosas que nos infundían terror?
     Concluye esta primera parte del texto con afirmaciones de este tipo: Si usted verdaderamente desea hallar una sensación de paz y de satisfacción duraderas, tiene que aprender a descansar la mente, pues solo al hacerlo pueden revelarse las cualidades innatas de la misma.
      Mi invitación es a poner en práctica las diferentes técnicas de meditación contenidas en el texto de referencia y experimentar estados mentales un poco desconocidos para uno mismo, con la seguridad que poco a poco estaremos sorprendiéndonos felizmente de alcanzar alegría para nuestra vida cotidiana.
El autor es profesor de la Universidad Iberoamericana Puebla.
Este texto se encuentra en:
http://circulodeescritores.blogspot.com


Foro de Consulta en Puebla: desdoblarse para adentro

Autor: José Guadalupe Sánchez Aviña
Publicado: Puebla on Line 19 marzo de 2014


     Caray, habiendo tenido la oportunidad personal de trabajar para la secretaría oficial que en su momento era la encargada de programar el presupuesto nacional, en el marco del glorioso Sistema Nacional de Planeación Democrática, hoy he atestiguado que los fantasmas de la infancia son recurrentes. Como en aquellos días en que el presidente de la República con apellido de capital europea y su secretario quien posteriormente le sucedería en la silla presidencial e hizo pensar a más de uno en la reelección, el pasado 13 de marzo he asistido al "Foro de Consulta Nacional para la Revisión del Modelo Educativo, Región 4, Foro de Consulta Educación Básica" un evento masivo que me generó una imagen para la cual podría utilizar la expresión: "Desdoblarse hacia adentro".
     Este desdoblarse hacia adentro es una proeza de contorsionismo político, reservada para un partido político de rancio abolengo y vastos recursos populistas como el que actualmente ostenta la presidencia del País; moverse, expandirse, abrirse, y obtener como resultado el volver a la esencia de sus orígenes… cambiar sin cambiar… sin duda no cualquiera.
     Soy testimonio de que no es lo mismo "crónica de terror" que "cónica con terror"… ¡Que Dios nos agarre confesados!
     Y sin embargo... Hay esperanza…
     En medio de la consigna de "…a cumplir" de varios de los asistentes, aludiendo a la instrucción de estar presentes, ante el desfile de paladines locales de la educación que después de la salutación oficial y foto con el gobernador y similares se retiran prontos ante el inminente inicio de las conferencias a cargo de especialistas en la materia, atestiguando acuerdos de compra-venta de los diversos productos que se comercializan en el grupo de trabajadores de la educación… nada llama tanto la atención como las propuestas que son presentadas en los diez grupos formados para abordar los cinco ejes correspondientes a esta fase de la consulta, instaladas con ese fin.
     Sentido común presente en las ponencias de profesores, académicos y personas en general que sin mayor pretensión que la de manifestar aquello que juzgan necesario para mejorar nuestra educación; sentido común tan necesario y que pone de manifiesto que las carencias, necesidades y posibilidades de nuestro sistema educativo nacional, son un secreto a voces. Es necesario revisar las relatorías y textos completos de cada participante, esto como saben, se puede hacer si acceden a la página que con este fin la SEP ha dispuesto.
     Otro detalle que quisiera destacar son las posibilidades que como insumo para la investigación ofrece todo el material obtenido a través de estos foros; una veta lo es sin duda el comprender la visión que los actores de los procesos educativos tienen sobre: la educación, la administración de ésta, de su práctica educativa, y desde luego, la forma en que ellos mismos se conciben. Qué mejor material que el expresado por ellos mismos y que emerge de su pensar (se) y su sentir (se). Habrá que aprovecharlo no solo por su valor en la generación del conocimiento de este campo, sino porque es material disponible sin costo.
     Reflexionando sobre lo visto ayer, más allá de políticos y similares, centrando mi atención en los profesores, no puedo evitar concluir que no están todos los que son ni son todos los que están.
     El autor es profesor de la Universidad Iberoamericana Puebla.
     Este texto se encuentra en: http://circulodeescritores.blogspot.com
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La innovación como habilidad personal al servicio de los demás

Autora: Silvia Barragán de la Parra
Publicado: Síntesis Puebla, 19 de marzo de 2014

     Según el diccionario de la Real Academia Española, Innovar es "mudar o alterar algo, introduciendo novedades"; no se trata de eliminar lo viejo por lo nuevo, sino de introducir procesos continuos de mejora y a través de elementos diferenciadores, potenciar los conocimientos, técnicas o métodos actuales. Sin embargo hoy en día el desafío de la innovación consiste en observarla más allá de un proceso de mejora para transformarla en una habilidad personal.
     Cuando un sujeto u organización habla de Innovación, está pensando en implementar una acción que le lleva a modificar de manera sustancial, incremental o radical un proceso, función o servicio. La innovación incremental representa la mejora de uno o algunos de los procesos de fabricación, administración u organización, mientras que la innovación sustancial supone mejoras centrales en los procesos, bienes o servicios, por ende la innovación radical implica crear nuevos productos, técnicas o formas de convivencia, representando oportunidades diferenciadas de hacer negocio, organizar una empresa u ofertar bienes y servicios; pero ¿qué pasa si trasponemos la innovación a nuestra vida, si la incorporamos como una habilidad personal que potencie nuestras decisiones? Esto es posible siempre y cuando nos concibamos primero como seres capaces de visualizar el cambio y transformar aquello que hacemos, decimos y decidimos; desarrollar un pensamiento flexible, creativo, adaptable y diverso el cual abone a la mejora continua de nuestras actitudes, habilidades y conocimientos; que ejercita y fortalece la toma asertiva de decisiones.
     Gestionar una transformación profunda y genuina de nuestras relaciones personales, familiares y profesionales hace de la innovación un gran trampolín para convertir las oportunidades en ventajas competitivas sostenibles; se trata pues de asumirnos como sujetos innovadores con un sentido de vida responsable y al servicio de los demás.
     La autora es profesora de la Universidad Iberoamericana Puebla. Este texto se encuentra en:
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