lunes, diciembre 07, 2009

Dubái en crisis

Autor: Gerardo Reyes Guzmán
Publicación: E-Consulta, 7 de diciembre de 2009

El connotado estratega de negocios, Kenichi Ohmae, encumbra en su libro El próximo escenario Global publicado en 2005, a Dubái, capital de los Emiratos Árabes, como ciudad del futuro. El lugar se distingue, decía, por sus avances en la arquitectura plasmados en portentosos rascacielos y edificios inteligentes. Destaca por ejemplo, el Burj Al Arab, un hotel completamente digitalizado con la más moderna tecnología que se encuentra en una isla artificial a 270 metros de la costa de Dubái. Es un hotel catalogado como de 7 estrellas por sus características extraordinarias y sus altos precios (la suite real se cotizaba en 28 000 dólares la noche en 2005).
Sin embargo, el pasado 25 de noviembre de 2009, el consorcio estatal Dubái World solicitó una prórroga de seis meses por el pago de 3.5 mil millones de dólares (mmd) de una deuda total de 59 mmd. Este hecho sembró pánico en los mercados financieros mundiales y dio paso a la llamada Crisis de Dubai. Dubái World, Dubái Holding y Dubái Investment Corporation son las empresas estatales más importantes de Dubái, entidad integrante de los Emiratos Árabes Unidos, regidos a su vez y desde 1995 por el Scheich Mohammed bin Rashid Al-Maktum. Una de las filiales de Dubái World es la empresa constructora Nakheel, que ha venido acumulando una deuda desproporcionada. Dubái World y Nakheel, son dirigidos por el Sultán Ahmad bin Sulayem y han construido entre otras cosas, la mundialmente conocida Isla en forma de Palma. Sin embargo y a raíz de la crisis financiera mundial, así como del retiro de cuantiosos fondos destinados al sector inmobiliario, se han congelado alrededor de 59 proyectos de construcción con inversiones de más de 50 millones de dólares cada uno. Entre ellos está un grupo de islas con la forma de un mapamundi, así como la Nakheel Tower con un costo de 38 mmd y que se supone rebasaría en altura al Burj Dubái, edificio de más de 800 metros considerado como la construcción más alta del mundo.
Análogamente, un sinnúmero de proyectos ha sido ya pospuesto; tal es el caso del súper aeropuerto Dubái, así como de Dubáiland, centro de recreación pensado para superar a las Vegas. En apariencia, la riqueza de Dubái se basaba en el petróleo, pero en realidad fue el sector inmobiliario la verdadera fuerza motriz de su auge. La crisis mundial ha desvalorizado muchas inversiones en ese ramo. Dubái World había invertido en empresas de desarrollo portuario como el famoso DP World; diversas propiedades a nivel mundial, entretenimiento y turismo. Mucho de ello vale ahora solo una fracción de lo que originalmente se pago. Por ejemplo, Dubái World posee varios inmuebles en Londres, de los cuales vendió dos en noviembre por un monto de 10 millones de libras esterlinas, cuando su precio de compra ascendió a 80 millones de libras esterlinas dos años antes. En 2007 compró acciones por 8.5 mmd en MGM Mirage para un desarrollo inmobiliario en las Vegas; con la crisis inmobiliaria, esas acciones se han depreciado considerablemente. En 2007, adquirió por 100 millones de dólares el súper yate Queen Elizabeth II, activo que posiblemente tenga que vender para salir de sus deudas. La crisis financiera de Dubái World ha obligado a poner en marcha medidas de ajuste que incluyen una reducción de un 15% en su planta laboral y ahorros de hasta 800 millones de dólares.
El temor de una bancarrota hizo descender el índice bursátil europeo Stoxx 50 en más de 5%. A pesar de que las inversiones europeas en los Emiratos Árabes no se consideraban relevantes el retraso de pagos de Dubái World hizo descender ligeramente los índices DAX 30 de Alemania, FTSE 100 de Londres y CAC 40 de Francia. Se calcula que la deuda extranjera total de los Emiratos Árabes, entre los cuales figura Dubái, asciende a 123 mmd y que tres cuartas partes de ella se contrató con bancos europeos; 50 mmd con bancos ingleses y 10 mmd con bancos alemanes. Ese monto si podría afectar las finanzas europeas en caso de una bancarrota. La situación se complicó porque el gobierno de los Emiratos Árabes negó estar obligado a responder por la deuda de sus empresas, aduciendo que la deuda de Dubái World no era considerada una deuda pública. La declaración hizo descender índices bursátiles tanto de Dubái como de Abu Dahbi[1]. Sin embargo, las dificultades de pago de Duabai World no han vulnerado la estabilidad de la región. La agencia Moody´s mantiene aún a los Emiratos Árabes y a Abu Dhabi con una nota de Aa2. A pesar de que el 14 de diciembre Nakheel Properties enfrenta el vencimiento de un bono islámico por 3.5 mmd, es muy posible que Ab Dhabi salga al rescate, pues su situación financiera es mucho más sólida. Este emirato ha invertido en los llamados Sovereign Funds, además en participar en inversiones relacionadas con compañías de blue-chip, químicos, semiconductores y aviación. Abu Dhabi es dirigida por la familia Al Nayan y ha cerrado negocios muy exitosos recientemente. Un ejemplo es una inversión en acciones de 7.5 mmd en Citigroup Inc. en noviembre de 2007 y 8 mmd a finales de 2008 en Barclays PLC. Parte de esas acciones las ha podido vender al doble de lo que pagó. En fin, al parecer la crisis de Dubái está aún lejos de acabar con la visión que Kenichi Ohmae plasmara en su obra y mucho más, de ser un detonador de una recaída severa en los mercados financieros mundiales.

[1] Los Emiratos Árabes se conforman por: Abu Dabi, Ajmán, Dubái, Fujaira, Ras el Jaima, Sarja y Um el Kaiwain

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