viernes, noviembre 09, 2012

Los aspectos psicológicos de la obesidad

Autor: Cecilia Salgado Gómez
Publicado: Síntesis Puebla, 04 de noviembre de 2012

     En nuestro país, en la 'última encuesta nacional sobre alimentación se encontró que más del 60 por ciento de la población adulta tiene algún grado de sobre peso u obesidad. En general se ha aceptado que la obesidad se acompaña de múltiples y graves consecuencias sobre la salud, el riesgo de morbilidad y mortalidad de una gran variedad de enfermedades aumenta en la población obesa.
     Tal vez igualmente devastadora es su imagen negativa en la sociedad actual, que fomenta la actitud prevaleciente de que la obesidad es una desgracia. Si bien se está exponiendo gradualmente a la sociedad al concepto de que la obesidad es un problema más complejo que una mera cuestión de autocontrol, los obesos siguen sufriendo discriminación en lugares como colocación en universidades, empleo y oportunidades sociales. "Las víctimas típicamente son atrapadas en un ciclo vicioso de baja autoestima, depresión, sobrealimentación como consuelo, más gordura, rechazo social, más acciones Contraproducentes". (Mallan, K.).
     Siendo tan serio el problema de la obesidad, y tan graves sus consecuencias es importante conocer sus causas. Se ha reconocido en su etiología un componente genético importante, un control hormonal que lucha contra la voluntad de perder peso del paciente obeso al abrirle el apetito y disminuir su gasto en metabolismo banal, y se ha reconocido también un componente psicológico muy fuerte. Las perturbaciones emocionales en ocasiones precipitan la sobrealimentación y acompañan a la obesidad. En individuos obesos se han observado casi todos los tipos de trastornos psicológicos, incluidos la ansiedad, la culpa, la frustración, la depresión y los sentimientos de rechazo y vulnerabilidad. (Casanueva, E.).
     En muchas ocasiones comer compulsivamente y la obesidad en sí- se ha ligado exclusivamente a defectos de carácter. No se han percibido como una dolorosa manifestación de experiencias conflictivas. De hecho, la mayoría de los profesionales concentran sus esfuerzos en trata de adelgazar a los pacientes y no en descifrar las emociones negativas que los unen al alimento.
     Comer compulsivamente en forma habitual puede convertirse en un problema doloroso y absorbente, casi en un estilo de vida, El alimento se utiliza como una herramienta que les ayuda, por un tiempo muy breve, a "fugarse" de sentimientos difíciles y estados de angustia emocional. Se convierte en un narcótico, adormeciendo la ansiedad que despiertan los sentimientos que no se logran ver con claridad.
     La actitud compulsiva y la preocupación por la comida sólo esconden los problemas reales. Lo que comemos, cómo comemos y nuestros sentimientos respecto a la comida son un reflejo de quienes somos. El alimento contiene, capa tras capa, una serie de significados y nadie más que la misma persona puede descubrirlos (Számos, K.).
     El individuo obeso no está en contacto con las señales fisiológicas de hambre y saciedad sin embargo, casi todos los tratamientos que se conocen están enfocados al control de los alimentos: dietas hipocalóricas. fármacos para quitar el hambre, cirugías para reducir la capacidad del estómago. La realidad es que en todos estos tratamientos el problema real pasa sin ser atendido.
     Considerando lo anterior, en el tratamiento del paciente con obesidad se debe trabajar en el desarrollo de la persona. Atender a los problemas vigentes del individuo sus sentimientos y sus reacciones ante los hechos de la vida y busca devolver a la persona la confianza en sí misma, así como adoptar actitudes que la hagan sentirse mejor y más valiosa.

 

 

 

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