viernes, noviembre 09, 2012

Los autos que favorecen el éxito escolar

Autora: Laura Angélica Bárcenas Pozos
Publicado: e – consulta, 30 de Octubre 2012

     Empecemos por la autoestima, es la capacidad de sentir aprecio por uno mismo, de quererse, de saber que uno vale la pena.
     Es Licenciada en Educación Media Básica, con especialidad en Matemáticas, por la Escuela Normal Superior del Estado; Maestra en Educación Superior por la Universidad Autónoma de Tlaxcala; y Doctora en Educación. egresada del Doctorado Interinstitucional en Educación del Sistema universitario Jesuita. Sus áreas de especialización son: problemas de la Educación Superior, desarrollo e implementación del currículum, evaluación de procesos académicos y orientación Educativa. Actualmente es profesora de tiempo del Departamento de Humanidades de la IBERO Puebla
     Nunca había cobrado tanta consciencia de cuánto pueden ser benéficos los autos en la vida de un estudiante para que éste logre el éxito escolar. Es decir, si tiene una buena autoestima, buena autogestión, buena autoeficacia, buena autorregulación y buena autopercepción, entonces tendrá mayores probabilidades de terminar victoriosamente su vida escolar. Así que trataré de describir cada uno de estos y diferenciarlos entre sí, para que padres y profesores tratemos de promoverlos en la vida de nuestros niños y jóvenes para favorecer que con dichos recursos mejoren en la escuela e incluso en su vida.
     Empecemos por la autoestima, es la capacidad de sentir aprecio por uno mismo, de quererse, de saber que uno vale la pena. También se dice que es el motor o fuerza innata que da impulso a nuestra existencia. Todos tenemos cierto nivel de autoestima, pero cuando éste es bajo, las personas tienden a atentar contra su vida, mientras que cuando es alto, se genera confianza en uno mismo y se puede creer que uno es capaz de hacer cualquier cosa. El nivel de autoestima tiende a bajar cuando los “otros cercanos” no muestran aprecio por uno, y tiende a ser alto cuando “esos cercanos”, dan muestra de querernos, aunque esto no es una regla.
     La autogestión se refiere a utilizar los propios recursos de manera adecuada, cuando hablo de los propios recursos, estoy haciendo referencia a los recursos intelectuales, es decir a hacer análisis, o síntesis, o una reflexión, o formularse buenas preguntas, etc., cuando es necesario hacerlo. Esto incluye al tiempo que también es un recurso. Es decir, saber organizarnos y planear las actividades que tenemos que hacer para responder a ellas en tiempo y forma. Esto es algo muy simple que muchas personas no han aprendido ni desarrollado porque nunca hubo alguien que les dijera cómo hacerlo. Por eso padres y profesores debemos enseñar a los niños y adolescentes a utilizar sus habilidades intelectuales, pero también a llevar una agenda en la que empiece a organizar sus tareas escolares, en cuanto a tiempos de entrega, pero también tiempos en que deben realizar dicha tarea.
     Por otro lado, la autoeficacia se refiere a la creencia que tienen las personas sobre sí mismos acerca de que son o no capaces de cumplir con una tarea de manera satisfactoria y esto no tiene nada que ver con que sí lo son o no, pero esta creencia puede ser determinante en el desarrollo y logro de la tarea. La autoeficacia se genera a partir de dos aspectos emocionales, uno es qué tanta motivación intrínseca (que se genera en la persona misma) tiene la persona para desarrollar la tarea y la otra es la capacidad que se tenga para manejar del estrés que la propia tarea genera en la persona.
     Así que es importante que los adultos provoquemos retos en los niños y adolescentes, es decir, que no resolvamos todas sus situaciones, que vayan teniendo responsabilidades en casa y que hagan tareas para ellos y no que tengan que resolver sus padres, aunque no las hagan bien, pronto irán haciéndolas mejor.
     La autorregulación se refiere a la capacidad que tenemos las personas de saber cuándo, cómo y dónde comportarnos. En el ámbito escolar se dice que un alumno es autorregulado cuando manifiesta una actividad pertinente para lograr su propio aprendizaje. Es decir, la motivación intrínseca que ha mostrado en el proceso de aprendizaje es alta. Claro que si los niños y los jóvenes no encuentran significado en la escuela o les estamos enviando mensajes de que no continuarán en ella hasta terminarla, o bien ellos observan que no hay condiciones sociales para mantenerse en la escuela aprendiendo lo que ésta les ofrece, no encontrarán razones suficientes para querer aprender. Ahora que si el estudiante está autorregulado, él mismo autodirige, automonitorea y autoevalúa su aprendizaje. Los autores dicen que es una combinación de querer y poder hacer que está en los estudiantes.
     Todos estos autos juntos generan lo que es la autopercepción que se refiere a la creencia amplia de una persona de lo que es capaz de hacer por ella misma, se vuelve a decir que a pesar de que efectivamente sea o no capaz de hacerlo. Los autores como Zimmerman y Bandura, afirman que alumnos con una alta autopercepción tendrá mayores posibilidades de éxito escolar que aquellos que tienen una baja. El reconocimiento de los logros académicos y observar que pares pueden realizar una tarea escolar, ayuda a que los niños y adolescentes eleven su autopercepción. Por eso se recomienda que en los momentos de retroalimentar a nuestros alumnos, los profesores les indiquemos qué han hecho bien y que tienen capacidades para mejorar en aquello que no han tenido suficiente éxito y los padres deben aplaudir sus logros y motivarlos a continuar esforzándose.
     Me parece que es importante el papel que los adultos jugamos en el desarrollo de estos autos que seguramente ayudarán a nuestros alumnos a generar ideas para que mejoren como estudiantes.

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