jueves, marzo 13, 2014

Construcción de conocimiento en el ciberespacio

Autor: Ramón Felipe Tecólt González
Publicado: lado B, 26 de febrero de 2014 

     Hoy en día, los jóvenes llegan a la universidad con una más que clara falta de preparación y, al mismo tiempo, con conocimientos y destrezas que generaciones anteriores ni imaginaban. Ahora podemos hablar de comunicación interpersonal y mantener contacto con personas que quizá nunca conoceremos personalmente. Podemos conocer lo que no está al alcance de nuestros ojos y hablar sobre ello; argumentar en reuniones que nunca se convocaron; opinar en foros sin que se nos haya solicitado opinión alguna.
     Las nuevas formas de comunicación que nacen del contexto tecnológico en el que hoy nos sumergimos posibilitan la entrada de un sinfín de información en nuestro cerebro, lo que nos obliga a reformar una y otra vez los mapas mentales con los que organizamos la realidad y el imaginario colectivo, enriqueciendo las áreas de la interacción y conocimiento humanos, espacio intersubjetivo donde se edifica la experiencia y donde se fabrica la comprensión en el significado, el dominio en el que realmente tienen lugar los procesos que íntimamente definen el concepto de cultura.
     Lo que denominamos ‘la web social’ es, al mismo tiempo, causa y consecuencia del modo en cómo se aborda la distribución de información y la construcción personal de conocimiento basado en dicha información. Entendemos este espacio virtual como el lugar donde las interacciones se generan y sus peculiaridades están limitadas por las dimensiones del mismo. Hace algunos años, los estilos educativos y sus métodos pretendían reproducir la realidad en el aula o por lo menos, encontrar las semejanzas más cercanas a los hechos y fenómenos del objeto de estudio.
     El actual contexto tecnológico permite ampliar el espectro donde se producen las interacciones acercándonos o alejándonos del objeto del conocimiento. Se hace necesaria la generación de microcontenidos por medio de foros, chats, blogs, wikis, podcasts, etc., que ayuden a delimitar el lugar y magnitud de ese espacio, y permita acercarse a los objetivos educativos planteados en cada momento de la vida formativa. Es evidente que el medio transforma no sólo el mensaje, sino al emisor y al receptor, formando parte de un sistema que se encuentra limitado por las interacciones que tienen lugar.
     Un foro, como ejemplo de comunicación cronológica, o cualquier modo de conversación virtual síncrona, como el chat, exigen cambios en las aptitudes comunicativas, el cambio de escenario que supone la web en los últimos años afecta la identidad misma de los participantes. De forma individual o colectiva, el usuario, es quien determina los nuevos usos de Internet, quien desarrolla medios y formas de comunicación difíciles de imaginar hace 20 años. El usuario es quien genera y delimita los espacios de comunicación y aprendizaje en que se tiene lugar la experiencia educativa y/o comunicativa.
     La apropiación de significados, herramientas o competencias en este contexto, no es sencilla. La intrusión de los usos (emergentes) de la web es un hecho al que no se le puede dar la espalda; al contrario, se deben buscar los modos naturales de inclusión, pero no por ello se está exento de la reflexión y la investigación sistemática que nos permita contrastar las explicaciones dadas en el aula con las obtenidas en el mundo virtual. La web es participativa por naturaleza, no se puede adoptar una actitud pasiva. No sólo se lee, también se discute, comenta, opina, anuncia, publica, corrige… Es decir, se participa activamente, se siente que la web es propia y ese sentido de pertenencia está justificado.
     Hoy, las instituciones educativas trabajan en la elaboración de perfiles elaborados en competencias que buscan alcanzar muchas de las habilidades antes señaladas. Tecnológicamente están dadas las condiciones para desarrollar aptitudes que nos permitan producir y consumir información y compartirla de manera abierta, económica y rápida con los demás.
     Las posibilidades de comunicación e interacción que las plataformas educativas online han alcanzado han sido superadas por la infinidad de herramientas disponibles al día de hoy. No es de extrañarse que los alumnos en sistemas de aprendizaje en línea se desarrollen dentro de sistemas cerrados, donde los maestros de los cursos pueden tener un control de sus actividades, de las tareas, de la participación, etc. y amplíen sus conocimientos través de un ejercicio de aprendizaje "informal" intercambiando información en redes más amplias, creativas y estimulantes utilizando herramientas como Facebook o su propio blog. La formación en línea tiene la posibilidad de integrar a los alumnos como sujetos activos, con identidades más complejas y relaciones mucho más profundas de las que se crean en entornos educativos "formales".
* Universidad Iberoamericana

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