miércoles, septiembre 03, 2014

Eficiencia sin eficacia: un drama educativo

Autor: José Rafael de Regil Vélez, si quieres conocer más del autor, haz click aquí
Publicado en Síntesis Tlaxcala, el 3 de septiembre de 2014, en la columna Palabras que humanizan.

En los muchos años que tengo como educador he escuchado una y otra vez a los colegas preguntar: ¿cómo se hace? Ante cualquier cosa de la educación, nueva y vieja, la pregunta es por el hacer. A los maestros y las maestras les gusta que lo que hacen salga bien y se ponen nerviosos cuando no lo logran.
          A fuerza de repetición se han vuelto expertos en llenar formatos: planeaciones, estadísticas, avances programáticos; en tener niños bien uniformados, en hacer espléndidos festivales del día de las madres Y en muchas cosas bien hechecitas más. Muchos, de verdad muchos, son trabajadores eficientes. Entregan en tiempo y forma lo que se les pide y les gusta que sus grupos realicen las labores que les encomiendan de igual manera.
          La eficiencia –hacer las cosas bien- es algo que llama la atención, que seduce, que luce, que permite que se vea el desempeño, pero no siempre va acompañado de eficacia.
         Es eficaz quien hace las cosas adecuadas, tiene claro el punto de llegada y delinea la ruta adecuada para llegar eficientemente (con las cosas bien hechas) hasta la meta.
          En las escuelas hay carencia de eficacia, a pesar de que hay grandísimos esfuerzos por la eficiencia...

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