jueves, julio 12, 2007

AZUL O ROJO, CONCEPTOS MÁS QUE COLORES PARA LA COOPERACIÓN

Autor: Bernardo Reyes Guerra
Publicación: La jornada de Oriente, 12 de Julio de 2007

En el dinámico mundo de hoy, hay una creciente lucha encarnizada por impactar comercialmente a los mismos nichos de consumidores tradicionales; parece ser que las tecnologías de información y comunicación han acelerado y acentuado la ferocidad de la competencia y esto agrava el proceso de toma de decisiones en la empresa.
A esta situación se le ha dado en llamar estrategia de océano rojo, por la similitud con un grupo de tiburones hambrientos que atacan a un banco de peces y terminan destrozándose entre sí, aun los tiburones sobrevivientes terminan con las colas y las aletas mordisqueadas y en pésimo estado.
En el mercado actual, una estrategia como ésta, es desgastante para las empresas y para la sociedad, pues es un esquema donde todos sangran y el océano se pinta de rojo, huelga decir que para las microempresas y aún para las empresas medianas esto significa la muerte segura, por lo que es necesario evitar a como dé lugar enfrascarse en una estrategia de este estilo.
Manejar enfoques destinados a mercados donde está todo mundo, requiere una inversión importante en generación de influencia, con productos y servicios de precio bajo, es decir estrategia de baja utilidad y alto volumen, pues no hay diferenciadores en una estrategia de océano rojo, por lo que las PYMES prácticamente están fuera en esta competencia.
La sugerencia para las empresas pequeñas es entonces la innovación, es decir moverse donde no hay competencia, o donde la competencia es intrascendente. La innovación disruptiva, la abrupta, requiere de desarrollar el capital intelectual y el relacional, de tal suerte que redunde en una manera distinta de hacerse cargo de la realidad, esto requiere invertir en la persona humana y en la comunidad, desde donde se influencia al entorno.
Esta estrategia de océano azul, requiere que la organización no se vea como un buque pesquero donde solo importa la eficiencia, sino que se visualice como una comunidad en búsqueda de co-operación en la sostenibilidad integral de todos y de todo.
Esta visión de cooperación demanda una estructura distinta en la organización, donde la comunicación es vital para tener múltiples puntos de vista y entornos de conciliación y creatividad. La persona humana, con su capacidad de intelección y sus relaciones, se acerca a la organización para tener más capacidad de ejecutar y mayor sustentabilidad, para ser parte de una red de humanos mayor desde ese nodo de conexión que es la empresa.
La estructura de una empresa, sobretodo la de una PYME, debe girar sobre asegurar los procesos de diálogo, pero no para informar, sino para provocar la construcción de futuros comunes y para dar estructura a la innovación, haciéndola parte natural del entorno y no un evento esporádico.
Solo manejando la el cambio como parte de la estructura, por medio de estar alerta de las nuevas tecnologías y de los significados de los mercados tradicionales y nuevos es posible desarrollar la inteligencia competitiva en un entorno azul.
BRG

No hay comentarios.: