Autor: Guillermo Hinojosa Rivero
Publicación: Puebla on line, 24 de agosto de 2010
De Francia nos llega la noticia: el gobierno está expulsando a los gitanos de su territorio y mandándolos a sus países de origen; principalmente Rumanía y Bulgaria. No importa que los gitanos sean ciudadanos de la unión europea y puedan viajar sin visa a cualquiera de los países de la unión. La noticia trae a la mente algunos de los episodios más siniestros de la humanidad como las repetidas expulsiones de los judíos, o las recientes ‘limpiezas étnicas’.
¿Por qué ´La civilizada Francia’ está expulsando a los gitanos? ¿Qué sucederá con los niños que van ‘de regreso’ a un país que no conocen? ¿Cómo espera Paris que los expulsados puedan vivir? El gobierno francés alega que no está haciendo nada ilegal, que se trata de un programa de repatriación voluntaria mediante el pago de una cierta cantidad de euros y que los gitanos expulsados, varios miles, vivían en campamentos ilegales.
¿El hecho de que algo no sea ilegal es razón suficiente para hacerlo? Me parece que no. Basta modificar la ley o jugar un poco con las palabras para que algo deje de ser ilegal. Torturar prisioneros de guerra, por ejemplo, es ilegal de acuerdo con la convención de Ginebra. Pero el ejército de Estados Unidos torturó a los prisioneros en Guantánamo. ¡Oh,No, No! En primer lugar esos no ser prisioneros de guerra, ser terroristas. En segundo lugar no aplicó tortura sino técnicas ampliadas de interrogación permitidas por el senado; nada ilegal. De la misma manera, la ley francesa puede permitir la deportación de extranjeros indeseables, de ahí que no sea ilegal expulsar a los gitanos. Tampoco los campos de concentración alemanes fueron ilegales.
Respecto a la repatriación ‘voluntaria’ cabe otra duda. ¿Por qué habrían de querer irse los gitanos todos al mismo tiempo? Sin duda el gobierno francés los puso en la alternativa de ser encarcelados por vivir en campamentos ilegales o mandarlos a su país natal con unos cuantos euros en la bolsa. ¿Qué es lo que usted escoge voluntariamente?
Me parece que el meollo de la cuestión, lo que realmente molestó al gobierno francés es la vida en campamentos ya sean legales o ilegales. En esto, el gobierno francés se parece a muchos otros incluido el mexicano. Quien vive en un campamento y se muda cuando quiere a donde quiere es un problema para cualquier gobierno ¿Dónde lo localiza para que pague sus impuestos? ¿Dónde lo cuenta, a la hora de hacer el censo o a la hora de planear los servicios? ¿Dónde va a votar?
No debe haber gitanos, ni vagabundos sin domicilio fijo porque los gobiernos no pueden tener control sobre ellos. Y el principal trabajo de los gobernantes es tener a la población bajo control; no control carcelario pero sí saber dónde vive cada quien. Piénsese si no en la obligación de los mexicanos de tener un ‘domicilio fiscal oficial’, verificado por un inspector de hacienda, y otro ‘domicilio oficial de elector’; domicilios que no necesariamente coinciden. Al gobierno le importa que cada quien sea localizable, y que tenga además un ‘nombre oficial’. Usted no puede dedicarse a vagar por el país viviendo a ver de qué. Ni puede cambiarse de nombre según le guste; la obligación de presentar a los niños en el registro civil es también un instrumento de control.
Nada más opuesto a ese control que la libertad de vagabundear que tanto aprecian lo gitanos. Me parece que esa es la verdadera razón por la que le parecen insoportables al gobierno francés, generalmente muy tolerante. No pagan impuestos, no se sabe de qué viven, y no se sabe dónde encontrarlos de fijo para entregarles el correo o los citatorios.
Pero, pensándolo bien, no sería deseable que quien quisiera pudiera viajar por el mundo viviendo de sus ahorros o haciendo chambas, durmiendo donde se pudiera, sin tener que reportarse a un domicilio oficial. Después de todo, tampoco eso es ilegal. Pero todo el poder gubernamental se opone a ese estilo de vida porque los vagabundos, gitanos o no, honrados o no, son incontrolables.
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