lunes, agosto 27, 2012

Iniciando un nuevo ciclo escolar: algunos números para reflexionar…


Autora: Marisol Aguilar Mier
Publicado en Puebla on line el 21 de agosto de 2012.

Este lunes 20 de agosto inició un nuevo ciclo escolar. De acuerdo con la Secretaría de Educación Pública (SEP), ello implica que 27.5 millones de estudiantes de los niveles Pre-escolar, Primaria y Secundaria, Capacitación para el Trabajo y Normalistas, regresaron a las aulas en 234 mil escuelas públicas y privadas de estos niveles en todo el país. 

¿Y qué implicaciones tienen estos números para nuestro sistema educativo?

Empecemos por el tema de la cobertura. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en el Censo de Población y Vivienda realizado en el 2010, en México 94 de cada 100 personas de 6 a 14 años asisten a la escuela. Dicho número, afortunadamente, se ha ido incrementando en los últimos cuarenta años y especialmente relevante resulta el hecho de que el porcentaje de niñas que asisten a la escuela es del 95%, logrando la equidad con respecto a los niños, que cuentan con un 94.5%. 

No obstante, las oportunidades para asistir a la escuela todavía no son las mismas en todo el país, por lo que prevalece aún una condición de desigualdad. En entidades como Hidalgo, Tlaxcala y el Distrito Federal, 96 de cada 100 niños de 6 a 14 años asisten a la escuela, mientras que en Chiapas son 91 de cada 100.

Y si bien, aunque estamos cerca de lograr una cobertura al 100% en la educación básica, esto no es igual para la educación media y media superior. Es decir, para el 2010, del total de población a nivel nacional de entre 15 y 19 años, 43% no asiste a la escuela. Son el Distrito Federal y Sonora quienes tienen los porcentajes más altos de asistencia, mientras que en el otro extremo están Chiapas y Michoacán con los más bajos. 

Para las personas de 20 años o más, que normalmente son quienes se encontrarían en las universidades, tenemos que únicamente 5 de cada 100 habitantes en ese rango de edad, asisten a la escuela. 

Por otro lado, el INEGI muestra que al 2010, los habitantes de 15 años y más tienen 8.6 grados de escolaridad en promedio, lo que significa un poco más del segundo año de secundaria. No obstante, de nueva cuenta, hay marcadas diferencias entre las entidades federativas pues mientras que para el Distrito Federal este número es de 10.5, para Chiapas es de 6.7. En el caso de Puebla, es de 9 grados.

Y dejando por ahora la cobertura y la permanencia ¿qué hay de la calidad? En nuestro país son cada vez más frecuentes los esfuerzos por evaluar los resultados del sistema educativo y, si bien, estas evaluaciones pueden tener inconsistencias, tanto en su diseño, metodología finalidad y uso, son hoy por hoy una fuente de datos de vital importancia para repensar la educación en México. Y ¿qué nos dicen estas pruebas? Veamos algunos ejemplos. 

La prueba PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos) es un instrumento de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que se realiza de manera trianual a una muestra de jóvenes de 15 años para evaluar competencias en lectura, matemáticas y ciencias. En el 2009 los resultados que obtuvo México señalan que ocupamos el lugar 48 de entre 65 naciones (33 de la OCDE). Se advierte que 46% de los jóvenes tienen resultados insuficientes de aprendizaje al llegar a los 15 años, puesto que se ubican en los niveles de competencia más bajos. Esto significa que al finalizar la secundaria o cursar el primer año del bachillerato, los estudiantes apenas reconocen en un texto ideas sencillas, su conocimiento científico es limitado y en matemáticas sólo tienen las habilidades de resolver operaciones “rutinarias” en donde se les dan instrucciones directas y en situaciones explícitas. 

Por su parte, la prueba ENALCE, aplicada por la SEP para diagnosticar y valorar el rendimiento académico de los alumnos, nos señala los siguientes resultados en el Estado de Puebla (2011). Respecto al nivel de logro, tanto en matemáticas como en español, cerca del 60% de los alumnos evaluados en el nivel de Primaria muestra un desempeño “Insuficiente y Elemental”, contra sólo un 40% ubicado en “Bueno y Excelente”. En Secundaria, estos porcentajes son de alrededor de 83% contra 17% respectivamente. En ambos casos son las escuelas particulares las que alcanzan puntajes más altos, a diferencia de las públicas, las indígenas y telesecundarias.

Con todo lo anterior, podemos apreciar grandes retos para la educación. En primer lugar, es necesario continuar trabajando para ampliar la cobertura e incrementar los años de escolaridad. En segundo lugar, establecer estrategias que se desprendan de los resultados de estas evaluaciones, con el fin de ir mejorando el desempeño y rendimiento escolar, en especial, en la educación media y media superior en las instituciones públicas y aquellas ubicadas en poblaciones indígenas. Ojalá, en este nuevo ciclo escolar se redoblen los esfuerzos para lograr verdaderos avances. No olvidemos que una población con educación de calidad contribuirá a un mayor desarrollo, pues mejores personas, conforman mejores sociedades.  

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