jueves, noviembre 29, 2007

La inundación mágica

Autor: Guillermo Hinojosa R.
Publicación: Síntesis, 29 de Noviembre 2007.

Hubo un tiempo en que la magia y la ciencia podían confundirse. Por cada truco que algún mago usaba para deslumbrar al público había otra demostración de algún efecto científico raro o inusual como chispas que saltaban o líquidos que cambiaban de color. La magia de los ilusionistas es, todos lo entendemos, un asunto de espectáculos y trucos; la ciencia es indiferente ante tal magia. Pero existe otra magia que pretende conocer los secretos del universo y de la mente humana. Magia que usa el vocabulario de la ciencia pero ajustándolo a sus propios fines. Magia que inunda nuestra vida cotidiana y preocupa a quienes quieren razonar al modo científico riguroso porque esta magia es incompatible con la ciencia.
En nuestros días pareciera que nos hemos cansado del pensamiento científico y prefiriésemos el pensamiento mágico; la medicina llamada 'alternativa', las técnicas 'terapéuticas' que prometen equilibrar las energías, los amuletos y las programaciones neuro mentales son unos pocos ejemplos, entre miles, de pensamiento pseudo científico o francamente mágico cuyo éxito apoya la idea de ese cansancio.
En la ciencia, las conclusiones se basan en los hechos y siempre son provisionales; en el pensamiento mágico las conclusiones se afirman y no se afectan por los hechos que podrían desmentirla. El conocimiento científico recorre un largo camino antes de llegar, si es que llega, al público: los hallazgos del laboratorio se someten al escrutinio riguroso de los colegas expertos, luego se publican en revistas especializadas, de ahí pueden pasar a los libros de texto y finalmente pueden llegar al público interesado.
Las teorías mágicas y pseudocientíficas se ahorran todo el camino: simplemente se escribe un libro con todas las ocurrencias y asociaciones libres del autor, se imprime, se vende al público y, con suerte, el autor es invitado a dictar conferencias o a impartir talleres. ¿Quién respalda esas ideas; en qué se basan; cuáles son los méritos del autor? No se sabe. Si el libro alcanza una gran difusión es fácil empezar a creer que tiene algo de verdad. Pero esto es un engaño; la credulidad de muchos no da certeza.
No se ve cómo detener esta inundación mágica de terapias rápidas e infundadas promesas de felicidad. Quien quiera mantenerse a salvo hará bien en conocer lo que no es ciencia: simplemente ponga 'pseudociencia' en su buscador favorito de internet.

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