martes, enero 27, 2009

Esperanza continental en la educación

Autora: Celine Armenta
Publicación: E-Consulta, 27 de enero de 2009

Con la sabiduría de la vejez y el entusiasmo de una juventud ya larguísima, Gabriel García Márquez recibió el Premio Nobel con un texto --La soledad de América Latina—que da voz a los soñadores, los comprometidos y activistas, y muy especialmente a “los inventores de fábulas que todo lo creemos y que nos sentimos con el derecho de creer que todavía no es demasiado tarde para emprender la creación de . . . una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra”.
Convocados por la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) para la Educación la Ciencia y la Cultura, los ministros latinoamericanos de educación adoptaron el texto del gran colombiano y se declararon utopistas. Con este espíritu elaboraron y suscribieron el pasado mayo la propuesta “Metas Educativas 2021: La educación que queremos para la generación de los Bicentenarios”. El documento está en el internet (http://www.oei.es/metas2021/todo.pdf) en una versión inicial para que lo discutamos, lo enriquezcamos, lo divulguemos y sobre todo, para que nos lo apropiemos, lo defendamos, le prestemos nuestro tiempo y entusiasmo y lo hagamos realidad.
La propuesta incluye once metas: Reforzar y ampliar la participación de la sociedad en la acción educadora; Incrementar las oportunidades y la atención educativa a la diversidad de necesidades del alumnado; Aumentar la oferta de educación inicial y potenciar su carácter educativo; Universalizar la educación primaria y la secundaria básica y mejorar su calidad; Ofrecer un currículo significativo que asegure la adquisición de las competencias básicas para el desarrollo personal y el ejercicio de la ciudadanía democrática; Incrementar la participación de los jóvenes en la educación secundaria superior, en la técnico profesional y en la universitaria; Favorecer la conexión entre la educación y el empleo a través de la educación técnico profesional; Ofrecer a todas las personas oportunidades de educación a lo largo de toda la vida; Fortalecer la profesión docente; Ampliar el espacio iberoamericano del conocimiento y fortalecer la investigación científica; y finalmente Invertir más e invertir mejor.
Detrás de la propuesta están varias convicciones: que la educación es la estrategia fundamental para avanzar en la cohesión y en la inclusión social, y que en la cohesión e inclusión reside la esperanza de nuestro continente; o dicho en forma negativa, que nuestros problemas más acuciantes y dolorosos nacen y se nutren de la falta de cohesión, de la inequidad y la exclusión. La propuesta es un reconocimiento de las dos características “más profundas y lacerantes de la región: la pobreza y la desigualdad”, cuyos niveles absolutos “siguen siendo alarmantes” con más de 40% de la población, o sea 213 millones de latinoamericanos y caribeños viviendo en pobreza; y entre ellos 79 millones de mujeres, niños, ancianos y hombres en pobreza extrema, en una región que por la distribución del ingreso, es la más desigual del mundo, con grupos opulentos rodeados por masas de miseria.
La propuesta confía en que al formar una generación de ciudadanos cultos, se estará formando una generación de latinoamericanos libres, constructores de sociedades democráticas e igualitarias. Se busca encarnar “las ansias de libertad que recorrieron Iberoamérica hace doscientos años” y crear estrategias promisorias para abatir la pobreza, asegurar los derechos de las mujeres y de las minorías históricamente excluidas, como las minorías étnicas, las poblaciones originarias y los afrodescendientes.
Los ministros de educación saben que sólo la sociedad civil puede evitar que su documento no sea arrumbado en el olvido. Además se necesita que los países más prósperos apoyen a las naciones con menos recursos, en un esfuerzo inédito de solidaridad iberoamericana.
Por eso los ministros de educación piden a los responsables de educar y a los usuarios de servicios educativos que en este año 2009 organicemos espacios de discusión para alcanzar acuerdos sociales y políticos amplios. “Sólo de esta forma será posible lograr . . . que la generación de los Bicentenarios sea la más y mejor educada de la historia de Iberoamérica y que de esta forma se colabore en la construcción de sociedades justas y democráticas”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo.
Menos mal que Iberoamérica tiene un proyecto realmente útil.