Autor: Gerardo Reyes Guzmán
Publicación: E.Consulta, 12 de octubre de 2009
Publicación El 24 y 25 de septiembre de año en curso, se reunieron en medio de protestas sociales, los G-20 por tercera ocasión en Pittsburgh para deliberar en torno a la crisis financiera mundial. A esta reunión le preceden dos: Washington en noviembre de 2008 y Londres en abril de 2009. De estas reuniones previas habían salido documentos con recomendaciones concretas para evitar una crisis financiera mundial como la actual. Estas recomendaciones se basan en la identificación de fallas en el sistema financiero internacional que hicieron posible la crisis y a los que deben responder las reuniones cumbre de los G-20. Entre principales errores están:
1) Una política monetaria laxa en combinación con un exceso de liquidez alimentó una burbuja bursátil.
2) Se reconoce que la crisis se originó en los Estados Unidos de Norteamérica y se expandió por todo el hemisferio occidental, lo cual afectó seriamente al sistema financiero europeo.
3) Falta de transparencia en la operación con instrumentos derivados, así como inversiones de alto riesgo basados en un apalancamiento excesivo en relación al capital propio de las instituciones financieras. En este tenor, se señalaron el "moral hazard" y el "too big to fail", como factores que históricamente han favorecido la privatización de las pérdidas y la socialización de las ganancias en los rescates bancarios.
4) Existencia de un sistema de retribución a funcionarios bancarios basado en el pago de bonos por cantidades exorbitantes, factor que animó el crecimiento de operaciones de alto riesgo.
5) Fallas considerables en la capacidad de medir el riesgo de instrumentos de inversión por parte de las agencias calificadoras.
El comité de Londres y el Reporte de-Larosiére suscribieron una serie de propuestas entre las cuales destacan las siguientes:
1) La creación de un sistema inteligente que garantice mayor trasparencia en los mercados financieros.
2) Elaboración de un "mapa de riesgo", lo cual implica: una mayor supervisión, participación y responsabilidad por parte del Fondo Monetario Internacional y del Banco Central Europeo; una mejor congruencia entre las políticas económicas y la información emanada del "mapa de riesgo"; y una mayor participación de los ministros de finanzas de los G-20.
3) Se propuso una mayor regulación de los llamados Hedge Fonds y las agencias calificadoras.
4) Se recomendó una mayor injerencia de los bancos centrales para controlar los llamados procesos procíclicos, caracterizados por etapas volátiles de auge y recesión.
5) Se sugirió nombrar al FMI (International Monetary Fund), al BIS (Bank of International Settlements) y al FSF (Financial Stability Forum) como líderes y arquitectos del nuevo orden financiero mundial. En la gestión de estos organismos se recomendó mayor participación de los países emergentes.
Finalmente, de la reunión de Pittsburgh emanaron los siguientes acuerdos:
1) Los G-20 determinaron crear un mecanismo regulador de validez internacional listo para operar a más tardar a finales de 2010. Éste garantizará que los bancos aporten una mayor participación del capital propio. El FSF preparará una propuesta para octubre de 2010, y para finales de 2012 se tendría listo el nuevo marco regulador.
2) Los bancos deberán aportar más capital y acumular reservas que les permitan responder a tiempos difíciles. Habrá también más control en inversiones de alto riesgo o de operaciones registradas en hojas contables especiales también conocidas como "off sheet".
3) Todos los bancos deberán apegarse a los acuerdos de Basilea II en lo referente al capital propio a más tardar en 2011.
4) Se pondrá en marcha un nuevo nivel de endeudamiento no basado en el riesgo y en adición a lo estipulado por los acuerdos de Basilea II.
5) Hasta 2012 se podrá operar con instrumentos derivados no estandarizados también conocidos como OTC (over the counter). No obstante, se piensa crear un agente mediador que reduzca el riesgo entre el comprador y el vendedor.
6) Los grandes bancos deberán elaborar una especie de testamento en el que especifiquen lo qué procede en caso de caer en insolvencia. Con ello se pretende redicir el "moral hazard".
7) Se pondrá en operación a más tardar en junio de 2011 un sistema contable internacional homogéneo y de alta calidad; inspirado en el actual International Accounting Standards Board.
8) Se procederá a transparentar y controlar las operaciones financieras en los llamados "paraísos fiscales".
9) Se reglamentará el sistema de retribuciones a altos funcionarios bancarios para evitar el pago de bonos excesivos.
10) Habrá cambios en el sistema de cuotas del FMI, no sólo para dar un mayor peso a la postura de los países emergentes en la toma de decisiones del organismo, sino para poder nombrar inclusive a un director procedente de los mismos.
A partir de los acuerdos tomados en Pittsburgh, los consejos de Basilea y el FSB (Financial Stability Board) se encargarán de afinar los detalles. Sin embargo, muchos bancos temen, después de Pittsburgh, el crédito a nivel internacional sufra una sustancial contracción, y que con ello se asfixie el optimismo coyuntural experimentado en las últimas semanas, considerado por muchos como el fin de la recesión. Un gran ganador de la reunión del Pittsburgh fue el FMI, quien se congratuló por su sabio manejo de la crisis financiera y subrayó su nueva estrategia de apoyo a países emergentes vía "líneas flexibles de crédito" y de las que países como México, Colombia y Polonia ya han hecho uso.
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