martes, mayo 17, 2011

Alfabetización tecnológica y cambio educativo: retos para el docente

Autora: Marisol Aguilar Mier
Publicado: Puebla on Line, 11 de mayo de 2011

     En los tiempos que corren, la UNESCO ha anunciado que “para vivir, aprender y trabajar con éxito en una sociedad cada vez más compleja, rica en información y basada en el conocimiento, estudiantes y docentes deben utilizar la tecnología digital con eficacia”. Con ello, se considera que puede mejorar la calidad y eficiencia de los procesos educativos pues las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) ayudan a crear entornos de aprendizaje que promueven la creatividad e innovación de los estudiantes, revolucionando la forma en que se accede, se maneja y se interpreta dicha información.
     De esta manera, el auge de las TIC ha creado nuevas formas de alfabetización que no podemos dejar de lado si pensamos que justamente hoy en día, los procesos educativos implican también, ser competentes en el mundo digital. Pero, ¿los docentes están preparados para ello?, ¿pueden diseñar estrategias que ayuden a los alumnos a desenvolverse eficientemente en esta nueva sociedad?, ¿en qué consiste este tipo de alfabetización?
     El término alfabetización digital o tecnológica  presenta una gran diversidad de definiciones que van desde las más simples a otras más integrales y complejas. Lo que sí queda claro es que ésta alfabetización no es un fin en sí misma, sino un medio para lograr que progresivamente, las personas vayamos siendo competentes en el uso de las TIC. Lo anterior implica aprender a buscar información, analizarla y evaluarla, para aplicarla en la solución de problemas y en la toma de decisiones. Con ello, vamos logrando ser usuarios creativos que nos comunicamos, publicamos y producimos conocimientos, contribuyendo a estas sociedades de las redes, como ciudadanos informados y responsables.
     Por tanto, la labor del docente se ha visto transformada y su responsabilidad para enfrentar este reto es enorme. No obstante, el cambio no ha ido a la misma velocidad que la revolución tecnológica pues las TIC suelen ser subutilizadas o bien, emplearse de una forma completamente tradicional sin cambiar metodologías y concepciones educativas, manteniendo así, los mismos patrones y vicios de la educación, que por años hemos intentado combatir. Lo anterior obedece a que con frecuencia, reducimos el uso de las TIC al de herramientas para trasmitir o acceder a la información y bajo esta mirada, el propósito de la educación se sigue definiendo como la acumulación de datos. Por ello, se dice que algunos docentes están pasando directamente del gis y el pizarrón, a modernos sistemas tecnológicos sin haber transitado por programas de formación  acordes a las nuevas necesidades y desafíos.  
     De esta manera, la incorporación integral de las TIC a los procesos educativos requiere de nuevos roles para el docente y para el alumno, así como una resignificación de la educación en sí misma. Lo anterior, incluye también el diseño  innovador de experiencias de aprendizaje significativas, así como una didáctica especial que permea en todos los ámbitos de las instituciones educativas, puesto que no se reduce al aula. Estos nuevos enfoques, colocan en el centro a la persona y su aprendizaje, teniendo como propósito la construcción y aplicación de conocimientos.
     Para ello, el uso simplemente instrumental de las TIC no basta, pues es preciso promover en el profesorado competencias para aprovechar al máximo las posibilidades de la tecnología en el contexto educativo, adaptarla a las metodologías didácticas -para evitar así que sean un mero complemento de la formación- e integrarlas al proceso de enseñanza-aprendizaje.
     Además, hay que considerar que nuestro país tiene un reto aún mayor que el que enfrentan quienes han contribuido al nacimiento de la sociedad de conocimiento. Para nosotros, las desigualdades actuales en cuanto al acceso a las TIC nos colocan en desventaja ya que no contamos aún con la infraestructura necesaria y suficiente y por consecuencia, tampoco estamos en plenas condiciones para generar programas pertinentes de formación del profesorado en esta línea.
     La UNESCO se ha planteado el objetivo de lograr “incrementar la productividad, formando estudiantes, ciudadanos y trabajadores que se comprometan continuamente con la tarea de generar conocimiento e innovar, y que se beneficien tanto de la creación de este conocimiento como de dicha innovación”. Nos preguntamos entonces ¿qué tan cerca estamos de alcanzar este objetivo? los docentes ¿están formados y preparados para contribuir de manera sustancial a ello?

No hay comentarios.: