viernes, abril 26, 2013

EQUILIBRIO


Autor: Juan Manuel Martínez Louvier
Publicado: La Primera de Puebla, 19 de abril de 2013

     Al inicio de esta semana, el lunes 15, el Congreso de la Unión, a 
través de la Comisión de Fomento Cooperativo y Economía Social, 
convocó a la realización de un Foro con la intención de ir 
dialogando y colocando puntos de interés ante una dinámica de 
eventual modificación a la Ley que hace, a penas, un año fue 
aprobada.
     La Ley de Economía Social y Solidaria es un paso interesante en 
la historia normativa de nuestro país, tiene sus pros y contras 
que siendo de total importancia e interés, no tocaremos a fondo 
en esta ocasión.
     Viene a cuento para atraer la atención del lector. El pretexto es 
ese, que en México se ha podido avanzar a tener una ley que 
tendría que tener un carácter, más allá de lo normativo y 
regulatorio, sí de promoción y fomento, al llamado Sector Social 
de la economía en nuestro país. Al menos así se han referido 
varios actores reunidos en San Lázaro y con ello coincidimos.
     Así como con el representante de las cooperativas de ahorro y 
crédito, que traía a flote lo que me ha parecido la idea central 
de todo el asunto.
     Hablaba de equilibrios.
     No hace falta traer a cuento los contundentes datos que nos 
pondrían presente este escenario nuestro de profundos 
desequilibrios. Pero si hay que mencionar esas características 
desquiciadas de nuestro entorno económicamente desigual, de 
la seguridad y la paz rota, la vida cotidiana sin balances.
     El planteamiento de los equilibrios mencionado está enraizado en 
que, como si fuera tomar distancia en el lugar y en el tiempo, 
observando los dos extremos de las maneras que se han utilizado 
para generar economía, en ambos encontramos distorsiones 
como sólo puede ocurrir en las realidades extremas.
     Nos referimos, bien a la economía estatal, todo controlado por el 
gobierno y sus empresas. O bien, por el otro extremo cuya 
aplicación ha sido infundida desde la década de los ochentas en 
nuestro país, la de la economía del neo-libre mercado, donde 
sólo los privados desde sus empresas mueven los hilos de la 
sociedad entera.
     La Economía Social es una de equilibrios. No solo porque está 
contemplada como tercer elemento de una economía mixta 
declarada en el documento de Constitución del país.
     Sino porque integra la libertad de propiedad privada, pero 
basada en la colectividad. No persigue la competencia feroz de la 
propiedad individual, o de los minúsculos grupos que concentran 
la gran parte de la riqueza del mundo.
     El planteamiento es que si lo que nos hace más personas es 
nuestro trabajo y no la cantidad de dinero que poseemos, 
entonces el primer reflejo de concreción en los espacios de 
cotidianidad, es que el sitio en el que nos desempeñamos 
laboralmente, también sea de mi propiedad. Para los riesgos y 
para los beneficios. Para cumplir con los deberes pero, 
especialmente, para decidir.
     Creo que sin herir ninguna sensibilidad, puedo afirmar que en 
nuestro país estamos muy poco acostumbrados a decidir. Esta 
descrito en la historia, en los pasajes complicados, en las 
grandes dinámicas que por lo general tocan el tema económico y 
político.
     Más de una vez he leído o escuchado sobre la "apatía" social y 
por lo general me causa un malestar la sola idea. No porque sea 
cierta, sino porque me parece que es una crítica con poco 
sentido crítico, es decir, el que cuestiona al sistema imperante. 
Me causa malestar porque pareciera una crítica a los actores 
comunes y no a la estructura.
     No será que por más actitudes de participación, de una vacuna 
contra la apatía, lo que está ausente son los espacios para la 
participación. ¿dónde puede un ciudadano común tomar 
decisiones?
     Pareciera que la respuesta típica está en función del mercado 
pero desde el lado del consumidor.
     ¿cuántas veces podemos decidir desde el lado del propietario?
     Mi consideración apuntaría a que son mínimas las ocasiones en 
que como agentes de propiedad podemos actuar y decidir. Será 
porque los espacios son pocos, porque el desequilibrio ha 
causado una concentración profunda en una diminuta minoría, 
pero que son capaces de tomar decisiones a nombre de los 
muchos.
     Vuelvo al tema de la Ley cambiable. ¿nos gustaría tener un 
instrumento para promover y fomentar espacios de propiedad 
colectiva?
     Me parece que en eso se basa esta dinámica.
     Sé que no suena de lo más común y no es de extrañarse. Muchas 
veces he encontrado los comentarios críticos sobre el carácter 
utópico de estos planteamientos, de su complicación para ser 
llevados a la vida cotidiana.
     Tal vez podamos comenzar regresándonos las preguntas. ¿qué 
decido en cada acción mía relacionada con el mercado?
     Donde ahorro, ¿decido? Tal vez en las dinámicas de las cajas 
populares encontremos otros escenarios.
      Donde compro, ¿de qué participo? Posiblemente en las tiendas 
comunitarias podría tener otras opciones.
      Donde trabajo, ¿complicado?
      En México el 47% de los empleos son generados por empresas 
que no tienen mas de 15 integrantes. De hecho, de ellas, el 75% 
están integradas por el dueño y cuando más dos trabajadores.
     Dejo esos datos para la reflexión sobre la factibilidad de la 
propiedad laboral compartida.
     ¿qué distancias observamos en esas empresas?
     Entiendo que en un corporativo de miles de empleados es difícil 
proponer la discusión. Estoy persuadido de que entre tres o 
cuatro personas podemos ir generando otros diálogos.
     Fomentar y promover otros equilibrios.
     El autor es profesor de la Universidad Iberoamericana Puebla.
     Este texto se encuentra en: 
     http://circulodeescritores.blogspot.com.
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