martes, mayo 28, 2013

Clientes en Entrenamiento


Autor: Ma. Teresa Abirrached
Publicado: e-consulta, 22 de mayo de 2013

     El próximo destino de las vacaciones, la marca de cereal y galletas, la pasta de dientes y hasta el agua que se consume en casa son decisiones que toman los niños o que son influidas por ellos. Pertenecen a una nueva generación que está pendiente de las tendencias de la moda y la tecnología, que tienen poder adquisitivo y compran.
Ricos o pobres, las niñas y los niños se han convertido en asesores profesionales de las compras de los padres. Algunos estudios sobre el consumo estiman que alrededor del 45% del consumo familiar está más o menos definido por los deseos infantiles, ya que no sólo toman decisiones sobre los productos y marcas que usan, sino también de lo que se compra y consume en el hogar.
     "Mami, cuando vayas a comprar tu celular, yo te acompaño y te puedo decir cuál es el mejor". Ésta o frases similares son comunes en las familias mexicanas en la actualidad, y es posible gracias a que los niños se encuentran más familiarizados con las aplicaciones tecnológicas que los adultos con los que conviven.
     En retrospectiva, hace 30 años era un logro para un niño poder elegir el modelo de zapatos o la ropa que usaba. Antes de los 12 ó 13 años, la mamá vestía y peinaba a las niñas de acuerdo a sus propios gustos o recursos y no había posibilidad de que fuera considerada su opinión. Ni qué decir de la tecnología, la cual era casi inexistente en la mayoría de los hogares en los que sólo se contaba con un televisor en la sala y los programas para niños se limitaban al "Chavo del 8", la telenovela "Mundo de juguete", Plaza Sésamo o las caricaturas "del 5".
El teléfono en casa era para uso de los mayores y en contadas ocasiones se podían recibir llamadas de alguna amiga o amigo, siempre en un horario correcto, si no se quería escuchar la llamada de atención: "¿Qué horas son estas para llamar? En las fiestas o comidas, los niños se sentaban calladitos porque "eran conversaciones de adultos y los niños no opinan"
     La tecnología y el acceso a la información han modificado la forma en que nos relacionamos en familia, otorgando a los niños un lugar importante en la escala jerárquica del hogar. Se trata de una tendencia mundial en la que los niños poseen una pantalla de led en su habitación con una consola de video y conexión a internet, para conectarse desde su computadora, su celular touch o su reproductor de música y video, desde el cual tienen acceso a infinidad de aplicaciones.
Son una generación consciente y comprometida con su realidad y su futuro e influyen en los padres al adoptar métodos de separación de la basura, el reciclado de empaques y el cuidado del agua.
Algunas empresas ya lo notaron y aprovechan esta circunstancia al crear marcas de productos de consumo que buscan atraer la atención de los niños y hacerlos participar en las compras. "Te fijas en el empaque, el muñequito que trae o lo que te regala", fue la respuesta de mi hija al preguntarle sobre los productos que le gustan y que no son dulces o golosinas, sino papel higiénico, cereal o leche.
     Los supermercados han introducido carritos del súper a su medida e incluso han colocado la leyenda "clientes en entrenamiento" para que los niños asuman el papel de compradores y elijan los productos para el hogar. Además, en algunos lugares de entretenimiento existen secciones que simulan el ambiente de un supermercado, con empaques idénticos a los de las marcas más conocidas, para que los más pequeños jueguen a comprar.
     Este poder de decisión se ve fortalecido, además, por el poder adquisitivo. Un niño con dinero es un niño que compra. En México –como en otros países de Latinoamérica- se acostumbra que los niños reciban un estímulo económico semanal: el domingo, el cual les permite ahorrar y comprar con su dinero aquello que desean.
¿Y qué es lo que desean? Los caprichos infantiles giran alrededor de la tecnología y la diversión en gran medida. Con la nueva era tecnológica, los niños exigen productos que les permitan tener un espacio personal en el que puedan expresarse; es el caso de los teléfonos celulares y dispositivos móviles, cámaras, consolas de video y, por supuesto, videojuegos.
     Sin embargo, no son clientes fáciles de convencer, ya que están expuestos a infinidad de mensajes en los medios de comunicación y redes sociales. Entonces, lo importante es que la propuesta sea auténtica porque están conscientes de su poder de compra.
Así son los niños de hoy, pequeños compradores que gastan, compran y deciden.

La autora es profesora de la Universidad Iberoamericana Puebla.
Este texto se encuentra en: http://circulodeescritores.blogspot.com.
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