Autor: José Rafael de Regil Vélez
Publicación: Síntesis, Pendiente
La semana pasada de entre más de 1500 niños de Tlaxcala fue elegida la difusora de derechos de los niños del Estado.
Se hicieron elecciones regionales entre los niños. Pequeños y pequeñas vivieron un proceso democrático que culminó estatalmente el jueves 16 con un debate y votación en casillas, con listas nominales y toda la estructura que les proporcionó el instituto electoral de su Estado.
Pensé en lo lejos que estamos de los tiempos en los cuales fui niño y en los que no oímos hablar de que había derechos infantiles, ni que debíamos participar en las localidades en que vivimos, ni que nuestras familias nos deberían dan un ambiente para un crecimiento integral. Nuestro mundo era de adultos.
Ver a niños manejando información sobre sus derechos me pareció alentador. Pienso que falta mucho para que impere una cultura en pro de los derechos humanos.
La violencia intrafamiliar es alarmante, las decisiones en los niveles de gobierno siguen siendo en gran medida autoritarias, la apatía política cunde, las instituciones en general cometen atropellos hacia los ciudadanos: la lista es interminable. En mucho pareciera que el mismo estado que difunde esta información termina conculcando muchas de nuestras posibilidades de ser humanos, porque prioriza al mercado, al poder, a sus propias instituciones.
Promover los derechos humanos, comenzando por los infantiles, es mucho más que dar información sobre ellos. Se requieren acciones que nos hagan vivir desde ya de una forma más humana, valga la redundancia.
Las organizaciones de la sociedad civil están haciendo un fuerte trabajo. No es suficiente. Pongo como ejemplo a las escuelas:
Creo que las instituciones educativas no están haciendo todo lo que les toca, porque si bien informan de estos temas a sus alumnos, realizan su práctica pedagógica en formas realmente contradictorias: estudiantes y profesores, en general, no tienen voz real en ningún tipo de toma de decisiones, no existen organismos colegiados que representen los intereses de todos los involucrados, las reglamentaciones suelen ser casi decorativas. Para que su discurso sea creíble es necesario que se estructuren para vivir conforme a eso que pregonan. Podría decirse lo mismo de la familia, incluso de las empresas, que hoy dicen articularse en torno a su capital humano.
Hemos caminado dando información, pero falta mucho por hacer a fin de movernos en pro de un México más conforme a los derechos humanos. ¿Cómo reinventar las formas en que convivimos para que no existamos en la esquizofrenia de decir unas cosas y actuar de manera divorciada?
Artículos periodísticos publicados por diversos académicos de la Universidad Iberoamericana Puebla
martes, abril 21, 2009
lunes, abril 13, 2009
Universidad para la tercera edad
Autor: Guillermo Hinojosa Rivero
Publicación: E-Consulta, 13 de abril de 2009
Alrededor de 1950 hubo una gran cantidad de nacimientos en muchos países del mundo, México incluido. Este fenómeno se conoce como el Baby boom. Sesenta años después la generación está llegando a la edad de la jubilación en grandes cantidades no sólo por el boom sino también por la gran mejoría en los servicios de salud que permiten tener una alta expectativa de vida.
Los niños y niñas de la generación del boom nacieron cuando no había televisión ni electrónica digital. Supieron del nacimiento de las computadoras y las han visto pasar de los laboratorios de las universidades a las habitaciones y a los bolsillos de sus hijos. El mundo actual es irreconocible e inexplicable para alguien que fuera adulto en 1950.
La vida de los boommers ha debido ser una continua adaptación a las novedades incesantes. Muchos, sin embargo, no pudieron mantener el paso para aprender todo lo necesario; no es difícil encontrar personas de 60 años con severas dificultades para usar la computadora y el teléfono celular. Esta es la generación que está llegando a la jubilación y que espera vivir 15 o 20 años más: numerosa, acostumbrada al cambio y con ciertas dificultades para seguir el ritmo de las novedades.
Si al jubilarse se van a sus casas a ver la televisión y a cuidar a sus nietos, si dejan de esforzarse por aprender, los miembros de esta generación se volverán completamente ignorantes antes de cinco años. Todo lo que aprendieron quedará obsoleto. Para algunos así será, pero habrá, ya hay, una gran cantidad de jubilados que demanden enseñanza; que quieran asistir a las escuelas para ponerse al día y para aprender lo que siempre han deseado saber.
En este contexto es una buena noticia la apertura recientemente anunciada de una universidad para ancianos en la Ciudad de México. Ya varias universidades públicas y privadas en diversos países ofrecen servicios y cursos diseñados especialmente para personas mayores de 60 años; han tenido mucho éxito y más demanda de la esperada.
¿Qué se les puede enseñar en la universidad a los adultos mayores? Ni hablar de licenciaturas, maestrías o doctorados. Los estudios formales les resultan poco interesantes. Más bien hay que pensar en una gran variedad de cursos sueltos para todos los gustos e intereses. Pero resultará casi indispensable para todos los estudiantes el manejo de la internet con todas sus posibilidades para la comunicación, para la creación de redes sociales y para localizar información.
Otro tema que puede resultar interesante para muchos es la Psicología de la edad adulta con las teorías del envejecimiento; lo que se puede hacer para adaptarse a la ancianidad y el manejo de la relación con los hijos y con los nietos. Otros temas relevantes para la vejez pueden ser las cuestiones legales como las pensiones, los seguros, impuestos, etc. Para las mujeres el tema de la vida después de la menopausia siempre resulta atractivo.
Además podemos pensar en Historia del arte, apreciación musical, conocimiento y lectura de los clásicos, idiomas, temas selectos de Biología como genética y evolución, temas de Física y Cosmología, Historia de las ideas, culturas comparadas, y un larguísimo etcétera.
Tan importante como los temas de los cursos es la técnica docente para la enseñanza de los adultos mayores. No es una buena idea querer enseñar a los adultos de la misma manera que se enseña a los jóvenes. Las universidades, expertas en educar jóvenes, tendrían que adaptar su pedagogía a estos nuevos estudiantes.
Los jóvenes y los viejos difieren en muchos aspectos cognitivos y de actitud. Mientras que el joven estudiante de licenciatura típico asiste a la universidad más o menos obligado por sus padres o por el deseo de adquirir una profesión, el viejo asistirá por su propia voluntad y por el deseo de conocer sin atender a la utilidad del conocimiento adquirido. El joven aceptará que algunos o todos los cursos de su carrera sean aburridos; el viejo no, si algo le parece aburrido buscará otra cosa.
El joven puede memorizar una gran cantidad de conocimientos pero no sabe bien para que le servirán, mientras que el viejo tiene mala memoria pero mucha experiencia acumulada que le permite juzgar de un vistazo la importancia de los conocimientos. El viejo sabe lo que quiere aprender pero se le dificulta hacerlo, mientras que el joven aprende fácilmente sin querer saber algo en especial. El viejo es disciplinado y amigo del orden, el joven puede improvisar y no le angustian los ambientes caóticos.
La pedagogía del adulto mayor es una asignatura pendiente para las universidades que quieran satisfacer la demanda de conocimientos que les plantea la generación del Baby boom al llegar a la edad de jubilación.
Publicación: E-Consulta, 13 de abril de 2009
Alrededor de 1950 hubo una gran cantidad de nacimientos en muchos países del mundo, México incluido. Este fenómeno se conoce como el Baby boom. Sesenta años después la generación está llegando a la edad de la jubilación en grandes cantidades no sólo por el boom sino también por la gran mejoría en los servicios de salud que permiten tener una alta expectativa de vida.
Los niños y niñas de la generación del boom nacieron cuando no había televisión ni electrónica digital. Supieron del nacimiento de las computadoras y las han visto pasar de los laboratorios de las universidades a las habitaciones y a los bolsillos de sus hijos. El mundo actual es irreconocible e inexplicable para alguien que fuera adulto en 1950.
La vida de los boommers ha debido ser una continua adaptación a las novedades incesantes. Muchos, sin embargo, no pudieron mantener el paso para aprender todo lo necesario; no es difícil encontrar personas de 60 años con severas dificultades para usar la computadora y el teléfono celular. Esta es la generación que está llegando a la jubilación y que espera vivir 15 o 20 años más: numerosa, acostumbrada al cambio y con ciertas dificultades para seguir el ritmo de las novedades.
Si al jubilarse se van a sus casas a ver la televisión y a cuidar a sus nietos, si dejan de esforzarse por aprender, los miembros de esta generación se volverán completamente ignorantes antes de cinco años. Todo lo que aprendieron quedará obsoleto. Para algunos así será, pero habrá, ya hay, una gran cantidad de jubilados que demanden enseñanza; que quieran asistir a las escuelas para ponerse al día y para aprender lo que siempre han deseado saber.
En este contexto es una buena noticia la apertura recientemente anunciada de una universidad para ancianos en la Ciudad de México. Ya varias universidades públicas y privadas en diversos países ofrecen servicios y cursos diseñados especialmente para personas mayores de 60 años; han tenido mucho éxito y más demanda de la esperada.
¿Qué se les puede enseñar en la universidad a los adultos mayores? Ni hablar de licenciaturas, maestrías o doctorados. Los estudios formales les resultan poco interesantes. Más bien hay que pensar en una gran variedad de cursos sueltos para todos los gustos e intereses. Pero resultará casi indispensable para todos los estudiantes el manejo de la internet con todas sus posibilidades para la comunicación, para la creación de redes sociales y para localizar información.
Otro tema que puede resultar interesante para muchos es la Psicología de la edad adulta con las teorías del envejecimiento; lo que se puede hacer para adaptarse a la ancianidad y el manejo de la relación con los hijos y con los nietos. Otros temas relevantes para la vejez pueden ser las cuestiones legales como las pensiones, los seguros, impuestos, etc. Para las mujeres el tema de la vida después de la menopausia siempre resulta atractivo.
Además podemos pensar en Historia del arte, apreciación musical, conocimiento y lectura de los clásicos, idiomas, temas selectos de Biología como genética y evolución, temas de Física y Cosmología, Historia de las ideas, culturas comparadas, y un larguísimo etcétera.
Tan importante como los temas de los cursos es la técnica docente para la enseñanza de los adultos mayores. No es una buena idea querer enseñar a los adultos de la misma manera que se enseña a los jóvenes. Las universidades, expertas en educar jóvenes, tendrían que adaptar su pedagogía a estos nuevos estudiantes.
Los jóvenes y los viejos difieren en muchos aspectos cognitivos y de actitud. Mientras que el joven estudiante de licenciatura típico asiste a la universidad más o menos obligado por sus padres o por el deseo de adquirir una profesión, el viejo asistirá por su propia voluntad y por el deseo de conocer sin atender a la utilidad del conocimiento adquirido. El joven aceptará que algunos o todos los cursos de su carrera sean aburridos; el viejo no, si algo le parece aburrido buscará otra cosa.
El joven puede memorizar una gran cantidad de conocimientos pero no sabe bien para que le servirán, mientras que el viejo tiene mala memoria pero mucha experiencia acumulada que le permite juzgar de un vistazo la importancia de los conocimientos. El viejo sabe lo que quiere aprender pero se le dificulta hacerlo, mientras que el joven aprende fácilmente sin querer saber algo en especial. El viejo es disciplinado y amigo del orden, el joven puede improvisar y no le angustian los ambientes caóticos.
La pedagogía del adulto mayor es una asignatura pendiente para las universidades que quieran satisfacer la demanda de conocimientos que les plantea la generación del Baby boom al llegar a la edad de jubilación.
viernes, abril 03, 2009
Algunas recomendaciones para elegir psicoterapeuta
Autor: Raúl José Alcázar Olán
Publicación: Pendiente
Se dice que de músico, poeta y loco todos tenemos un poco. Como la mayoría de las personas hemos tenido alguna vez la inquietud sobre el trabajo que hacen los psicoterapeutas, a continuación se abordan temas sobre el trabajo que hacen y qué cosas tener en cuenta para elegir uno.
¿El psicólogo es para quienes están locos? Es falso que se necesite estar loco para buscar ayuda psicológica. Desafortunadamente en nuestra sociedad no es bien vista la gente que busca un psicólogo, incluso, la gente puede ser especialmente dura con los hombres que buscan psicoterapia porque se les tacha de débiles y vulnerables. La buena noticia es que la psicoterapia sirve efectivamente para ayudar a la gente. Hasta el 80% se puede beneficiar de este tratamiento.
¿Cómo sé si necesito ayuda de un psicólogo? La mayoría de las personas tiene problemas que puede manejar o resolver sin necesidad de apoyo. Sin embargo, las personas que posiblemente necesiten ayuda psicológica son las siguientes: A) Aquellos que ya intentaron platicar con sus amigos o gente de confianza, y de todas maneras los problemas permanecen. B) Personas que han intentado varias soluciones por su cuenta, sin éxito alguno. C) Personas que tienen un problema crónico, es decir, ha durado por varios años en su vida y no han encontrado una manera de resolverlo. O bien, creen solucionar los problemas pero posteriormente vuelven a aparecer.
¿Cómo sé si un psicoterapeuta es bueno en su profesión? Es difícil garantizar al 100% que un psicoterapeuta sea excelente en su profesión. La razón es que la psicoterapia consiste en una “relación” entre dos personas: paciente y psicoterapeuta. Es decir, un terapeuta puede ser excelente con cierto paciente, pero ineficaz con otros. Sin embargo, algunos consejos para encontrar un buen terapeuta son los siguientes: A) Averigua los antecedentes educativos y de entrenamiento profesional del terapeuta que te interesa. B) Averigua qué experiencia tiene el terapeuta tratando problemas como el tuyo. C) Averigua si el terapeuta pertenece a alguna asociación o institución de psicología o terapia.
¿Cómo sé que un determinado terapeuta es lo más adecuado para mí? Uno de los factores más importantes es cómo te sientes con tu terapeuta. La psicoterapia tiene como base la relación que se forme entre tu terapeuta y tú. Aquí tienes algunos consejos para saber si un determinado terapeuta es lo más adecuado para ti: A) Te sientes cómodo con tu terapeuta. Hay “buena química” entre tú y él. B) Es posible que a veces te enojes con tu terapeuta. Pero el enojo debería presentarse pocas ocasiones. C) Percibes a tu terapeuta como experto en lo que hace. D) Percibes que tu terapeuta es confiable. E) El terapeuta cubre la mayoría de tus expectativas.
¿Existen terapeutas poco recomendables? La mayoría de los pacientes que ven por primera vez a su terapeuta pueden empezar a saber si se sienten a gusto o no con él. Un terapeuta poco profesional es aquel que en la primera entrevista te confronta, te echa la culpa, te critica, se duerme o te hace proposiciones o insinuaciones sexuales. No existe evidencia de que la relación sexual entre paciente y terapeuta ayude para superar problemas, más bien se deteriora la relación y muy probablemente el paciente tendrá más problemas después. En el código ético de los psicólogos no está permitido tener relaciones sexuales con los pacientes.
Todas estas son cuestiones que se relacionan con la práctica de la psicoterapia y la elección de un psicoterapeuta. Si usted se anima a buscar ayuda, esperamos que la información anterior le permita elegir la opción más conveniente.
Publicación: Pendiente
Se dice que de músico, poeta y loco todos tenemos un poco. Como la mayoría de las personas hemos tenido alguna vez la inquietud sobre el trabajo que hacen los psicoterapeutas, a continuación se abordan temas sobre el trabajo que hacen y qué cosas tener en cuenta para elegir uno.
¿El psicólogo es para quienes están locos? Es falso que se necesite estar loco para buscar ayuda psicológica. Desafortunadamente en nuestra sociedad no es bien vista la gente que busca un psicólogo, incluso, la gente puede ser especialmente dura con los hombres que buscan psicoterapia porque se les tacha de débiles y vulnerables. La buena noticia es que la psicoterapia sirve efectivamente para ayudar a la gente. Hasta el 80% se puede beneficiar de este tratamiento.
¿Cómo sé si necesito ayuda de un psicólogo? La mayoría de las personas tiene problemas que puede manejar o resolver sin necesidad de apoyo. Sin embargo, las personas que posiblemente necesiten ayuda psicológica son las siguientes: A) Aquellos que ya intentaron platicar con sus amigos o gente de confianza, y de todas maneras los problemas permanecen. B) Personas que han intentado varias soluciones por su cuenta, sin éxito alguno. C) Personas que tienen un problema crónico, es decir, ha durado por varios años en su vida y no han encontrado una manera de resolverlo. O bien, creen solucionar los problemas pero posteriormente vuelven a aparecer.
¿Cómo sé si un psicoterapeuta es bueno en su profesión? Es difícil garantizar al 100% que un psicoterapeuta sea excelente en su profesión. La razón es que la psicoterapia consiste en una “relación” entre dos personas: paciente y psicoterapeuta. Es decir, un terapeuta puede ser excelente con cierto paciente, pero ineficaz con otros. Sin embargo, algunos consejos para encontrar un buen terapeuta son los siguientes: A) Averigua los antecedentes educativos y de entrenamiento profesional del terapeuta que te interesa. B) Averigua qué experiencia tiene el terapeuta tratando problemas como el tuyo. C) Averigua si el terapeuta pertenece a alguna asociación o institución de psicología o terapia.
¿Cómo sé que un determinado terapeuta es lo más adecuado para mí? Uno de los factores más importantes es cómo te sientes con tu terapeuta. La psicoterapia tiene como base la relación que se forme entre tu terapeuta y tú. Aquí tienes algunos consejos para saber si un determinado terapeuta es lo más adecuado para ti: A) Te sientes cómodo con tu terapeuta. Hay “buena química” entre tú y él. B) Es posible que a veces te enojes con tu terapeuta. Pero el enojo debería presentarse pocas ocasiones. C) Percibes a tu terapeuta como experto en lo que hace. D) Percibes que tu terapeuta es confiable. E) El terapeuta cubre la mayoría de tus expectativas.
¿Existen terapeutas poco recomendables? La mayoría de los pacientes que ven por primera vez a su terapeuta pueden empezar a saber si se sienten a gusto o no con él. Un terapeuta poco profesional es aquel que en la primera entrevista te confronta, te echa la culpa, te critica, se duerme o te hace proposiciones o insinuaciones sexuales. No existe evidencia de que la relación sexual entre paciente y terapeuta ayude para superar problemas, más bien se deteriora la relación y muy probablemente el paciente tendrá más problemas después. En el código ético de los psicólogos no está permitido tener relaciones sexuales con los pacientes.
Todas estas son cuestiones que se relacionan con la práctica de la psicoterapia y la elección de un psicoterapeuta. Si usted se anima a buscar ayuda, esperamos que la información anterior le permita elegir la opción más conveniente.
¿A qué se debe que la gente puede cambiar con la psicoterapia?
Autor: Raúl José Alcázar Olán
Publicación: Pendiente
Hasta hace unos 20 años creíamos que la gente mejora en la psicoterapia debido a las técnicas o el enfoque que usa su terapeuta. Pero eso era una suposición. De acuerdo con los resultados de cientos de investigaciones, hoy sabemos con hechos que la gente mejora debido a cuatro factores principales. El más importante se conoce como “variables del paciente”. Este factor es responsable en 40% de que la gente salga adelante con sus problemas. Las características de este factor incluyen la red de amistades con que cuentan los pacientes (apoyo social), sus recursos económicos, las capacidades que han desarrollado a lo largo de la vida para resolver sus problemas (por ejemplo pedir consejos, distraerse, encarar los problemas, ver el lado positivo de las cosas), su tendencia a buscar el bienestar y evitar el sufrimiento, etc. Dentro de este factor un elemento muy importante es que la gente “haga cosas diferentes” a las habituales pararesolver sus problemas; es decir, se necesita cambiar en lo que uno hace o lo que uno piensa para estar mejor. El segundo factor es el de la “relación paciente terapeuta” el cual explica en 30% los buenos resultados de la psicoterapia. Dentro de este factor se incluye que los pacientes se sientan comprendidos por su terapeuta, que perciban a su terapeuta como experto en su profesión y digno de confianza. También debe haber una “alianza” entre el psicoterapeuta y el paciente de manera que la relación sea sólida y permita al paciente notar que cuenta con alguien. Cuando existe una buena alianza los pacientes se sienten entendidos por su terapeuta (empatía). El tercer factor se denomina “efecto placebo” y explica en 15% la mejora de los pacientes. Básicamente se refiere a la creencia que tiene el paciente de que el terapeuta lo va a ayudar a resolver sus problemas. Es decir, que el paciente tiene cierto grado de convencimiento de que lo van a ayudar y eso tiene un efecto positivo que se traduce en mejorar más pronto. El cuarto factor es el de las “técnicas psicoterapéuticas” y explica el último 15% de las razones para mejorar en psicoterapia. Las técnicas son los procedimientos que caracterizan a cada enfoque de psicoterapia para ayudar al paciente, por ejemplo hipnosis, relajación, biorretroalimentación, golpear una almohada, escribir una carta, recordar el pasado, etc. Las técnicas psicoterapéuticas son un recurso importante para que los terapeutas aprendan a ayudar a la gente. Por eso existen cursos de relajación, hipnosis, terapia breve, terapia familiar, etc. Sin embargo, la aportación principal de las técnicas es fortalecer otros factores: los recursos del paciente, la relación paciente terapeuta y el efecto placebo. En síntesis. La gente mejora con la psicoterapia debido a sus propios recursos y fortalezas (40%), la buena relación que forman entre paciente y terapeuta (30%), el efecto placebo (15%) y las técnicas psicoterapéuticas (15%).
Publicación: Pendiente
Hasta hace unos 20 años creíamos que la gente mejora en la psicoterapia debido a las técnicas o el enfoque que usa su terapeuta. Pero eso era una suposición. De acuerdo con los resultados de cientos de investigaciones, hoy sabemos con hechos que la gente mejora debido a cuatro factores principales. El más importante se conoce como “variables del paciente”. Este factor es responsable en 40% de que la gente salga adelante con sus problemas. Las características de este factor incluyen la red de amistades con que cuentan los pacientes (apoyo social), sus recursos económicos, las capacidades que han desarrollado a lo largo de la vida para resolver sus problemas (por ejemplo pedir consejos, distraerse, encarar los problemas, ver el lado positivo de las cosas), su tendencia a buscar el bienestar y evitar el sufrimiento, etc. Dentro de este factor un elemento muy importante es que la gente “haga cosas diferentes” a las habituales pararesolver sus problemas; es decir, se necesita cambiar en lo que uno hace o lo que uno piensa para estar mejor. El segundo factor es el de la “relación paciente terapeuta” el cual explica en 30% los buenos resultados de la psicoterapia. Dentro de este factor se incluye que los pacientes se sientan comprendidos por su terapeuta, que perciban a su terapeuta como experto en su profesión y digno de confianza. También debe haber una “alianza” entre el psicoterapeuta y el paciente de manera que la relación sea sólida y permita al paciente notar que cuenta con alguien. Cuando existe una buena alianza los pacientes se sienten entendidos por su terapeuta (empatía). El tercer factor se denomina “efecto placebo” y explica en 15% la mejora de los pacientes. Básicamente se refiere a la creencia que tiene el paciente de que el terapeuta lo va a ayudar a resolver sus problemas. Es decir, que el paciente tiene cierto grado de convencimiento de que lo van a ayudar y eso tiene un efecto positivo que se traduce en mejorar más pronto. El cuarto factor es el de las “técnicas psicoterapéuticas” y explica el último 15% de las razones para mejorar en psicoterapia. Las técnicas son los procedimientos que caracterizan a cada enfoque de psicoterapia para ayudar al paciente, por ejemplo hipnosis, relajación, biorretroalimentación, golpear una almohada, escribir una carta, recordar el pasado, etc. Las técnicas psicoterapéuticas son un recurso importante para que los terapeutas aprendan a ayudar a la gente. Por eso existen cursos de relajación, hipnosis, terapia breve, terapia familiar, etc. Sin embargo, la aportación principal de las técnicas es fortalecer otros factores: los recursos del paciente, la relación paciente terapeuta y el efecto placebo. En síntesis. La gente mejora con la psicoterapia debido a sus propios recursos y fortalezas (40%), la buena relación que forman entre paciente y terapeuta (30%), el efecto placebo (15%) y las técnicas psicoterapéuticas (15%).
¿A qué se debe que la gente puede cambiar con la psicoterapia?
Autor: Raúl José Alcázar Olán
Publicación: Pendiente
Hasta hace unos 20 años creíamos que la gente mejora en la psicoterapia debido a las técnicas o el enfoque que usa su terapeuta. Pero eso era una suposición. De acuerdo con los resultados de cientos de investigaciones, hoy sabemos con hechos que la gente mejora debido a cuatro factores principales. El más importante se conoce como “variables del paciente”. Este factor es responsable en 40% de que la gente salga adelante con sus problemas. Las características de este factor incluyen la red de amistades con que cuentan los pacientes (apoyo social), sus recursos económicos, las capacidades que han desarrollado a lo largo de la vida para resolver sus problemas (por ejemplo pedir consejos, distraerse, encarar los problemas, ver el lado positivo de las cosas), su tendencia a buscar el bienestar y evitar el sufrimiento, etc. Dentro de este factor un elemento muy importante es que la gente “haga cosas diferentes” a las habituales pararesolver sus problemas; es decir, se necesita cambiar en lo que uno hace o lo que uno piensa para estar mejor. El segundo factor es el de la “relación paciente terapeuta” el cual explica en 30% los buenos resultados de la psicoterapia. Dentro de este factor se incluye que los pacientes se sientan comprendidos por su terapeuta, que perciban a su terapeuta como experto en su profesión y digno de confianza. También debe haber una “alianza” entre el psicoterapeuta y el paciente de manera que la relación sea sólida y permita al paciente notar que cuenta con alguien. Cuando existe una buena alianza los pacientes se sienten entendidos por su terapeuta (empatía). El tercer factor se denomina “efecto placebo” y explica en 15% la mejora de los pacientes. Básicamente se refiere a la creencia que tiene el paciente de que el terapeuta lo va a ayudar a resolver sus problemas. Es decir, que el paciente tiene cierto grado de convencimiento de que lo van a ayudar y eso tiene un efecto positivo que se traduce en mejorar más pronto. El cuarto factor es el de las “técnicas psicoterapéuticas” y explica el último 15% de las razones para mejorar en psicoterapia. Las técnicas son los procedimientos que caracterizan a cada enfoque de psicoterapia para ayudar al paciente, por ejemplo hipnosis, relajación, biorretroalimentación, golpear una almohada, escribir una carta, recordar el pasado, etc. Las técnicas psicoterapéuticas son un recurso importante para que los terapeutas aprendan a ayudar a la gente. Por eso existen cursos de relajación, hipnosis, terapia breve, terapia familiar, etc. Sin embargo, la aportación principal de las técnicas es fortalecer otros factores: los recursos del paciente, la relación paciente terapeuta y el efecto placebo. En síntesis. La gente mejora con la psicoterapia debido a sus propios recursos y fortalezas (40%), la buena relación que forman entre paciente y terapeuta (30%), el efecto placebo (15%) y las técnicas psicoterapéuticas (15%).
Publicación: Pendiente
Hasta hace unos 20 años creíamos que la gente mejora en la psicoterapia debido a las técnicas o el enfoque que usa su terapeuta. Pero eso era una suposición. De acuerdo con los resultados de cientos de investigaciones, hoy sabemos con hechos que la gente mejora debido a cuatro factores principales. El más importante se conoce como “variables del paciente”. Este factor es responsable en 40% de que la gente salga adelante con sus problemas. Las características de este factor incluyen la red de amistades con que cuentan los pacientes (apoyo social), sus recursos económicos, las capacidades que han desarrollado a lo largo de la vida para resolver sus problemas (por ejemplo pedir consejos, distraerse, encarar los problemas, ver el lado positivo de las cosas), su tendencia a buscar el bienestar y evitar el sufrimiento, etc. Dentro de este factor un elemento muy importante es que la gente “haga cosas diferentes” a las habituales pararesolver sus problemas; es decir, se necesita cambiar en lo que uno hace o lo que uno piensa para estar mejor. El segundo factor es el de la “relación paciente terapeuta” el cual explica en 30% los buenos resultados de la psicoterapia. Dentro de este factor se incluye que los pacientes se sientan comprendidos por su terapeuta, que perciban a su terapeuta como experto en su profesión y digno de confianza. También debe haber una “alianza” entre el psicoterapeuta y el paciente de manera que la relación sea sólida y permita al paciente notar que cuenta con alguien. Cuando existe una buena alianza los pacientes se sienten entendidos por su terapeuta (empatía). El tercer factor se denomina “efecto placebo” y explica en 15% la mejora de los pacientes. Básicamente se refiere a la creencia que tiene el paciente de que el terapeuta lo va a ayudar a resolver sus problemas. Es decir, que el paciente tiene cierto grado de convencimiento de que lo van a ayudar y eso tiene un efecto positivo que se traduce en mejorar más pronto. El cuarto factor es el de las “técnicas psicoterapéuticas” y explica el último 15% de las razones para mejorar en psicoterapia. Las técnicas son los procedimientos que caracterizan a cada enfoque de psicoterapia para ayudar al paciente, por ejemplo hipnosis, relajación, biorretroalimentación, golpear una almohada, escribir una carta, recordar el pasado, etc. Las técnicas psicoterapéuticas son un recurso importante para que los terapeutas aprendan a ayudar a la gente. Por eso existen cursos de relajación, hipnosis, terapia breve, terapia familiar, etc. Sin embargo, la aportación principal de las técnicas es fortalecer otros factores: los recursos del paciente, la relación paciente terapeuta y el efecto placebo. En síntesis. La gente mejora con la psicoterapia debido a sus propios recursos y fortalezas (40%), la buena relación que forman entre paciente y terapeuta (30%), el efecto placebo (15%) y las técnicas psicoterapéuticas (15%).
lunes, marzo 30, 2009
El valor del trabajo cooperativo en la escuela
Autora: Teresa Eugenia Brito Miranda
Publicación: E-Consulta, Pendiente
La dinámica actual de la vida cotidiana competitiva y muchas veces poco solidaria nos ha llevado a una individualización al extremo que se fomenta desde la vida escolar. En las escuelas se estimula la competencia entre los compañeros con el fin de motivarlos a una superación académica y al triunfo personal. Esta práctica lleva a la distinción y exclusión. Como ejemplo están las ceremonias de premiación de los primeros lugares y en consecuencia, también la ubicación de los últimos. De esta manera se trabaja para fines individuales, el grupo es solamente un medio para conseguirlos. La escuela continúa siendo un espacio de inequidad.
Para atender este problema es necesario cuidar la convivencia sana, así como el ambiente propicio para favorecer aprendizajes, de manera que el alumno tenga la oportunidad de vivir, practicar y reflexionar sobre lo que está aprendiendo. Los conocimientos son necesarios pero también es importante saber comunicarlos y trabajar en grupo.
Actualmente, dicen los expertos, es importante saber actuar en contextos cambiantes, lo que hace imperante también el trabajo en equipo, en donde se aproveche al máximo los recursos y capacidades de cada uno de los trabajadores para intervenir en estos espacios dinámicos. Este escenario se plantea como desafío para la educación de nuestro país, en donde la mayoría de las escuelas no promueve el trabajo cooperativo con todo lo que esto implica.
¿Qué significa el aprendizaje cooperativo? ¿Qué tiene que hacer la escuela frente a este desafío? Para trabajar el aprendizaje cooperativo se necesita aprender a comunicarnos. El ambiente sano de convivencia escolar es básico para que podamos hacerlo bien. Las técnicas para trabajar pedagógicamente el aprendizaje consideran la organización de pequeños grupos en los que la tarea a realizar es abordada considerando las habilidades de cada uno de los miembros del equipo. Pero no basta con la aplicación de la técnica, es necesario que la escuela como institución se organice de tal manera que se promueva la cooperación entre compañeros, maestros, directivos y personal de la institución. Para que esto ocurra es necesario que la gestión directiva considere también prácticas más
Publicación: E-Consulta, Pendiente
La dinámica actual de la vida cotidiana competitiva y muchas veces poco solidaria nos ha llevado a una individualización al extremo que se fomenta desde la vida escolar. En las escuelas se estimula la competencia entre los compañeros con el fin de motivarlos a una superación académica y al triunfo personal. Esta práctica lleva a la distinción y exclusión. Como ejemplo están las ceremonias de premiación de los primeros lugares y en consecuencia, también la ubicación de los últimos. De esta manera se trabaja para fines individuales, el grupo es solamente un medio para conseguirlos. La escuela continúa siendo un espacio de inequidad.
Para atender este problema es necesario cuidar la convivencia sana, así como el ambiente propicio para favorecer aprendizajes, de manera que el alumno tenga la oportunidad de vivir, practicar y reflexionar sobre lo que está aprendiendo. Los conocimientos son necesarios pero también es importante saber comunicarlos y trabajar en grupo.
Actualmente, dicen los expertos, es importante saber actuar en contextos cambiantes, lo que hace imperante también el trabajo en equipo, en donde se aproveche al máximo los recursos y capacidades de cada uno de los trabajadores para intervenir en estos espacios dinámicos. Este escenario se plantea como desafío para la educación de nuestro país, en donde la mayoría de las escuelas no promueve el trabajo cooperativo con todo lo que esto implica.
¿Qué significa el aprendizaje cooperativo? ¿Qué tiene que hacer la escuela frente a este desafío? Para trabajar el aprendizaje cooperativo se necesita aprender a comunicarnos. El ambiente sano de convivencia escolar es básico para que podamos hacerlo bien. Las técnicas para trabajar pedagógicamente el aprendizaje consideran la organización de pequeños grupos en los que la tarea a realizar es abordada considerando las habilidades de cada uno de los miembros del equipo. Pero no basta con la aplicación de la técnica, es necesario que la escuela como institución se organice de tal manera que se promueva la cooperación entre compañeros, maestros, directivos y personal de la institución. Para que esto ocurra es necesario que la gestión directiva considere también prácticas más
Otro marzo para reivindicar
Autora: Celine Armenta
Publicación: Síntesis, Pendiente
Se suponía que en marzo, mes de las mujeres, íbamos a denunciar y remediar al menos algunas de las asimetrías de poder basadas en el género, y en otras fuentes de diversidad biológica, cultural o ideológica.
Si logramos avanzar un poquito, apenas se notó, porque este mismísimo marzo sufrimos dos acontecimientos vergonzosos, marcados por misoginia y una fobia anacrónica hacia el disfrute de la vida. Me refiero al decreto que reforma la Constitución Política de nuestra entidad —conocido como Ley de la Familia— y a las declaraciones de Benedicto XVI contra el uso del condón.
Así, este marzo fue un mes de violencia no sólo hacia las mujeres, sino también hacia los varones, los enfermos, los jóvenes, los pobres y muchos más. Y ante ello me resisto a declararme en abatimiento y desesperanza.
Quiero reclamar y recuperar lo que nos pertenece; reivindicar este mes para que no sea presagio de derrota sino augurio de vida, pluralismo y tolerancia. No tengo los micrófonos que rodean a Ratzinger ni el voto parlamentario de quienes creen que la democracia es dictadura de mayorías. Tengo sólo mi voz; una entre casi siete mil millones de voces humanas; cifra que por cierto clama por controlar la natalidad ya no como opción sino como urgencia.
¿Qué hice? Escribí al gobernador de Puebla, para que “se sirva hacer observaciones al proyecto aprobado para reformar la Constitución Política del Estado de Puebla Capítulo V artículo 26 fracción IV, de manera que sea devuelto a la Comisión con el único propósito de que sean debidamente analizados, debatidos y discutidos los dos temas . . . que violan los derechos adquiridos de las mujeres, solicitándole que NO publique esta reforma”. Envié este mensaje al buzón Escríbele al Gobernador de: http://www.puebla.gob.mx/puebla/index.jsp También escribí al Papa desde http://www.avaaz.org/es/pope_benedict_petition/98.php?CLICK_TF_TRACK apelando “a su compasión para que considere a los hombres, mujeres, niños -y sobre todo a los más pobres- que se encuentran en grave riesgo de contraer el VIH/SIDA” y no vuelva a pronunciarse contra el condón.
Mi sola voz no hace mucho ruido, pero si somos muchos los que escribimos seremos escuchados.
Publicación: Síntesis, Pendiente
Se suponía que en marzo, mes de las mujeres, íbamos a denunciar y remediar al menos algunas de las asimetrías de poder basadas en el género, y en otras fuentes de diversidad biológica, cultural o ideológica.
Si logramos avanzar un poquito, apenas se notó, porque este mismísimo marzo sufrimos dos acontecimientos vergonzosos, marcados por misoginia y una fobia anacrónica hacia el disfrute de la vida. Me refiero al decreto que reforma la Constitución Política de nuestra entidad —conocido como Ley de la Familia— y a las declaraciones de Benedicto XVI contra el uso del condón.
Así, este marzo fue un mes de violencia no sólo hacia las mujeres, sino también hacia los varones, los enfermos, los jóvenes, los pobres y muchos más. Y ante ello me resisto a declararme en abatimiento y desesperanza.
Quiero reclamar y recuperar lo que nos pertenece; reivindicar este mes para que no sea presagio de derrota sino augurio de vida, pluralismo y tolerancia. No tengo los micrófonos que rodean a Ratzinger ni el voto parlamentario de quienes creen que la democracia es dictadura de mayorías. Tengo sólo mi voz; una entre casi siete mil millones de voces humanas; cifra que por cierto clama por controlar la natalidad ya no como opción sino como urgencia.
¿Qué hice? Escribí al gobernador de Puebla, para que “se sirva hacer observaciones al proyecto aprobado para reformar la Constitución Política del Estado de Puebla Capítulo V artículo 26 fracción IV, de manera que sea devuelto a la Comisión con el único propósito de que sean debidamente analizados, debatidos y discutidos los dos temas . . . que violan los derechos adquiridos de las mujeres, solicitándole que NO publique esta reforma”. Envié este mensaje al buzón Escríbele al Gobernador de: http://www.puebla.gob.mx/puebla/index.jsp También escribí al Papa desde http://www.avaaz.org/es/pope_benedict_petition/98.php?CLICK_TF_TRACK apelando “a su compasión para que considere a los hombres, mujeres, niños -y sobre todo a los más pobres- que se encuentran en grave riesgo de contraer el VIH/SIDA” y no vuelva a pronunciarse contra el condón.
Mi sola voz no hace mucho ruido, pero si somos muchos los que escribimos seremos escuchados.
Tiempos de aprender democracia
Autora: Celine Armenta
Publicación: La Jornada de Oriente, Pendiente
Por la naturaleza de nuestro quehacer cotidiano, los educadores tenemos que ser optimistas; alguien incluso nos definió como profesionales de la esperanza: renuentes a darnos por vencidos, capaces de renovar cada mañana, cada periodo de clases y frente a cada estudiante nuestra fe en que todos podemos aprender.
Esto explica mi optimismo prudente pero auténtico al creer que el polémico decreto para reformar la Constitución Política de nuestra entidad, conocida como ley poblana de la familia o ley antiaborto, pone en nuestras manos una oportunidad preciosa de aprender democracia. Es momento de cobrar conciencia de la inequidad de las reformas y debatir al respecto en el salón de clase, el mercado, la comida familiar, las combis, el trabajo y la cama; Es tiempo de aprender sobre democracia, aprovechando el repulsivo abuso de poder que desplegó la mayoría de nuestros legisladores locales.
Estamos estrenando democracia y apenas entendiendo que no se trata de una dictadura de mayorías, sino de respeto a las minorías. La democracia es un régimen de inclusión y tolerancia. Pretender que cierto punto de vista se convierta en ley para todos, por el simple hecho de que lo comparte una aparente mayoría, es condenarnos a la más veleidosa de las injusticias: la que sólo depende de la proporción de ciudadanos “con voz” que coinciden en algo; la que deja a las minorías numéricas, pero también a mayorías víctimas de asimetrías de poder, en total desprotección. La dictadura de mayorías tiene otro agravante que sólo tendría cabida en el absurdo País de las Maravillas: que las proporciones cambian y lo que hoy se prohíbe, mañana se exija; lo que hoy se tolera, mañana se sancione; que una minoría radical crezca mañana, y elimine nuestras libertades.
Estamos obligados a escuchar e intentar entender a quienes se oponen a cualquier tipo de interrupción del embarazo, tanto como a quienes consideramos que hay que despenalizar tal interrupción y brindar apoyo a las mujeres que decidan realizarla. También escuchar las diferentes posiciones sobre decidir nuestra propia muerte y el reconocimiento legal de la diversidad de familias. Hay que intentar comprendernos mutuamente y obligar a nuestros legisladores a que cumplan con su deber de construir una entidad incluyente, en la que unos y otros podamos actuar de acuerdo a nuestra conciencia, con límites acordados por la pluralidad.
Es tiempo de educarnos los unos a los otros en la escucha mutua y en el respeto a todos; en el ejercicio de la Regla de Oro, cuya versión más antigua y también más realista se atribuye a Pitacos de Lesbos (650-570 A.C.): “No hagas a tu vecino lo que no pudieras sufrir tu mismo”.
Hoy es tiempo de aprender democracia actuando, y aprenderla bien pues según los grandes pedagogos actuar es la mejor manera de aprender. Levantemos la voz no sólo quienes consideramos que nuestros derechos fueron vulnerados; es tiempo de que todos nos inconformemos para asegurar que sin importar si en algún aspecto somos minoría o mayoría, nuestros derechos están asegurados.
¿Qué hacer ahora? Las reformas no surten efecto si no se publican; y Mario Marín puede impedir que se publiquen en su forma actual. Podemos, por tanto, inundar su buzón electrónico y su buzón físico pidiéndole que, en apego a la democracia y ”en atención a lo que establece el artículo 64 fracción IV y el artículo 65 de la Constitución Política del estado Libre y Soberano de Puebla, se sirva hacer observaciones al proyecto aprobado para reformar la Constitución Política del Estado de Puebla Capítulo V artículo 26 fracción IV, de manera que sea devuelto a la Comisión con el único propósito de que sean debidamente analizados, debatidos y discutidos los dos temas . . . que violan los derechos adquiridos de las mujeres, solicitándole que NO publique esta reforma”. Para escribirle basta ir a http://www.puebla.gob.mx/puebla/index.jsp y entrar al espacio Escríbele al Gobernador.
Es nuestro derecho, nuestra responsabilidad y obligación velar por nuestra joven democracia; yo soy optimista respecto a su futuro y me empeño en que crezca y se fortalezca ¿y tú, estimado lector?
Publicación: La Jornada de Oriente, Pendiente
Por la naturaleza de nuestro quehacer cotidiano, los educadores tenemos que ser optimistas; alguien incluso nos definió como profesionales de la esperanza: renuentes a darnos por vencidos, capaces de renovar cada mañana, cada periodo de clases y frente a cada estudiante nuestra fe en que todos podemos aprender.
Esto explica mi optimismo prudente pero auténtico al creer que el polémico decreto para reformar la Constitución Política de nuestra entidad, conocida como ley poblana de la familia o ley antiaborto, pone en nuestras manos una oportunidad preciosa de aprender democracia. Es momento de cobrar conciencia de la inequidad de las reformas y debatir al respecto en el salón de clase, el mercado, la comida familiar, las combis, el trabajo y la cama; Es tiempo de aprender sobre democracia, aprovechando el repulsivo abuso de poder que desplegó la mayoría de nuestros legisladores locales.
Estamos estrenando democracia y apenas entendiendo que no se trata de una dictadura de mayorías, sino de respeto a las minorías. La democracia es un régimen de inclusión y tolerancia. Pretender que cierto punto de vista se convierta en ley para todos, por el simple hecho de que lo comparte una aparente mayoría, es condenarnos a la más veleidosa de las injusticias: la que sólo depende de la proporción de ciudadanos “con voz” que coinciden en algo; la que deja a las minorías numéricas, pero también a mayorías víctimas de asimetrías de poder, en total desprotección. La dictadura de mayorías tiene otro agravante que sólo tendría cabida en el absurdo País de las Maravillas: que las proporciones cambian y lo que hoy se prohíbe, mañana se exija; lo que hoy se tolera, mañana se sancione; que una minoría radical crezca mañana, y elimine nuestras libertades.
Estamos obligados a escuchar e intentar entender a quienes se oponen a cualquier tipo de interrupción del embarazo, tanto como a quienes consideramos que hay que despenalizar tal interrupción y brindar apoyo a las mujeres que decidan realizarla. También escuchar las diferentes posiciones sobre decidir nuestra propia muerte y el reconocimiento legal de la diversidad de familias. Hay que intentar comprendernos mutuamente y obligar a nuestros legisladores a que cumplan con su deber de construir una entidad incluyente, en la que unos y otros podamos actuar de acuerdo a nuestra conciencia, con límites acordados por la pluralidad.
Es tiempo de educarnos los unos a los otros en la escucha mutua y en el respeto a todos; en el ejercicio de la Regla de Oro, cuya versión más antigua y también más realista se atribuye a Pitacos de Lesbos (650-570 A.C.): “No hagas a tu vecino lo que no pudieras sufrir tu mismo”.
Hoy es tiempo de aprender democracia actuando, y aprenderla bien pues según los grandes pedagogos actuar es la mejor manera de aprender. Levantemos la voz no sólo quienes consideramos que nuestros derechos fueron vulnerados; es tiempo de que todos nos inconformemos para asegurar que sin importar si en algún aspecto somos minoría o mayoría, nuestros derechos están asegurados.
¿Qué hacer ahora? Las reformas no surten efecto si no se publican; y Mario Marín puede impedir que se publiquen en su forma actual. Podemos, por tanto, inundar su buzón electrónico y su buzón físico pidiéndole que, en apego a la democracia y ”en atención a lo que establece el artículo 64 fracción IV y el artículo 65 de la Constitución Política del estado Libre y Soberano de Puebla, se sirva hacer observaciones al proyecto aprobado para reformar la Constitución Política del Estado de Puebla Capítulo V artículo 26 fracción IV, de manera que sea devuelto a la Comisión con el único propósito de que sean debidamente analizados, debatidos y discutidos los dos temas . . . que violan los derechos adquiridos de las mujeres, solicitándole que NO publique esta reforma”. Para escribirle basta ir a http://www.puebla.gob.mx/puebla/index.jsp y entrar al espacio Escríbele al Gobernador.
Es nuestro derecho, nuestra responsabilidad y obligación velar por nuestra joven democracia; yo soy optimista respecto a su futuro y me empeño en que crezca y se fortalezca ¿y tú, estimado lector?
lunes, marzo 23, 2009
De crisis y cambios de escuela
Autor: José Rafael de Regil Vélez
Publicación: Síntesis, Pendiente
En nota publicada en El Universal el 23 de marzo próximo pasado, se advierte de uno de los efectos de la crisis, que ya viene en camino: la movilidad escolar que será provocada por la falta de dinero en los hogares.
Según allí se consigna, distintos actores de la sociedad señalan que posiblemente entre un treinta y cincuenta por ciento de familias que pagan por la educación tienen ya que negociar con las escuelas a las que asisten sus hijos las formas en las que cubrirán sus compromisos de pago. Para los meses de julio y agosto –presumiblemente- habrá un éxodo de las escuelas de mayor al menor costo de colegiatura e inscripción. Tal vez la matrícula en escuelas públicas aumentaría un diez por ciento.
Este fenómeno sucedió en la crisis del ’95: y es que cuando es tiempo de austeridad, hay que hacer lo que se debe, aunque no sea de mucho agrado. Me parece que no está de más, para situaciones como éstas, que quien deba hacer un movimiento de escuela tenga en cuenta algo más que el costo mensual cuando se decida por una nueva oferta educativa.
El resultado de la prueba PISA, aplicada a alumnos de bachillerato de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) 2006 llama fuertemente la atención en contra del mito desarrollado en las décadas finales del siglo pasado: que la educación privada es mejor que la pública. Partiendo de condiciones socioeconómicas similares, en México los alumnos de bachilleratos oficiales tienen mejores resultados que los de particulares al menos en 21 puntos (http://www.oecd.org/dataoecd/58/54/39730555.pdf). Por cada buena escuela particular hay varias “patito” en espera de más alumnado.
Si esto es así, habrá que plantearse muy bien si la institución a la que se pretende ingresa tiene condiciones adecuadas para el proceso educativo: número de profesores, calidad de las actividades extracurriculares que ofrecen, infraestructura educativa como laboratorios, bibliotecas, etc., participación en actividades académicas de niveles regionales, estatales; resultados obtenidos en pruebas como enlace o pisa y la forma en la cual prepararon a sus hijos para ellos, los proyectos que hacen los estudiantes y que provocan algún conocimiento.
No menos importante será detectar cuál es la política escolar respecto de los padres de familia, la forma en la cual la escuela se hace presente en la comunidad, colonia o barrio en la cual está presente.
Si una institución no puede mostrar toda esa información, seguramente habrá que ponerla de alguna forma bajo sospecha.
De esta forma, la crisis podría ser incluso una posibilidad de crecimiento educativo, lo cual no depende de si la escuela es de pago o no, sino de la calidad que tenga.
Publicación: Síntesis, Pendiente
En nota publicada en El Universal el 23 de marzo próximo pasado, se advierte de uno de los efectos de la crisis, que ya viene en camino: la movilidad escolar que será provocada por la falta de dinero en los hogares.
Según allí se consigna, distintos actores de la sociedad señalan que posiblemente entre un treinta y cincuenta por ciento de familias que pagan por la educación tienen ya que negociar con las escuelas a las que asisten sus hijos las formas en las que cubrirán sus compromisos de pago. Para los meses de julio y agosto –presumiblemente- habrá un éxodo de las escuelas de mayor al menor costo de colegiatura e inscripción. Tal vez la matrícula en escuelas públicas aumentaría un diez por ciento.
Este fenómeno sucedió en la crisis del ’95: y es que cuando es tiempo de austeridad, hay que hacer lo que se debe, aunque no sea de mucho agrado. Me parece que no está de más, para situaciones como éstas, que quien deba hacer un movimiento de escuela tenga en cuenta algo más que el costo mensual cuando se decida por una nueva oferta educativa.
El resultado de la prueba PISA, aplicada a alumnos de bachillerato de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) 2006 llama fuertemente la atención en contra del mito desarrollado en las décadas finales del siglo pasado: que la educación privada es mejor que la pública. Partiendo de condiciones socioeconómicas similares, en México los alumnos de bachilleratos oficiales tienen mejores resultados que los de particulares al menos en 21 puntos (http://www.oecd.org/dataoecd/58/54/39730555.pdf). Por cada buena escuela particular hay varias “patito” en espera de más alumnado.
Si esto es así, habrá que plantearse muy bien si la institución a la que se pretende ingresa tiene condiciones adecuadas para el proceso educativo: número de profesores, calidad de las actividades extracurriculares que ofrecen, infraestructura educativa como laboratorios, bibliotecas, etc., participación en actividades académicas de niveles regionales, estatales; resultados obtenidos en pruebas como enlace o pisa y la forma en la cual prepararon a sus hijos para ellos, los proyectos que hacen los estudiantes y que provocan algún conocimiento.
No menos importante será detectar cuál es la política escolar respecto de los padres de familia, la forma en la cual la escuela se hace presente en la comunidad, colonia o barrio en la cual está presente.
Si una institución no puede mostrar toda esa información, seguramente habrá que ponerla de alguna forma bajo sospecha.
De esta forma, la crisis podría ser incluso una posibilidad de crecimiento educativo, lo cual no depende de si la escuela es de pago o no, sino de la calidad que tenga.
La ley de la familia y la ética social
Autora: Ma. Eugenia Sánchez Díaz de Rivera
Publicación: E-Consulta, 23 de marzo de 2009
Me pregunto si no hay que sacar el debate sobre el aborto (y lo mismo para la eutanasia y las sociedades convivencia) de la dicotomía religioso-laico, para entrar en un plano de mayor diálogo y reflexión. El aborto así como la eutanasia son un problema moral que va más allá de cualquier cosmovisión religiosa o atea. El asunto es que vida y dignidad, individual y colectiva, cuyo respeto es el fondo de la ética, forman un entramado cada vez más complejo y cuando se simplifica esa realidad se desemboca en un dogmatismo que atrofia la conciencia. Lo que está en juego no es la fe religiosa contra la ética laica, lo que está en juego es una miopía ética que poco tiene que ver con la fe cristiana.
Está claro que el tema en torno al “respeto a la vida” y en torno a la sexualidad, es un tema en el que la jerarquía católica no sólo está atorada sino que está haciendo un enorme daño. Y el daño principal, es el de inhabilitar el desarrollo de la conciencia moral, el de obstaculizar en vez de favorecer, el que las personas tomen sus decisiones éticas con seriedad, con responsabilidad y sobre todo en asuntos tan íntimos y relevantes como es el de la sexualidad, y el de la viabilidad de una vida digna. Y eso no se resolvería con que el Papa dijera que “permite” la despenalización del aborto o de la muerte asistida. Eso no cambiaría la moral heterónoma que la jerarquía se empeña en reforzar en un gran número de creyentes y que termina por tener consecuencias “inmorales” es decir, consecuencias que afectan más aún el respeto a la vida y a la dignidad humana.
Todo pensamiento dogmático afecta el desarrollo de la conciencia, y por supuesto que las religiones no tienen el monopolio del pensamiento cerrado. El dogmatismo ha atravesado y atraviesa los ámbitos religiosos y seculares. La conciencia ha sido enajenada en nombre de Dios, de la ciencia o de la revolución, y paradójicamente, también ha sido liberada en nombre de lo mismo. La ambigüedad humana está presente en todos los ámbitos.
Pero la ligereza con la que la Iglesia trata el tema del aborto es de enorme gravedad. La jerarquía está poniendo a las personas, en especial a las mujeres, entre la espada y la pared. Sigue planteando el aborto, como si éste se diera en un vacío de contexto y por mala fe de la mujer, cuando sus principales causas en nuestro país son: la miseria, la falta de información, la falta de educación sexual y el machismo. Y como si eso no fuese suficiente sigue “prohibiendo” el uso del condón (¿en qué clase de ética se sustentan las recientes declaraciones recientes del Papa en África ?) o de cualquier otro anticonceptivo , se obstaculiza la educación sexual en las escuelas, se sigue con la idea de excomulgar a la mujer que aborte y a todos los que la apoyen, aún en los casos más dramáticos como acaba de ocurrir con el Obispo de Recife y la niña de 9 años. ¿Cómo es posible tratar las personas de una manera tan atroz, con tal falta de calidad moral y con un machismo tan rampante en nombre del respeto a la vida?
El asunto es que el tema está polarizando cada vez más a la sociedad, justamente en el momento en que la vida y al dignidad de millones de seres humanos, de mexicanos, está siendo agraviada por razones a las que la jerarquía (salvo honrosas excepciones) no solo no parece darles importancia, sobre las que guarda un silencio culpable y cómplice, o que menciona con tibieza. Es el caso de la pederastia, de la actuación del duopolio televisivo, de los asesinatos y el encarcelamiento de gentes que luchan por un mundo más justo, de los feminicidios, de la actuación de los “amos de México”. ¿No son conscientes de que tanta incongruencia está agraviando y provocando el dolor y la rabia de creyentes y no creyentes?
Por mi parte, ya lo he argumentado en otras ocasiones, estoy a favor de la despenalización del aborto, porque me parece la salida más humana a una situación compleja. Contrariamente a algunas declaraciones que señalan que la ley no está para dar soluciones morales, creo que la ley solo tiene sentido y valor en la medida en que favorece una convivencia social lo más humana posible, lo cual es un acto ético por excelencia. Y la despenalización del aborto, en el contexto actual, es lo más humano que se puede hacer, precisamente por respeto a la vida y a la dignidad de muchas mujeres y de sus familias, por respeto a la salud y a la convivencia social.
Por otro lado, como parte del debate, quisiera señalar que no estoy muy convencida de que el derecho sobre el propio cuerpo legitime per se el aborto. Me parece que no tenemos derechos absolutos ni sobre nuestro cuerpo, ni sobre nuestra vida, ni sobre el entorno. Precisamente porque los seres humanos creímos que teníamos derechos absolutos sobre la naturaleza hemos deteriorado nuestro nicho vital. Creo, como dice Raimon Panikkar que somos seres “relativos”, es decir, estrechamente relacionados con los demás y con la naturaleza, seres inter-in-dependientes.
Edgar Morin, en su libro L’Éthique, que tiene como hilo conductor la complejidad de la ética, plantea constantemente las relaciones complementarias, antagónicas y recurrentes entre individuo, sociedad y especie, y considera que la cuestión ética está en el corazón mismo de esta dinámica. Dice, en el caso que nos ocupa, que inevitablemente nos enfrentamos a los antagonismos que supone el derecho de la mujer a preservar su libertad abortando ante un embarazo no deseado, el derecho de nacer del embrión, y el derecho de la sociedad a preservar su demografía. Morin plantea de manera seria la complejidad de lo que está en juego y que lleva a considerar que la calidad de las decisiones morales no puede prescindir del contexto en el que están inmersas.
Lo que quiero enfatizar es que la interrupción del embarazo es un asunto de enorme delicadeza que en cada caso tiene que ser reflexionado, informado, y tomando en cuenta todo y todos los que están en juego, pero que es la mujer la que tiene el derecho a la decisión última, porque es ella la que vive esa situación crítica, y sabe lo que en su contexto está en juego. El Estado no puede ni prohibir ni obligar (como en el caso de China) la decisión sobre el aborto. El Estado debe desarrollar programas que permitan prevenir esas situaciones dolorosas.
Pero quiero añadir algo más relacionado con la aprobación a la Ley de la Familia, que hace del hecho, un hecho denigrante. Y es el sabor a cinismo que deja. Fue aprobada sin debate alguno con la sociedad; aprobada a toda velocidad como si se tratara de un tema irrelevante, con la fuerza pública “protegiendo” a los congresistas, en tiempos electorales y en vísperas de la toma de posesión del nuevo Arzobispo.
El Gobierno del Estado, con una inusitada preocupación por la vida, se congratula de la aprobación de la ley como lo hace el Arzobispo de Puebla, añadiendo que la iglesia no tuvo nada que ver con esa decisión del Congreso.
Y la verdad es que uno se queda sin habla.
Publicación: E-Consulta, 23 de marzo de 2009
Me pregunto si no hay que sacar el debate sobre el aborto (y lo mismo para la eutanasia y las sociedades convivencia) de la dicotomía religioso-laico, para entrar en un plano de mayor diálogo y reflexión. El aborto así como la eutanasia son un problema moral que va más allá de cualquier cosmovisión religiosa o atea. El asunto es que vida y dignidad, individual y colectiva, cuyo respeto es el fondo de la ética, forman un entramado cada vez más complejo y cuando se simplifica esa realidad se desemboca en un dogmatismo que atrofia la conciencia. Lo que está en juego no es la fe religiosa contra la ética laica, lo que está en juego es una miopía ética que poco tiene que ver con la fe cristiana.
Está claro que el tema en torno al “respeto a la vida” y en torno a la sexualidad, es un tema en el que la jerarquía católica no sólo está atorada sino que está haciendo un enorme daño. Y el daño principal, es el de inhabilitar el desarrollo de la conciencia moral, el de obstaculizar en vez de favorecer, el que las personas tomen sus decisiones éticas con seriedad, con responsabilidad y sobre todo en asuntos tan íntimos y relevantes como es el de la sexualidad, y el de la viabilidad de una vida digna. Y eso no se resolvería con que el Papa dijera que “permite” la despenalización del aborto o de la muerte asistida. Eso no cambiaría la moral heterónoma que la jerarquía se empeña en reforzar en un gran número de creyentes y que termina por tener consecuencias “inmorales” es decir, consecuencias que afectan más aún el respeto a la vida y a la dignidad humana.
Todo pensamiento dogmático afecta el desarrollo de la conciencia, y por supuesto que las religiones no tienen el monopolio del pensamiento cerrado. El dogmatismo ha atravesado y atraviesa los ámbitos religiosos y seculares. La conciencia ha sido enajenada en nombre de Dios, de la ciencia o de la revolución, y paradójicamente, también ha sido liberada en nombre de lo mismo. La ambigüedad humana está presente en todos los ámbitos.
Pero la ligereza con la que la Iglesia trata el tema del aborto es de enorme gravedad. La jerarquía está poniendo a las personas, en especial a las mujeres, entre la espada y la pared. Sigue planteando el aborto, como si éste se diera en un vacío de contexto y por mala fe de la mujer, cuando sus principales causas en nuestro país son: la miseria, la falta de información, la falta de educación sexual y el machismo. Y como si eso no fuese suficiente sigue “prohibiendo” el uso del condón (¿en qué clase de ética se sustentan las recientes declaraciones recientes del Papa en África ?) o de cualquier otro anticonceptivo , se obstaculiza la educación sexual en las escuelas, se sigue con la idea de excomulgar a la mujer que aborte y a todos los que la apoyen, aún en los casos más dramáticos como acaba de ocurrir con el Obispo de Recife y la niña de 9 años. ¿Cómo es posible tratar las personas de una manera tan atroz, con tal falta de calidad moral y con un machismo tan rampante en nombre del respeto a la vida?
El asunto es que el tema está polarizando cada vez más a la sociedad, justamente en el momento en que la vida y al dignidad de millones de seres humanos, de mexicanos, está siendo agraviada por razones a las que la jerarquía (salvo honrosas excepciones) no solo no parece darles importancia, sobre las que guarda un silencio culpable y cómplice, o que menciona con tibieza. Es el caso de la pederastia, de la actuación del duopolio televisivo, de los asesinatos y el encarcelamiento de gentes que luchan por un mundo más justo, de los feminicidios, de la actuación de los “amos de México”. ¿No son conscientes de que tanta incongruencia está agraviando y provocando el dolor y la rabia de creyentes y no creyentes?
Por mi parte, ya lo he argumentado en otras ocasiones, estoy a favor de la despenalización del aborto, porque me parece la salida más humana a una situación compleja. Contrariamente a algunas declaraciones que señalan que la ley no está para dar soluciones morales, creo que la ley solo tiene sentido y valor en la medida en que favorece una convivencia social lo más humana posible, lo cual es un acto ético por excelencia. Y la despenalización del aborto, en el contexto actual, es lo más humano que se puede hacer, precisamente por respeto a la vida y a la dignidad de muchas mujeres y de sus familias, por respeto a la salud y a la convivencia social.
Por otro lado, como parte del debate, quisiera señalar que no estoy muy convencida de que el derecho sobre el propio cuerpo legitime per se el aborto. Me parece que no tenemos derechos absolutos ni sobre nuestro cuerpo, ni sobre nuestra vida, ni sobre el entorno. Precisamente porque los seres humanos creímos que teníamos derechos absolutos sobre la naturaleza hemos deteriorado nuestro nicho vital. Creo, como dice Raimon Panikkar que somos seres “relativos”, es decir, estrechamente relacionados con los demás y con la naturaleza, seres inter-in-dependientes.
Edgar Morin, en su libro L’Éthique, que tiene como hilo conductor la complejidad de la ética, plantea constantemente las relaciones complementarias, antagónicas y recurrentes entre individuo, sociedad y especie, y considera que la cuestión ética está en el corazón mismo de esta dinámica. Dice, en el caso que nos ocupa, que inevitablemente nos enfrentamos a los antagonismos que supone el derecho de la mujer a preservar su libertad abortando ante un embarazo no deseado, el derecho de nacer del embrión, y el derecho de la sociedad a preservar su demografía. Morin plantea de manera seria la complejidad de lo que está en juego y que lleva a considerar que la calidad de las decisiones morales no puede prescindir del contexto en el que están inmersas.
Lo que quiero enfatizar es que la interrupción del embarazo es un asunto de enorme delicadeza que en cada caso tiene que ser reflexionado, informado, y tomando en cuenta todo y todos los que están en juego, pero que es la mujer la que tiene el derecho a la decisión última, porque es ella la que vive esa situación crítica, y sabe lo que en su contexto está en juego. El Estado no puede ni prohibir ni obligar (como en el caso de China) la decisión sobre el aborto. El Estado debe desarrollar programas que permitan prevenir esas situaciones dolorosas.
Pero quiero añadir algo más relacionado con la aprobación a la Ley de la Familia, que hace del hecho, un hecho denigrante. Y es el sabor a cinismo que deja. Fue aprobada sin debate alguno con la sociedad; aprobada a toda velocidad como si se tratara de un tema irrelevante, con la fuerza pública “protegiendo” a los congresistas, en tiempos electorales y en vísperas de la toma de posesión del nuevo Arzobispo.
El Gobierno del Estado, con una inusitada preocupación por la vida, se congratula de la aprobación de la ley como lo hace el Arzobispo de Puebla, añadiendo que la iglesia no tuvo nada que ver con esa decisión del Congreso.
Y la verdad es que uno se queda sin habla.
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