lunes, marzo 30, 2009

El valor del trabajo cooperativo en la escuela

Autora: Teresa Eugenia Brito Miranda
Publicación: E-Consulta, Pendiente

La dinámica actual de la vida cotidiana competitiva y muchas veces poco solidaria nos ha llevado a una individualización al extremo que se fomenta desde la vida escolar. En las escuelas se estimula la competencia entre los compañeros con el fin de motivarlos a una superación académica y al triunfo personal. Esta práctica lleva a la distinción y exclusión. Como ejemplo están las ceremonias de premiación de los primeros lugares y en consecuencia, también la ubicación de los últimos. De esta manera se trabaja para fines individuales, el grupo es solamente un medio para conseguirlos. La escuela continúa siendo un espacio de inequidad.
Para atender este problema es necesario cuidar la convivencia sana, así como el ambiente propicio para favorecer aprendizajes, de manera que el alumno tenga la oportunidad de vivir, practicar y reflexionar sobre lo que está aprendiendo. Los conocimientos son necesarios pero también es importante saber comunicarlos y trabajar en grupo.
Actualmente, dicen los expertos, es importante saber actuar en contextos cambiantes, lo que hace imperante también el trabajo en equipo, en donde se aproveche al máximo los recursos y capacidades de cada uno de los trabajadores para intervenir en estos espacios dinámicos. Este escenario se plantea como desafío para la educación de nuestro país, en donde la mayoría de las escuelas no promueve el trabajo cooperativo con todo lo que esto implica.
¿Qué significa el aprendizaje cooperativo? ¿Qué tiene que hacer la escuela frente a este desafío? Para trabajar el aprendizaje cooperativo se necesita aprender a comunicarnos. El ambiente sano de convivencia escolar es básico para que podamos hacerlo bien. Las técnicas para trabajar pedagógicamente el aprendizaje consideran la organización de pequeños grupos en los que la tarea a realizar es abordada considerando las habilidades de cada uno de los miembros del equipo. Pero no basta con la aplicación de la técnica, es necesario que la escuela como institución se organice de tal manera que se promueva la cooperación entre compañeros, maestros, directivos y personal de la institución. Para que esto ocurra es necesario que la gestión directiva considere también prácticas más

1 comentario:

Anónimo dijo...

no mesirbe :p