jueves, marzo 12, 2009

¿Si a la reelección?

Autor: Gonzalo Inguanzo Arteaga
Pubicación: La Jornada de Oriente, Pendiente

El lunes 9 de marzo leía una nota que se titulaba: Daniel Ortega confirma interés por la reelección y lo primero que me vino a la mente fue la idea de que en Latinoamérica se ha puesto de moda seguirle el juego a la invitación implícita que desde Cuba se hace: se puede estar en el poder por casi siempre (debemos descontar los años que pasaron para llegar al poder), a fin de cuenta sólo tienes que decir que no lo haces por ti, sino por los otros: el eterno pueblo agradecido.
Ahora lo dice Ortega, antes lo llevó a plebiscito (en segunda vuelta) y lo ganó Hugo Chávez y pronto pasará del discurso a una invitación urgente Evo Morales. Parece que el poder sabe a miel y los que hoy están en la cúspide, en el olimpo, no pueden y ni quieren pensar en la idea de tener que volver a pasar por todo un proceso de descanso de tal dulzura (lo cual es raro) porque si en algo está de acuerdo el ciudadano medio es en que no debe ser fácil tener tal responsabilidad por tanto tiempo.
Cito palabras de Daniel Ortega: "Ahora que estamos de regreso en el gobierno, si las condiciones lo permiten [de reformar la Constitución], sí, volvería a correr para presidente''. Es claro que necesita reformar la constitución para poder correr rápido y fuerte, pero este mismo gobernante basó su última corrida hacia el poder defendiendo la constitución y alegando que el presidente anterior no le daba su lugar a la vilipendiada constitución.
Sin importar el país del que se hable (porque en Europa más de una decena de sus miembros aceptan en su constitución la reelección de presidentes y primeros ministros) un presidente reelecto es una invitación a perpetuar ideas, aspiraciones, modelos, procesos y se dan condiciones que promueven la corrupción, lo que a futuro termina por traducirse en una alta probabilidad de que los procesos electorales (donde se expresa mucho de la democracia del presente) se vean empañado por la sombra del fraude.
En este punto me quiero detener. Las voces que han estado defendiendo lo sucedido hace algunas semanas en Venezuela en relación a este tema, dicen que no se está planteando de ninguna manera la reelección indefinida, solo se le da al pueblo la opción de elegir las veces que quiera a un alcalde, un gobernador o un presidente. Esta idea parte de la premisa de que el pueblo es quien decidirá. A mi entender es falsa la premisa pues le están atribuyendo un poder al pueblo que difícilmente se opone a un gobernante decidido a reelegirse.
Creer en la alternancia me resulta más atractivo. Y aclaro, no debe importar el tipo de alternancia, pues es posible que el discurso de aquellos que están en el poder refiera que los que quieren llegar a donde ellos están son de poco confiar, sin experiencia para gobernar, avariciosos, de pocos escrúpulos y hasta comunistas o imperialistas (según sea el caso). No importa el tipo de alternancia; a mi entender, a esto de aceptar el que una misma persona esté por siempre en el gobierno se le puede aplicar el famoso refrán (pero al revés) es peor malo conocido que nuevo por conocer.
El titulo de este escrito invita a contestar si estamos o no de acuerdo con la reelección, nos pide reflexionar sobre el derecho que algunos quieren tener de estar por siempre corriendo quien sabe hacia dónde o huyendo de qué. Mi posición personal es NO. Que no se contemple ni como posibilidad, porque esa posibilidad nos deja a los defensores de la democracia en una desventaja tan abismal que de solo pensarlo da pánico. NO A LA REELECCIÓN.

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