jueves, febrero 16, 2006

Se requiere información para mejorar la educación

Autor: Guillermo Hinojosa R.
Publicación: la jornada de oriente, 16 de febrero 2006.

El pasado jueves 9 de Febrero el diario Reforma publicó una entrevista con Salvador Malo, director del Centro Nacional para la Evaluación de la Educación Superior (Ceneval). El señor Malo se queja de que dejará de ser director porque a la SEP no le gustó que se publicaran los resultados de evaluaciones educativas en México. Advierte que con su salida dejarán de publicarse otros resultados más actualizados.
El día anterior, el miércoles 8, el mismo diario publicó una nota en la que le atribuye al presidente Fox el disgusto por las evaluaciones hechas por organismos internacionales en las que se compara a México con otros países en diversos aspectos económicos, culturales y sociales.
Si es verdad lo que se le atribuye al presidente Fox y a las altas autoridades de la SEP, estaríamos frente a dos casos en los que la ignorancia se prefiere al conocimiento. Como si nuestras autoridades pensaran que es mejor que la gente no sepa cómo están las cosas; que la gente se puede desanimar con la verdad; que mejor crean la palabra oficial.
¿Cuál fue, según el mismo señor Malo, el delito por el que dejará de ser director de Ceneval? Publicar en la página web del Ceneval la lista de las 236 escuelas secundarias de todo el país que obtuvieron mejores resultados en el examen que se aplicó a los alumnos para ingresar a preparatoria en el año 2003. La revista Educación 2001, de enero 2006, imprimió parcialmente la misma lista.
Esta información puede ser considerada de utilidad pública, sin exagerar. Si usted vive en el estado de Puebla y busca una buena secundaria para sus hijos, puede escoger cualquiera de las cuatro escuelas que aparecen en la lista. Si usted es director de una de estas cuatro, podrá enorgullecerse legítimamente de sus logros y presumir para atraer nuevos alumnos.
¿Por qué habría que ocultar esta información? Desafortunadamente hay quienes se benefician con la falta de información; o peor, con la desinformación deliberada. Si usted es director o dueño de una secundaria que alardea de alto nivel académico y no aparece en la lista, preferiría que la lista no se conociera. Lo mismo si usted es funcionario educativo de un estado como Tlaxcala que no logró colar ninguna escuela en la lista. A decir verdad, las cuatro secundarias del estado de Puebla no pueden ser motivo de satisfacción de nuestros funcionarios.
Ocultar y falsear información es una práctica usual cuando el presupuesto depende de los resultados. En una universidad pública de Michoacán hace diez años estaba prohibido difundir el dato estrictamente confidencial de cuántos estudiantes tenían. La cifra oficial, que servía para obtener y justificar el presupuesto, era casi el doble de la cifra real que sólo se mencionaba en voz baja o entre risas de complicidad.
Las listas de las escuelas y universidades mexicanas ordenadas según su nivel académico son indispensables para planear e implantar cualquier medida tendiente a mejorar la educación mexicana. Ojalá que no tenga razón el señor Malo y el Ceneval continúe publicando el estado de nuestra educación.

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