viernes, septiembre 21, 2007

DE SOBERANIAS, PATRIA, CIUDADANIA Y NEGOCIACIONES

Autor: Javier Sánchez Díaz de Rivera
Publicación: La Jornada de Oriente, 21 de Septiembre de 2007

La reforma electoral es agua fresca para nuestro país, un urgente reacomodo de poderes y un suceso insólito de negociación política. Se negociaron intereses pero no fue una suma cero. Quedó un saldo a favor de todos. Contener el poder omnímodo de los medios masivos de comunicación que se habían erigido en jueces absolutos de la vida nacional sin freno ni control. Disminuir el costo de las elecciones, limitar el poder del dinero para influir en las decisiones del voto. Como quién dice le paramos el alto al dictadura mediática, nos ahorramos una lana y ganamos un poco de libertad para razonar mejor nuestro voto.
¿Qué hizo posible tal suceso? ¿fue la soberanía del pueblo?, ¿fue el amor a la Patria? ¿fue una falla en el cabildeo de los medios con los legisladores? ¿ fue la fuerza ciudadana? ¿fue la presión poselectoral?, ¿fue un encuentro en el rebase por la izquierda?, ¿es acaso un cambio en el carácter del poder legislativo que reacciona al fin a su público desprestigio?
Me parece fundamental evadir los excesos verbales de soberanías y amores aunque algo de ellos haya en todo esto. Algo de soberanía del pueblo emerge cuando los tres partidos mayoritarios se ponen de acuerdo, si bien no les falta razón a los partidos pequeños de que los están dejando al margen del camino y con eso la soberanía se empobrece. Algo de amor a la patria aparece cuando se enfrentan intereses tan poderosos, aunque algo hay de eso de no somos machos pero si somos muchos. No prevaleció el dinero y el cabildeo en que se habían corrompido muchos legisladores. La fuerza ciudadana es un término jabonoso. Todos argüimos nuestra ciudadanía para manifestar nuestros intereses. Que fuerzas ciudadanas se reunieron en este caso. La fuerza ciudadana que se aglutina en torno al reclamo poselectoral y la propuesta de López Obrador. La fuerza ciudadana de los mundos universitarios, centros de reflexión y grupos de opinión que llevan tiempo tomando cuentas a los legisladores y proponiendo cambios. La fuerza ciudadana que califica al legislativo como una de las instituciones menos confiables del país.
Parece que convergieron los astros. Habría que cuidar el alineamiento porque faltan aún muchas cosas. La ley de radio y televisión, la reforma laboral, la reforma del estado. También toca seguir mejorando esta reforma electoral. Hacer caso a los partidos pequeños para lograr mayor posibilidad de penetración de sus propuestas, la segunda vuelta, las candidaturas ciudadanas.
El enfrentar el poder de los medios de comunicación masiva recupera al Estado por encima de intereses particulares. Esto es bueno para todos, inclusive para ellos.
A las universidades nos toca seguir proponiendo, abriendo foros, debates, como los que se han hecho en conjunción con algunos medios libres y legisladores. A los legisladores les toca mantenerse en ese tal vez nuevo carácter de negociación y acuerdo. Van recuperando prestigio. Muchos nos sentimos representados por primera vez en mucho tiempo. Metámosle velocidad. Nos urge un país equitativo.

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