jueves, septiembre 13, 2007

Lo bueno, lo malo y lo feo de la ENLACE

Autora: Celine Armenta
Publicación: Síntesis, 13 septiembre 2007
Hace una semana conocimos los resultados de ENLACE, la Evaluación Nacional del Logro Académico en Centros Escolares, que centrada en español y matemáticas fue respondida por nuestros niños y adolescentes el pasado mes de abril. Con este motivo presenciamos una mezcla de lo feo, lo malo y lo bueno que caracteriza a los nuevos tiempos de democracia en México.
Empiezo por explicar lo feo. La prensa, que es un retrato depurado del resto de nosotros, trata todos los temas con lente politizada. Ello sería bueno si la mirada fuera racional en vez de visceral; pero en el caso de ENLACE, salvo excepción, los medios se polarizaron con poca inteligencia. Descontando a quienes pasivamente reprodujeron los boletines gubernamentales, el resto se ensañó en atacar a las autoridades educativas actuales con interpretaciones ingenuas y pesimistas de los resultados. Las autoridades, por su parte, aprovecharon los reflectores para culpar a sus antecesores, y con una miopía parecida a la de la prensa organizaron ceremonias de reconocimiento a las escuelas de puntajes más altos.
Todo mundo ignoró que no es válido usar los resultados de ENLACE para calificar o descalificar la calidad de los servicios educativos de las escuelas; ni para descubrir que los alumnos de las privadas obtienen puntajes más altos que los de las públicas. También ignoraron que en cambio sí sirve “para promover una cultura de información, transparencia, evaluación y rendición de cuentas en todo el país”. Obviar este innegable avance democrático es, cuando menos, muy feo.
La ENLACE también enseñó algo malo, muy malo, aunque nada tuvo que ver con la propia evaluación sino con nuestra realidad nacional y estatal, cuya dolorosa inequidad quedó al descubierto. Los resultados de ENLACE confirmaron lo que ya sabíamos: México es un país de contrastes intolerables; la injusticia social en lo elemental, precisamente en la educación básica, es insostenible. Puede predecirse que la mayoría de las poblaciones históricamente atrapadas en la pobreza extrema seguirán igual o peor en las siguientes generaciones; que la brecha entre privilegiados y miserables se ensancha hasta parecer insalvable. Quienes detentan mayor capital académico y económico envían a sus hijos a las escuelas privadas y desdeñan las públicas. Nuestras escuelas son terriblemente segregadas y excluyentes.
La ENLACE, sin embargo, no sólo sirvió de pretexto para lo feo y no sólo nos reveló lo malo de nuestra realidad; también fue buena y nos trajo esperanzadoras noticias. La organización, el alcance, la participación de padres y maestros, y los controles de confiabilidad de la ENLACE fueron muy buenos. Y también hubo resultados muy buenos en todo el país. El mejor puntaje de las secundarias lo obtuvo una escuela pública de Chiapas; y también en Puebla varias escuelas lograron, contra todos los pronósticos, resultados sorprendentemente altos. Las bases de datos no permiten saber a qué se debe su excepcionalidad, pero me encantaría tener detalles sobre las telesecundarias Manuel Gamio de San Miguel del Progreso, y la Vicente Guerrero de Oztopulco, ubicadas en dos de los 10 municipios declarados por las Naciones Unidas como más rezagadas en desarrollo humano. Estas telesecundarias aparecen en el 2% y 4%, respectivamente, de las escuelas con más alto desempeño en matemáticas; y la Manuel Gamio se ubica entre el 8% más alto en español. Otro tanto cabría investigar sobre los excelentes resultados de las telesecundarias de Ocopetatitla, Tochimiltzingo, San Pablo Ameyaltepec, San Francisco Ixquihuacan y Almolonga (Todos Santos), ubicadas todas en el 4% más alto en resultados combinados de español y matemáticas.
En el ámbito de las primarias habrá que investigar cómo lograron sobreponerse a la muy alta marginación de sus entornos la Carmen Serdán, de Huitzilán —que por sus resultados en matemáticas se ubica en el 3% más alto del estado—; y la Benito Juárez de Huehuetla, la Carmen Serdán de San Miguel Acateno y la Benito Juárez de Huehuetla que se ubicaron en general, en el 17% más alto.
Mucho, muchísimo podremos aprender de quienes no se han dado por vencidos ante la adversidad. Seguramente hay directores y maestros, estudiantes y padres de familia que han colaborado para florecer generosamente en el desierto. Yo quiero conocerlos al detalle y la prensa inteligente podría encontrar en estos casos un venero de noticias, enigmas, drama y éxito. No será tan fácil como atacar a diestra y siniestra con los resultados de ENLACE; pero ¿quién dijo que el periodismo interesante era fácil?

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