martes, septiembre 25, 2007

El Caciquismo Mediático y el Caciquismo Partidista

Autor: Rodrigo Saldaña Guerrero
Publicación: E-consulta, 25 Septiembre 2007

Y la pregunta de los próximos 64 años del futuro de México es ¿mientras uno juega a investigar el rancho de los Fox y los uniformes militares de los hijos de Calderón, ¿qué es lo que pasa en el país?. Sí, ya sabemos que aquí a robarse una calle se le conoce como “lucha social”, pero ¿actuar como Atila o como Pancho Villa saqueando Columbus puede ser considerado como lucha social o política?.

Eso no quiere decir que si uno está en contra de una violencia absurda por parte de descontentos tenga que apoyar la violencia absurda del Gober Precioso, de Ulises Ruiz, de los policías graduados en la Escuela Ultramoderna del Postpaleolítico… El Gober y los Desgobers pueden tener algún tipo de futuro en la jerarquía del crimen organizado, pero no tienen nada que ver con la verdadera política. Tampoco lo tienen sus homólogos que secuestran calles o personas, que colocan bloqueos o bombas.

Uno puede tener sus sospechas sobre los Fox, pero basta oír a las hienas que se lanzan sobre ellos para tener más que dudas sobre tan turbia historia. Similarmente, piense uno lo que piense sobre los perversos telécratas tan pronto como uno oye la defensa de la reforma electoral constitucional de políticos como Pablo Gómez o Navarrete, la reforma empieza a despedir un hedor insoportable. Acto I: El IFE detecta cerca de 300 mil spots de propaganda de campaña no reconocidos. Acto II: El IFE encuentra que los partidos han cometido fraude fiscal. Retuvieron impuestos a sus empleados y no se los entregaron al fisco. Acto III: Los partidos le cortan la yugular al IFE. ¿Qué pasará con los spots no justificados? ¿qué pasará con el fraude fiscal? ¿habrá más degollados?.

Y no, no es necesario correr al campo de los telécratas porque uno no quiera acampar en San Lázaro. Más precisamente, parte del hedor nace de que la famosa reforma no golpea, como se anuncia con tantas fanfarrias, a los turbios y torvos medios. Los medios tienen un enorme poder, y éste va mucho más allá de cobrar por los spots. Pueden presentar sólo los buenos momentos de un candidato, y subrayar los malos momentos de otro. En la campaña pasada vimos una serie de ejemplos maravillosos de esta discrecionalidad.

El candidato López Obrador sólo aceptaba entrevistas con quienes le hicieran el juego, y en cambio se negaba a responder preguntas incómodas. Si los reporteros lo hubieran perseguido, exigiendo respuestas como era su deber, el candidato López Obrador hubiera aparecido en horario triple A como El Candidato de la Mala Figura. Pero los reporteros y sus jefes dejaron ir a su presa. ¿Por qué?. Cuando apareció con un reloj regalado por otro político, que superaba en mucho el monto permitido por la ley, también lo dejaron ir. ¿Por qué?.

Con este tipo de manejo discrecional, los medios pueden generar fuertes corrientes, exaltar o abatir políticos, sin necesidad de decir o presentar nada denigrante. Con los partidos y sus candidatos maniatados en cuanto al uso de los medios electrónicos, éstos pueden tener más peso que nunca en la política mexicana. Tenían un inmenso poder. Ya no lo tienen. Ahora tienen un supermegagigapoder. Cortesía del H. Congreso de la Unión. Están para servirlos, chicos.

A estas alturas del partido a casi todo el mundo parece habérsele olvidado que no hay relación necesaria alguna entre la “heroica” toma del IFE por los nuevos Panchos Villas y el terrible golpe de todos los medios tan temido. Las críticas a la toma del IFE pueden y deben ser contestadas, sin mezclar la cuestión mediática. Y sin embargo, el Heroico Batallón de San Lázaro sigue utilizando eficazmente un viejo truco priísta, y tomando las críticas al agandalle del IFE con defensas del golpe a los medios. Hasta parecen conductores de televisión.

Su última ocurrencia es de antología. Primero quisieron que la Constitución prohibiera difundir mensajes que pudieran influir en las campañas. Después quitaron esa parte de su proyecto y comenzaron a decir: “nada contra la Libertad de Expresión. Aquí no hay nadie más que nosotros, los pollitos inocentes. Los medios pueden decir lo que quieran, por su cuenta. Ahora dicen que van a meterse con el mercado negro de entrevistas, que parecen gacetillas (si, eso que todos ellos negaron o minimizaron cuando lo sugirieron personajes como Hector Aguilar Camín). ¿Por qué todo este borlote?. Pues porque el único medio real de pegarle al cacicazgo mediático es la formación de los usuarios de los medios en general y, en el campo político, la formación de ciudadanos que conocen la problemática social, la historia, sus propias necesidades y la manera de evaluar a los gobernantes que satisfacen o no esas necesidades. En otras palabras, para restringir el indebido poder de los medios, ¡los partidos deben hacer el trabajo de los partidos!. Con los medios dedicados a dictar la agenda política y los políticos dedicados a manipular la imagen, los demás mexicanos estamos atrapados en medio de la batalla de gigantes. Como que ya es hora de recordarles a los dos que nosotros somos los que mandamos, y ellos los que deben obedecer, ¿no?.

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