jueves, septiembre 13, 2007

Desarrollo Sustentable y Calidad de Vida

Autor: Benjamín Ortiz Espejel
Publicación: La jornada de oriente, 13 Septiembre 2007

El término sustentable, aplicado al desarrollo, es de uso cada vez más frecuente y extendido en los medios académico y político de todo el mundo. Es un concepto fuerza porque permite que actores sociales e individuos que en el pasado eran incapaces de dialogar constructivamente, ahora, por medio del espacio de encuentro que creó el discurso del desarrollo sustentable, lo hagan y creen consensos en torno al tipo de sociedad a la que aspiran y al tipo de relación que ésta debe establecer con su ambiente.
Sin embargo término desarrollo sustentable suele ser usado de manera tan general, superficial e imprecisa, que puede terminar siendo empleado para definir como “sostenibles” políticas y prácticas que no responden a una orientación hacia la sustentabilidad. Desde ese punto de vista, para que el concepto desarrollo sustentable, tenga un impacto efectivo en la orientación de políticas sociales, así como en el proceso de toma de decisiones, debe definirse con precisión qué se entiende por desarrollo, qué por sostenible o sustentable y cómo se logrará alcanzar y mantener el mismo a lo largo del tiempo.
Porque sostenible alude a lo que se mantiene, y sustentable al sustento necesario para vivir (en inglés ambos se fusionan en sustainable), aquí se usará sustentable pretendiendo aludir más claramente al tipo de contenido que debe tener el desarrollo.
La definición más superficial y predominante de desarrollo sostenible reduce el desarrollo a desarrollo económico y éste a crecimiento económico (medido como incremento del PIB o del ingreso per cápita). Dentro de esta corriente, sostenible tiene dos significados principales: por un lado, que el crecimiento económico es constante en el tiempo (crecimiento económico sostenido), por otro lado, sostenible expresa conservación ambiental, que, en su uso predominante, significa una política localizada que no cuestiona, o no implica un replanteamiento de, los patrones de consumo, de producción de bienes, de generación de desechos ni de impacto sobre la naturaleza, sino un simple aislamiento de determinadas áreas geográficas, sin importar lo que suceda en su entorno (problemas sociales, exclusión, etcétera). En este discurso, lo ambiental (casi sinónimo de una naturaleza prístina) aparece claramente subordinado a lo económico, lo que se evidencia en el peso que tiene el tema del crecimiento económico, planteado como el requisito central para alcanzar el desarrollo.
Otra característica de esta corriente de pensamiento es que no le da relevancia alguna a la participación social como medio para garantizar la “sostenibilidad” del proyecto, proceso o política que busca consolidar un desarrollo sostenible. Cuando es incluida, la participación social es concebida como un proceso vertical, orientado de arriba hacia abajo (top-bottom oriented), que no permite un protagonismo real ni una incidencia efectiva en la toma de decisiones por parte de la población o comunidad sujeto de la política o del proceso de desarrollo y que, por el contrario, mantiene a la misma como receptora pasiva de beneficios.

La concepción de desarrollo sustentable otorga un contenido distinto a los tres componentes antes mencionados -desarrollo, sostenibilidad y participación social. El desarrollo no queda reducido a crecimiento económico, sino que se amplía significativamente su alcance. En este sentido, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), establece los siguientes vínculos entre crecimiento económico y desarrollo para que sea sustentable:
Equidad: Cuanto mayor sea la igualdad con que se distribuyan el PNB y las oportunidades económicas, tanto más probable será que se traduzcan en un mejoramiento del bienestar humano.
Oportunidades de empleo: El crecimiento económico se concreta en la vida de la gente cuando se le ofrece trabajo productivo y bien remunerado.
Acceso a bienes de producción: Las oportunidades económicas de mucha gente pueden incrementarse con acceso a bienes de producción, en particular la tierra, la infraestructura física y el crédito financiero; el estado puede hacer mucho en todas esas esferas, interviniendo para tratar de nivelar el terreno de juego.
Gasto social: Los gobiernos y las comunidades deben encauzar una parte importante del ingreso público hacia el gasto social más prioritario, en particular mediante la prestación de servicios sociales básicos para todos.
Igualdad de género: Al brindar a la mujer mejores oportunidades y mejor acceso a la enseñanza, las guarderías infantiles, el crédito y el empleo.
Buen gobierno: Quienes detentan el poder asignan gran prioridad a las necesidades de toda la población y la gente participa en la toma de decisiones en muchos niveles.
Una sociedad civil activa: Las organizaciones no gubernamentales y los grupos de la comunidad no sólo complementan los servicios gubernamentales haciendo llegar los servicios a la población meta, sino que además desempeñan una función esencial al movilizar la opinión pública y la acción de la comunidad a ayudar a determinar las prioridades del desarrollo humano.
En este caso es claro que el crecimiento económico no es suficiente. Además, como se evidencia en los criterios antes mencionados, no sólo interesan los aspectos cuantitativos del mismo sino sobre todo su calidad. Esto diferencia al desarrollo sostenible de las corrientes económicas predominantes en los países desarrollados, que enfatizan la necesidad de que la economía crezca, sin importar la internalización de los costos sociales y ambientales, y dejando para después la redistribución de la riqueza).

Al desarrollo sustentable le interesa no sólo el crecimiento económico, sino también cómo se produce el conocimiento que posibilita tal crecimiento y al mismo tiempo y cómo se distribuye la riqueza creada. Esta discusión tiene un corolario: no existe el crecimiento económico, si no tipos de éste que pueden ser inclusivos o excluyentes, equitativos o polarizadores, destructivos o respetuosos de los ecosistemas en que se desenvuelven, etcétera.

En esta línea, el concepto sustentabilidad hace referencia a la interrelación e interdependencia de tres elementos:
La sustentabilidad ecológica, que se refiere a la necesidad de que el impacto del proceso de desarrollo no destruya de manera irreversible la capacidad de carga del ecosistema.
La sustentabilidad social, cuyos aspectos esenciales son (a) el fortalecimiento de un estilo de desarrollo que no perpetúe ni profundice la pobreza ni, por tanto, la exclusión social, sino que tenga como uno de sus objetivos centrales la erradicación de aquélla y la justicia social; y (b) la participación social en la toma de decisiones -es decir, que las comunidades y la ciudadanía se apropien y sean parte fundamental del proceso de desarrollo. En este sentido la comunidad académica y de científicos sociales y naturales tiene un papel fundamental.
La sustentabilidad económica, entendida como un crecimiento económico interrelacionado con los dos elementos anteriores. En síntesis, el logro del desarrollo humano sustentable será resultado de un nuevo tipo de crecimiento económico que promueva la equidad social y que establezca una relación no destructiva con la naturaleza.
Esta conceptualización del desarrollo es relativamente reciente y responde a una creciente conciencia -local, nacional y global- de que los recursos naturales no son ilimitados y que los estilos de desarrollo prevalecientes -entiéndase patrones de producción y de consumo- son insostenibles.
La primera discusión mundial sobre la relación entre desarrollo y ambiente se dio en la conferencia sobre ambiente y desarrollo organizada por Naciones Unidas en 1972 en Estocolmo, y el término desarrollo sostenible, o sustentable, fue acuñando en 1980 en la propuesta Estrategia Mundial de Conservación de la Naturaleza, planteada por WWF, UICN y PNUD.
Dentro de las muchas variantes que existen del concepto la más influyente sigue siendo la formulada por la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo en el llamado Informe Brundtland (Nuestro futuro común, 1987), que define desarrollo sustentable como aquél que logra satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de satisfacción de las futuras generaciones. Al incorporar el futuro, expresado como solidaridad intergeneracional, el Informe Brundtland estaba definiendo un límite en las posibilidades de consumo de las generaciones presentes, es decir, reconoce la existencia de límites últimos para el crecimiento económico.

El desafío de la sustentabilidad
De la discusión anterior se sigue que un desarrollo sustentable debe permitir una mejora sustancial de la calidad de vida de la gran mayoría de una sociedad, o una comunidad, la cual a su vez debiera conducir a la reproducción del ecosistema en el que ésta está inserta. Éste sería un criterio fundamental para discernir la calidad y la sustentabilidad del desarrollo que se impulsa.
Entre muchos aspectos que podrían tomarse en cuenta para la definición de calidad de vida, la erradicación de la pobreza es central, por lo menos para los países en desarrollo. Existe un amplio consenso internacional acerca de la necesidad de revertir la tendencia de creciente polarización entre países ricos y pobres y entre los estratos más ricos y los más pobres de cada país, lo cual es insostenible ética y materialmente; como asimismo hay consenso respecto de que la pobreza ejerce un impacto negativo sobre el ambiente natural y que es necesaria su erradicación para el logro de un desarrollo humano sustentable.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Guaaoo!!! enserio Muchas Gracias Por poner paginas Asi Son de gran Ayuda para las Tareas (Y)

Anónimo dijo...

pz gracias profesorez ya que esta pagina me ha servido para hacer mis tareas¡¡¡¡
muchas gracias!!!!!!

Anónimo dijo...

Gracias! Los amo y que dios, la luna, el sol y la luz los llene de vendiciones:* Chao:)

Anónimo dijo...

*8* Soy un pescadito Bye.

Anónimo dijo...

Hola Chuelas:D Yo soy una chuelota peluda y no se que hacer:*