Autor: Guillermo Hinojosa Rivero
Publicación: E-Consulta, 20 de enero de 2009
El hecho de que tantos maestros se quejen de que sus alumnos bajan los trabajos de internet o hacen 'corta y pega' es indicativo de que hay que cambiar algo en la educación. La revolución informática traída por Internet y las tecnologías de la información y comunicación es tal, que afecta no sólo la forma en que educamos sino los objetivos mismos de la educación.
Para poner al día la educación tomando en cuenta las tecnologías de información (TICs) ya no basta lo que se hizo hace 20 años en las escuelas más 'avanzadas' de entonces: enseñar 'computación' como un conjunto de habilidades que se sumaba a las habilidades y conocimientos que siempre se habían enseñado. Tampoco basta lo que se hace ahora: considerar a las TICs como un conjunto de herramientas útiles para hacer lo mismo de siempre pero de un modo mejor y más rápido.
Hacer lo de siempre pero con ayuda de las TICs produce los problemas del 'corta y pega', de la bajada de trabajos de internet, y lo que en la secundaria se conoce como la 'Generación encarta'; cualquier trabajo de 'investigación' que se deja a los escolares es realizado imprimiendo información de la 'Enciclopedia Encarta'. Sobra decir que los 'estudiantes encarta' pueden entregar tareas sobre cualquier tema, bien impresos e ilustrados, sin haberlos leído.
Es un error seguir considerando la educación como si la internet y las TICs no existieran. Es necesario modificar contenidos, instalaciones escolares, técnicas pedagógicas, planes de estudio y aún los objetivos de la educación. Tenemos que repensar las respuestas que damos a la pregunta ¿para qué educar?
Uno de los objetivos de la escuela indiscutidos, hasta ahora, es la transmisión de conocimientos. Se supone que los maestros son los representantes de la sociedad que les transmiten a los niños y jóvenes el saber que la humanidad ha ido acumulando. Cada generación recibe el conocimiento de la anterior, lo aumenta o corrige, y se lo transmite a la siguiente. Hay dos problemas con esta concepción: 1.- El conocimiento acumulado de la humanidad es mucho más de lo que cualquiera puede aprender en una vida; 2.- Cada vez es menos necesario aprender el conocimiento porque mucho se encuentra en internet y es fácilmente accesible.
El conocimiento que se encuentra en Internet es, por ahora, todo lo que puede representarse de manera audio-visual, ya sea texto, imagen o sonido. A esto lo llamamos información y constituye el grueso de lo que se intenta enseñar en las escuelas. El conocimiento que no se puede encontrar en internet es el que resulta de la experiencia de cada quien: las habilidades que se han adquirido, las particularidades de las personas con quienes convivimos, los patrones de comportamiento del grupo social que nos rodea, la manera de hacer que funcionen los objetos de nuestra vida cotidiana; todo aquello que nos permite estar adaptados y sobrevivir.
Cada vez es menos necesario que los estudiantes aprendan de memoria la información que tradicionalmente se les enseña en las escuelas. Lo que sí es necesario es saber localizar la información en el momento en que se necesita, ya sea en un libro, o en la mega biblioteca de Internet; además es necesario saber valorar y separar la paja del grano. Este es un primer cambio urgente en los planes de estudio: enseñar menos conocimientos y más habilidades para localizar y seleccionar información.
Los planes de estudio escolares generalmente plantean sus objetivos en términos de Conocimientos, Habilidades y Actitudes (CHA). En la práctica, hasta ahora, el énfasis se pone en los conocimientos y se descuidan las habilidades y las actitudes. Quizá sea el momento de que las escuelas, especialmente las de educación media y superior, se dediquen menos a la transmisión de conocimientos y más al desarrollo de habilidades y a la formación de actitudes.
¿Cuáles habilidades? Además de la ya mencionada para buscar y seleccionar información, los estudiantes deben poder usar esa información para resolver problemas de todo tipo. Otra habilidad indispensable en nuestro tiempo es la comprensión de textos en español y en otros idiomas, particularmente inglés. Otras habilidades son la escritura de textos comprensibles, el manejo de los números para tomar decisiones, el trabajo en colaboración, la práctica de alguna actividad artística, interpretación de fórmulas y diagramas, comprensión de manuales de instrucciones, y muchísimas otras.
¿Cuáles actitudes? el gusto por el estudio y el aprendizaje, la disposición a probar cosas nuevas, la preferencia por las explicaciones fundamentadas, el deseo de contribuir a mejorar la sociedad, la convivencia social armónica, la búsqueda de la justicia social, la conservación del ambiente, la conservación de la salud, el rechazo a las drogas, la honestidad, y un larguísimo etcétera.
A manera de conclusión, las TICs pueden ayudar a que la educación empiece a cumplir algunas de las metas que se esperan de ella; metas que históricamente se han pospuesto en favor de la enseñanza de conocimientos.
2 comentarios:
Lo que se colige de tu texto es que debemos aprender a enseñar a leer, a buscar y seleccionar información, a comprender el inglés, etc... ¡Y no sabemos! Sabemos explicar conceptos (en eso consiste buena parte de nuestra docencia) ¿cómo aprender lo otro? ¿Qué tal un ambicioso laboratorio de aprendizaje? (la idea no es mía, se la oí a un buen amigo)... y aprendamos de la manera más eficaz: haciéndolo
Celine: tu interpretación es correcta, pero mi intención es ir más allá: cambiar los objetivos de la educación.
Buena idea lo del laboratorio de aprendizaje.
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