lunes, enero 24, 2011

Actualidad en la filisofía

Autor: Rubén Hernández H.
Publicado: El Columnista, 21 de enero de 2011

     En los actuales programas de educación básica o media en poco o nada aparecen asignaturas que estén relacionadas con la filosofía. En décadas pasadas los programas incluían en sus programas las asignaturas de lógica, estética, ética o historia de la filosofía. Sin embargo, este tipo de asignaturas cayeron en descrédito, ya que tanto alumnos como la sociedad toda, las empezó a identificar como conocimientos de relleno, de "cultura general", es decir, de conocimientos que no sirven para nada o a lo más para "chorear" a la gente. La filosofía, no cabe duda, ha caído en descrédito: ni se le reconoce utilidad, ni sentido; cuando se piensa en un filósofo se tiene en mente a un ser de ideas raras, con aires de superioridad y, por ello, pedante en el trato, alejado de la vida cotidiana, que utiliza palabras sin sentido, oscuras generalmente. Si a esta idea agregamos que a la filosofía se le reconoce como un saber aburrido, ya tenemos todos los elementos necesarios para que una sociedad pragmática, siempre en busca del uso de las cosas, pensamientos, y personas, no tenga ni el más mínimo interés en acercarse al saber filosófico, ni los diseñadores de programas escolares en considerarlo como un elemento necesario en éstos. Así entendida, la filosofía tiene poco presente y ningún futuro.
     Los filósofos de la postmodernidad, no cabe duda, con sus diagnósticos sobre la sociedad contemporánea y el sentido de los saberes, en mucho han cooperado para que la gente confirme sus sospechas sobre la no importancia o necesidad de la filosofía en el presente. Se dice que las grandes construcciones filosóficas que se han hecho a lo largo de la historia, sean las de Platón, Aristóteles, o Tomás de Aquino, no dejan de ser relatos, narraciones, si se quiere, incluso metarrelatos; pero que no aportan más, significativamente hablando, que lo que podemos alcanzar por medio de narraciones formales como son las míticas, o las de la literatura y la poesía. Posiblemente esto sea verdad, pues no en detrimento de la filosofía, sino en favor del mito, la literatura y la poesía podemos reconocer que estos saberes también contienen grandes conocimientos y son causa de un sensible acercamiento al conocimiento de lo que llamamos verdad, realidad. No hay por qué negar el valor de otros saberes para reconocer el valor de la filosofía.
     Sin tratar de definir qué es la filosofía, uno se debería de preguntar por qué en otras épocas de la historia la filosofía era considerada el saber de los saberes, el conocimiento universal y que por ello aglutinaba en sí misma todos los saberes, como sucedía en la Atenas del origen de la filosofía. ¿Los filósofos griegos estaban fascinados porque habían descubierto que podían adquirir nuevos conocimientos o porque se daban cuenta de que esos conocimientos los adquirían por ellos mismos? Probablemente las dos razones les satisfacían, pero con mayor seguridad el hecho de saber que por ellos mismos podían obtener el conocimiento era la principal causa de su satisfacción. En este sentido los griegos se dan cuenta, toman consciencia de que por medio de la palabra, la razón, el pensamiento, que se sintetizan en el logos, pueden conocer, encontrar y dar sentido a la realidad que les rodea, que no necesitan de ningún otro ente ajeno a ellos mismos para poder interpretar, nombrar, construir, reconstruir el mundo que les rodea, a su universo de experiencias. Esta pudo ser la experiencia que conmovió a Sócrates en su búsqueda de la verdad, que no era otra que la de poder encontrar ideas que tuvieran un valor universal, es decir, que pudieran ser compartidas y aceptadas por todos sus coetáneos, independientemente de sus experiencias particulares. En cierto sentido la filosofía creó al logos y el logos creó a la filosofía. Y este logos no encontró límite alguno que le impidiera preguntar, cuestionar, tratar de conocer: todo lo concerniente a lo humano era de su interés, ya fuera el mundo de lo material, el mundo de lo espiritual, o bien, el mundo del intelecto. El saber que eventualmente iban consiguiendo los griegos incitaba a la búsqueda de nuevos saberes, de explorar, investigar nuevos campos. La innovación del conocimiento era una constante en el hacer del filósofo. Desde esta perspectiva, la filosofía no es un saber sabido, o cuando menos no se debería restringir como tal, cosa que desgraciadamente sucedió en muchas épocas de la historia, sino un saber por saber, un saber para saber, es decir, búsqueda y medio. La gran aportación de los filósofos griegos, por tanto, no está en que nos interese lo que dijeron, sino lo que hicieron. La búsqueda filosófica creó una actitud, una manera de enfrentarse al mundo y a la vida, no para encararlas negándolos, sino para interrogarlos y dudar de ellos, si se quiere. La actitud filosófica implica admiración por lo que nos rodea, interés por lo que no se conoce ni se ha explicado, ni se le ha encontrado sentido. El logos griego se ejercita formulando todas las combinaciones posibles que la pregunta permita: qué, por qué, para qué, cómo, cuándo, en donde, hasta dónde, para quién, con quién, etc. Y mientras más radicales sean estas preguntas, es decir, pretendan llegar a lo más profundo, intenso y extenso, incluyendo la autenticidad de la búsqueda, mejor será el conocimiento adquirido. La filosofía, entonces será interesante por lo que busca, no por la respuesta. Los griegos se fascinaban por las preguntas, independientemente de las respuestas, pues en cierto sentido reconocían el valor temporal de éstas, que por más acertadas que fueran estaban condenadas a la decadencia, a la finitud, en cambio, las grandes preguntas permanecerían provocando que el talento de futuras generaciones intentara darles respuestas: Preguntas como ¿qué es el amor?, ¿qué es la libertad?, ¿qué es la justicia?, ¿qué es la muerte?, ¿qué es la vida?, ¿qué es el ser humano?, estarán presentes durante todas las generaciones, siendo responsabilidad de cada una de ellas dar respuesta y sentido. Lo que dijeron al respecto los filósofos de otros tiempos, sean de la época que fueran, son interesantes por indicarnos parte del camino a seguir, pero más interesante será por lo que las nuevas generaciones se atrevan a caminar por sí mismas, en la búsqueda de un saber más que con verdad, con sentido, pues las más de las veces las verdades nacen con fecha de caducidad, aunque no lo sepamos, y otras tantas verdades no son ni asumidas, ni reconocidas por todos. En cambio, si el conocimiento y la verdad tienen sentido podrán ser vividos con goce y satisfacción, sobre todo el conocimiento asumido de manera colectiva, como algo socialmente valioso.
     ¿Sabemos leer, comprender, interrogar y medir al mundo que nos rodea? Todo indica que no, cuando menos no todas las personas. Esto es palpable en el actual fracaso escolar, mostrado palmariamente por pruebas nacionales e internacionales, ENLACE Y PISA, especialmente en lo que a lecto comprensión y expresión escrita se trata, sin olvidar el raciocinio matemático. ¿Cuáles son las medidas que se están considerando o realizando para resolver esta situación? ¿Si seguimos haciendo lo mismo que hemos estado haciendo, apostando una y otra vez por recetas cuasi mágicas, dejando todo a la buena voluntad y enorme esfuerzo de docentes, las cosas cambiarán en el sentido esperado? Si lo enunciado apunta más a las actitudes, capacidades o competencias, se suele decir hoy en día; entonces la filosofía, el reconocimiento del logos, el pensar cuestionando y proponiendo nuevas posibilidades de mundo, ¿podría ser una solución? Nada se perdería por recuperar el sentido profundo del pensamiento filosófico, regresándolo a las aulas con humildad, sin las pretensiones totalitarias de otros tiempos, siendo medio y no fin en la construcción de los saberes. Si se quiere que las personas sean capaces de pensar, de tomar buenas decisiones, con imaginación, creatividad, se tiene que apostar por el principio que hizo grande a occidente: se tiene que apostar por el logos, por la palabra- razón, la palabra razonada.

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